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Qué significa hablar solo y en voz alta, según la psicología

Hablar solo, especialmente en voz alta, ya no es algo raro ni necesariamente preocupante: de hecho, muchas personas lo hacen sin darse cuenta en su día a día. Aunque a veces puede generar miradas curiosas o cierto desconcierto, la psicología actual lo considera un comportamiento completamente habitual e incluso beneficioso. Lejos de ser un indicio de trastorno, hablar consigo mismo es una herramienta que ayuda a ordenar ideas, reducir el estrés y favorecer el autoconocimiento.

En relación con esto, diversos especialistas coinciden en que hablar en voz alta con uno mismo puede mejorar la concentración, fortalecer la memoria, aumentar la autoestima y ayudar a gestionar las emociones, siempre que se dé en un marco saludable. Sin embargo, cuando este hábito se vuelve excesivo, aparece sin motivo aparente o interfiere en la vida cotidiana, podría ser una señal de alerta que justifique la consulta con un profesional.

Razones por las que una persona habla sola, según expertos

1. Una herramienta cognitiva para pensar mejor

El autodiálogo es una herramienta que facilita la planificación y la resolución de problemas

Según la psicología, este tipo de diálogo interno externalizado ayuda a estructurar ideas, mejorar la concentración y aliviar la ansiedad cotidiana. Justamente, desde la neurocognición, la investigadora Hélène Loevenbruck, del Laboratorio de Psicología y Neurocognición de Grenoble, sostiene que al poner en palabras los pensamientos se activan distintas áreas sensoriales, lo que favorece una comprensión más profunda y una mayor conciencia de lo que se piensa o se siente.

2. Un recurso para fortalecer la memoria y la autonomía emocional

Verbalizar ideas activa varias áreas del cerebro, mejorando la concentración y la memoria

El acto de hablar solo también tiene un fuerte impacto en la memoria y el aprendizaje. Así lo muestran los estudios del profesor Gary Lupyan, de la Universidad de Wisconsin, que demuestran cómo decir en voz alta el nombre de un objeto mientras se lo busca (como “banana”) ayuda al cerebro a activar redes visuales y conceptuales, facilitando su localización.

Además de potenciar la memoria, este hábito puede brindar una sensación de compañía interna y seguridad emocional. La psicoterapeuta Anne Wilson Schaef lo resume con una frase contundente: todos necesitamos alguien que nos entienda, que nos escuche y esté de nuestro lado, y muchas veces esa persona somos nosotros mismos.

3. Una forma de regular las emociones y automotivarse

Decirse frases positivas ayuda a regular las emociones y fortalecer la autoconfianza

En momentos de estrés o ansiedad, hablar en voz alta puede funcionar como un ancla emocional. Decirse frases como “tranquila, podés con esto” o “solo falta un poco más” actúa como una especie de contención emocional que ayuda a calmar el sistema nervioso. Sobre esto, la terapeuta Grace Lautman destaca que este tipo de verbalización permite transformar una voz interna crítica en un tono más amable y compasivo. Al expresarse en voz alta, se refuerzan mensajes positivos que pueden aumentar la confianza y generar una sensación de calma frente a situaciones desafiantes.

Señales de alerta: cuándo hablar solo puede indicar algo más

 Cuando el diálogo interno se vuelve excesivo o negativo, es importante consultar con un especialista

Aunque en la mayoría de los casos hablar solo es una conducta adaptativa que favorece la organización mental y la regulación emocional, hay situaciones que pueden encender una luz de advertencia. Sobre esto, especialistas en salud mental coinciden en que, cuando este hábito se vuelve muy frecuente, cargado de mensajes negativos o comienza a interferir con la vida cotidiana, podría estar asociado a procesos de trastornos de ansiedad e incluso, en casos más severos, a síntomas psicóticos.

Por ejemplo, si una persona mantiene largos monólogos en público, sin contexto claro y con contenido perturbador o desconectado de la realidad, es importante considerar la consulta con un profesional. En cambio, cuando el diálogo interno cumple funciones como la autorreflexión, la planificación o la automotivación, sigue siendo una herramienta saludable que refuerza el bienestar mental. La clave está en observar la frecuencia, el contenido y el impacto que este hábito tiene en la vida diaria.

