Sangre en el río: alerta en Areco por un fenómeno nunca antes visto y que preocupa a los vecinos

Las imágenes y videos capturados en la mañana del 17 de julio desde el balneario de Carmen de Areco hablan por sí solas. Desde un angosto canal que desemboca en el río a la altura de este espacio municipal, se ve salir un hilo de agua teñida de un rojo tan intenso que, al ingresar en la cuenca, no parece difuminarse. El flujo de sangre sigue su curso aguas abajo, en dirección a San Antonio de Areco.
El líquido rojo fue observado únicamente ese día, pero la postal fue tan contundente que espantó a los vecinos y a las organizaciones ambientalistas, quienes dieron aviso a las autoridades municipales y provinciales. La Autoridad del Agua bonaerense informó a LA NACION que el hecho se encuentra en investigación.
Pese a que todavía no es posible saber a ciencia cierta quién es el responsable, especialistas y autoridades consultadas coinciden en que seguramente se trate de los vertidos de alguno de los dos mataderos y frigoríficos que liberan sus desechos orgánicos en este canal. Por el aspecto del efluente, destacan, pareciera que los residuos no fueron tratados de manera correcta, uno de los grandes problemas que enfrenta desde hace años el río Areco.
Los niveles de contaminación de esta cuenca estuvieron en la mira hace exactamente un año, cuando, tras cuatro mortandades masivas de peces ocurridas con pocos meses de diferencia, los vecinos se organizaron y formaron una organización ambientalista, desde la que comenzaron a denunciar judicialmente a uno de los principales frigoríficos del lugar: Bajo Cero SA. La denuncia, que tomó alcance nacional a partir de una investigación de LA NACION, culminó con el cambio de dueños y la creación de un sistema de tratamiento de efluentes en la empresa porcina.
La situación parecía haber mejorado. No volvieron a observarse mortandades sobre las costas de Carmen y San Antonio de Areco, mientras en paralelo algunos indicadores de calidad del agua mejoraron. Pero, a la vez, otros empeoraron. Los últimos estudios realizados en el río, en noviembre de 2024 y marzo de 2025, muestran que la cuenca del Areco continúa teniendo altos niveles de contaminación, especialmente en algunas zonas, como la que se encuentra río abajo de la desembocadura del zanjón del que salieron los presuntos flujos de sangre.
En este punto de muestreo, uno de los ocho de la cuenca alta del Río Areco que analiza varias veces por año un grupo de científicos del Conicet y la Universidad de San Martín, se ven altas concentraciones de nutrientes, relacionadas con el exceso de materia orgánica en el agua. En los últimos dos estudios, se observó allí una concentración de nitrito que es enormemente superior al nivel que garantiza la protección de la vida acuática en agua dulce, de acuerdo con los valores establecidos en la ley N°24.051, decreto 831/93. Hay 2000 microgramos por litro, cuando los habilitados son 60 microgramos por litro.
Otro valor llamativo es el DBO5, que es clave para evaluar la carga de contaminación orgánica en el agua. Mientras que río arriba este valor daba 2,7 miligramos por litro y llegaba a 8,36 a la altura del balneario municipal, al pasar por la desembocadura del canal en cuestión ascendía a 14,58, un 26,45% por encima de lo habilitado para la protección de la vida acuática.
El alto contenido de sangre y cualquier otra materia orgánica en el agua, explican biólogos consultados, es un riesgo para la vida acuática. Para biodegradada, los microorganismos que la consumen necesitan oxígeno. Por eso, cuando los restos orgánicos que se desechan son muy abundantes, el cuerpo de agua empieza a tener poco oxígeno, lo que afecta directamente a la fauna que vive en el río.
Dos empresas en la mira
Consultada por este diario, la jefa de gabinete de la Autoridad del Agua (ADA) de la provincia de Buenos Aires, Natalia Ferrante, afirmó que se ha iniciado una investigación a partir de las capturas que les enviaron los vecinos sobre la presencia de manchones rojos en el agua. Según informó la intendencia de Carmen de Areco, en el zanjón de donde salía la sustancia roja vierten desechos dos empresas. Una es el peladero de la pollería Qué Rico; la otra, el matadero y frigorífico Indupgar SA. También tiene salida a este pequeño canal la planta depuradora municipal de líquidos cloacales.
Cristian Mussio, secretario de Ambiente municipal, afirmó que la planta depuradora “no presenta desvíos en sus procesos habituales”. Indicó, a la vez, que en los próximos días su equipo técnico coordinará inspecciones a las dos industrias que liberan efluentes vinculantes a ese canal.
