En otro centro de esquí se preguntan hasta cuándo durará la temporada por la falta de nieve y de turistas

MENDOZA.— Las nevadas copiosas brillan por su ausencia en los centros invernales. Por eso, los complejos de esquí empiezan a analizar cuánto tiempo queda de temporada para practicar el deportes de nieve. Algunos ya tomaron la decisión de cerrar sus puertas; otros, apelan a las bajas temperaturas para poder seguir fabricando nieve y sostener la apertura al público un par de semanas más, aunque sea con prestaciones básicas. Lo que dejan en claro es el impacto que han tenido en la cantidad de visitantes.
Así las cosas, en Mendoza, sobre todo en Las Leñas, en Malargüe, en el sur provincial, todos cruzan los dedos para que aparezcan nuevas precipitaciones, pero el escenario es complejo, con una baja de la ocupación por encima del 30%, en comparación con la temporada anterior, según contaron a LA NACION.
En tanto, los especialistas y científicos en meteorología ya anticiparon, en contacto con este diario, que el pronóstico es poco alentador, e incluso esta temporada cerrará con hasta 40% menos de nevadas que el promedio histórico. Por ese motivo, en el reconocido paraje de esquí apuestan a sostener los servicios esenciales, con una parte del complejo habilitado, sobre todo para realizar actividades recreativas durante el día, lo que ha permitido “salvar” la temporada.
En este sentido, para quienes no esquían, se mantienen activos el parque aventura, con trineos, una pista especial con nieve artificial, sanitarios y servicios gastronómicos. También, hay una telesilla para pasear hasta la mitad de la montaña; en tanto, ofrecen una excursión con raquetas de nieve, que no requieren esfuerzos físicos importantes.
“Sin duda alguna que la falta de nieve, no solo en Las Leñas, sino en toda la Cordillera de los Andes en la Argentina, desanima al momento de planear un viaje de esquí. De todas maneras, hemos tenido una buena ocupación, pero inferior al año pasado, que fue récord de nieve y de visitantes”, explicó a LA NACION Fernando Passano, gerente de actividades de montaña de Las Leñas.
Passano aseguró que las temperaturas en negativo durante la noche están permitiendo fabricar más nieve artificial, por lo que siguen ofreciendo pistas de calidad y seguras, en el sector 1, en más de 7 kilómetros, desde la parte más alta de la montaña hasta la base. El año pasado, el complejo bajó las persianas recién el 30 de septiembre, mientras que la fecha de cierre 2025 no está definida aún.
“Es imposible vaticinar, depende de la temperatura, los vientos y las precipitaciones. Son muchas variables, pero seguimos abiertos, y vamos analizando cómo seguir”, acotó el directivo de la firma.
Las tarifas
En cuanto a las tarifas de medios de elevación para esquiar hay diferentes categorías, según edad y duración de la estadía. Para mayores de 12 años, el acceso de medio día en temporada alta alcanza los $112.500, mientras que el pase completo diario llega a $150.000. Los paquetes de dos días tienen un costo de $285.000 y el fin de semana completo asciende a $405.000.
En cuanto al perfil del visitante que elige el valle es muy estacional: al principio de la temporada, en junio, se observa una mayor presencia de mendocinos, que aprovecha hacerse una escapada los fines de semana. En vacaciones de invierno, se siente la llegada de turistas de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. En tanto, en agosto, es cuando se registra la mayor visita de turistas del hemisferio norte, por lo general, con experiencia importante en el deporte. “Vienen a buscar el fuera de pista en Las Leñas, reconocido a nivel mundial”, contó Passano.
De esta manera, los tres centros invernales “activos” de Mendoza, entre ellos uno solo con pistas de esquí habilitadas, a medias, como es el reconocido complejo de Malargüe, muestran dificultades para seguir abriendo espacios para deslizarse. De hecho, en el corredor internacional, camino a Chile, está Penitentes Park, como se lo denominó con la nueva concesión por 20 años, que solo se encuentra operativo para realizar diversas actividades recreativas, pero sin la posibilidad técnica y natural de activar los medios de elevación y las pistas más importantes.
En el caso de Los Puquios, también en la misma región, las chances de contacto con la nieve son muy limitadas, las cuales se reducen a pistas de trineo con nieve artificial. Es común observar en la zonas por estos días el color marrón de las laderas de los cerros y los espacios circundantes a los complejos. En este complejo ya decidieron cerrar la temporada en los próximos días: el domingo 17 de agosto se despiden hasta el año que viene.
En materia de ocupación general, las vacaciones de invierno en Mendoza salieron “airosas”, aunque con números inferiores a años anteriores. De acuerdo con datos de la Cámara Argentina de Turismo, el alojamiento promedio, tomando las cuatro semanas de vacaciones, se ubicó en el 65%, con picos que llegaron al 80% en algunas zonas, sobre todo aquellas vinculadas al contacto con la naturaleza. Mendoza recibió alrededor de 320.000 visitantes, que dejaron más $120.000 millones.
