Romero deja el Senado y Karina le ofrece el ministerio del Interior o la AuditoríaRomero deja el Senado y Karina le ofrece el ministerio del Interior o la Auditoría

Juan Carlos Romero no renovará su banca en el Senado y el gobierno quiere contenerlo para que hasta diciembre sirva como freno de la embestida de la oposición contra Javier Milei, que en la última sesión desembocó en una paliza para el oficialismo.
El ex gobernador de Salta quedará fuera de la disputa electoral en su provincia. Sus allegados dijeron a LPO que, si bien Romero mide lo mismo que Alfredo Olmedo, su baja es de común acuerdo tanto con Santiago Caputo como con los Menem.
Lule rechaza armar un frente con Gustavo Sáenz, el gobernador de Salta, en un escenario similar al de Corrientes, en el que los libertarios tenían el acuerdo servido con el oficialismo local pero decidieron armarle en contra.
Pero al mismo tiempo, los Menem quieren tener contento a Romero. Es que en la Rosada advirtieron que el Senado ya se les fue de las manos y que el escenario de ahora en más se complejizará con la enemistad pública entre Milei y Victoria Villarruel.
Como creen que los vetos del presidente al aumento de las jubilaciones, la moratoria previsional y la emergencia por discapacidad no tienen a los héroes asegurados en Diputados, necesitan que Romero sirva como un dique de contención de los «dialoguistas» que otrora le sirvieron a la Rosada.
A Romero ya le ofrecieron tres cosas y todavía no aceptó ninguna. En primer lugar, le propusieron la presidencia de la Auditoría General de la Nación, ante la creencia de que Juan Manuel Olmos podría asumir una banca en la Legislatura porteña en diciembre para reclamar la vicepresidencia primera, segundo escalafón de la cadena de sucesión de la Ciudad. Romero no aceptó.
También le ofrecieron presentarlo como candidato a ministro de la Corte Suprema, ante una eventual ampliación del Máximo Tribunal. Pero ni ante el escenario más favorable, que implicaría una votación acordada con el kirchnerismo, el salteño aceptaría esa oferta. Es que este año cumple 75 años y tiene el antecedente muy próximo de Juan Carlos Maqueda, a quien desde el propio gobierno hicieron jubilar en diciembre pasado por haber cumplido los 75.
Lo último que le prometieron a Romero es que, ante un rediseño del organigrama del Ejecutivo, se podría recuperar el Ministerio del Interior y él podría ser el titular de la cartera.
La catarata de ofertas explica la desesperación del gobierno para tener algo de control en el Senado. Romero les había garantizado el primer mes de gobierno una mayoría para votar las autoridades y desde entonces los libertarios se esmeraron por destruirla.
Juan Carlos Romero no renovará su banca en el Senado y el gobierno quiere contenerlo para que hasta diciembre sirva como freno de la embestida de la oposición contra Javier Milei, que en la última sesión desembocó en una paliza para el oficialismo.
El ex gobernador de Salta quedará fuera de la disputa electoral en su provincia. Sus allegados dijeron a LPO que, si bien Romero mide lo mismo que Alfredo Olmedo, su baja es de común acuerdo tanto con Santiago Caputo como con los Menem.
Lule rechaza armar un frente con Gustavo Sáenz, el gobernador de Salta, en un escenario similar al de Corrientes, en el que los libertarios tenían el acuerdo servido con el oficialismo local pero decidieron armarle en contra.
Pero al mismo tiempo, los Menem quieren tener contento a Romero. Es que en la Rosada advirtieron que el Senado ya se les fue de las manos y que el escenario de ahora en más se complejizará con la enemistad pública entre Milei y Victoria Villarruel.
Como creen que los vetos del presidente al aumento de las jubilaciones, la moratoria previsional y la emergencia por discapacidad no tienen a los héroes asegurados en Diputados, necesitan que Romero sirva como un dique de contención de los «dialoguistas» que otrora le sirvieron a la Rosada.
A Romero ya le ofrecieron tres cosas y todavía no aceptó ninguna. En primer lugar, le propusieron la presidencia de la Auditoría General de la Nación, ante la creencia de que Juan Manuel Olmos podría asumir una banca en la Legislatura porteña en diciembre para reclamar la vicepresidencia primera, segundo escalafón de la cadena de sucesión de la Ciudad. Romero no aceptó.
También le ofrecieron presentarlo como candidato a ministro de la Corte Suprema, ante una eventual ampliación del Máximo Tribunal. Pero ni ante el escenario más favorable, que implicaría una votación acordada con el kirchnerismo, el salteño aceptaría esa oferta. Es que este año cumple 75 años y tiene el antecedente muy próximo de Juan Carlos Maqueda, a quien desde el propio gobierno hicieron jubilar en diciembre pasado por haber cumplido los 75.
Lo último que le prometieron a Romero es que, ante un rediseño del organigrama del Ejecutivo, se podría recuperar el Ministerio del Interior y él podría ser el titular de la cartera.
La catarata de ofertas explica la desesperación del gobierno para tener algo de control en el Senado. Romero les había garantizado el primer mes de gobierno una mayoría para votar las autoridades y desde entonces los libertarios se esmeraron por destruirla.
El salteño no renovará su banca y en la Rosada buscan contenerlo para que blinde los vetos en la Cámara Alta. Leer más