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Silencio, muerte y escombros: la historia del crimen que salió a la luz por la confesión de un menor

La historia había quedado suspendida en el tiempo. Durante meses, el nombre del joven adulto desaparecido era apenas un susurro en el barrio Independencia de Viedma. Nadie hablaba mucho. Nadie decía nada concreto. Solo se sabía que se lo había visto por última vez en un local nocturno del centro, y que después no volvió.

El cuerpo apareció meses después, dentro de su casa. El hallazgo no fue por un operativo policial, ni por una denuncia anónima. Sino porque un menor de edad se presentó voluntariamente en el Poder Judicial, habló y contó lo que había pasado. Luego, guió a las autoridades hasta el lugar donde estaba el cuerpo descompuesto.

La víctima yacía entre escombros, tapada a propósito. Había sido asesinado a balazos por el menor de edad. La identificación del cuerpo fue confirmada por peritos forenses del Hospital Zatti, tras la realización de diferentes pruebas odontológicas.

El difunto fue identificado luego de realizar una serie de análisis odontológicos.

Este martes, el Ministerio Público Fiscal acusó formalmente al menor de edad por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego cometido en exceso de la legítima defensa. El juez de Garantías aceptó la imputación fijando un plazo de investigación que se extenderá hasta el 13 de noviembre.

Según la reconstrucción fiscal, los dos jóvenes se conocían. Mantenían contacto por Instagram y aquella noche habían organizado encontrarse en un boliche ubicado en el centro de Viedma. Después, regresaron al barrio Independencia. En este contexto, según la acusación, el joven adulto habría amenazado al menor con un arma de fuego. Este reaccionó propinándole golpes de puño, logró reducirlo y utilizó la misma arma para disparar dos veces. Tras el enfrentamiento, sin dudarlo, cubrió el cuerpo con escombros y se fue.

La víctima fue encontrada en el barrio Independencia de Viedma.

En la audiencia, el Defensor Penal de Niños, Niñas y Adolescentes provincial no se opuso a los cargos imputados. Pero destacó la voluntad del menor de reconocer los hechos, colaborar con la investigación y su disposición a enfrentar el proceso judicial, ya que, al tener 16 años, puede ser penalmente responsable.

Mientras tanto, el menor deberá cumplir una serie de medidas cautelares: fijar domicilio, no salir de la comarca sin autorización judicial, abstenerse de cometer nuevos delitos y respetar una restricción horaria durante las noches. Además, deberá ser controlado y evaluado por especialistas de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), quienes, por disposición del juez, harán un seguimiento del menor hasta el fin del proceso judicial.

¿Son punibles los menores de edad? En casos como este, donde el imputado tiene entre 16 y 17 años, la Ley 22.278 permite avanzar con la causa penal hasta el juicio, pero la posible imposición de una pena solo puede resolverse después de alcanzar la mayoría de edad. Antes de eso, el menor de edad debe pasar por un tratamiento tutelar obligatorio.

El juez de Garantías también dispuso una prohibición total de difusión de cualquier dato que permita identificar al menor imputado: ni nombre, fotos, referencias familiares o domicilios. Cualquier incumplimiento es pasible de sanción. Todo ello a la luz de la normativa nacional e internacional que dispone resguardar la intimidad y la privacidad de todo menor de edad que enfrente un proceso judicial.

Como en el caso del menor, los encuentros con personas que se conocieron a través de redes sociales pueden implicar ciertos riesgos. Por eso, ante una primera reunión presencial se recomienda:

  • Antes de salir, avisar a un amigo, familiar o compañero con quién te vas a encontrar, dónde y a qué hora. En lo posible, pasales el nombre, perfil de redes sociales y teléfono de la persona.
  • Elegí un lugar público y con movimiento. Lo mejor es elegir lugares conocidos, con buena iluminación, seguridad en el ingreso y circulación de gente.
  • Evitá lugares alejados, sin señal o con accesos confusos.
  • Llegá por tu cuenta y asegurá tu regreso.
  • Usá un medio de transporte propio, un taxi o app de confianza para llegar y volver. No aceptes que la persona te pase a buscar si no la conocés. Mantené el control de tus horarios y movimientos.
  • Tampoco es conveniente regresar al hogar de la persona que no conocés.
  • No compartas datos personales sensibles. Evitá dar direcciones, lugares donde vivís, estudiás o trabajás, hasta no tener plena confianza.
  • No pierdas de vista tu bebida ni aceptes tragos que no preparen enfrente tuyo.
  • Aunque estés en un lugar con gente, mantenete alerta. No aceptes vasos ya servidos ni pierdas de vista tu consumo.
  • Confiá en tu intuición. Si algo te incomoda, tenés derecho a irte en cualquier momento. No tenés que justificarte. Tu seguridad y tu comodidad está primero.
  • Hablá antes por videollamada (si es posible). Es una forma simple de confirmar que la persona es quien dice ser. Si se niega sin motivo, es una señal de alerta.
  • Poné una palabra clave con alguien de confianza. En caso de sentirte en peligro o incómodo, podés enviar un mensaje con esa palabra clave y esa persona sabrá que necesitás ayuda.

