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Cuáles son los principales puntos que se discuten en la Cumbre de los Océanos

Dentro de su gira internacional, Javier Milei decidió tener una participación fugaz en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3) organizada en la ciudad de Niza.

Según la propia página de Naciones Unidas, en este encuentro se busca “acelerar la acción” para cumplir el punto 14 de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS): “Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible”.

Ayer, se pudo ver entre los pasillos de la sala de conferencias al presidente argentino, acompañado la Secretario General, Karina Milei, del canciller, Gerardo Werthein y del presidente de la comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara de Diputados, Fernando Iglesias. Así lo aseguró Milko Schvartzman, representante de la organización Círculo de Políticas Ambientales (CPA) en dicha conferencia y experto en pesca ilegal.

LA NACION contactó a Cancillería para conocer la razón por la que el mandatario asistió a este evento y la posición del país en los temas que se negocian, pero no obtuvo respuesta.

Schvartzman consideró que en esta cumbre se discuten temas de particular interés para la región y el país. Los puntos más importantes de las negociaciones allá se sintetizan en la continuación de los compromisos internacionales que se plantearon en la cumbre pasada. La ratificación del tratado sobre diversidad biológica marina (BBNJ) por parte de la Argentina es uno de los puntos esperados por el experto, que contempla el incremento de áreas marinas protegidas.

Este acuerdo había sido firmado por la entonces Canciller, Diana Mondino. También fue enviada y votada en el Congreso. “Lo que falta es que lo ratifiquen”, explicó Schvartzman.

Además de eso, también se espera que haya un incremento en el financiamiento para la protección de estos ecosistemas, aumentar las zonas marinas protegidas, y que cada vez más países se sumen a los esfuerzos internacionales por regular la contaminación del mar y la sobrepesca.

Para la mayor parte de los países que componen Naciones Unidas, el mar está en un estado de emergencia. En las últimas décadas, se ha identificado una serie de problemas que crecen cada segundo que pasa. Los que se destacaron son los siguientes: eutrofización -exceso de nutrientes que provoca desajustes en los ecosistemas marinos-, acidificación, calentamiento, desoxigenación, contaminación por plásticos y la alarmante tendencia a la sobrepesca.

Los Patrulleros Oceánicos Multipropósito (OPV) llegaron para fortalecer la custodia del mar en el Atlántico Sur y prevenir la pesca ilegal

Todos estos problemas son globales, y aunque hay zonas en donde se expresan de manera más intensa, las consecuencias se reproducen en todos lados: la diversidad de animales marinos está cayendo a niveles nunca antes vistos, el nivel del mar está aumentando, y los océanos, que fungen todavía como un reservorio de carbono, están liberándose en forma de CO₂ a la atmósfera.

Sobre esa base, actividades como la pesca no regulada e incluso fomentada por los gobiernos del mundo siguen siendo una norma. Fenómenos como las olas de calor, o el creciente aumento de la temperatura y acidificación oceánica son procesos compartidos por todo territorio que tenga algún tipo de costa. La intención de esta conferencia es la de generar acuerdos que, como las problemáticas a resolver, superan los límites de los países.

Los compromisos internacionales

Sobre el mar, los países del mundo se han comprometido a varias acciones. Entre ellas está la mitigación de gases de efecto invernadero, que como con el caso atmosférico y varios países del mundo y de América Latina han desarrollado políticas de regulación para mitigar la pesca ilegal y promover la protección de los océanos.

Un 30% de los mares chilenos o costarricenses están protegidos, Brasil anunció que llegará a un 26% y son cada vez más los que se suman tanto a este objetivo como a otros vinculados a la protección y a la regulación. En contraste, nuestro país no supera el 7% de protección en su territorio marino.

Para Schvartzman, las discusiones que se darán en la UNOC3 -que comenzó hoy y terminará el 13 de junio- son fundamentales para empezar a mejorar la protección y la gestión del mar en la Argentina. En especial por las políticas que espera que el multilateralismo impulse en dos dimensiones: la global y la nacional.

