Es psicólogo en Colorado y revela las 5 cosas que las personas con parejas felices hacen el fin de semana

El fin de semana representa para muchas personas un respiro de las obligaciones laborales. Para las personas en relaciones amorosas, esos días también pueden ser una oportunidad valiosa para nutrir el vínculo afectivo y consolidar una conexión que suele verse exigida por el ritmo de la vida cotidiana. En este marco, el psicólogo Mark Travers, graduado en la Universidad de Cornell y la Universidad de Colorado en Boulder, analizó los comportamientos más frecuentes entre parejas que se declaran felices y satisfechas.
Los hábitos de una pareja feliz durante el fin de semana
A través de su trabajo en psicología de la personalidad, propósito y bienestar, Travers identificó cinco acciones que, repetidas con regularidad durante el fin de semana, marcan una diferencia en la calidad de las relaciones. Según explicó en una columna para CNBC, el modo en que se administra el tiempo en pareja puede ser más importante que la cantidad de horas compartidas.
Separarse de los dispositivos electrónicos
Uno de los principales hábitos que distingue a las parejas felices es la decisión consciente de pasar tiempo juntos sin teléfonos móviles, computadoras o pantallas de por medio. De acuerdo con Travers, incluso un café en silencio o una caminata tranquila se vuelven momentos significativos si ambos miembros están plenamente presentes.
Investigaciones de la Universidad Estatal de Michigan señalaron que el “phubbing”, ignorar a la pareja por mirar el teléfono, deteriora la comunicación y crea sensación de distanciamiento emocional. Por el contrario, establecer límites claros al uso de la tecnología puede fomentar una conexión más profunda y auténtica.
“Por eso es tan importante dedicar tiempo a solas sin interferencias tecnológicas. Y cómo se invierta ese tiempo es irrelevante. Lo que importa es la presencia”, agrega el psicólogo.
Compartir espacio sin necesidad de interactuar
Otra conducta frecuente en parejas emocionalmente estables es el llamado “juego en paralelo”. Esta práctica consiste en compartir un mismo entorno físico mientras se realizan actividades independientes, como leer al mismo tiempo que el otro mira una serie o cocina.
El beneficio de esta dinámica es que combina el tiempo individual con el disfrute de la compañía del otro. No exige conversación constante ni planificación detallada. Según Travers, este equilibrio entre autonomía y presencia refuerza el sentido de pertenencia y contribuye al bienestar emocional mutuo.
Mantener rituales compartidos
Los rituales, como desayunos especiales, noches de películas o simplemente hacer ejercicio juntos, crean un sentido de continuidad en la pareja. Para el experto, contar con una costumbre recurrente durante el fin de semana proporciona estabilidad emocional y una sensación de “refugio” compartido.
“Las relaciones prosperan gracias a los rituales. Llegar a casa con tu pareja y saber que el fin de semana traerá algo familiar, algo que siempre será tuyo, puede ser reconfortante”, aseguró Travers.
Un estudio sobre rituales en relaciones comprometidas mostró que estos actos regulares elevan tanto la percepción de intimidad como la calidad de la conexión. Ya sea cocinar juntos, revisar los planes semanales o disfrutar de una misma actividad todos los sábados, estos hábitos ayudan a construir una narrativa compartida que fortalece el vínculo.
Priorizar la intimidad sexual
La sexualidad también aparece como un factor fundamental en la satisfacción de pareja. El psicólogo subraya que, con agendas recargadas y obligaciones acumuladas, muchas relaciones relegan el espacio íntimo. Por eso, propone una alternativa: programar momentos para el encuentro sexual con la misma seriedad que una reunión laboral.
Según una investigación publicada en Sage Journals, la satisfacción sexual tiene un impacto directo sobre la devolución general en la relación. El estudio concluye que el bienestar íntimo tiende a anteceder, y no a resultar de, una pareja saludable. Además, el hallazgo sugiere que la calidad de la experiencia es más relevante que la frecuencia en sí misma.
