Israel: en una nueva ofensiva, Irán atacó uno de los hospitales más grandes del país

JERUSALÉN.- Después de dos días de relativa calma -con alertas de algunos lanzamientos de drones y misiles sin consecuencias-, Israel se despertó este jueves con una nueva andanada de misiles balísticos iraníes que impactaron en forma directa en un hospital del sur del país y, una vez más, en localidades de las afueras de Tel Aviv, y que dejaron al menos 240 personas heridas. Tras el nuevo ataque, el gobierno israelí lanzó una nueva amenaza al ayatollah Ali Khamenei, líder supremo de la república islámica.
El primer ataque a un hospital -ocurrido en el séptimo día de guerra contra Irán y cuando se espera que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, principal aliado, decida si se suma a la ofensiva-, causó indignación. Y una nueva reacción del premier israelí, Benjamin Netanyahu, que prometió “hacerle pagar el precio” a “los tiranos terroristas de Irán”, según aseguró en sus redes sociales.
En ese contexto, Netanyahu aclaró más tarde el jueves que el cambio o la caída del régimen iraní no era un objetivo explícito de Israel, aunque reconoció que podría ser un resultado eventual. “La cuestión del cambio de régimen o la caída de este régimen es, ante todo, una cuestión del pueblo iraní. No hay sustituto para esto. Por eso no lo presenté como un objetivo. Podría ser un resultado, pero no es un objetivo declarado o formal que tengamos”, explicó en la cadena pública israelí Kan.
Además, aseguró que Israel ha destruido más de la mitad de los lanzamisiles iraníes, en un avance significativo dentro de la ofensiva militar. También reafirmó que el país “es capaz de golpear todas las instalaciones nucleares de Irán”, aunque admitió que “toda ayuda es bienvenida” para cumplir con ese objetivo.
Por su parte, el ministro de Defensa, Israel Katz, dijo que “ya no se le puede permitir” que un hombre como el líder supremo de Irán, el ayatollah Ali Khamenei, “siga existiendo”. La amenaza llega después de que funcionarios norteamericanos revelaran días atrás que el presidente Donald Trump había vetado un plan israelí para asesinar a Khamenei y que el propio mandatario republicano dijera que no tenía planes de eliminarlo “al menos no por ahora”.
Imágenes de destrucción, ventanales rotos, pánico y columnas de humo negro que llegaban desde el hospital Soroka de Beersheva y desde Ramat Gan y Holon -suburbios de Tel Aviv- volvieron a sumir a la población en el terror. Y demostraron que, más allá de que muchos se habían ilusionado con que después de seis días de intensos ataques de la fuerza aérea israelí contra objetivos nucleares y militares, Irán ya no contaba con real capacidad ofensiva en verdad no es así.
Por su parte, el ejército israelí anunció haber atacado durante la noche un “reactor nuclear inactivo” en Arak y haber destruido “una instalación de desarrollo de armas nucleares en la zona de Natanz”, en el centro de Irán.
En Irán, los ataques israelíes dejaron hasta el momento 224 muertos, según un balance oficial.
Ataque al hospital
Después de una noche “tranquila”, ya que había habido una alarma pasada la medianoche por drones y misiles que fueron interceptados por la Cúpula de Hierro, a las 7 de la mañana nuevamente sonaron en todo el país las sirenas que advertían que había que bajar de inmediato a los refugios por una inminente nueva andanada de misiles balísticos. Fuertes explosiones se oyeron en Jerusalén y, poco después, la noticia fue que -por primera vez y en el séptimo día del “ataque preventivo” lanzado el viernes 13 por la madrugada por Netanyahu-, un hospital había recibido un impacto directo.
Se trata del hospital Soroka, de la ciudad de Beersheva, sur de Israel, uno de entre los más grandes del país y tristemente célebre por haber sido el que comenzó a recibir a los miles de muertos y a atender a los miles de heridos por el brutal asalto perpetrado por el grupo terrorista Hamas el 7 de octubre de 2023. El hospital Soroka está, de hecho, muy cerca de la franja de Gaza y de toda la zona de los kibutz cercanos atacados ese sábado.