La Organización de las Naciones Unidas acordó que para 2030 debería haber un 30% del territorio marino protegido

Dónde está la Argentina en el mundo

Consuelo Bilbao, directora de CPA posiciona a la Argentina, en comparación con la región, como un país atrasado, tanto por su participación de espacios multilaterales vinculados al mar, como en la regulación, transparencia y trazabilidad de la pesca. “Y la cuestión es que nuestro país es víctima importante de la pesca ilegal, tanto en la Zona Económica Exclusiva como fuera de la milla 200”, añadió.

A pesar de que la Argentina es firmante de varios acuerdos internacionales como la Convemar, el BBNJ o el Acuerdo sobre Subsidios a la Pesca de la OMC, varios de ellos han entrado en efecto. “El BBNJ ya pasó por el Congreso y estamos a la espera de que sea ratificado. Y el de subsidios no fue enviado al Congreso por Cancillería”, explicó. Sobre esto, LA NACION se comunicó con Cancillería para conocer su versión, sin embargo, no obtuvo respuesta.

Javier Milei y Emmanuel Macron, hoy en Niza, Francia.

Para Bilbao, estos dos acuerdos pueden ayudar a disminuir el gran problema de la pesca ilegal sobre la milla 201, en particular el acuerdo sobre subsidios. “Hay muchísimos barcos pesqueros que están subsidiados por sus gobiernos como el de China, Corea del Sur y España. Que Naciones Unidas presione a estos países para reducir o regular los subsidios otorgados a la pesca va a disminuir el número de flotas en la frontera con la ZEE”, explicó Bilbao.

Si observamos los datos, el país exporta, en promedio, más del 90% de la pesca cada año. Los principales socios comerciales son la Unión Europea, Estados Unidos y China. Es una pesca regulada por el Régimen Federal Pesquero que pide requisitos que fuera de la ZEE no tienen efecto.

Buques pesqueros extranjeros, avistados dentro de la zona de exclusión marítima Argentin, en la milla 200 del océano Atlántico, a la altura de Puerto Madryn

“Lo que vemos es que cada año hay más sobrepesca en el borde de las aguas internacionales. Es una competencia desigual, porque dentro de la ZEE hay reglas de juego, hay vedas, hay más monitoreo, aunque no siempre se respete. Es una desventaja”, añadió la directora de CPA. Pero los problemas de la pesca no solo se instalan a 201 millas de la costa. Bilbao destaca también la falta de transparencia y de trazabilidad de la pesca a nivel nacional.

Un ranking reciente que realizó CPA sobre el acceso público de información de la pesca, reveló que la Argentina -en conjunto con Venezuela y Colombia- es uno de los pocos países de América del Sur en no tener datos públicos de actividad y registro pesquero. “Solo a través de un pedido de acceso a la información podemos obtener estos datos y no siempre nos los dan”, aseguró Bilbao.

Además de esto, destaca que no hay observadores en las flotas pesqueras argentinas. Estos observadores son personas que inspeccionan el buen accionar de los marineros, el tipo de especies que se extraen y la cantidad. Las consecuencias de la falta de transparencia y de trazabilidad son tangibles.

En la Argentina, 36% de los pescados distribuidos en grandes ciudades no son lo que la etiqueta dice

Uno de los datos más alarmantes es que 1 de cada 3 pescados etiquetados y vendidos en grandes ciudades de la Argentina no son lo que dicen. O sea que cuando uno va al supermercado en la ciudad de Buenos Aires y compra un pescado, en realidad puede ser otra cosa. “Muchas veces se vende gatuzo [un tipo de tiburón] en lugar de pescado”, aseguró Bilbao.

“Ese es un ejemplo, pero la falta de trazabilidad y transparencia va en detrimento del sector. Cada vez son más los mercados internacionales que exigen esto para comprar productos”, aseguró la experta. Un ejemplo claro es el de Estados Unidos, que a través de la National Oceanic and Atmospheric Administration evalúan cada año las certificaciones internacionales para la importación de pesca.

