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Tori Spelling y un macabro hallazgo en un lujoso hotel de Canadá: “¡De quién es ese dedo!“

Desde que comenzó con su pódcast MisSpelling, Tori Spelling dejó en claro que es una fuente inagotable de anécdotas. Esta semana, la protagonista de Beverly Hills 90210 sacó de la galera un recuerdo tan espeluznante como escatológico protagonizado por una de sus tantas mascotas y la parte del cuerpo de un desconocido.

Se trata de su perro Musso, al que descubrió masticando restos humanos mientras se encontraba hospedada con su exesposo, Dean McDermott, en uno de los hoteles más lujosos de Toronto.

“Dean y yo estábamos juntos en Toronto filmando, y teníamos dos días libres”, comenzó su relato. Y continuó: “Así que pensamos: ‘Oh, vamos a alojarnos en un hotel victoriano increíble o algo así’. Fuimos y nos hospedamos en un hotel, él, yo y nuestro perro”.

Y entonces, fiel a su estilo de desvanecer en el aire las leyendas que indican que las estrellas viven en un mundo inmaculado de lujo y confort, la actriz disparó: “Era el hotel más prestigioso de Toronto, clásico y precioso. Pensamos: ‘Bueno, hemos estado trabajando duro’, así que pedimos servicio a la habitación e íbamos a ver una película. Y encontramos el dedo de un pie humano. ¡Giro inesperado! No lo esperabas, ¿verdad?“.

La actriz recordó entonces cómo ella y McDermott se dieron cuenta de que la mascota de la familia había agarrado el dedo del pie. “En realidad, Musso encontró algo, y estábamos en la cama viendo una película, y justo al terminar de cenar, vimos que él estaba masticando algo al pie de la cama”, recordó. Y nos preguntamos: ‘¿Qué tiene? ¿Agarró nuestra comida? ¿Encontró un hueso aquí? ¿Qué está masticando?’”

“Lo saco de su boca, y fue entonces cuando descubrí que era un dedo gordo del pie humano cortado. Y lo espeluznante es que no era tan viejo”, afirmó.

Luego, describió el dedo como no tan deteriorado y cortado con precisión. Y añadió: “Y si no recuerdo mal, creo que definitivamente era el dedo gordo de un hombre; pero lo cortaron y no se estaba deteriorando. Y el lecho ungueal estaba bien”.

Sin embargo, el hotel no parecía demasiado preocupado por el impactante descubrimiento, según Spelling. ¿Qué fue lo que ocurrió después? No mucho: “El hotel no reaccionó en absoluto. Dijeron: ‘Ay, lo sentimos mucho’. Así que lo pusimos en una servilleta de la cena y Dean se lo bajó. Pero nunca supimos de quién será el dedo ni cómo llegó hasta nuestra cena. Pero no hubo ninguna respuesta, ni siquiera nos dijeron que lo sentían y que nuestra estadía era gratis por los inconvenientes que nos provocaron. En realidad no sé cuál es el protocolo para compensar que alguien encuentre un dedo humano, pero lo cierto es que ni siquiera intentaron hacerlo. Lo único que nos dieron un crédito si volvíamos a alojarnos allí. ¿Volver a alojarnos allí? Nunca más”, enfatizó.

Cuando sus compañeros, absortos, le consultaron si en algún momento habían pedido que, al menos, que los cambiaran de habitación, Spelling explicó: “No. No nos cambiamos de habitación. Ni siquiera recuerdo por qué nos quedamos allí. Creo que era tarde y estábamos muy cansados del trabajo. Pensamos que había que hacer la vista gorda y seguir adelante”.

Sin embargo, en retrospectiva, Spelling reveló que se siente arrepentida: “Dios mío, siempre he querido resolver un asesinato. Siempre me han gustado los crímenes y esas cosas. Esa podría haber sido mi única oportunidad de meter un dedo en una bolsa Ziploc para ir a la comisaría y resolver un asesinato. Ay, me la perdí”.

