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Hallaron sofisticados tatuajes en una momia congelada hace más de 2000 años

Una misión arqueológica en Siberia halló a una momia femenina de más de 2000 años de antigüedad, que se destacó por conservar tatuajes complejos que se atribuyen a la cultura Pazyryk, una sociedad de pastores de la Edad de Hierro de las montañas de Altái. Estas inscripciones en el cuerpo, sorprendentemente bien preservadas gracias al hielo, son comparables a los tatuajes modernos por el detalle de los dibujos y la precisión de la técnica utilizada.

El hallazgo fue examinado por un grupo internacional de arqueólogos, quienes utilizaron técnicas avanzadas de imagen digital en alta resolución para estudiar los tatuajes con un nivel de precisión sin precedentes. Los resultados del nuevo estudio fueron publicados en la revista Antiquity y llamaron la atención de todos los fanáticos de la antropología.

Aunque el tatuaje fue una práctica común en la prehistoria, la mayoría de las evidencias físicas se perdieron con el tiempo. Sin embargo, las llamadas “momias de hielo” de Altái, que están enterradas en cámaras profundas rodeadas de permafrost, permitieron conservar partes del tejido humano, incluyendo la piel tatuada.

Para el estudio de las momias se utilizaron técnicas digitales muy novedosas (Foto: Antiquity)

“El arte corporal de los Pazyryk despertó el interés de los arqueólogos por sus intrincados motivos figurativos”, explicó Gino Caspari, investigador principal del estudio y miembro del Instituto Max Planck de Geoantropología y de la Universidad de Berna. Hasta ahora, el análisis detallado de estos tatuajes se había visto limitado por la falta de imágenes de buena calidad. Por eso, muchos estudios anteriores se basaron en dibujos manuales poco precisos. Caspari señaló que esas interpretaciones se enfocaban en aspectos simbólicos generales, sin considerar las herramientas o técnicas utilizadas ni el trabajo individual de los tatuadores.

Para avanzar en la comprensión de esta práctica ancestral, el equipo escaneó tridimensionalmente el cuerpo momificado de una mujer Pazyryk usando fotografía digital infrarroja de altísima resolución, lo que permitió observar detalles invisibles a simple vista. Además, con la colaboración de tatuadores contemporáneos, los científicos identificaron las técnicas y herramientas utilizadas en los tatuajes. Notaron, por ejemplo, que los diseños del antebrazo derecho eran más complejos que los del izquierdo, lo que sugiere la participación de distintos tatuadores o distintas etapas en el aprendizaje de un mismo artista.

Los detalles de los tatuajes revelaron una sofisticada técnica (Fotos: Antiquity)

Este descubrimiento refuerza la idea de que el tatuaje en la cultura Pazyryk no era simplemente decorativo, sino una práctica especializada que requería destreza técnica, formación y sensibilidad artística. “El estudio nos ayuda a ver la individualidad y el oficio detrás de la modificación corporal en la prehistoria”, afirmó Caspari. “Nos muestra que estos tatuadores eran verdaderos profesionales, no muy diferentes de los artistas actuales”, agregó.

“Por primera vez, sentimos que podemos vislumbrar a las personas detrás del arte: cómo trabajaban, aprendían y también cometían errores. Las imágenes se volvieron humanas, casi vivas”, concluyó el investigador.

La cultura Pazyryk fue una civilización nómada que habitó las estepas de Siberia meridional, en la región de los montes Altái, hace más de 2.000 años. Es conocida principalmente gracias a los hallazgos arqueológicos en kurganes (túmulos funerarios) que permanecieron congelados y excepcionalmente bien conservados en el permafrost. Su arte refleja una mezcla de motivos animales estilizados y escenas de la vida nómada, con fuerte influencia escita. Se cree que los tatuajes y ornamentos tenían valor religioso o chamánico.

Una misión arqueológica en Siberia halló a una momia femenina de más de 2000 años de antigüedad, que se destacó por conservar tatuajes complejos que se atribuyen a la cultura Pazyryk, una sociedad de pastores de la Edad de Hierro de las montañas de Altái. Estas inscripciones en el cuerpo, sorprendentemente bien preservadas gracias al hielo, son comparables a los tatuajes modernos por el detalle de los dibujos y la precisión de la técnica utilizada.

El hallazgo fue examinado por un grupo internacional de arqueólogos, quienes utilizaron técnicas avanzadas de imagen digital en alta resolución para estudiar los tatuajes con un nivel de precisión sin precedentes. Los resultados del nuevo estudio fueron publicados en la revista Antiquity y llamaron la atención de todos los fanáticos de la antropología.

Aunque el tatuaje fue una práctica común en la prehistoria, la mayoría de las evidencias físicas se perdieron con el tiempo. Sin embargo, las llamadas “momias de hielo” de Altái, que están enterradas en cámaras profundas rodeadas de permafrost, permitieron conservar partes del tejido humano, incluyendo la piel tatuada.

Para el estudio de las momias se utilizaron técnicas digitales muy novedosas (Foto: Antiquity)

“El arte corporal de los Pazyryk despertó el interés de los arqueólogos por sus intrincados motivos figurativos”, explicó Gino Caspari, investigador principal del estudio y miembro del Instituto Max Planck de Geoantropología y de la Universidad de Berna. Hasta ahora, el análisis detallado de estos tatuajes se había visto limitado por la falta de imágenes de buena calidad. Por eso, muchos estudios anteriores se basaron en dibujos manuales poco precisos. Caspari señaló que esas interpretaciones se enfocaban en aspectos simbólicos generales, sin considerar las herramientas o técnicas utilizadas ni el trabajo individual de los tatuadores.

Para avanzar en la comprensión de esta práctica ancestral, el equipo escaneó tridimensionalmente el cuerpo momificado de una mujer Pazyryk usando fotografía digital infrarroja de altísima resolución, lo que permitió observar detalles invisibles a simple vista. Además, con la colaboración de tatuadores contemporáneos, los científicos identificaron las técnicas y herramientas utilizadas en los tatuajes. Notaron, por ejemplo, que los diseños del antebrazo derecho eran más complejos que los del izquierdo, lo que sugiere la participación de distintos tatuadores o distintas etapas en el aprendizaje de un mismo artista.

Los detalles de los tatuajes revelaron una sofisticada técnica (Fotos: Antiquity)

Este descubrimiento refuerza la idea de que el tatuaje en la cultura Pazyryk no era simplemente decorativo, sino una práctica especializada que requería destreza técnica, formación y sensibilidad artística. “El estudio nos ayuda a ver la individualidad y el oficio detrás de la modificación corporal en la prehistoria”, afirmó Caspari. “Nos muestra que estos tatuadores eran verdaderos profesionales, no muy diferentes de los artistas actuales”, agregó.

“Por primera vez, sentimos que podemos vislumbrar a las personas detrás del arte: cómo trabajaban, aprendían y también cometían errores. Las imágenes se volvieron humanas, casi vivas”, concluyó el investigador.

La cultura Pazyryk fue una civilización nómada que habitó las estepas de Siberia meridional, en la región de los montes Altái, hace más de 2.000 años. Es conocida principalmente gracias a los hallazgos arqueológicos en kurganes (túmulos funerarios) que permanecieron congelados y excepcionalmente bien conservados en el permafrost. Su arte refleja una mezcla de motivos animales estilizados y escenas de la vida nómada, con fuerte influencia escita. Se cree que los tatuajes y ornamentos tenían valor religioso o chamánico.

 Se trata de una mujer de la cultura Pazyryk, cuyas inscripciones en la piel permanecieron intactas bajo el hielo del permafrost  LA NACION

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