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Un golazo de Lucas Zelarayán al ángulo, el desahogo de un nuevo Belgrano que redujo las ilusiones de Huracán

El Torneo Clausura, por supuesto, es un torneo nuevo para todos los equipos del fútbol argentino. Para volver a ilusionarse con ingresar entre los mejores ocho de cada zona y aspirar a pelear hasta el final o bien recuperarse de las malas labores pasadas. Sin embargo, el Apertura no dejaba de ser una referencia como para que, por ejemplo, la actuación de Huracán, último subcampeón, fuera una atracción. Pálida imagen colectiva, aunque enfrente tuvo a un Belgrano que necesitaba hacer las cosas mejor con respecto a los últimos meses y fue certero en el estadio Tomás Adolfo Ducó, goleando 3-0.

Con dos armas. Desde el vestuario, primero, y luego con un golazo que rompió toda ilusión de que Frank Darío Kudelka y sus cambios del segundo tiempo revirtieran la historia. Llegó en el momento justo y desde el delicado pie derecho que más estaban esperando en Barrio Alberdi. Porque Lucas Zelarayán, aquel que llegó a comienzos de este año, pero fue parte de una primera campaña decepcionante, no había aportado el protagonismo proyectado, al punto de no tener goles. Sí apenas tres asistencias. Poco para su calidad tan extrañada en Córdoba desde su partida a México, en 2016.

El cordobés, nacionalizado armenio, fue la figura de una goleada que tranquiliza a Barrio Alberdi: buena versión colectiva y la aparición tan esperada de su '10'.

Se destapó (y desahogó) de una manera descomunal. A los diez minutos de la segunda parte, el propio ‘10′ se regaló un homenaje. Potenció con su borde interno derecho y a media distancia el gran partido que ya venía haciendo. Leonardo Gil, de gran campeonato en el primer semestre, tuvo una tarde-noche de sábado para el olvido y perdió la pelota con Francisco González Metilli casi en la puerta del área cordobesa. Su error desató el contragolpe hasta el vértice izquierdo del área del “Globo”, donde esperaba el hombre que juega para la selección de Armenia.

El “Chino” recibió y se balanceó hacia su mejor perfil. Apenas se acomodó, con el ángulo del arco bien calculado, no tardó en abrir el pie con potencia e inmejorable dirección para que las manos de Sebastián Meza quedaran alejadas de una pelota que infló la red en la esquina superior derecha. Allí, aunque faltaba un rato largo, sentenció la sorpresa.

“Es una emoción muy grande. Me cuesta hablar. Porque amo este club y no se me daba el gol, la peleé mucho. Perdón (su voz quebrada le impedía hablar con fluidez)… Es para mi familia, mis amigos, saben lo que vengo sufriendo. Nos merecíamos arrancar así por lo que hemos sufrido. Hicimos una pretemporada doble turno sin quejarnos, así que estoy muy contento”, expresó Zelarayán tras ser destacado como figura del triunfo.

Franco Jara venía a tono con Belgrano: sólo dos goles durante el flojo Torneo Apertura, pero en la primera fecha del Clausura ya aportó un tanto en la goleada al subcampeón.

Belgrano venía de una campaña frustrante por apenas conseguir tres éxitos en los 16 encuentros que ofrecen desde este año los nuevos formatos de la primera división, en los que las muchas igualdades (ocho) lo instalaron como el cuarto peor equipo de su zona (de 15 equipos). Por eso, fue grato el comienzo del encuentro y la noticia de otro protagonista que dio mucho en el pasado y venía de una sequía importante.

Franco Jara, tras una pérdida de Gil en su campo, sacó un zurdazo de media distancia, a los tres minutos. Tan frío estaba todo que Meza pareció no estar atento, se tiró tarde y no llegó a tapar una pelota que traía varios piques previos y terminó ingresando cercano al medio del arco. De hecho, casi que el tiro fue forzado, quizás, por su ansiedad de volver a gritar un gol: luego de ser el goleador de la Liga Profesional 2024 (21 tantos en 13 compromisos), pasó por un Torneo Apertura con apenas dos festejos personales.