Mientras las imágenes de los canales de televisión israelíes y redes sociales mostraban vidrios rotos, escombros y gritos de personal sanitario y pacientes, el centro médico informó que el hospital fue alcanzado en varios puntos y que estaba atendiendo a varios heridos leves en urgencias. También hizo saber que el antiguo edificio quirúrgico, que justo había sido evacuado, sufrió daños considerables y que los pacientes estaban siendo evacuados.
En medio de la conmoción, medios iraníes dijeron que el objetivo había sido una base de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y de la Inteligencia israelí cercana al hospital.
A baby in intensive care. A mother by their bedside. A doctor rushing between beds. An elderly resident in a nursing home.
These were some of the targets of Iran’s missile attacks on Israeli civilians this morning.
Soroka Hospital, located in Be’er Sheva, is one of Israel’s… pic.twitter.com/OVXkLQ8JYh
— יצחק הרצוג Isaac Herzog (@Isaac_Herzog) June 19, 2025
En medio de gran alarma, ambulancias que iban y veían, rescatistas con cascos y camillas, también eran impactantes las imágenes provenientes del suburbio de Holon, al sur de Tel Aviv, y de Ramat Gan, al este, donde se levantaban columnas de humo negro. Y, de nuevo, se veían imágenes de destrucción de diversos edificios. En Holon, el impacto fue en una construcción de cuatro pisos, mientras que en Ramat Gan se veía un moderno rascacielos y al menos otras tres construcciones muy dañadas. Medios locales hablaban de cinco heridos graves, cuatro en Holon y uno en Ramat Gan.
Poco después de las 10.30 locales un vocero del servicio de emergencias informó que, en total, se contaban 3 heridos graves, 2 moderados, 42 con daños causados por esquirlas y explosiones, y 18 heridos mientras estaban intentando alcanzar un refugio.
El viceministro de Asuntos Exteriores de Israel, Sharren Haskel, definió el ataque de Irán contra el hospital Soroka de Beersheba de “intencionado” y “criminal”.
“Irán acaba de atacar el Hospital Soroka en Beersheba con un misil balístico. No es una base militar. Es un hospital. Este es el principal centro médico de toda la región israelí del Negev. Deliberado. Criminal. Objetivo civil. El mundo debe alzar la voz”, denunció Sharren Haskel en X.
הבוקר, רודני הטרור של איראן שיגרו טילים לעבר בית החולים סורוקה בבאר שבע ולעבר אוכלוסייה אזרחית במרכז הארץ.
נגבה את מלוא המחיר מהרודנים בטהרן.
— Benjamin Netanyahu – בנימין נתניהו (@netanyahu) June 19, 2025
Al coro de indignación se sumó el presidente de Israel, Isaac Herzog. “Un bebé en cuidados intensivos. Una madre junto a su cama. Un médico moviéndose rápidamente entre camas. Un anciano residente en una residencia de ancianos. Estos fueron algunos de los objetivos de los ataques con misiles de Irán contra civiles israelíes”, escribió en su cuenta de X, subiendo también una foto.
“El Hospital Soroka, ubicado en Beersheva, es uno de los mejores de Israel; atiende a toda la región del Negev, a israelíes de todas las religiones y a nuestros vecinos palestinos que acuden especialmente para recibir tratamiento. Su dedicado personal —judíos y árabes— trabaja codo con codo en extraordinaria armonía, unidos por la misión de sanar”, agregó. “Envío fuerza y apoyo a los equipos médicos, a los pacientes y a los residentes de Beersheva y de todas las ciudades atacadas en Israel esta mañana. En momentos como estos, recordamos lo que realmente está en juego y los valores que defendemos”, concluyó.
La indignación reinaba también entre la gente común y entre muchos argentinos que conocen bien ese hospital.
“Mi hijo, Ronén, nació hace 41 años en el hospital de Soroca. Fue una experiencia distinta a lo que es tener familia en la Argentina, era totalmente distinto en esa época. Es un hospital muy grande, hay muchísimas entidades sudamericanas, médicos muy buenos”, contó a LA NACION Sonia Kapeika, porteña que vive desde hace cuatro décadas en Israel.
