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La disponibilidad adecuada de nutrientes garantiza un mejor aprovechamiento de cada milímetro de agua del suelo

Estamos próximos a la siembra de una nueva campaña de fina y de acuerdo a la evolución del clima en este 2024, creemos que, “si hay agua, hay oportunidad”. Y con esa perspectiva es que buscamos enfocar el análisis en este suplemento especial, que venimos realizando con el diario LA NACION desde hace 16 años.

Impacto: subió a casi US$2200 millones la pérdida para el país por culpa del histórico ataque de una plaga

El agua es el recurso más limitante y estratégico que tenemos en la producción agropecuaria y, por ende, todas las decisiones agronómicas y tecnologías que pensemos aplicar en el proceso productivo tienen que estar orientadas a aumentar la eficiencia de su uso. Está demostrado que la disponibilidad adecuada de nutrientes garantiza un mejor aprovechamiento de cada milímetro de agua del suelo, traduciéndose en más kilos de grano por milímetro que usa el cultivo, maximizando así la respuesta económica a la práctica de fertilización, que es el objetivo que busca el productor en cada campaña, más aún cuando es clave lograr la eficiencia en el manejo.

La tecnología de la fertilización es la que mejor explica los aumentos de rendimientos y el cierre de brechas (diferencia de rendimiento entre lo que logramos actualmente y lo que podríamos lograr), aunque es sabido que debe estar acompañada de varias decisiones agronómicas correctas para ser exitosa (elección de cultivares, manejo sanitario y manejo de cultivo).

En 2021, con una cosecha casi récord, se registró el máximo uso de fertilizantes. Luego, en 2022, la sequía imperante condicionó la aplicación de fertilizantes y el uso de fertilizantes bajó un 16%. Ya en la campaña de la fina 2023 las lluvias no llegaron tal como se esperaban, y el uso de fertilizantes disminuyó un 4% respecto al del año 2022, registrando un mercado de 4,6 millones de toneladas. En este contexto, destacamos un aspecto alentador. En los últimos seis años, el uso de fertilizantes superó los cuatro millones de toneladas y en dos de ellos, los cinco millones, por lo que estamos ante un nuevo nivel de uso de la tecnología, que con adecuadas condiciones de producción significa hacia el futuro cercano, una oportunidad de crecimiento.

El productor argentino ha demostrado ser un defensor de las rotaciones y la sostenibilidad de los sistemas, porque a pesar de años complejos para las gramíneas (2022 y 2023) ha hecho lo posible por mantenerlas. Este enfoque es parte de una estrategia de manejo para reducir las brechas de rendimiento y preservar los recursos del suelo mediante buenas prácticas agrícolas.

Esto nos hace pensar que, más allá de estos años complejos, la tecnología de la fertilización se ha consolidado. Es por esto que las estimaciones para el uso de fertilizantes en la nueva campaña 2024, con perfiles recargados de humedad en gran parte de las regiones productivas, puede estar por sobre los cinco millones de toneladas. Esta estimación es también explicada por la mejora de las relaciones de precios que hemos transitado en las últimas semanas. Tal es así que, en el caso de la venidera campaña de trigo, la relación de precios para el fertilizante nitrogenado (kg de grano de trigo necesarios para comprar 1 kg de urea) se ubica en 3,6, siendo esta igual al promedio de los últimos 10 años y muy similar a la del año 2021.

Perspectivas del trigo

Cuando analizamos la campaña de trigo, debemos tener presente que, a los objetivos del productor de “lograr los mayores rendimientos alcanzables”, se deben considerar los objetivos de la industria, que son “altos porcentajes de proteína” y esto hoy es posible. Los cultivares actuales nos permiten simultáneamente obtener altos porcentajes de proteína. Y hablar de proteína en grano es hablar de nitrógeno. Es la adecuada provisión de nitrógeno, en tiempo y forma, la que nos garantiza alcanzar altos rindes y alta proteína.

En síntesis, obtener los mejores resultados productivos es la consecuencia de combinar las mejores decisiones de manejo agronómico que aseguren la eficiencia en el uso de los recursos e insumos. Desde Fertilizar Asociación Civil, entidad cuyo objetivo es promover el cuidado del suelo y una adecuada nutrición de los cultivos compartimos desde aquí el conocimiento, la experiencia y los resultados del uso de la tecnología de fertilización que van a contribuir al logro de este objetivo.