Desde que comenzó con su pódcast MisSpelling, Tori Spelling dejó en claro que es una fuente inagotable de anécdotas. Esta semana, la protagonista de Beverly Hills 90210 sacó de la galera un recuerdo tan espeluznante como escatológico protagonizado por una de sus tantas mascotas y la parte del cuerpo de un desconocido.

Se trata de su perro Musso, al que descubrió masticando restos humanos mientras se encontraba hospedada con su exesposo, Dean McDermott, en uno de los hoteles más lujosos de Toronto.

“Dean y yo estábamos juntos en Toronto filmando, y teníamos dos días libres”, comenzó su relato. Y continuó: “Así que pensamos: ‘Oh, vamos a alojarnos en un hotel victoriano increíble o algo así’. Fuimos y nos hospedamos en un hotel, él, yo y nuestro perro”.

Y entonces, fiel a su estilo de desvanecer en el aire las leyendas que indican que las estrellas viven en un mundo inmaculado de lujo y confort, la actriz disparó: “Era el hotel más prestigioso de Toronto, clásico y precioso. Pensamos: ‘Bueno, hemos estado trabajando duro’, así que pedimos servicio a la habitación e íbamos a ver una película. Y encontramos el dedo de un pie humano. ¡Giro inesperado! No lo esperabas, ¿verdad?“.

La actriz recordó entonces cómo ella y McDermott se dieron cuenta de que la mascota de la familia había agarrado el dedo del pie. “En realidad, Musso encontró algo, y estábamos en la cama viendo una película, y justo al terminar de cenar, vimos que él estaba masticando algo al pie de la cama”, recordó. Y nos preguntamos: ‘¿Qué tiene? ¿Agarró nuestra comida? ¿Encontró un hueso aquí? ¿Qué está masticando?’”

“Lo saco de su boca, y fue entonces cuando descubrí que era un dedo gordo del pie humano cortado. Y lo espeluznante es que no era tan viejo”, afirmó.

Luego, describió el dedo como no tan deteriorado y cortado con precisión. Y añadió: “Y si no recuerdo mal, creo que definitivamente era el dedo gordo de un hombre; pero lo cortaron y no se estaba deteriorando. Y el lecho ungueal estaba bien”.

Sin embargo, el hotel no parecía demasiado preocupado por el impactante descubrimiento, según Spelling. ¿Qué fue lo que ocurrió después? No mucho: “El hotel no reaccionó en absoluto. Dijeron: ‘Ay, lo sentimos mucho’. Así que lo pusimos en una servilleta de la cena y Dean se lo bajó. Pero nunca supimos de quién será el dedo ni cómo llegó hasta nuestra cena. Pero no hubo ninguna respuesta, ni siquiera nos dijeron que lo sentían y que nuestra estadía era gratis por los inconvenientes que nos provocaron. En realidad no sé cuál es el protocolo para compensar que alguien encuentre un dedo humano, pero lo cierto es que ni siquiera intentaron hacerlo. Lo único que nos dieron un crédito si volvíamos a alojarnos allí. ¿Volver a alojarnos allí? Nunca más”, enfatizó.

Cuando sus compañeros, absortos, le consultaron si en algún momento habían pedido que, al menos, que los cambiaran de habitación, Spelling explicó: “No. No nos cambiamos de habitación. Ni siquiera recuerdo por qué nos quedamos allí. Creo que era tarde y estábamos muy cansados del trabajo. Pensamos que había que hacer la vista gorda y seguir adelante”.

Sin embargo, en retrospectiva, Spelling reveló que se siente arrepentida: “Dios mío, siempre he querido resolver un asesinato. Siempre me han gustado los crímenes y esas cosas. Esa podría haber sido mi única oportunidad de meter un dedo en una bolsa Ziploc para ir a la comisaría y resolver un asesinato. Ay, me la perdí”.

 La protagonista de Beverly Hills 90210 recordó lo que le ocurrió hace algunos años y reveló que hoy se arrepiente de su reacción  LA NACION

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