Fomentar el humor y la espontaneidad
Reír juntos no solo alivia tensiones, sino que refuerza la confianza y el disfrute mutuo. Las parejas felices, según Travers, crean espacios para el juego, el humor y la sorpresa durante el fin de semana. Ya sea a través de bromas internas, dinámicas absurdas o simples momentos de complicidad, la hilaridad compartida actúa como un adhesivo emocional.
La revista Social and Personality Psychology Compass resalta que el juego entre adultos fortalece la satisfacción en pareja, mitiga conflictos y aporta dinamismo a la relación. Aunque el término “juego” puede sonar trivial, su aplicación en la vida diaria, mediante gestos lúdicos, desafíos divertidos o actividades inusuales, tiene efectos duraderos en la conexión emocional.
“El acto de ser tontos, y recibir tonterías a cambio, nos ayuda a reconectar con la maravilla infantil que llevamos dentro y que se esconde tras nuestras responsabilidades“, asegura Mark Travers. ”Busca la alegría a propósito. Quizás juegues un juego de preguntas y respuestas con reglas absurdas o te desafíes a una batalla de baile», concluyó.
Cómo implementar estos hábitos en la vida diaria
Los cinco comportamientos identificados por Travers no requieren grandes recursos ni esfuerzos extraordinarios. Más bien, se basan en la constancia, la atención plena y el deseo de cuidar el vínculo. Desde poner el teléfono en modo avión hasta planificar un desayuno especial los domingos, las acciones pequeñas pueden producir efectos significativos.
Los fines de semana suelen ser vistos como un espacio para el descanso o el entretenimiento, pero también pueden funcionar como una herramienta de fortalecimiento emocional en las relaciones. Dedicarse mutuamente atención, tiempo de calidad y momentos valiosos ayuda a amortiguar el desgaste acumulado durante la semana laboral.
El fin de semana representa para muchas personas un respiro de las obligaciones laborales. Para las personas en relaciones amorosas, esos días también pueden ser una oportunidad valiosa para nutrir el vínculo afectivo y consolidar una conexión que suele verse exigida por el ritmo de la vida cotidiana. En este marco, el psicólogo Mark Travers, graduado en la Universidad de Cornell y la Universidad de Colorado en Boulder, analizó los comportamientos más frecuentes entre parejas que se declaran felices y satisfechas.
Los hábitos de una pareja feliz durante el fin de semana
A través de su trabajo en psicología de la personalidad, propósito y bienestar, Travers identificó cinco acciones que, repetidas con regularidad durante el fin de semana, marcan una diferencia en la calidad de las relaciones. Según explicó en una columna para CNBC, el modo en que se administra el tiempo en pareja puede ser más importante que la cantidad de horas compartidas.
Separarse de los dispositivos electrónicos
Uno de los principales hábitos que distingue a las parejas felices es la decisión consciente de pasar tiempo juntos sin teléfonos móviles, computadoras o pantallas de por medio. De acuerdo con Travers, incluso un café en silencio o una caminata tranquila se vuelven momentos significativos si ambos miembros están plenamente presentes.
Investigaciones de la Universidad Estatal de Michigan señalaron que el “phubbing”, ignorar a la pareja por mirar el teléfono, deteriora la comunicación y crea sensación de distanciamiento emocional. Por el contrario, establecer límites claros al uso de la tecnología puede fomentar una conexión más profunda y auténtica.
“Por eso es tan importante dedicar tiempo a solas sin interferencias tecnológicas. Y cómo se invierta ese tiempo es irrelevante. Lo que importa es la presencia”, agrega el psicólogo.
Compartir espacio sin necesidad de interactuar
Otra conducta frecuente en parejas emocionalmente estables es el llamado “juego en paralelo”. Esta práctica consiste en compartir un mismo entorno físico mientras se realizan actividades independientes, como leer al mismo tiempo que el otro mira una serie o cocina.