Huracán sufrió lo ajeno, pero también lo propio. No fue su noche y ahora es un interrogante si esta actuación fue -justamente- mala fortuna acumulada y repentina o bien es el indicio de que el desempeño grupal estará muy alejado del que se vio hasta la final perdida con Platense. Dentro de su versión floja, travesaño y palo le dijeron que “no” en momentos clave.

El resumen de la goleada “Pirata”

Mereció ser gol la hermosa jugada preparada proveniente de un tiro libre sobre el costado del área. En el primer minuto del descuento que dio cierre al capítulo inicial, Gil no lanzó el centro: jugó bajo hacia dentro del área, Tomás Guidara rebotó a la derecha para Erik Ramírez y el delantero la jugó al medio, a media altura, para que Matko Miljevic rematara de volea, pero el poste superior y su posterior pique cercano a la línea privaron la por entonces parcial igualdad.

Ya en el complemento, Juan Bisanz (incorporación de este mercado de pases) ingresó en el área y Mariano Troillo no quiso, pero lo tocó en el área. Sebastián Zunino cobró el penal faltando cinco minutos para el final, pero el descuento no pudo ser tal: Leonardo Sequeira ejecutó cruzado y el palo derecho de Thiago Cardozo le negó el gol.

Desconcierto total. Como lo ocurrido ocho minutos antes, cuando Meza (otro que evidentemente no tuvo una noche positiva) se apresuró en salir al área, no entendió la intención de Fabio Pereyra de alcanzársela de cabeza y debió manotear la pelota. Pudo haber sido expulsión, sobre todo por la cercanía de Lucas Passerini, pero el juez (y el VAR) se lo perdonaron.

También, como lo sucedido a tres minutos del final. El propio Pereyra ahora sería el del error. Se confió dentro del área al cortar una pelota y Gabriel Compagnucci fue más rápido, sufriendo la patada a destiempo del zaguero. La tomó Passerini (también goleador hace unos torneos) y selló, desde los doce pasos y de manera sutil, la goleada en Parque Patricios.

Huracán se fue silbado apenas sonó el silbatazo. El hincha ya preveé que las ilusiones del pasado reciente pueden no ser iguales durante este Clausura.

El Torneo Clausura, por supuesto, es un torneo nuevo para todos los equipos del fútbol argentino. Para volver a ilusionarse con ingresar entre los mejores ocho de cada zona y aspirar a pelear hasta el final o bien recuperarse de las malas labores pasadas. Sin embargo, el Apertura no dejaba de ser una referencia como para que, por ejemplo, la actuación de Huracán, último subcampeón, fuera una atracción. Pálida imagen colectiva, aunque enfrente tuvo a un Belgrano que necesitaba hacer las cosas mejor con respecto a los últimos meses y fue certero en el estadio Tomás Adolfo Ducó, goleando 3-0.

Con dos armas. Desde el vestuario, primero, y luego con un golazo que rompió toda ilusión de que Frank Darío Kudelka y sus cambios del segundo tiempo revirtieran la historia. Llegó en el momento justo y desde el delicado pie derecho que más estaban esperando en Barrio Alberdi. Porque Lucas Zelarayán, aquel que llegó a comienzos de este año, pero fue parte de una primera campaña decepcionante, no había aportado el protagonismo proyectado, al punto de no tener goles. Sí apenas tres asistencias. Poco para su calidad tan extrañada en Córdoba desde su partida a México, en 2016.

El cordobés, nacionalizado armenio, fue la figura de una goleada que tranquiliza a Barrio Alberdi: buena versión colectiva y la aparición tan esperada de su '10'.

Se destapó (y desahogó) de una manera descomunal. A los diez minutos de la segunda parte, el propio ‘10′ se regaló un homenaje. Potenció con su borde interno derecho y a media distancia el gran partido que ya venía haciendo. Leonardo Gil, de gran campeonato en el primer semestre, tuvo una tarde-noche de sábado para el olvido y perdió la pelota con Francisco González Metilli casi en la puerta del área cordobesa. Su error desató el contragolpe hasta el vértice izquierdo del área del “Globo”, donde esperaba el hombre que juega para la selección de Armenia.

