Tiene 31 años. Es la nieta de una estrella icónica del cine, fue modelo, pero se dedicó a su gran pasión: la pintura

Con una elegancia serena y una gran sensibilidad artística, Emma Kathleen Hepburn Ferrer (31), nieta de la inolvidable Audrey Hepburn (su padre es Sean, hijo de Hepburn y el actor Mel Ferrer), supo construir una vida lejos de los medios. Si bien en algún momento trabajó como modelo, sus días hoy transcurren cerca de los lienzos, la escultura y el compromiso social.
Nacida en Morges, Suiza, en 1994, creció entre Florencia y Los Ángeles, rodeada de arte, cultura y el recuerdo imborrable de su abuela, a quien no llegó a conocer (la fascinante actriz murió el 20 de enero de 1993), pero cuya presencia siente profundamente. “Fue una de las primeras mujeres en ganar un millón de dólares trabajando en una película. Empiezo a apreciar lo que significa tener esta imagen femenina de poder y éxito tan cercana. Es un pilar para mí”, le confesó a ¡HOLA! en 2024. Hoy, vive en Camaiore, en La Toscana, donde se dedica de lleno a su pasión: el arte. Pintora y escultora –estudió en la Florence Academy of Art e hizo una maestría en Bellas Artes Digitales en Central Saint Martins, parte de la University of the Arts London–, trabaja con acuarelas, óleos, cerámica y bronce, en obras que reflejan su entorno y su mirada introspectiva y que se exponen en reconocidas galerías de Europa y Estados Unidos.
Además de su carrera artística, Emma es embajadora de Unicef y colabora con causas humanitarias, siguiendo el legado solidario de Audrey. En lo personal, está de novia con el artista Thomas Pucci, con quien comparte su vida alla’ italiana. Sobre su famosa familia, Emma aseguró: “Se volvió mucho más fácil a medida que fui creciendo. Lo más importante para mí es seguir siendo cada vez mejor pintora y artista. Esa es la fuente de mi confianza”.
Con una elegancia serena y una gran sensibilidad artística, Emma Kathleen Hepburn Ferrer (31), nieta de la inolvidable Audrey Hepburn (su padre es Sean, hijo de Hepburn y el actor Mel Ferrer), supo construir una vida lejos de los medios. Si bien en algún momento trabajó como modelo, sus días hoy transcurren cerca de los lienzos, la escultura y el compromiso social.
Nacida en Morges, Suiza, en 1994, creció entre Florencia y Los Ángeles, rodeada de arte, cultura y el recuerdo imborrable de su abuela, a quien no llegó a conocer (la fascinante actriz murió el 20 de enero de 1993), pero cuya presencia siente profundamente. “Fue una de las primeras mujeres en ganar un millón de dólares trabajando en una película. Empiezo a apreciar lo que significa tener esta imagen femenina de poder y éxito tan cercana. Es un pilar para mí”, le confesó a ¡HOLA! en 2024. Hoy, vive en Camaiore, en La Toscana, donde se dedica de lleno a su pasión: el arte. Pintora y escultora –estudió en la Florence Academy of Art e hizo una maestría en Bellas Artes Digitales en Central Saint Martins, parte de la University of the Arts London–, trabaja con acuarelas, óleos, cerámica y bronce, en obras que reflejan su entorno y su mirada introspectiva y que se exponen en reconocidas galerías de Europa y Estados Unidos.
Además de su carrera artística, Emma es embajadora de Unicef y colabora con causas humanitarias, siguiendo el legado solidario de Audrey. En lo personal, está de novia con el artista Thomas Pucci, con quien comparte su vida alla’ italiana. Sobre su famosa familia, Emma aseguró: “Se volvió mucho más fácil a medida que fui creciendo. Lo más importante para mí es seguir siendo cada vez mejor pintora y artista. Esa es la fuente de mi confianza”.
Nacida en Morges, Suiza, en 1994, creció entre Florencia y Los Ángeles y hoy vive en La Toscana LA NACION