Dentro de su gira internacional, Javier Milei decidió tener una participación fugaz en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3) organizada en la ciudad de Niza.

Según la propia página de Naciones Unidas, en este encuentro se busca “acelerar la acción” para cumplir el punto 14 de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS): “Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible”.

Ayer, se pudo ver entre los pasillos de la sala de conferencias al presidente argentino, acompañado la Secretario General, Karina Milei, del canciller, Gerardo Werthein y del presidente de la comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara de Diputados, Fernando Iglesias. Así lo aseguró Milko Schvartzman, representante de la organización Círculo de Políticas Ambientales (CPA) en dicha conferencia y experto en pesca ilegal.

LA NACION contactó a Cancillería para conocer la razón por la que el mandatario asistió a este evento y la posición del país en los temas que se negocian, pero no obtuvo respuesta.

Schvartzman consideró que en esta cumbre se discuten temas de particular interés para la región y el país. Los puntos más importantes de las negociaciones allá se sintetizan en la continuación de los compromisos internacionales que se plantearon en la cumbre pasada. La ratificación del tratado sobre diversidad biológica marina (BBNJ) por parte de la Argentina es uno de los puntos esperados por el experto, que contempla el incremento de áreas marinas protegidas.

Este acuerdo había sido firmado por la entonces Canciller, Diana Mondino. También fue enviada y votada en el Congreso. “Lo que falta es que lo ratifiquen”, explicó Schvartzman.

Además de eso, también se espera que haya un incremento en el financiamiento para la protección de estos ecosistemas, aumentar las zonas marinas protegidas, y que cada vez más países se sumen a los esfuerzos internacionales por regular la contaminación del mar y la sobrepesca.

Para la mayor parte de los países que componen Naciones Unidas, el mar está en un estado de emergencia. En las últimas décadas, se ha identificado una serie de problemas que crecen cada segundo que pasa. Los que se destacaron son los siguientes: eutrofización -exceso de nutrientes que provoca desajustes en los ecosistemas marinos-, acidificación, calentamiento, desoxigenación, contaminación por plásticos y la alarmante tendencia a la sobrepesca.

Los Patrulleros Oceánicos Multipropósito (OPV) llegaron para fortalecer la custodia del mar en el Atlántico Sur y prevenir la pesca ilegal

Todos estos problemas son globales, y aunque hay zonas en donde se expresan de manera más intensa, las consecuencias se reproducen en todos lados: la diversidad de animales marinos está cayendo a niveles nunca antes vistos, el nivel del mar está aumentando, y los océanos, que fungen todavía como un reservorio de carbono, están liberándose en forma de CO₂ a la atmósfera.

Sobre esa base, actividades como la pesca no regulada e incluso fomentada por los gobiernos del mundo siguen siendo una norma. Fenómenos como las olas de calor, o el creciente aumento de la temperatura y acidificación oceánica son procesos compartidos por todo territorio que tenga algún tipo de costa. La intención de esta conferencia es la de generar acuerdos que, como las problemáticas a resolver, superan los límites de los países.

Los compromisos internacionales

Sobre el mar, los países del mundo se han comprometido a varias acciones. Entre ellas está la mitigación de gases de efecto invernadero, que como con el caso atmosférico y varios países del mundo y de América Latina han desarrollado políticas de regulación para mitigar la pesca ilegal y promover la protección de los océanos.

Un 30% de los mares chilenos o costarricenses están protegidos, Brasil anunció que llegará a un 26% y son cada vez más los que se suman tanto a este objetivo como a otros vinculados a la protección y a la regulación. En contraste, nuestro país no supera el 7% de protección en su territorio marino.

Para Schvartzman, las discusiones que se darán en la UNOC3 -que comenzó hoy y terminará el 13 de junio- son fundamentales para empezar a mejorar la protección y la gestión del mar en la Argentina. En especial por las políticas que espera que el multilateralismo impulse en dos dimensiones: la global y la nacional.