Los autores son Gerente Ejecutiva y Presidente de Fertilizar Asociación Civil, respectivamente

Estamos próximos a la siembra de una nueva campaña de fina y de acuerdo a la evolución del clima en este 2024, creemos que, “si hay agua, hay oportunidad”. Y con esa perspectiva es que buscamos enfocar el análisis en este suplemento especial, que venimos realizando con el diario LA NACION desde hace 16 años.

Impacto: subió a casi US$2200 millones la pérdida para el país por culpa del histórico ataque de una plaga

El agua es el recurso más limitante y estratégico que tenemos en la producción agropecuaria y, por ende, todas las decisiones agronómicas y tecnologías que pensemos aplicar en el proceso productivo tienen que estar orientadas a aumentar la eficiencia de su uso. Está demostrado que la disponibilidad adecuada de nutrientes garantiza un mejor aprovechamiento de cada milímetro de agua del suelo, traduciéndose en más kilos de grano por milímetro que usa el cultivo, maximizando así la respuesta económica a la práctica de fertilización, que es el objetivo que busca el productor en cada campaña, más aún cuando es clave lograr la eficiencia en el manejo.

La tecnología de la fertilización es la que mejor explica los aumentos de rendimientos y el cierre de brechas (diferencia de rendimiento entre lo que logramos actualmente y lo que podríamos lograr), aunque es sabido que debe estar acompañada de varias decisiones agronómicas correctas para ser exitosa (elección de cultivares, manejo sanitario y manejo de cultivo).

En 2021, con una cosecha casi récord, se registró el máximo uso de fertilizantes. Luego, en 2022, la sequía imperante condicionó la aplicación de fertilizantes y el uso de fertilizantes bajó un 16%. Ya en la campaña de la fina 2023 las lluvias no llegaron tal como se esperaban, y el uso de fertilizantes disminuyó un 4% respecto al del año 2022, registrando un mercado de 4,6 millones de toneladas. En este contexto, destacamos un aspecto alentador. En los últimos seis años, el uso de fertilizantes superó los cuatro millones de toneladas y en dos de ellos, los cinco millones, por lo que estamos ante un nuevo nivel de uso de la tecnología, que con adecuadas condiciones de producción significa hacia el futuro cercano, una oportunidad de crecimiento.

El productor argentino ha demostrado ser un defensor de las rotaciones y la sostenibilidad de los sistemas, porque a pesar de años complejos para las gramíneas (2022 y 2023) ha hecho lo posible por mantenerlas. Este enfoque es parte de una estrategia de manejo para reducir las brechas de rendimiento y preservar los recursos del suelo mediante buenas prácticas agrícolas.

Esto nos hace pensar que, más allá de estos años complejos, la tecnología de la fertilización se ha consolidado. Es por esto que las estimaciones para el uso de fertilizantes en la nueva campaña 2024, con perfiles recargados de humedad en gran parte de las regiones productivas, puede estar por sobre los cinco millones de toneladas. Esta estimación es también explicada por la mejora de las relaciones de precios que hemos transitado en las últimas semanas. Tal es así que, en el caso de la venidera campaña de trigo, la relación de precios para el fertilizante nitrogenado (kg de grano de trigo necesarios para comprar 1 kg de urea) se ubica en 3,6, siendo esta igual al promedio de los últimos 10 años y muy similar a la del año 2021.

Perspectivas del trigo

Cuando analizamos la campaña de trigo, debemos tener presente que, a los objetivos del productor de “lograr los mayores rendimientos alcanzables”, se deben considerar los objetivos de la industria, que son “altos porcentajes de proteína” y esto hoy es posible. Los cultivares actuales nos permiten simultáneamente obtener altos porcentajes de proteína. Y hablar de proteína en grano es hablar de nitrógeno. Es la adecuada provisión de nitrógeno, en tiempo y forma, la que nos garantiza alcanzar altos rindes y alta proteína.

En síntesis, obtener los mejores resultados productivos es la consecuencia de combinar las mejores decisiones de manejo agronómico que aseguren la eficiencia en el uso de los recursos e insumos. Desde Fertilizar Asociación Civil, entidad cuyo objetivo es promover el cuidado del suelo y una adecuada nutrición de los cultivos compartimos desde aquí el conocimiento, la experiencia y los resultados del uso de la tecnología de fertilización que van a contribuir al logro de este objetivo.

Los autores son Gerente Ejecutiva y Presidente de Fertilizar Asociación Civil, respectivamente

 Con las decisiones agronómicas correctas, la tecnología de la fertilización es la que mejor explica los aumentos de rendimientos  LA NACION

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