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El otro país

Una multitud se volcó a las calles a protestar por la condena a la expresidenta y no lo hizo con odio, sino con la alegría. Semejante movilización constituye un feńomeno interesante, sobre todo para los que daban por fenecido al peronismo.
Una multitud se volcó a las calles a protestar por la condena a la expresidenta y no lo hizo con odio, sino con la alegría. Semejante movilización constituye un feńomeno interesante, sobre todo para los que daban por fenecido al peronismo.