La historia había quedado suspendida en el tiempo. Durante meses, el nombre del joven adulto desaparecido era apenas un susurro en el barrio Independencia de Viedma. Nadie hablaba mucho. Nadie decía nada concreto. Solo se sabía que se lo había visto por última vez en un local nocturno del centro, y que después no volvió.

El cuerpo apareció meses después, dentro de su casa. El hallazgo no fue por un operativo policial, ni por una denuncia anónima. Sino porque un menor de edad se presentó voluntariamente en el Poder Judicial, habló y contó lo que había pasado. Luego, guió a las autoridades hasta el lugar donde estaba el cuerpo descompuesto.

La víctima yacía entre escombros, tapada a propósito. Había sido asesinado a balazos por el menor de edad. La identificación del cuerpo fue confirmada por peritos forenses del Hospital Zatti, tras la realización de diferentes pruebas odontológicas.

El difunto fue identificado luego de realizar una serie de análisis odontológicos.

Este martes, el Ministerio Público Fiscal acusó formalmente al menor de edad por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego cometido en exceso de la legítima defensa. El juez de Garantías aceptó la imputación fijando un plazo de investigación que se extenderá hasta el 13 de noviembre.

Según la reconstrucción fiscal, los dos jóvenes se conocían. Mantenían contacto por Instagram y aquella noche habían organizado encontrarse en un boliche ubicado en el centro de Viedma. Después, regresaron al barrio Independencia. En este contexto, según la acusación, el joven adulto habría amenazado al menor con un arma de fuego. Este reaccionó propinándole golpes de puño, logró reducirlo y utilizó la misma arma para disparar dos veces. Tras el enfrentamiento, sin dudarlo, cubrió el cuerpo con escombros y se fue.

La víctima fue encontrada en el barrio Independencia de Viedma.

En la audiencia, el Defensor Penal de Niños, Niñas y Adolescentes provincial no se opuso a los cargos imputados. Pero destacó la voluntad del menor de reconocer los hechos, colaborar con la investigación y su disposición a enfrentar el proceso judicial, ya que, al tener 16 años, puede ser penalmente responsable.

Mientras tanto, el menor deberá cumplir una serie de medidas cautelares: fijar domicilio, no salir de la comarca sin autorización judicial, abstenerse de cometer nuevos delitos y respetar una restricción horaria durante las noches. Además, deberá ser controlado y evaluado por especialistas de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), quienes, por disposición del juez, harán un seguimiento del menor hasta el fin del proceso judicial.

¿Son punibles los menores de edad? En casos como este, donde el imputado tiene entre 16 y 17 años, la Ley 22.278 permite avanzar con la causa penal hasta el juicio, pero la posible imposición de una pena solo puede resolverse después de alcanzar la mayoría de edad. Antes de eso, el menor de edad debe pasar por un tratamiento tutelar obligatorio.

El juez de Garantías también dispuso una prohibición total de difusión de cualquier dato que permita identificar al menor imputado: ni nombre, fotos, referencias familiares o domicilios. Cualquier incumplimiento es pasible de sanción. Todo ello a la luz de la normativa nacional e internacional que dispone resguardar la intimidad y la privacidad de todo menor de edad que enfrente un proceso judicial.

Como en el caso del menor, los encuentros con personas que se conocieron a través de redes sociales pueden implicar ciertos riesgos. Por eso, ante una primera reunión presencial se recomienda:

  • Antes de salir, avisar a un amigo, familiar o compañero con quién te vas a encontrar, dónde y a qué hora. En lo posible, pasales el nombre, perfil de redes sociales y teléfono de la persona.
  • Elegí un lugar público y con movimiento. Lo mejor es elegir lugares conocidos, con buena iluminación, seguridad en el ingreso y circulación de gente.
  • Evitá lugares alejados, sin señal o con accesos confusos.
  • Llegá por tu cuenta y asegurá tu regreso.
  • Usá un medio de transporte propio, un taxi o app de confianza para llegar y volver. No aceptes que la persona te pase a buscar si no la conocés. Mantené el control de tus horarios y movimientos.
  • Tampoco es conveniente regresar al hogar de la persona que no conocés.
  • No compartas datos personales sensibles. Evitá dar direcciones, lugares donde vivís, estudiás o trabajás, hasta no tener plena confianza.
  • No pierdas de vista tu bebida ni aceptes tragos que no preparen enfrente tuyo.
  • Aunque estés en un lugar con gente, mantenete alerta. No aceptes vasos ya servidos ni pierdas de vista tu consumo.
  • Confiá en tu intuición. Si algo te incomoda, tenés derecho a irte en cualquier momento. No tenés que justificarte. Tu seguridad y tu comodidad está primero.
  • Hablá antes por videollamada (si es posible). Es una forma simple de confirmar que la persona es quien dice ser. Si se niega sin motivo, es una señal de alerta.
  • Poné una palabra clave con alguien de confianza. En caso de sentirte en peligro o incómodo, podés enviar un mensaje con esa palabra clave y esa persona sabrá que necesitás ayuda.

 El menor se encuentra imputado por el delito de homicidio agravado por uso de arma cometido en exceso de la legítima defensa  LA NACION

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