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Secuestró al hijo de su jefe, pidió rescate y lo asesinó: lo condenaron a la pena máxima

CÓRDOBA. A casi tres años del secuestro y crimen de un joven que conmocionó a la sociedad cordobesa, la Justicia Federal condenó a uno de los responsables a prisión perpetua y al otro, a cuatro años de cárcel. Hay otros involucrados que todavía no llegaron a juicio.

El Tribunal Oral Federal (TOF) N°3 de Córdoba terminó el proceso contra Walter Gil y Julio César Ramírez, los dos acusados detenidos por el asesinato de Santiago Aguilera Allende, el joven de 18 años que estuvo desaparecido cinco días y cuyo cuerpo fue encontrado con quemaduras de cigarrillo, hematomas y cortes en Traslasierra, en el oeste de la provincia, en agosto de 2022.

Gil, ahora de 25 años, fue detenido horas después de que el cadáver fuera hallado a la vera de un río en la zona de Las Tapias. Tanto él como Ramírez fueron juzgados por secuestro extorsivo triplemente agravado por lesiones graves, por la participación de dos o más personas y por la muerte de la víctima.

A Gil lo condenaron a prisión perpetua como uno de los autores del secuestro y homicidio, mientras que Ramírez recibió una pena de cuatro años por el encubrimiento de los crímenes. En una causa paralela hay otros cuatro imputados bajo investigación.

En la última audiencia, la familia de la víctima volvió a exigir justicia y expresó su dolor. Carlos Aguilera, el padre de Santiago, habló entre sollozos y señaló que el crimen destruyó sus vidas.

Aparecieron estos traicioneros, cuando uno menos lo esperaba, para cambiarnos la vida y convertirla en un infierno. El daño y el dolor que nos causaron es inmenso e irreparable. Será perpetuo, infinito. Movidos por codicia, nos arrancaron a nuestro hijo de nuestra propia casa, lo torturaron sin piedad, lo asesinaron y lo tiraron a un basural”, sostuvo.

El hombre es dueño de un corralón de venta de materiales de la construcción en Traslasierra. Gil era empleado en el comercio de la familia Aguilera, situado en Las Tapias, cerca de donde viven, en el paraje Chuchiras. El propio Carlos Aguilera confirmó durante la instrucción del caso que su hijo conocía al acusado, con quien se comunicó telefónicamente antes de ser secuestrado. Los imputados eligieron no hacer uso de la última palabra.

Santiago Aguilera Allende

Aguilera creció con problemas renales que llevaron a que necesitara un trasplante; su madre, Mónica Lucía Allende, le donó uno de sus riñones. Estaba, por eso, medicado de por vida. Desapareció el 16 de agosto, a las 23, cuando fue a visitar a un amigo a 400 metros de su casa. Como en Las Tapias todos se conocen, Carlos y Mónica se fueron a dormir tranquilos. Recién advirtieron que su hijo no había regresado cuando fueron a despertarlo para ir al Instituto Privado Cerro Azul XXII, de Villa Dolores, donde cursaba el último año de la secundaria.

El contacto extorsivo inicial se produjo a las 6.49 del miércoles 17. Primero, con un SMS, y luego, con un mensaje de WhatsApp al celular de su mamá.

Les pidieron 7 millones de pesos. El extorsionador –que utilizó el teléfono de Santiago para enviar aquellos mensajes– avisó que se contactaría nuevamente a las 9 del mismo día. No hubo más mensajes. Ninguna negociación. El joven apareció días después, asesinado.

CÓRDOBA. A casi tres años del secuestro y crimen de un joven que conmocionó a la sociedad cordobesa, la Justicia Federal condenó a uno de los responsables a prisión perpetua y al otro, a cuatro años de cárcel. Hay otros involucrados que todavía no llegaron a juicio.

El Tribunal Oral Federal (TOF) N°3 de Córdoba terminó el proceso contra Walter Gil y Julio César Ramírez, los dos acusados detenidos por el asesinato de Santiago Aguilera Allende, el joven de 18 años que estuvo desaparecido cinco días y cuyo cuerpo fue encontrado con quemaduras de cigarrillo, hematomas y cortes en Traslasierra, en el oeste de la provincia, en agosto de 2022.

Gil, ahora de 25 años, fue detenido horas después de que el cadáver fuera hallado a la vera de un río en la zona de Las Tapias. Tanto él como Ramírez fueron juzgados por secuestro extorsivo triplemente agravado por lesiones graves, por la participación de dos o más personas y por la muerte de la víctima.

A Gil lo condenaron a prisión perpetua como uno de los autores del secuestro y homicidio, mientras que Ramírez recibió una pena de cuatro años por el encubrimiento de los crímenes. En una causa paralela hay otros cuatro imputados bajo investigación.

En la última audiencia, la familia de la víctima volvió a exigir justicia y expresó su dolor. Carlos Aguilera, el padre de Santiago, habló entre sollozos y señaló que el crimen destruyó sus vidas.

Aparecieron estos traicioneros, cuando uno menos lo esperaba, para cambiarnos la vida y convertirla en un infierno. El daño y el dolor que nos causaron es inmenso e irreparable. Será perpetuo, infinito. Movidos por codicia, nos arrancaron a nuestro hijo de nuestra propia casa, lo torturaron sin piedad, lo asesinaron y lo tiraron a un basural”, sostuvo.

El hombre es dueño de un corralón de venta de materiales de la construcción en Traslasierra. Gil era empleado en el comercio de la familia Aguilera, situado en Las Tapias, cerca de donde viven, en el paraje Chuchiras. El propio Carlos Aguilera confirmó durante la instrucción del caso que su hijo conocía al acusado, con quien se comunicó telefónicamente antes de ser secuestrado. Los imputados eligieron no hacer uso de la última palabra.

Santiago Aguilera Allende

Aguilera creció con problemas renales que llevaron a que necesitara un trasplante; su madre, Mónica Lucía Allende, le donó uno de sus riñones. Estaba, por eso, medicado de por vida. Desapareció el 16 de agosto, a las 23, cuando fue a visitar a un amigo a 400 metros de su casa. Como en Las Tapias todos se conocen, Carlos y Mónica se fueron a dormir tranquilos. Recién advirtieron que su hijo no había regresado cuando fueron a despertarlo para ir al Instituto Privado Cerro Azul XXII, de Villa Dolores, donde cursaba el último año de la secundaria.

El contacto extorsivo inicial se produjo a las 6.49 del miércoles 17. Primero, con un SMS, y luego, con un mensaje de WhatsApp al celular de su mamá.

Les pidieron 7 millones de pesos. El extorsionador –que utilizó el teléfono de Santiago para enviar aquellos mensajes– avisó que se contactaría nuevamente a las 9 del mismo día. No hubo más mensajes. Ninguna negociación. El joven apareció días después, asesinado.

 Walter Gil fue sentenciado como autor de la muerte de Santiago Aguilera, que tenía 18 años y fue ultimado cerca de Villa Dolores en agosto de 2022  LA NACION

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