LA NACION consultó a las dos empresas, pero no obtuvo respuestas. Según Ferrante, ambas están inscriptas hace por lo menos un año y medio al plan provincial Gelfi (Gestión de Efluentes Líquidos con Fortalecimiento Industrial), que acompaña a las empresas durante sus procesos de reconversión de los sistemas de gestión de fluidos, imponiendo estándares y plazos. Asimismo, informó Ferrante, los dos establecimientos reciben inspecciones de la ADA. Este diario consultó sobre los plazos que el plan Gelfi le impuso a las mencionadas empresas para la realización de las obras de tratamiento de efluentes, pero no obtuvo detalles.
Los nuevos dueños del frigorífico Bajo Cero, en tanto, explicaron que el establecimiento hoy funciona con un sistema de piletones donde se tratan los desechos antes de verterlos al río. Los anteriores propietarios tuvieron una instancia de mediación con la municipalidad carmeña. Finalmente, expresó el director de Desarrollo Social, Adrián Oscar, en lugar de exigirle dinero a la empresa, la Intendencia le pidió la donación de una decena de kayaks para la realización de actividades vecinales.
El río que se fue
La situación del Río Areco preocupa a los vecinos desde hace por lo menos diez años. Tanto desde la costa de Carmen de Areco como desde la de San Antonio, es común que los habitantes de más de 40 años recuerdan con nostalgia los veranos en los que hacían clavados en el río, pescaban y organizaban campeonatos de nado y kayak. Sus hijos y sus nietos no conocen ese río, sino otro: uno que los adultos observan con preocupación y desconfianza.
Desde principios de 2024, remarcó Natacha Schanwarzkoff, docente y líder de la agrupación vecinal Somos el Río, ya no volvieron a hacerse los clásicos torneos de pesca y devolución que organizaba el club local de pesca. Según comentaba en julio del año pasado uno de los integrantes de esa institución, la competencia ya no tenía sentido dado que los peces estaban tan débiles que “podían agarrarse con la mano”.
Ese verano habían tenido una proliferación masiva de cianobacterias, fenómeno que se vislumbra como una capa verde fluorescente sobre el agua, situación que volvió a repetirse, aunque en menor escala, el último verano.
Las imágenes y videos capturados en la mañana del 17 de julio desde el balneario de Carmen de Areco hablan por sí solas. Desde un angosto canal que desemboca en el río a la altura de este espacio municipal, se ve salir un hilo de agua teñida de un rojo tan intenso que, al ingresar en la cuenca, no parece difuminarse. El flujo de sangre sigue su curso aguas abajo, en dirección a San Antonio de Areco.
El líquido rojo fue observado únicamente ese día, pero la postal fue tan contundente que espantó a los vecinos y a las organizaciones ambientalistas, quienes dieron aviso a las autoridades municipales y provinciales. La Autoridad del Agua bonaerense informó a LA NACION que el hecho se encuentra en investigación.
Pese a que todavía no es posible saber a ciencia cierta quién es el responsable, especialistas y autoridades consultadas coinciden en que seguramente se trate de los vertidos de alguno de los dos mataderos y frigoríficos que liberan sus desechos orgánicos en este canal. Por el aspecto del efluente, destacan, pareciera que los residuos no fueron tratados de manera correcta, uno de los grandes problemas que enfrenta desde hace años el río Areco.
Los niveles de contaminación de esta cuenca estuvieron en la mira hace exactamente un año, cuando, tras cuatro mortandades masivas de peces ocurridas con pocos meses de diferencia, los vecinos se organizaron y formaron una organización ambientalista, desde la que comenzaron a denunciar judicialmente a uno de los principales frigoríficos del lugar: Bajo Cero SA. La denuncia, que tomó alcance nacional a partir de una investigación de LA NACION, culminó con el cambio de dueños y la creación de un sistema de tratamiento de efluentes en la empresa porcina.
La situación parecía haber mejorado. No volvieron a observarse mortandades sobre las costas de Carmen y San Antonio de Areco, mientras en paralelo algunos indicadores de calidad del agua mejoraron. Pero, a la vez, otros empeoraron. Los últimos estudios realizados en el río, en noviembre de 2024 y marzo de 2025, muestran que la cuenca del Areco continúa teniendo altos niveles de contaminación, especialmente en algunas zonas, como la que se encuentra río abajo de la desembocadura del zanjón del que salieron los presuntos flujos de sangre.
