La experiencia paranormal que vivió Andrea Rincón y que la hizo huir en plena noche de su casa

Desde hace algún tiempo, Andrea Rincón se muestra en redes sociales muy cercana a la fe; incluso compartió una grabación del día en que la bautizaron. Sin embargo, nadie sabía el suceso que la llevó siete años atrás a entregarse plenamente a la religión. En una entrevista para el programa de streaming Dos pendejas de 50 (Resumido), la actriz contó que todo comenzó al sentir que cosas paranormales le sucedían en su hogar.
“La verdad es que yo no creía. A mí me habían vendido la imagen del Dios castigador, que es lo que hizo la Iglesia toda la vida para tener a la gente controlada (…). No existe un Dios castigador. Dios perdona absolutamente a todo el mundo. Si te hizo imperfecta como no te va a perdonar cualquier cosa. El tema es aprender de eso y evolucionar todo el tiempo”, comenzó la ex Gran Hermano.
“A mí me empezaron a pasar cosas. Yo no dormía. Me acuerdo que estaba grabando ATAV 1, que si vos me ves estaba toda gordita y cachetoncita. Y de repente empecé a estar con unas ojeras que eran unos pozos y no dormía. Empecé a estar mal y a soñar con calaveras que me asfixiaban”, continuó sobre los males que la atormentaban todas las noches.
“Me mandaron unas brujas que me decían cosas y empecé a decir: ‘si yo les hago caso a esta mina, ¿a quién le estoy debiendo algo?’. Y ahí dije que no iba a hacer lo que esas chicas me decían que haga porque era una rueda que no terminaba más. No veía salida. Hasta que un día viene una amiga que no veía hace mucho y que de hecho estábamos distanciadas. Yo le entrego el perdón a ella y a mí me cae el perdón», explicó metafóricamente la forma en la que sintió que Dios la perdonó por sus pecados.
“Esta amiga me dice que estaba yendo a la Iglesia y yo le pregunté por qué. Me contó que con su pareja, ellos son músicos, sentían que tenían todo, pero que estaban vacíos. Entonces el primer día que fueron a la Iglesia vieron que la gente, cuando la bendecían, se caía desmayada o vomitaban pelos. Entonces le pregunté: ‘¿Cómo que pelos?’. Y me explicó que era gente que le habían hecho un trabajo de brujería. Así supe que era eso lo que necesitaba. ¡A Dios no le iba a deber nada!“, recordó sobre cómo le llegó la idea de volver a acercarse a la fe.
Fue entonces que Andrea le pidió a su amiga que llevara a su casa a las personas de esta Iglesia, pero cada vez que querían venir los desencuentros se hacían más y más grandes, como si una fuerza externa les impidiera el paso. Finalmente, el día acordado, la actriz sintió que su cuerpo se desvanecía por dentro. “No podía parar de llorar, me caía. Me mandan una canción y cuando la escucho me caigo al piso. Llanto, llanto. Les pregunté qué era lo que me estaba pasando y que vinieran urgente. Cuando llegan me dijeron que había olor a azufre abajo de mi cama. Me pusieron una mano en la espalda y me dijeron que me quedara tranquila”, aseguró sobre las palabras que utilizaron para contenerla.
“Mi amiga y su pareja cantante se ponen a orar agarrados de la mano. Me siento y yo pensaba: ‘estos están todos locos’. Me pone la mano uno de un lado y otro del otro y empezaron a decir: ‘En el nombre poderoso de Jesús fuera demonio…’. Y de repente me dicen: ‘Andrea respirá’. Respiro. Se me pegan las manos al cuerpo, quedo rígida y empiezo a convulsionar. Lo único que recuerdo es que veía naranja y caigo al piso”, explicó la exvedette.
“Mi amiga me dice que yo gritaba con una voz que no era mía. Pero adentro mío me preguntaba qué era lo que estaba pasando: ‘¿Me morí? ¿Cuándo termina esto?’. Cuando vuelvo en si, lo primero que hago es mirar un vaso, porque yo pensaba que me habían drogado. Le saco un brazo a una después a la otra, hasta que me entrego. Los veo a mis amigos llorar y rogar. Hasta que me quebré y me tuvieron que abrazar. Tampoco podía parar de llorar», reveló sobre ese momento.
“Esa noche me voy a dormir, yo tengo una habitación que es bastante grande y que en el medio hay un lugar vacío, que no hay nada ahí. Y escucho un ‘¡blum!’, en el medio de la habitación. Me despierto y llamé a mi amiga que me dice: ‘Te tuvieron mucho tiempo. Te van a molestar, pero no te pueden hacer nada’“, rememoró Rincón sobre las palabras textuales con las que le explicaron que había estado poseída por seres de otro mundo. Sin embargo, paralizada por el miedo decidió irse algunos días a la casa de su padre.
“Agarré un bolso y me fui a dormir a la casa de mi viejo. Seis meses viviendo en la casa de mi papá. Empecé a leer la Biblia y a dar charlas en la cárcel con mi amiga. También repartí comida en la calle. Hasta que llego a un versículo que decía que Jesús venía y que muchos le decían: ‘¡Acá estoy!’. Y Jesús les decía que no los conocía, pero había otros que sí. Porque yo tenía sed y vos me diste de tomar, porque yo estuve preso y me viniste a ver, yo tuve hambre y me diste de comer… y lo que quería decir es que Jesús estaba en cada uno de nosotros y que cuando vos estás atendiendo al prójimo, lo estás yendo a buscar a él. Ahí entendí que me había ido a buscar», concluyó.