“¿Qué sentí cuando vi el ataque al hospital? El desastre. Yo vivo en Israel hace 44 años y pasamos muchas guerras… La guerra del Golfo, que fue una de las peores, pero nunca vimos un desastre tan grande como el que estamos viendo ahora. Siempre se nos acusa a nosotros que atacamos hospitales, pero teníamos un propósito distinto», dijo, en diálogo telefónico desde Nahariya, ciudad del norte de Israel, donde vive.
“Sabemos que en los hospitales, debajo de los hospitales, hay armamento, hay maldad. Este es un hospital al que también vienen de las ciudades de países árabes a hacerse atender. Es un hospital que está abierto para todos. Nosotros sabemos que en Gaza debajo los hospitales, está demostrado, tienen armamento y bombas. Nosotros no. Nosotros tenemos gente. Nosotros tenemos vida. Nosotros peleamos por la vida, no por la muerte. Esa es la diferencia”, planteó, visiblemente conmocionada.
“Y la diferencia con Gaza es que esta es una guerra contra terroristas. Si nosotros no los atacamos, ningún país en el mundo va a poder estar tranquilo”, sumó, refiriéndose a Irán y a la amenaza nuclear.
Según información difundida este jueves por el gobierno israelí, desde el inicio de la operación León Ascendente, en la madrugada del viernes pasado, Irán lanzó hacia Israel más de 400 misiles, cientos de drones y hubo más de 40 lugares impactados. Murieron 24 personas y más de 800 resultaron heridas (11 en estado grave).
Al margen del efecto psicológico -que, una vez más, como ocurrió el 7 de octubre, se vuelve a hacer caer en la cuenta de que Israel ya no es esa fortaleza invencible capaz de defender a sus ciudadanos-, se cuentan daños materiales ingentes.
Siempre según información del gobierno, la Autoridad Tributaria de Israel en menos de una semana recibió 22.932 reclamos (18.890 relacionadas con edificios; 1827 relacionadas con vehículos; 2215 relacionadas con otras propiedades). El Comando del Frente Interno hizo saber, además, que más de 5000 personas fueron evacuadas de sus hogares.
JERUSALÉN.- Después de dos días de relativa calma -con alertas de algunos lanzamientos de drones y misiles sin consecuencias-, Israel se despertó este jueves con una nueva andanada de misiles balísticos iraníes que impactaron en forma directa en un hospital del sur del país y, una vez más, en localidades de las afueras de Tel Aviv, y que dejaron al menos 240 personas heridas. Tras el nuevo ataque, el gobierno israelí lanzó una nueva amenaza al ayatollah Ali Khamenei, líder supremo de la república islámica.
El primer ataque a un hospital -ocurrido en el séptimo día de guerra contra Irán y cuando se espera que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, principal aliado, decida si se suma a la ofensiva-, causó indignación. Y una nueva reacción del premier israelí, Benjamin Netanyahu, que prometió “hacerle pagar el precio” a “los tiranos terroristas de Irán”, según aseguró en sus redes sociales.
En ese contexto, Netanyahu aclaró más tarde el jueves que el cambio o la caída del régimen iraní no era un objetivo explícito de Israel, aunque reconoció que podría ser un resultado eventual. “La cuestión del cambio de régimen o la caída de este régimen es, ante todo, una cuestión del pueblo iraní. No hay sustituto para esto. Por eso no lo presenté como un objetivo. Podría ser un resultado, pero no es un objetivo declarado o formal que tengamos”, explicó en la cadena pública israelí Kan.
Además, aseguró que Israel ha destruido más de la mitad de los lanzamisiles iraníes, en un avance significativo dentro de la ofensiva militar. También reafirmó que el país “es capaz de golpear todas las instalaciones nucleares de Irán”, aunque admitió que “toda ayuda es bienvenida” para cumplir con ese objetivo.
Por su parte, el ministro de Defensa, Israel Katz, dijo que “ya no se le puede permitir” que un hombre como el líder supremo de Irán, el ayatollah Ali Khamenei, “siga existiendo”. La amenaza llega después de que funcionarios norteamericanos revelaran días atrás que el presidente Donald Trump había vetado un plan israelí para asesinar a Khamenei y que el propio mandatario republicano dijera que no tenía planes de eliminarlo “al menos no por ahora”.
