NacionalesUltimas Noticias

Experto en tiro y karateca: quién es el juez de San Isidro denunciado por acoso sexual y laboral

Enrique García Maañón, el presidente de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de San Isidro denunciado por una funcionaria que trabajaba bajo sus órdenes por situaciones de acoso sexual y laboral, hizo toda su carrera en el Departamento Judicial de San Isidro. Tiene casi 40 años como juez.

“Fue juez de primera instancia, luego juez correccional y tras la reforma del sistema acusatorio en 1998 se convirtió en juez de Cámara”, sostuvo hace dos años una fuente judicial a la disuelta agencia de noticias Télam.

En ese momento, García Maañón, de 76 años, había sido noticia por haber matado a dos ladrones en Quilmes que intentaron robarle cuando regresaba de un torneo de tiro. Estaba acompañado por un custodio.

El magistrado se defendió a los tiros cuando siete delincuentes quisieron asaltarlo en un robo de la modalidad conocida como “piraña”.

El uso de las armas por parte de García Maañón quedó plasmado en la denuncia presentada por G. B. S., la funcionaria con cargo de letrada que cumple funciones en la Secretaría de Presidencia de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de San Isidro desde 2016.

“El doctor me hizo saber que era instructor de tiro, y me mostró la cantidad de condecoraciones que tenía, que se encontraban colgadas en su despacho, llegaba y sacaba su arma, de manera casual, la ponía en el cajón derecho de su escritorio, al retirarse la manipulaba, le ponía el cargador y se la ponía sobre su cuerpo y se retiraba, junto con su custodio”, sostuvo la denunciante en un escrito presentado ante la Subsecretaría de Control Disciplinario de la Suprema Corte de Justicia bonaerense.

Una de las últimas situaciones de acoso que describió G. S. B. fue el 19 de junio, hace casi un mes, en el despacho del magistrado y, justamente, con el uso de un arma de fuego.

“Me dijo que me sentara. Se levantó, sacó del cajón su arma, le puso el cargador, le sacó el seguro o se lo puso, dado que solo escuché el ruido, y en un movimiento rápido la pasó cerca de mi cara. No recuerdo si la puso delante de su pantalón o detrás, quedé como helada de haber visto el cañón del arma pasar cerca de mi cara. Él salió del escritorio, tomó un bolso, y dijo ‘me retiro’. Salí del despacho y fui a mi despacho y comencé a llorar”, según consta en el documento.

Ante consultas de LA NACION, allegados a García Maañon dijeron que el magistrado no iba a hacer declaraciones sobre el tema.

“No solo es experto en tiro. También ganó competencias de karate”, sostuvo a LA NACION una fuente judicial que suele cruzarse con García Maañón en los tribunales de San Isidro.

Intervino en causas de gran impacto mediático como el expediente donde se investigó la muerte de Diego Armando Maradona o el tratamiento de excarcelación de Carlos Robledo Puch, el mayor asesino serial de la historia argentina y conocido como El Ángel de la Muerte.

De hecho, ayer, antes de que se hiciera pública la denuncia de G. B. S., García Maañón estuvo a cargo del sorteo del juez que faltaba para completar el tribunal que llevará adelante el nuevo juicio por la muerte de Diego Maradona. Este nuevo proceso intentará determinar si hubo responsabilidades penales, luego de que el primer debate fuera anulado tras el escándalo protagonizado por la jueza Julieta Makintach, quien, mientras juzgaba a los acusados, participaba en un documental que buscaba revelar detalles del caso.

Además de desempeñarse como juez, García Maañón fue profesor del Posgrado y Doctorado en la especialidad Derecho Procesal Penal de la Universidad del Salvador. Publicó un libro titulado Homicidio simple y homicidio agravado y fue coautor, junto al médico legista Alejandro Basile, de la publicación Aborto e Infanticidio.

“En una ocasión en la que nos encontrábamos a solas me ordenó: ‘Sentate en ese lugar’, señalando un cuerpo de un sillón, haciendo alusión a un sillón de tres cuerpos. Me senté y el almohadón se hundió considerablemente y quedé como hundida, pequeñita. Entonces se sentó a mi lado y, mientras yo intentaba leer y explicarle temas [de trabajo] que había llevado escrito en hojas, su mirada y su cuerpo se giró considerablemente sobre mi cuerpo y su mirada se posó por encima de mi hombro. Fue la primera vez que me sentí intimidada por el doctor García Maañon. Era el presidente, mi jefe, nunca antes había vivido tal incomodidad. La luz tenue innecesaria, y la cercanía de su cuerpo me incomodó, sentí como que respiraba casi sobre mi cara. Yo miraba hacia abajo las hojas, tratando de leer de manera rápida la firma para retirarme y él, en un tono lento, me miraba haciendo como que le interesara lo que leía. Me intimidó con su cercanía y lo notó. Luego, con voz suave, me preguntó ‘¿Te incomoda?’. Sí, le contesté con firmeza. Automáticamente, se levantó y se sentó en otro sillón, y me dijo, como desentendiéndose de la situación, ‘tendré que cambiar ese almohadón’“, sostuvo G. B. S. en su denuncia.