Desde hace algún tiempo, Andrea Rincón se muestra en redes sociales muy cercana a la fe; incluso compartió una grabación del día en que la bautizaron. Sin embargo, nadie sabía el suceso que la llevó siete años atrás a entregarse plenamente a la religión. En una entrevista para el programa de streaming Dos pendejas de 50 (Resumido), la actriz contó que todo comenzó al sentir que cosas paranormales le sucedían en su hogar.
“La verdad es que yo no creía. A mí me habían vendido la imagen del Dios castigador, que es lo que hizo la Iglesia toda la vida para tener a la gente controlada (…). No existe un Dios castigador. Dios perdona absolutamente a todo el mundo. Si te hizo imperfecta como no te va a perdonar cualquier cosa. El tema es aprender de eso y evolucionar todo el tiempo”, comenzó la ex Gran Hermano.
“A mí me empezaron a pasar cosas. Yo no dormía. Me acuerdo que estaba grabando ATAV 1, que si vos me ves estaba toda gordita y cachetoncita. Y de repente empecé a estar con unas ojeras que eran unos pozos y no dormía. Empecé a estar mal y a soñar con calaveras que me asfixiaban”, continuó sobre los males que la atormentaban todas las noches.
“Me mandaron unas brujas que me decían cosas y empecé a decir: ‘si yo les hago caso a esta mina, ¿a quién le estoy debiendo algo?’. Y ahí dije que no iba a hacer lo que esas chicas me decían que haga porque era una rueda que no terminaba más. No veía salida. Hasta que un día viene una amiga que no veía hace mucho y que de hecho estábamos distanciadas. Yo le entrego el perdón a ella y a mí me cae el perdón», explicó metafóricamente la forma en la que sintió que Dios la perdonó por sus pecados.
“Esta amiga me dice que estaba yendo a la Iglesia y yo le pregunté por qué. Me contó que con su pareja, ellos son músicos, sentían que tenían todo, pero que estaban vacíos. Entonces el primer día que fueron a la Iglesia vieron que la gente, cuando la bendecían, se caía desmayada o vomitaban pelos. Entonces le pregunté: ‘¿Cómo que pelos?’. Y me explicó que era gente que le habían hecho un trabajo de brujería. Así supe que era eso lo que necesitaba. ¡A Dios no le iba a deber nada!“, recordó sobre cómo le llegó la idea de volver a acercarse a la fe.
Fue entonces que Andrea le pidió a su amiga que llevara a su casa a las personas de esta Iglesia, pero cada vez que querían venir los desencuentros se hacían más y más grandes, como si una fuerza externa les impidiera el paso. Finalmente, el día acordado, la actriz sintió que su cuerpo se desvanecía por dentro. “No podía parar de llorar, me caía. Me mandan una canción y cuando la escucho me caigo al piso. Llanto, llanto. Les pregunté qué era lo que me estaba pasando y que vinieran urgente. Cuando llegan me dijeron que había olor a azufre abajo de mi cama. Me pusieron una mano en la espalda y me dijeron que me quedara tranquila”, aseguró sobre las palabras que utilizaron para contenerla.
“Mi amiga y su pareja cantante se ponen a orar agarrados de la mano. Me siento y yo pensaba: ‘estos están todos locos’. Me pone la mano uno de un lado y otro del otro y empezaron a decir: ‘En el nombre poderoso de Jesús fuera demonio…’. Y de repente me dicen: ‘Andrea respirá’. Respiro. Se me pegan las manos al cuerpo, quedo rígida y empiezo a convulsionar. Lo único que recuerdo es que veía naranja y caigo al piso”, explicó la exvedette.
“Mi amiga me dice que yo gritaba con una voz que no era mía. Pero adentro mío me preguntaba qué era lo que estaba pasando: ‘¿Me morí? ¿Cuándo termina esto?’. Cuando vuelvo en si, lo primero que hago es mirar un vaso, porque yo pensaba que me habían drogado. Le saco un brazo a una después a la otra, hasta que me entrego. Los veo a mis amigos llorar y rogar. Hasta que me quebré y me tuvieron que abrazar. Tampoco podía parar de llorar», reveló sobre ese momento.
“Esa noche me voy a dormir, yo tengo una habitación que es bastante grande y que en el medio hay un lugar vacío, que no hay nada ahí. Y escucho un ‘¡blum!’, en el medio de la habitación. Me despierto y llamé a mi amiga que me dice: ‘Te tuvieron mucho tiempo. Te van a molestar, pero no te pueden hacer nada’“, rememoró Rincón sobre las palabras textuales con las que le explicaron que había estado poseída por seres de otro mundo. Sin embargo, paralizada por el miedo decidió irse algunos días a la casa de su padre.
“Agarré un bolso y me fui a dormir a la casa de mi viejo. Seis meses viviendo en la casa de mi papá. Empecé a leer la Biblia y a dar charlas en la cárcel con mi amiga. También repartí comida en la calle. Hasta que llego a un versículo que decía que Jesús venía y que muchos le decían: ‘¡Acá estoy!’. Y Jesús les decía que no los conocía, pero había otros que sí. Porque yo tenía sed y vos me diste de tomar, porque yo estuve preso y me viniste a ver, yo tuve hambre y me diste de comer… y lo que quería decir es que Jesús estaba en cada uno de nosotros y que cuando vos estás atendiendo al prójimo, lo estás yendo a buscar a él. Ahí entendí que me había ido a buscar», concluyó.
La actriz recordó en una entrevista su acercamiento a la fe que se dio en medio de apariciones tenebrosas que la atormentaban todas las noches LA NACION