El “Chino” recibió y se balanceó hacia su mejor perfil. Apenas se acomodó, con el ángulo del arco bien calculado, no tardó en abrir el pie con potencia e inmejorable dirección para que las manos de Sebastián Meza quedaran alejadas de una pelota que infló la red en la esquina superior derecha. Allí, aunque faltaba un rato largo, sentenció la sorpresa.

“Es una emoción muy grande. Me cuesta hablar. Porque amo este club y no se me daba el gol, la peleé mucho. Perdón (su voz quebrada le impedía hablar con fluidez)… Es para mi familia, mis amigos, saben lo que vengo sufriendo. Nos merecíamos arrancar así por lo que hemos sufrido. Hicimos una pretemporada doble turno sin quejarnos, así que estoy muy contento”, expresó Zelarayán tras ser destacado como figura del triunfo.

Franco Jara venía a tono con Belgrano: sólo dos goles durante el flojo Torneo Apertura, pero en la primera fecha del Clausura ya aportó un tanto en la goleada al subcampeón.

Belgrano venía de una campaña frustrante por apenas conseguir tres éxitos en los 16 encuentros que ofrecen desde este año los nuevos formatos de la primera división, en los que las muchas igualdades (ocho) lo instalaron como el cuarto peor equipo de su zona (de 15 equipos). Por eso, fue grato el comienzo del encuentro y la noticia de otro protagonista que dio mucho en el pasado y venía de una sequía importante.

Franco Jara, tras una pérdida de Gil en su campo, sacó un zurdazo de media distancia, a los tres minutos. Tan frío estaba todo que Meza pareció no estar atento, se tiró tarde y no llegó a tapar una pelota que traía varios piques previos y terminó ingresando cercano al medio del arco. De hecho, casi que el tiro fue forzado, quizás, por su ansiedad de volver a gritar un gol: luego de ser el goleador de la Liga Profesional 2024 (21 tantos en 13 compromisos), pasó por un Torneo Apertura con apenas dos festejos personales.

Huracán sufrió lo ajeno, pero también lo propio. No fue su noche y ahora es un interrogante si esta actuación fue -justamente- mala fortuna acumulada y repentina o bien es el indicio de que el desempeño grupal estará muy alejado del que se vio hasta la final perdida con Platense. Dentro de su versión floja, travesaño y palo le dijeron que “no” en momentos clave.

El resumen de la goleada “Pirata”

Mereció ser gol la hermosa jugada preparada proveniente de un tiro libre sobre el costado del área. En el primer minuto del descuento que dio cierre al capítulo inicial, Gil no lanzó el centro: jugó bajo hacia dentro del área, Tomás Guidara rebotó a la derecha para Erik Ramírez y el delantero la jugó al medio, a media altura, para que Matko Miljevic rematara de volea, pero el poste superior y su posterior pique cercano a la línea privaron la por entonces parcial igualdad.

Ya en el complemento, Juan Bisanz (incorporación de este mercado de pases) ingresó en el área y Mariano Troillo no quiso, pero lo tocó en el área. Sebastián Zunino cobró el penal faltando cinco minutos para el final, pero el descuento no pudo ser tal: Leonardo Sequeira ejecutó cruzado y el palo derecho de Thiago Cardozo le negó el gol.

Desconcierto total. Como lo ocurrido ocho minutos antes, cuando Meza (otro que evidentemente no tuvo una noche positiva) se apresuró en salir al área, no entendió la intención de Fabio Pereyra de alcanzársela de cabeza y debió manotear la pelota. Pudo haber sido expulsión, sobre todo por la cercanía de Lucas Passerini, pero el juez (y el VAR) se lo perdonaron.

También, como lo sucedido a tres minutos del final. El propio Pereyra ahora sería el del error. Se confió dentro del área al cortar una pelota y Gabriel Compagnucci fue más rápido, sufriendo la patada a destiempo del zaguero. La tomó Passerini (también goleador hace unos torneos) y selló, desde los doce pasos y de manera sutil, la goleada en Parque Patricios.

Huracán se fue silbado apenas sonó el silbatazo. El hincha ya preveé que las ilusiones del pasado reciente pueden no ser iguales durante este Clausura.

 El jugador de la selección de Armenia fue clave en el triunfo ante el subcampeón del Torneo Apertura, que sufrió una derrota decepcionante y recibió silbidos de su gente  LA NACION

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