En este punto de muestreo, uno de los ocho de la cuenca alta del Río Areco que analiza varias veces por año un grupo de científicos del Conicet y la Universidad de San Martín, se ven altas concentraciones de nutrientes, relacionadas con el exceso de materia orgánica en el agua. En los últimos dos estudios, se observó allí una concentración de nitrito que es enormemente superior al nivel que garantiza la protección de la vida acuática en agua dulce, de acuerdo con los valores establecidos en la ley N°24.051, decreto 831/93. Hay 2000 microgramos por litro, cuando los habilitados son 60 microgramos por litro.
Otro valor llamativo es el DBO5, que es clave para evaluar la carga de contaminación orgánica en el agua. Mientras que río arriba este valor daba 2,7 miligramos por litro y llegaba a 8,36 a la altura del balneario municipal, al pasar por la desembocadura del canal en cuestión ascendía a 14,58, un 26,45% por encima de lo habilitado para la protección de la vida acuática.
El alto contenido de sangre y cualquier otra materia orgánica en el agua, explican biólogos consultados, es un riesgo para la vida acuática. Para biodegradada, los microorganismos que la consumen necesitan oxígeno. Por eso, cuando los restos orgánicos que se desechan son muy abundantes, el cuerpo de agua empieza a tener poco oxígeno, lo que afecta directamente a la fauna que vive en el río.
Dos empresas en la mira
Consultada por este diario, la jefa de gabinete de la Autoridad del Agua (ADA) de la provincia de Buenos Aires, Natalia Ferrante, afirmó que se ha iniciado una investigación a partir de las capturas que les enviaron los vecinos sobre la presencia de manchones rojos en el agua. Según informó la intendencia de Carmen de Areco, en el zanjón de donde salía la sustancia roja vierten desechos dos empresas. Una es el peladero de la pollería Qué Rico; la otra, el matadero y frigorífico Indupgar SA. También tiene salida a este pequeño canal la planta depuradora municipal de líquidos cloacales.
Cristian Mussio, secretario de Ambiente municipal, afirmó que la planta depuradora “no presenta desvíos en sus procesos habituales”. Indicó, a la vez, que en los próximos días su equipo técnico coordinará inspecciones a las dos industrias que liberan efluentes vinculantes a ese canal.
LA NACION consultó a las dos empresas, pero no obtuvo respuestas. Según Ferrante, ambas están inscriptas hace por lo menos un año y medio al plan provincial Gelfi (Gestión de Efluentes Líquidos con Fortalecimiento Industrial), que acompaña a las empresas durante sus procesos de reconversión de los sistemas de gestión de fluidos, imponiendo estándares y plazos. Asimismo, informó Ferrante, los dos establecimientos reciben inspecciones de la ADA. Este diario consultó sobre los plazos que el plan Gelfi le impuso a las mencionadas empresas para la realización de las obras de tratamiento de efluentes, pero no obtuvo detalles.
Los nuevos dueños del frigorífico Bajo Cero, en tanto, explicaron que el establecimiento hoy funciona con un sistema de piletones donde se tratan los desechos antes de verterlos al río. Los anteriores propietarios tuvieron una instancia de mediación con la municipalidad carmeña. Finalmente, expresó el director de Desarrollo Social, Adrián Oscar, en lugar de exigirle dinero a la empresa, la Intendencia le pidió la donación de una decena de kayaks para la realización de actividades vecinales.
El río que se fue
La situación del Río Areco preocupa a los vecinos desde hace por lo menos diez años. Tanto desde la costa de Carmen de Areco como desde la de San Antonio, es común que los habitantes de más de 40 años recuerdan con nostalgia los veranos en los que hacían clavados en el río, pescaban y organizaban campeonatos de nado y kayak. Sus hijos y sus nietos no conocen ese río, sino otro: uno que los adultos observan con preocupación y desconfianza.
Desde principios de 2024, remarcó Natacha Schanwarzkoff, docente y líder de la agrupación vecinal Somos el Río, ya no volvieron a hacerse los clásicos torneos de pesca y devolución que organizaba el club local de pesca. Según comentaba en julio del año pasado uno de los integrantes de esa institución, la competencia ya no tenía sentido dado que los peces estaban tan débiles que “podían agarrarse con la mano”.
Ese verano habían tenido una proliferación masiva de cianobacterias, fenómeno que se vislumbra como una capa verde fluorescente sobre el agua, situación que volvió a repetirse, aunque en menor escala, el último verano.
Los flujos aparecieron en un río con altos niveles de contaminación; el año pasado hubo cuatro mortandades masivas de peces; un peladero y un frigorífico en la mira LA NACION