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Una banda había alcanzado poder de fuego militar con fusiles M4

Cuando los agentes de la PSA derribaron la puerta de la casa estaban seguros de que encontrarían armas, ya que es lo normal durante allanamientos a los clanes narco que operan en Rosario. Pero la costumbre no evitó la sorpresa ante el inesperado poder de fuego de esa organización criminal que tenía tres fusiles M4.

Esas armas, de caño corto y culata retractril, son poco habituales en manos de vendedores de droga al menudeo. Esos grupos no pasan en general del volumen de fuego que les da una veterana ametralladora FMK3 que podría rastrearse hasta algún arsenal policial. Con ese subfusil y la modificación de pistolas 9mm para tiro en ráfaga les alcanzó a los clanes rosarinos para llevar a la ciudad de Rosario a los niveles más altos de violencia en el país, antes de iniciarse el Operativo Bandera, cuyo despliegue logró bajar en forma notable la tasa de homicidios. Sin embargo, la aparición de fusiles M4 de dotación militar -no usados por las Fuerzas Armadas en la Argentina- eleva el rango de peligrosidad.

Un arma de esas características se había observado en manos de un narco en marzo de 2023, cuando René “Manudo” Guzmán se enfrentó a tiros con una patrulla de la Gendarmería en Santiago del Estero. El hombre protegía un cargamento de cocaína que logró seguir su camino mientras los uniformados estaban aferrados al tiroteo que concluyó con Guzmán herido. Fue rara su actitud en ese momento, ya que los narcos casi nunca disparan contra las fuerzas de seguridad, sino que acopian poder de fuego para sus enfrentamientos con otros clanes. Prefieren la cárcel y las ventajas del sistema judicial argentino a jugársela frente a la puntería de agentes entrenados. Esos hicieron los hombres sorprendidos en la casa rosarina por los agentes de la PSA. Levantaron las manos y no buscaron usar esos fusiles, cuyo origen por ahora es un misterio. Aunque hay pistas. Los investigadores afirman que ese grupor de narcomenudeo barrial tiene relación con la red logística de cargamentos marcados con el símbolo de un delfín. La misma señal llevaban los embarques del antes consignado Guzmán. Ambos episodios con fusiles M4 tendrían alguna relación entonces con la estructura de Delfín Castedo, el capo narco que está en prisión y condenado, pero cuyo emblema sigue apareciendo una y otra vez en los decomisos.

E operativo fue realizado por la PSA

A fines de abril pasado la marca apareció en los 195 kilos de cocaína decomisados en la frontera norte, en Salta. Pocos días atrás se interceptaron unos pocos kilos con el mismo emblema, pero en el área metropolitana Buenos Aires. Se trata entonces de la red más activa de logística narco y si ese sector empieza a mostrarse con fusiles de asalto, la amenaza narco será más real que nunca, según lo marca la experiencia de Brasil y Paraguay que enfrentaron un salto de violencia cuando las bandas narco apelaron a armamento militar.

La investigación en el caso de Rosario había empezado por la venta de drogas y no por la sospecha de acopio de armas, según se desprende de la información oficial.

Ese grupo narco operaba en la zona norte de la ciudad de Rosario y se lo conoce como una de las terminales vinculadas con el clan Alvarado, uno de los enemigos de Los Monos. Los investigadores pudieron determinar luego que algunos de los sospechosos publicaban en las redes sociales sus imágenes con armas

Cuando los agentes de la PSA derribaron la puerta de la casa estaban seguros de que encontrarían armas, ya que es lo normal durante allanamientos a los clanes narco que operan en Rosario. Pero la costumbre no evitó la sorpresa ante el inesperado poder de fuego de esa organización criminal que tenía tres fusiles M4.

Esas armas, de caño corto y culata retractril, son poco habituales en manos de vendedores de droga al menudeo. Esos grupos no pasan en general del volumen de fuego que les da una veterana ametralladora FMK3 que podría rastrearse hasta algún arsenal policial. Con ese subfusil y la modificación de pistolas 9mm para tiro en ráfaga les alcanzó a los clanes rosarinos para llevar a la ciudad de Rosario a los niveles más altos de violencia en el país, antes de iniciarse el Operativo Bandera, cuyo despliegue logró bajar en forma notable la tasa de homicidios. Sin embargo, la aparición de fusiles M4 de dotación militar -no usados por las Fuerzas Armadas en la Argentina- eleva el rango de peligrosidad.

Un arma de esas características se había observado en manos de un narco en marzo de 2023, cuando René “Manudo” Guzmán se enfrentó a tiros con una patrulla de la Gendarmería en Santiago del Estero. El hombre protegía un cargamento de cocaína que logró seguir su camino mientras los uniformados estaban aferrados al tiroteo que concluyó con Guzmán herido. Fue rara su actitud en ese momento, ya que los narcos casi nunca disparan contra las fuerzas de seguridad, sino que acopian poder de fuego para sus enfrentamientos con otros clanes. Prefieren la cárcel y las ventajas del sistema judicial argentino a jugársela frente a la puntería de agentes entrenados. Esos hicieron los hombres sorprendidos en la casa rosarina por los agentes de la PSA. Levantaron las manos y no buscaron usar esos fusiles, cuyo origen por ahora es un misterio. Aunque hay pistas. Los investigadores afirman que ese grupor de narcomenudeo barrial tiene relación con la red logística de cargamentos marcados con el símbolo de un delfín. La misma señal llevaban los embarques del antes consignado Guzmán. Ambos episodios con fusiles M4 tendrían alguna relación entonces con la estructura de Delfín Castedo, el capo narco que está en prisión y condenado, pero cuyo emblema sigue apareciendo una y otra vez en los decomisos.

E operativo fue realizado por la PSA

A fines de abril pasado la marca apareció en los 195 kilos de cocaína decomisados en la frontera norte, en Salta. Pocos días atrás se interceptaron unos pocos kilos con el mismo emblema, pero en el área metropolitana Buenos Aires. Se trata entonces de la red más activa de logística narco y si ese sector empieza a mostrarse con fusiles de asalto, la amenaza narco será más real que nunca, según lo marca la experiencia de Brasil y Paraguay que enfrentaron un salto de violencia cuando las bandas narco apelaron a armamento militar.

La investigación en el caso de Rosario había empezado por la venta de drogas y no por la sospecha de acopio de armas, según se desprende de la información oficial.

Ese grupo narco operaba en la zona norte de la ciudad de Rosario y se lo conoce como una de las terminales vinculadas con el clan Alvarado, uno de los enemigos de Los Monos. Los investigadores pudieron determinar luego que algunos de los sospechosos publicaban en las redes sociales sus imágenes con armas

 Investigan el origen de las armas  LA NACION

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