Hablar solo, especialmente en voz alta, ya no es algo raro ni necesariamente preocupante: de hecho, muchas personas lo hacen sin darse cuenta en su día a día. Aunque a veces puede generar miradas curiosas o cierto desconcierto, la psicología actual lo considera un comportamiento completamente habitual e incluso beneficioso. Lejos de ser un indicio de trastorno, hablar consigo mismo es una herramienta que ayuda a ordenar ideas, reducir el estrés y favorecer el autoconocimiento.

En relación con esto, diversos especialistas coinciden en que hablar en voz alta con uno mismo puede mejorar la concentración, fortalecer la memoria, aumentar la autoestima y ayudar a gestionar las emociones, siempre que se dé en un marco saludable. Sin embargo, cuando este hábito se vuelve excesivo, aparece sin motivo aparente o interfiere en la vida cotidiana, podría ser una señal de alerta que justifique la consulta con un profesional.

Razones por las que una persona habla sola, según expertos

1. Una herramienta cognitiva para pensar mejor

El autodiálogo es una herramienta que facilita la planificación y la resolución de problemas

Según la psicología, este tipo de diálogo interno externalizado ayuda a estructurar ideas, mejorar la concentración y aliviar la ansiedad cotidiana. Justamente, desde la neurocognición, la investigadora Hélène Loevenbruck, del Laboratorio de Psicología y Neurocognición de Grenoble, sostiene que al poner en palabras los pensamientos se activan distintas áreas sensoriales, lo que favorece una comprensión más profunda y una mayor conciencia de lo que se piensa o se siente.

2. Un recurso para fortalecer la memoria y la autonomía emocional

Verbalizar ideas activa varias áreas del cerebro, mejorando la concentración y la memoria

El acto de hablar solo también tiene un fuerte impacto en la memoria y el aprendizaje. Así lo muestran los estudios del profesor Gary Lupyan, de la Universidad de Wisconsin, que demuestran cómo decir en voz alta el nombre de un objeto mientras se lo busca (como “banana”) ayuda al cerebro a activar redes visuales y conceptuales, facilitando su localización.

Además de potenciar la memoria, este hábito puede brindar una sensación de compañía interna y seguridad emocional. La psicoterapeuta Anne Wilson Schaef lo resume con una frase contundente: todos necesitamos alguien que nos entienda, que nos escuche y esté de nuestro lado, y muchas veces esa persona somos nosotros mismos.

3. Una forma de regular las emociones y automotivarse

Decirse frases positivas ayuda a regular las emociones y fortalecer la autoconfianza

En momentos de estrés o ansiedad, hablar en voz alta puede funcionar como un ancla emocional. Decirse frases como “tranquila, podés con esto” o “solo falta un poco más” actúa como una especie de contención emocional que ayuda a calmar el sistema nervioso. Sobre esto, la terapeuta Grace Lautman destaca que este tipo de verbalización permite transformar una voz interna crítica en un tono más amable y compasivo. Al expresarse en voz alta, se refuerzan mensajes positivos que pueden aumentar la confianza y generar una sensación de calma frente a situaciones desafiantes.

Señales de alerta: cuándo hablar solo puede indicar algo más

 Cuando el diálogo interno se vuelve excesivo o negativo, es importante consultar con un especialista

Aunque en la mayoría de los casos hablar solo es una conducta adaptativa que favorece la organización mental y la regulación emocional, hay situaciones que pueden encender una luz de advertencia. Sobre esto, especialistas en salud mental coinciden en que, cuando este hábito se vuelve muy frecuente, cargado de mensajes negativos o comienza a interferir con la vida cotidiana, podría estar asociado a procesos de trastornos de ansiedad e incluso, en casos más severos, a síntomas psicóticos.

Por ejemplo, si una persona mantiene largos monólogos en público, sin contexto claro y con contenido perturbador o desconectado de la realidad, es importante considerar la consulta con un profesional. En cambio, cuando el diálogo interno cumple funciones como la autorreflexión, la planificación o la automotivación, sigue siendo una herramienta saludable que refuerza el bienestar mental. La clave está en observar la frecuencia, el contenido y el impacto que este hábito tiene en la vida diaria.

 Este hábito común suele ayudar a ordenar ideas, potenciar la memoria y regular emociones, aunque en algunos casos puede indicar ansiedad o estrés que merece atención  LA NACION

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