Enrique García Maañón, el presidente de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de San Isidro denunciado por una funcionaria que trabajaba bajo sus órdenes por situaciones de acoso sexual y laboral, hizo toda su carrera en el Departamento Judicial de San Isidro. Tiene casi 40 años como juez.

“Fue juez de primera instancia, luego juez correccional y tras la reforma del sistema acusatorio en 1998 se convirtió en juez de Cámara”, sostuvo hace dos años una fuente judicial a la disuelta agencia de noticias Télam.

En ese momento, García Maañón, de 76 años, había sido noticia por haber matado a dos ladrones en Quilmes que intentaron robarle cuando regresaba de un torneo de tiro. Estaba acompañado por un custodio.

El magistrado se defendió a los tiros cuando siete delincuentes quisieron asaltarlo en un robo de la modalidad conocida como “piraña”.

El uso de las armas por parte de García Maañón quedó plasmado en la denuncia presentada por G. B. S., la funcionaria con cargo de letrada que cumple funciones en la Secretaría de Presidencia de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de San Isidro desde 2016.

“El doctor me hizo saber que era instructor de tiro, y me mostró la cantidad de condecoraciones que tenía, que se encontraban colgadas en su despacho, llegaba y sacaba su arma, de manera casual, la ponía en el cajón derecho de su escritorio, al retirarse la manipulaba, le ponía el cargador y se la ponía sobre su cuerpo y se retiraba, junto con su custodio”, sostuvo la denunciante en un escrito presentado ante la Subsecretaría de Control Disciplinario de la Suprema Corte de Justicia bonaerense.

Una de las últimas situaciones de acoso que describió G. S. B. fue el 19 de junio, hace casi un mes, en el despacho del magistrado y, justamente, con el uso de un arma de fuego.

“Me dijo que me sentara. Se levantó, sacó del cajón su arma, le puso el cargador, le sacó el seguro o se lo puso, dado que solo escuché el ruido, y en un movimiento rápido la pasó cerca de mi cara. No recuerdo si la puso delante de su pantalón o detrás, quedé como helada de haber visto el cañón del arma pasar cerca de mi cara. Él salió del escritorio, tomó un bolso, y dijo ‘me retiro’. Salí del despacho y fui a mi despacho y comencé a llorar”, según consta en el documento.

Ante consultas de LA NACION, allegados a García Maañon dijeron que el magistrado no iba a hacer declaraciones sobre el tema.

“No solo es experto en tiro. También ganó competencias de karate”, sostuvo a LA NACION una fuente judicial que suele cruzarse con García Maañón en los tribunales de San Isidro.

Intervino en causas de gran impacto mediático como el expediente donde se investigó la muerte de Diego Armando Maradona o el tratamiento de excarcelación de Carlos Robledo Puch, el mayor asesino serial de la historia argentina y conocido como El Ángel de la Muerte.

De hecho, ayer, antes de que se hiciera pública la denuncia de G. B. S., García Maañón estuvo a cargo del sorteo del juez que faltaba para completar el tribunal que llevará adelante el nuevo juicio por la muerte de Diego Maradona. Este nuevo proceso intentará determinar si hubo responsabilidades penales, luego de que el primer debate fuera anulado tras el escándalo protagonizado por la jueza Julieta Makintach, quien, mientras juzgaba a los acusados, participaba en un documental que buscaba revelar detalles del caso.

Además de desempeñarse como juez, García Maañón fue profesor del Posgrado y Doctorado en la especialidad Derecho Procesal Penal de la Universidad del Salvador. Publicó un libro titulado Homicidio simple y homicidio agravado y fue coautor, junto al médico legista Alejandro Basile, de la publicación Aborto e Infanticidio.

“En una ocasión en la que nos encontrábamos a solas me ordenó: ‘Sentate en ese lugar’, señalando un cuerpo de un sillón, haciendo alusión a un sillón de tres cuerpos. Me senté y el almohadón se hundió considerablemente y quedé como hundida, pequeñita. Entonces se sentó a mi lado y, mientras yo intentaba leer y explicarle temas [de trabajo] que había llevado escrito en hojas, su mirada y su cuerpo se giró considerablemente sobre mi cuerpo y su mirada se posó por encima de mi hombro. Fue la primera vez que me sentí intimidada por el doctor García Maañon. Era el presidente, mi jefe, nunca antes había vivido tal incomodidad. La luz tenue innecesaria, y la cercanía de su cuerpo me incomodó, sentí como que respiraba casi sobre mi cara. Yo miraba hacia abajo las hojas, tratando de leer de manera rápida la firma para retirarme y él, en un tono lento, me miraba haciendo como que le interesara lo que leía. Me intimidó con su cercanía y lo notó. Luego, con voz suave, me preguntó ‘¿Te incomoda?’. Sí, le contesté con firmeza. Automáticamente, se levantó y se sentó en otro sillón, y me dijo, como desentendiéndose de la situación, ‘tendré que cambiar ese almohadón’“, sostuvo G. B. S. en su denuncia.

 Enrique García Maañón tiene 76 y es el presidente de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal  LA NACION

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba
Cerrar