Un mal sábado para los argentinos en Suecia. Estaba todo dado para una final celeste y blanca este domingo, pero los planes se alteraron. Ni Camilo Ugo Carabelli, primero, ni Francisco Cerúndolo, luego, pudieron atravesar las semifinales de este ATP 250 que se juega sobre polvo de ladrillo y reparte casi 600.000 euros.

En el primer turno, Camilo Ugo Carabelli no pudo reafirmar ante el neerlandés Jesper De Jong lo bueno que había hecho hasta el momento en el ATP 250 de Bastad, en Suecia. El argentino se encontró con un rival que jugó por encima de sus posibilidades, con un saque sólido y sin fisuras, y cayó por 6-3 y 7-6 (7-3).

Carabelli, que desde el lunes aparecerá en el puesto 50° del ranking, empezó disperso y perdió el primer servicio del partido. De Jong tomó ventaja rápido para ponerse 3-0, y a partir de entonces gobernó el desarrollo. El argentino levantó dos sets points, pero no pudo evitar el tercero y el primer parcial quedó sellado: 6-3 para el neerlandés.

En el segundo set primó la paridad. El argentino tambaleó con su saque en el quinto juego, pero levantó el break point y respiró aliviado. El momento bisagra llegó en el 5-5 cuando De Jong finalmente quebró el saque de Carabelli. Así, quedó a las puertas del triunfo. Sin embargo, el argentino reaccionó y en su primera oportunidad de romper el servicio del rival, aprovechó. Un grito de desahogo de Carabelli para ir al tie-break.

Carabelli perdió su primer saque y el neerlandés volvió a mostrar solidez con el suyo; rápidamente se puso 3-0. De Jong volvió a sacarle un servicio y metió un ace para llevar las cosas a un 5-1. Una doble falta puso a Carabelli al borde de la derrota. Y llegó finalmente, de la manera que se esperaba: con otro ace, el neerlandés selló 6-3, 7-6 (7-3).

De Jong es el primer jugador de su país en llegar a la final de Bastad. Llegó a este torneo como 106° del escalafón y sin nunca haber accedido a una definición. En 2025 jugó mayormente challengers y tuvo su mejor actuación en el Masters 1000 de Roma, donde accedió al cuadro principal como lucky loser, venció Schevchenko y a Davidovich Fokina y finalmente fue eliminado por Jannik Sinner.

Tampoco pudo Fran Cerúndolo

Francisco Cerúndolo tuvo un duelo complicadísimo ante el argentino nacionalizado italiano Luciano Darderi: después de un trabajoso partido, el nacido en Villa Gesell se impuso por 3-6, 6-3 y 7-6 (7-3).

Cerúndolo perdió el primer game con su saque, pero lo recuperó con un show de drops en el cuarto. Sin embargo, Fran volvió a cederlo en el juego siguiente. Un lapso de juego en el que se lo vio inestable, errático. Darderi volvió a quebrar para ponerse 5-2 y sacar para set. En ese primer parcial, un dato clave para entender lo que pasó: Cerúndolo ganó apenas el 40% de los puntos con su primer saque, mientras que su rival logró el 78%.

Las cosas comenzaron de diferente manera en el segundo set. Cerúndolo rompió de entrada y parecía un nuevo escenario, pero rápidamente Darderi emparejó. El quiebre de Fran llegó justo a tiempo, en el octavo juego, para quedar a tiro de set. Y lo logró: 6-3. Con 15 winners, 10 de ellos con su poderosa derecha, contra 5 del rival. También ajustó su primer saque: ganó el 70% de los puntos con ese servicio.

El set decisivo comenzó con quiebres cruzados. Francisco tomó ventaja en el quinto, aunque Darderi nunca se lo hizo fácil. Luchó el representante de Italia, a tal punto que volvió a recuperar su saque en el séptimo game. Darderi tomó confianza con su saque, dejó en cero a Fran y quedó al frente 5-4.

Finalmente, todo condujo al tie break. Empezó mal Fran, cedió un saque y rápidamente Darderi se puso 4-1. Cuando Cerúndolo comenzaba a recuperarse, el nacionalizado italiano arremetió y se quedó con todo: 7-3 y partido, en lo que significó la mejor victoria de su carrera.

Darderi, 53° en el ranking en vivo, jugará su tercera final de ATP luego de Córdoba 2024 (venció a Bagnis) y Marrakech en abril pasado (venció a Griekspoor). De esta manera, se transformó en el primer italiano en alcanzar la final de Bastad desde Fognini en 2018.