La Organización de las Naciones Unidas acordó que para 2030 debería haber un 30% del territorio marino protegido

Dónde está la Argentina en el mundo

Consuelo Bilbao, directora de CPA posiciona a la Argentina, en comparación con la región, como un país atrasado, tanto por su participación de espacios multilaterales vinculados al mar, como en la regulación, transparencia y trazabilidad de la pesca. “Y la cuestión es que nuestro país es víctima importante de la pesca ilegal, tanto en la Zona Económica Exclusiva como fuera de la milla 200”, añadió.

A pesar de que la Argentina es firmante de varios acuerdos internacionales como la Convemar, el BBNJ o el Acuerdo sobre Subsidios a la Pesca de la OMC, varios de ellos han entrado en efecto. “El BBNJ ya pasó por el Congreso y estamos a la espera de que sea ratificado. Y el de subsidios no fue enviado al Congreso por Cancillería”, explicó. Sobre esto, LA NACION se comunicó con Cancillería para conocer su versión, sin embargo, no obtuvo respuesta.

Javier Milei y Emmanuel Macron, hoy en Niza, Francia.

Para Bilbao, estos dos acuerdos pueden ayudar a disminuir el gran problema de la pesca ilegal sobre la milla 201, en particular el acuerdo sobre subsidios. “Hay muchísimos barcos pesqueros que están subsidiados por sus gobiernos como el de China, Corea del Sur y España. Que Naciones Unidas presione a estos países para reducir o regular los subsidios otorgados a la pesca va a disminuir el número de flotas en la frontera con la ZEE”, explicó Bilbao.

Si observamos los datos, el país exporta, en promedio, más del 90% de la pesca cada año. Los principales socios comerciales son la Unión Europea, Estados Unidos y China. Es una pesca regulada por el Régimen Federal Pesquero que pide requisitos que fuera de la ZEE no tienen efecto.

Buques pesqueros extranjeros, avistados dentro de la zona de exclusión marítima Argentin, en la milla 200 del océano Atlántico, a la altura de Puerto Madryn

“Lo que vemos es que cada año hay más sobrepesca en el borde de las aguas internacionales. Es una competencia desigual, porque dentro de la ZEE hay reglas de juego, hay vedas, hay más monitoreo, aunque no siempre se respete. Es una desventaja”, añadió la directora de CPA. Pero los problemas de la pesca no solo se instalan a 201 millas de la costa. Bilbao destaca también la falta de transparencia y de trazabilidad de la pesca a nivel nacional.

Un ranking reciente que realizó CPA sobre el acceso público de información de la pesca, reveló que la Argentina -en conjunto con Venezuela y Colombia- es uno de los pocos países de América del Sur en no tener datos públicos de actividad y registro pesquero. “Solo a través de un pedido de acceso a la información podemos obtener estos datos y no siempre nos los dan”, aseguró Bilbao.

Además de esto, destaca que no hay observadores en las flotas pesqueras argentinas. Estos observadores son personas que inspeccionan el buen accionar de los marineros, el tipo de especies que se extraen y la cantidad. Las consecuencias de la falta de transparencia y de trazabilidad son tangibles.

En la Argentina, 36% de los pescados distribuidos en grandes ciudades no son lo que la etiqueta dice

Uno de los datos más alarmantes es que 1 de cada 3 pescados etiquetados y vendidos en grandes ciudades de la Argentina no son lo que dicen. O sea que cuando uno va al supermercado en la ciudad de Buenos Aires y compra un pescado, en realidad puede ser otra cosa. “Muchas veces se vende gatuzo [un tipo de tiburón] en lugar de pescado”, aseguró Bilbao.

“Ese es un ejemplo, pero la falta de trazabilidad y transparencia va en detrimento del sector. Cada vez son más los mercados internacionales que exigen esto para comprar productos”, aseguró la experta. Un ejemplo claro es el de Estados Unidos, que a través de la National Oceanic and Atmospheric Administration evalúan cada año las certificaciones internacionales para la importación de pesca.

 En la conferencia de la ONU, organizada en Niza, los países buscan ampliar áreas marinas protegidas, ratificar acuerdos globales y frenar la sobrepesca  LA NACION

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