El beneficio de esta dinámica es que combina el tiempo individual con el disfrute de la compañía del otro. No exige conversación constante ni planificación detallada. Según Travers, este equilibrio entre autonomía y presencia refuerza el sentido de pertenencia y contribuye al bienestar emocional mutuo.
Mantener rituales compartidos
Los rituales, como desayunos especiales, noches de películas o simplemente hacer ejercicio juntos, crean un sentido de continuidad en la pareja. Para el experto, contar con una costumbre recurrente durante el fin de semana proporciona estabilidad emocional y una sensación de “refugio” compartido.
“Las relaciones prosperan gracias a los rituales. Llegar a casa con tu pareja y saber que el fin de semana traerá algo familiar, algo que siempre será tuyo, puede ser reconfortante”, aseguró Travers.
Un estudio sobre rituales en relaciones comprometidas mostró que estos actos regulares elevan tanto la percepción de intimidad como la calidad de la conexión. Ya sea cocinar juntos, revisar los planes semanales o disfrutar de una misma actividad todos los sábados, estos hábitos ayudan a construir una narrativa compartida que fortalece el vínculo.
Priorizar la intimidad sexual
La sexualidad también aparece como un factor fundamental en la satisfacción de pareja. El psicólogo subraya que, con agendas recargadas y obligaciones acumuladas, muchas relaciones relegan el espacio íntimo. Por eso, propone una alternativa: programar momentos para el encuentro sexual con la misma seriedad que una reunión laboral.
Según una investigación publicada en Sage Journals, la satisfacción sexual tiene un impacto directo sobre la devolución general en la relación. El estudio concluye que el bienestar íntimo tiende a anteceder, y no a resultar de, una pareja saludable. Además, el hallazgo sugiere que la calidad de la experiencia es más relevante que la frecuencia en sí misma.
Fomentar el humor y la espontaneidad
Reír juntos no solo alivia tensiones, sino que refuerza la confianza y el disfrute mutuo. Las parejas felices, según Travers, crean espacios para el juego, el humor y la sorpresa durante el fin de semana. Ya sea a través de bromas internas, dinámicas absurdas o simples momentos de complicidad, la hilaridad compartida actúa como un adhesivo emocional.
La revista Social and Personality Psychology Compass resalta que el juego entre adultos fortalece la satisfacción en pareja, mitiga conflictos y aporta dinamismo a la relación. Aunque el término “juego” puede sonar trivial, su aplicación en la vida diaria, mediante gestos lúdicos, desafíos divertidos o actividades inusuales, tiene efectos duraderos en la conexión emocional.
“El acto de ser tontos, y recibir tonterías a cambio, nos ayuda a reconectar con la maravilla infantil que llevamos dentro y que se esconde tras nuestras responsabilidades“, asegura Mark Travers. ”Busca la alegría a propósito. Quizás juegues un juego de preguntas y respuestas con reglas absurdas o te desafíes a una batalla de baile», concluyó.
Cómo implementar estos hábitos en la vida diaria
Los cinco comportamientos identificados por Travers no requieren grandes recursos ni esfuerzos extraordinarios. Más bien, se basan en la constancia, la atención plena y el deseo de cuidar el vínculo. Desde poner el teléfono en modo avión hasta planificar un desayuno especial los domingos, las acciones pequeñas pueden producir efectos significativos.
Los fines de semana suelen ser vistos como un espacio para el descanso o el entretenimiento, pero también pueden funcionar como una herramienta de fortalecimiento emocional en las relaciones. Dedicarse mutuamente atención, tiempo de calidad y momentos valiosos ayuda a amortiguar el desgaste acumulado durante la semana laboral.
Un psicólogo en Colorado revela cinco hábitos de las parejas felices durante el fin de semana, que ayudan a reducir el estrés y fortalecer el vínculo emocional. LA NACION