Imágenes de destrucción, ventanales rotos, pánico y columnas de humo negro que llegaban desde el hospital Soroka de Beersheva y desde Ramat Gan y Holon -suburbios de Tel Aviv- volvieron a sumir a la población en el terror. Y demostraron que, más allá de que muchos se habían ilusionado con que después de seis días de intensos ataques de la fuerza aérea israelí contra objetivos nucleares y militares, Irán ya no contaba con real capacidad ofensiva en verdad no es así.
Por su parte, el ejército israelí anunció haber atacado durante la noche un “reactor nuclear inactivo” en Arak y haber destruido “una instalación de desarrollo de armas nucleares en la zona de Natanz”, en el centro de Irán.
En Irán, los ataques israelíes dejaron hasta el momento 224 muertos, según un balance oficial.
Ataque al hospital
Después de una noche “tranquila”, ya que había habido una alarma pasada la medianoche por drones y misiles que fueron interceptados por la Cúpula de Hierro, a las 7 de la mañana nuevamente sonaron en todo el país las sirenas que advertían que había que bajar de inmediato a los refugios por una inminente nueva andanada de misiles balísticos. Fuertes explosiones se oyeron en Jerusalén y, poco después, la noticia fue que -por primera vez y en el séptimo día del “ataque preventivo” lanzado el viernes 13 por la madrugada por Netanyahu-, un hospital había recibido un impacto directo.
Se trata del hospital Soroka, de la ciudad de Beersheva, sur de Israel, uno de entre los más grandes del país y tristemente célebre por haber sido el que comenzó a recibir a los miles de muertos y a atender a los miles de heridos por el brutal asalto perpetrado por el grupo terrorista Hamas el 7 de octubre de 2023. El hospital Soroka está, de hecho, muy cerca de la franja de Gaza y de toda la zona de los kibutz cercanos atacados ese sábado.
Mientras las imágenes de los canales de televisión israelíes y redes sociales mostraban vidrios rotos, escombros y gritos de personal sanitario y pacientes, el centro médico informó que el hospital fue alcanzado en varios puntos y que estaba atendiendo a varios heridos leves en urgencias. También hizo saber que el antiguo edificio quirúrgico, que justo había sido evacuado, sufrió daños considerables y que los pacientes estaban siendo evacuados.
En medio de la conmoción, medios iraníes dijeron que el objetivo había sido una base de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y de la Inteligencia israelí cercana al hospital.
A baby in intensive care. A mother by their bedside. A doctor rushing between beds. An elderly resident in a nursing home.
These were some of the targets of Iran’s missile attacks on Israeli civilians this morning.
Soroka Hospital, located in Be’er Sheva, is one of Israel’s… pic.twitter.com/OVXkLQ8JYh
— יצחק הרצוג Isaac Herzog (@Isaac_Herzog) June 19, 2025
En medio de gran alarma, ambulancias que iban y veían, rescatistas con cascos y camillas, también eran impactantes las imágenes provenientes del suburbio de Holon, al sur de Tel Aviv, y de Ramat Gan, al este, donde se levantaban columnas de humo negro. Y, de nuevo, se veían imágenes de destrucción de diversos edificios. En Holon, el impacto fue en una construcción de cuatro pisos, mientras que en Ramat Gan se veía un moderno rascacielos y al menos otras tres construcciones muy dañadas. Medios locales hablaban de cinco heridos graves, cuatro en Holon y uno en Ramat Gan.
Poco después de las 10.30 locales un vocero del servicio de emergencias informó que, en total, se contaban 3 heridos graves, 2 moderados, 42 con daños causados por esquirlas y explosiones, y 18 heridos mientras estaban intentando alcanzar un refugio.
El viceministro de Asuntos Exteriores de Israel, Sharren Haskel, definió el ataque de Irán contra el hospital Soroka de Beersheba de “intencionado” y “criminal”.
“Irán acaba de atacar el Hospital Soroka en Beersheba con un misil balístico. No es una base militar. Es un hospital. Este es el principal centro médico de toda la región israelí del Negev. Deliberado. Criminal. Objetivo civil. El mundo debe alzar la voz”, denunció Sharren Haskel en X.
