Los tres errores más comunes que dañan la audición con el paso de los años, según médicos especialistas

Los errores más comunes que dañan la audición suelen comenzar de forma silenciosa, pero sus consecuencias pueden aparecer varios años más tarde. Según especialistas, el uso inadecuado de auriculares, la exposición prolongada a ruidos fuertes y la limpieza incorrecta del oído pueden provocar pérdida auditiva permanente o acelerar su deterioro.
¿Cómo afectan los ruidos fuertes a la audición?
Además del envejecimiento natural, la exposición prolongada a sonidos fuertes es una de las principales causas de pérdida auditiva. Según la doctora Dunia Abdul-Aziz, de Harvard Medical School, incluso un solo evento como una explosión puede causar un daño irreversible. Sin embargo, en la mayoría de los casos se trata de un deterioro acumulativo: años de conciertos, uso de maquinaria, fuegos artificiales o clases con música a volumen elevado, explicó The New York Times.
Las vibraciones de más de 85 decibeles, como las de una herramienta eléctrica, pueden dañar las células ciliadas del oído interno. Una vez destruidas, no se regeneran. Si para conversar con alguien a pocos pasos hay que gritar, el entorno ya representa un riesgo, advirtió la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (O.S.H.A., por sus siglas en inglés). Algunos celulares y relojes inteligentes alertan si el volumen de los auriculares o del ambiente supera niveles seguros.
La solución no es evitar todo entorno ruidoso, sino usar tapones auditivos, recomendaron los especialistas. Para la doctora Nandini Govil, del Children’s Healthcare de Atlanta, “es lo mejor que se puede hacer” para cuidar los oídos.
¿Por qué recomiendan no usar hisopos?
Limpiar los oídos con bastoncillos puede ser contraproducente y riesgoso, según los especialistas. “Las células de la piel del oído se comportan como una cinta transportadora”, explicó el doctor Howard Francis, de la Universidad de Duke. La cera se expulsa de forma natural y, en la mayoría de los casos, no es necesario intervenir.
Al introducir un hisopo, es probable que la cera se empuje más adentro y se acumule. Además, existe el riesgo de perforar el tímpano, mover los huesos internos o dejar restos de algodón dentro del canal auditivo, lo que puede causar obstrucción, explicó la doctora Govil.
Para quienes insisten en limpiar, el doctor Frank Lin, de la Universidad Johns Hopkins, sugiere usar un paño tibio solo por fuera del oído. También puede aplicarse un ablandador de cerumen y enjuagar suavemente con una pera de goma y agua templada.
¿Qué hacer ante cambios en la audición?
Los especialistas en salud auditiva aconsejan realizar controles regulares, del mismo modo que se supervisan otros parámetros médicos como la presión arterial. Esta práctica permite identificar alteraciones de manera temprana y actuar en consecuencia. “Los números no mienten”, señaló el doctor Frank Lin, del Cochlear Center for Hearing and Public Health en Johns Hopkins. Conocer el estado del oído en distintas etapas de la vida permite tomar decisiones informadas.
En casos de pérdida súbita, la rapidez en la atención es clave. Según Patricia Gaffney, presidenta de la American Academy of Audiology, hay un plazo de 72 horas para iniciar tratamiento con esteroides. Superado ese lapso, las posibilidades de recuperación disminuyen de forma considerable. No actuar a tiempo puede agravar el cuadro y reducir la efectividad de las intervenciones disponibles.
Los errores más comunes que dañan la audición suelen comenzar de forma silenciosa, pero sus consecuencias pueden aparecer varios años más tarde. Según especialistas, el uso inadecuado de auriculares, la exposición prolongada a ruidos fuertes y la limpieza incorrecta del oído pueden provocar pérdida auditiva permanente o acelerar su deterioro.
¿Cómo afectan los ruidos fuertes a la audición?
Además del envejecimiento natural, la exposición prolongada a sonidos fuertes es una de las principales causas de pérdida auditiva. Según la doctora Dunia Abdul-Aziz, de Harvard Medical School, incluso un solo evento como una explosión puede causar un daño irreversible. Sin embargo, en la mayoría de los casos se trata de un deterioro acumulativo: años de conciertos, uso de maquinaria, fuegos artificiales o clases con música a volumen elevado, explicó The New York Times.
Las vibraciones de más de 85 decibeles, como las de una herramienta eléctrica, pueden dañar las células ciliadas del oído interno. Una vez destruidas, no se regeneran. Si para conversar con alguien a pocos pasos hay que gritar, el entorno ya representa un riesgo, advirtió la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (O.S.H.A., por sus siglas en inglés). Algunos celulares y relojes inteligentes alertan si el volumen de los auriculares o del ambiente supera niveles seguros.
La solución no es evitar todo entorno ruidoso, sino usar tapones auditivos, recomendaron los especialistas. Para la doctora Nandini Govil, del Children’s Healthcare de Atlanta, “es lo mejor que se puede hacer” para cuidar los oídos.
¿Por qué recomiendan no usar hisopos?
Limpiar los oídos con bastoncillos puede ser contraproducente y riesgoso, según los especialistas. “Las células de la piel del oído se comportan como una cinta transportadora”, explicó el doctor Howard Francis, de la Universidad de Duke. La cera se expulsa de forma natural y, en la mayoría de los casos, no es necesario intervenir.
Al introducir un hisopo, es probable que la cera se empuje más adentro y se acumule. Además, existe el riesgo de perforar el tímpano, mover los huesos internos o dejar restos de algodón dentro del canal auditivo, lo que puede causar obstrucción, explicó la doctora Govil.
Para quienes insisten en limpiar, el doctor Frank Lin, de la Universidad Johns Hopkins, sugiere usar un paño tibio solo por fuera del oído. También puede aplicarse un ablandador de cerumen y enjuagar suavemente con una pera de goma y agua templada.
¿Qué hacer ante cambios en la audición?
Los especialistas en salud auditiva aconsejan realizar controles regulares, del mismo modo que se supervisan otros parámetros médicos como la presión arterial. Esta práctica permite identificar alteraciones de manera temprana y actuar en consecuencia. “Los números no mienten”, señaló el doctor Frank Lin, del Cochlear Center for Hearing and Public Health en Johns Hopkins. Conocer el estado del oído en distintas etapas de la vida permite tomar decisiones informadas.
En casos de pérdida súbita, la rapidez en la atención es clave. Según Patricia Gaffney, presidenta de la American Academy of Audiology, hay un plazo de 72 horas para iniciar tratamiento con esteroides. Superado ese lapso, las posibilidades de recuperación disminuyen de forma considerable. No actuar a tiempo puede agravar el cuadro y reducir la efectividad de las intervenciones disponibles.
Médicos especialistas alertan sobre los tres errores más comunes que dañan la audición con el paso de los años. El deterioro auditivo no es exclusivo de la vejez; hábitos como la exposición continua a ruidos fuertes, el uso inadecuado de auriculares y la falta de cuidado pueden acelerar el daño en el oído LA NACION