MENDOZA.— Las nevadas copiosas brillan por su ausencia en los centros invernales. Por eso, los complejos de esquí empiezan a analizar cuánto tiempo queda de temporada para practicar el deportes de nieve. Algunos ya tomaron la decisión de cerrar sus puertas; otros, apelan a las bajas temperaturas para poder seguir fabricando nieve y sostener la apertura al público un par de semanas más, aunque sea con prestaciones básicas. Lo que dejan en claro es el impacto que han tenido en la cantidad de visitantes.
Así las cosas, en Mendoza, sobre todo en Las Leñas, en Malargüe, en el sur provincial, todos cruzan los dedos para que aparezcan nuevas precipitaciones, pero el escenario es complejo, con una baja de la ocupación por encima del 30%, en comparación con la temporada anterior, según contaron a LA NACION.
En tanto, los especialistas y científicos en meteorología ya anticiparon, en contacto con este diario, que el pronóstico es poco alentador, e incluso esta temporada cerrará con hasta 40% menos de nevadas que el promedio histórico. Por ese motivo, en el reconocido paraje de esquí apuestan a sostener los servicios esenciales, con una parte del complejo habilitado, sobre todo para realizar actividades recreativas durante el día, lo que ha permitido “salvar” la temporada.
En este sentido, para quienes no esquían, se mantienen activos el parque aventura, con trineos, una pista especial con nieve artificial, sanitarios y servicios gastronómicos. También, hay una telesilla para pasear hasta la mitad de la montaña; en tanto, ofrecen una excursión con raquetas de nieve, que no requieren esfuerzos físicos importantes.
“Sin duda alguna que la falta de nieve, no solo en Las Leñas, sino en toda la Cordillera de los Andes en la Argentina, desanima al momento de planear un viaje de esquí. De todas maneras, hemos tenido una buena ocupación, pero inferior al año pasado, que fue récord de nieve y de visitantes”, explicó a LA NACION Fernando Passano, gerente de actividades de montaña de Las Leñas.
Passano aseguró que las temperaturas en negativo durante la noche están permitiendo fabricar más nieve artificial, por lo que siguen ofreciendo pistas de calidad y seguras, en el sector 1, en más de 7 kilómetros, desde la parte más alta de la montaña hasta la base. El año pasado, el complejo bajó las persianas recién el 30 de septiembre, mientras que la fecha de cierre 2025 no está definida aún.
“Es imposible vaticinar, depende de la temperatura, los vientos y las precipitaciones. Son muchas variables, pero seguimos abiertos, y vamos analizando cómo seguir”, acotó el directivo de la firma.
Las tarifas
En cuanto a las tarifas de medios de elevación para esquiar hay diferentes categorías, según edad y duración de la estadía. Para mayores de 12 años, el acceso de medio día en temporada alta alcanza los $112.500, mientras que el pase completo diario llega a $150.000. Los paquetes de dos días tienen un costo de $285.000 y el fin de semana completo asciende a $405.000.
En cuanto al perfil del visitante que elige el valle es muy estacional: al principio de la temporada, en junio, se observa una mayor presencia de mendocinos, que aprovecha hacerse una escapada los fines de semana. En vacaciones de invierno, se siente la llegada de turistas de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. En tanto, en agosto, es cuando se registra la mayor visita de turistas del hemisferio norte, por lo general, con experiencia importante en el deporte. “Vienen a buscar el fuera de pista en Las Leñas, reconocido a nivel mundial”, contó Passano.
De esta manera, los tres centros invernales “activos” de Mendoza, entre ellos uno solo con pistas de esquí habilitadas, a medias, como es el reconocido complejo de Malargüe, muestran dificultades para seguir abriendo espacios para deslizarse. De hecho, en el corredor internacional, camino a Chile, está Penitentes Park, como se lo denominó con la nueva concesión por 20 años, que solo se encuentra operativo para realizar diversas actividades recreativas, pero sin la posibilidad técnica y natural de activar los medios de elevación y las pistas más importantes.
En el caso de Los Puquios, también en la misma región, las chances de contacto con la nieve son muy limitadas, las cuales se reducen a pistas de trineo con nieve artificial. Es común observar en la zonas por estos días el color marrón de las laderas de los cerros y los espacios circundantes a los complejos. En este complejo ya decidieron cerrar la temporada en los próximos días: el domingo 17 de agosto se despiden hasta el año que viene.
En materia de ocupación general, las vacaciones de invierno en Mendoza salieron “airosas”, aunque con números inferiores a años anteriores. De acuerdo con datos de la Cámara Argentina de Turismo, el alojamiento promedio, tomando las cuatro semanas de vacaciones, se ubicó en el 65%, con picos que llegaron al 80% en algunas zonas, sobre todo aquellas vinculadas al contacto con la naturaleza. Mendoza recibió alrededor de 320.000 visitantes, que dejaron más $120.000 millones.
En Mendoza, todos cruzan los dedos para que aparezcan nuevas precipitaciones; estiman una baja de la ocupación del 30% respecto del año pasado LA NACION