הבוקר, רודני הטרור של איראן שיגרו טילים לעבר בית החולים סורוקה בבאר שבע ולעבר אוכלוסייה אזרחית במרכז הארץ.
נגבה את מלוא המחיר מהרודנים בטהרן.
— Benjamin Netanyahu – בנימין נתניהו (@netanyahu) June 19, 2025
Al coro de indignación se sumó el presidente de Israel, Isaac Herzog. “Un bebé en cuidados intensivos. Una madre junto a su cama. Un médico moviéndose rápidamente entre camas. Un anciano residente en una residencia de ancianos. Estos fueron algunos de los objetivos de los ataques con misiles de Irán contra civiles israelíes”, escribió en su cuenta de X, subiendo también una foto.
“El Hospital Soroka, ubicado en Beersheva, es uno de los mejores de Israel; atiende a toda la región del Negev, a israelíes de todas las religiones y a nuestros vecinos palestinos que acuden especialmente para recibir tratamiento. Su dedicado personal —judíos y árabes— trabaja codo con codo en extraordinaria armonía, unidos por la misión de sanar”, agregó. “Envío fuerza y apoyo a los equipos médicos, a los pacientes y a los residentes de Beersheva y de todas las ciudades atacadas en Israel esta mañana. En momentos como estos, recordamos lo que realmente está en juego y los valores que defendemos”, concluyó.
La indignación reinaba también entre la gente común y entre muchos argentinos que conocen bien ese hospital.
“Mi hijo, Ronén, nació hace 41 años en el hospital de Soroca. Fue una experiencia distinta a lo que es tener familia en la Argentina, era totalmente distinto en esa época. Es un hospital muy grande, hay muchísimas entidades sudamericanas, médicos muy buenos”, contó a LA NACION Sonia Kapeika, porteña que vive desde hace cuatro décadas en Israel.
“¿Qué sentí cuando vi el ataque al hospital? El desastre. Yo vivo en Israel hace 44 años y pasamos muchas guerras… La guerra del Golfo, que fue una de las peores, pero nunca vimos un desastre tan grande como el que estamos viendo ahora. Siempre se nos acusa a nosotros que atacamos hospitales, pero teníamos un propósito distinto», dijo, en diálogo telefónico desde Nahariya, ciudad del norte de Israel, donde vive.
“Sabemos que en los hospitales, debajo de los hospitales, hay armamento, hay maldad. Este es un hospital al que también vienen de las ciudades de países árabes a hacerse atender. Es un hospital que está abierto para todos. Nosotros sabemos que en Gaza debajo los hospitales, está demostrado, tienen armamento y bombas. Nosotros no. Nosotros tenemos gente. Nosotros tenemos vida. Nosotros peleamos por la vida, no por la muerte. Esa es la diferencia”, planteó, visiblemente conmocionada.
“Y la diferencia con Gaza es que esta es una guerra contra terroristas. Si nosotros no los atacamos, ningún país en el mundo va a poder estar tranquilo”, sumó, refiriéndose a Irán y a la amenaza nuclear.
Según información difundida este jueves por el gobierno israelí, desde el inicio de la operación León Ascendente, en la madrugada del viernes pasado, Irán lanzó hacia Israel más de 400 misiles, cientos de drones y hubo más de 40 lugares impactados. Murieron 24 personas y más de 800 resultaron heridas (11 en estado grave).
Al margen del efecto psicológico -que, una vez más, como ocurrió el 7 de octubre, se vuelve a hacer caer en la cuenta de que Israel ya no es esa fortaleza invencible capaz de defender a sus ciudadanos-, se cuentan daños materiales ingentes.
Siempre según información del gobierno, la Autoridad Tributaria de Israel en menos de una semana recibió 22.932 reclamos (18.890 relacionadas con edificios; 1827 relacionadas con vehículos; 2215 relacionadas con otras propiedades). El Comando del Frente Interno hizo saber, además, que más de 5000 personas fueron evacuadas de sus hogares.
El Estado condenó el bombardeo al sur del territorio del Soroka de Beersheva; lo calificó como un acto “deliberado y criminal” y pidió: “El mundo debe alzar la voz” LA NACION