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Un mal sábado para los argentinos en Suecia. Estaba todo dado para una final celeste y blanca este domingo, pero los planes se alteraron. Ni Camilo Ugo Carabelli, primero, ni Francisco Cerúndolo, luego, pudieron atravesar las semifinales de este ATP 250 que se juega sobre polvo de ladrillo y reparte casi 600.000 euros.

En el primer turno, Camilo Ugo Carabelli no pudo reafirmar ante el neerlandés Jesper De Jong lo bueno que había hecho hasta el momento en el ATP 250 de Bastad, en Suecia. El argentino se encontró con un rival que jugó por encima de sus posibilidades, con un saque sólido y sin fisuras, y cayó por 6-3 y 7-6 (7-3).

Carabelli, que desde el lunes aparecerá en el puesto 50° del ranking, empezó disperso y perdió el primer servicio del partido. De Jong tomó ventaja rápido para ponerse 3-0, y a partir de entonces gobernó el desarrollo. El argentino levantó dos sets points, pero no pudo evitar el tercero y el primer parcial quedó sellado: 6-3 para el neerlandés.

En el segundo set primó la paridad. El argentino tambaleó con su saque en el quinto juego, pero levantó el break point y respiró aliviado. El momento bisagra llegó en el 5-5 cuando De Jong finalmente quebró el saque de Carabelli. Así, quedó a las puertas del triunfo. Sin embargo, el argentino reaccionó y en su primera oportunidad de romper el servicio del rival, aprovechó. Un grito de desahogo de Carabelli para ir al tie-break.

Carabelli perdió su primer saque y el neerlandés volvió a mostrar solidez con el suyo; rápidamente se puso 3-0. De Jong volvió a sacarle un servicio y metió un ace para llevar las cosas a un 5-1. Una doble falta puso a Carabelli al borde de la derrota. Y llegó finalmente, de la manera que se esperaba: con otro ace, el neerlandés selló 6-3, 7-6 (7-3).

De Jong es el primer jugador de su país en llegar a la final de Bastad. Llegó a este torneo como 106° del escalafón y sin nunca haber accedido a una definición. En 2025 jugó mayormente challengers y tuvo su mejor actuación en el Masters 1000 de Roma, donde accedió al cuadro principal como lucky loser, venció Schevchenko y a Davidovich Fokina y finalmente fue eliminado por Jannik Sinner.

Tampoco pudo Fran Cerúndolo

Francisco Cerúndolo tuvo un duelo complicadísimo ante el argentino nacionalizado italiano Luciano Darderi: después de un trabajoso partido, el nacido en Villa Gesell se impuso por 3-6, 6-3 y 7-6 (7-3).

Cerúndolo perdió el primer game con su saque, pero lo recuperó con un show de drops en el cuarto. Sin embargo, Fran volvió a cederlo en el juego siguiente. Un lapso de juego en el que se lo vio inestable, errático. Darderi volvió a quebrar para ponerse 5-2 y sacar para set. En ese primer parcial, un dato clave para entender lo que pasó: Cerúndolo ganó apenas el 40% de los puntos con su primer saque, mientras que su rival logró el 78%.

Las cosas comenzaron de diferente manera en el segundo set. Cerúndolo rompió de entrada y parecía un nuevo escenario, pero rápidamente Darderi emparejó. El quiebre de Fran llegó justo a tiempo, en el octavo juego, para quedar a tiro de set. Y lo logró: 6-3. Con 15 winners, 10 de ellos con su poderosa derecha, contra 5 del rival. También ajustó su primer saque: ganó el 70% de los puntos con ese servicio.

El set decisivo comenzó con quiebres cruzados. Francisco tomó ventaja en el quinto, aunque Darderi nunca se lo hizo fácil. Luchó el representante de Italia, a tal punto que volvió a recuperar su saque en el séptimo game. Darderi tomó confianza con su saque, dejó en cero a Fran y quedó al frente 5-4.

Finalmente, todo condujo al tie break. Empezó mal Fran, cedió un saque y rápidamente Darderi se puso 4-1. Cuando Cerúndolo comenzaba a recuperarse, el nacionalizado italiano arremetió y se quedó con todo: 7-3 y partido, en lo que significó la mejor victoria de su carrera.

Darderi, 53° en el ranking en vivo, jugará su tercera final de ATP luego de Córdoba 2024 (venció a Bagnis) y Marrakech en abril pasado (venció a Griekspoor). De esta manera, se transformó en el primer italiano en alcanzar la final de Bastad desde Fognini en 2018.

 Los argentinos perdieron una buena oportunidad de jugar la final en Suecia  LA NACION