Cepillarse el pelo después de la ducha es un acto automático para muchas personas, pero pocos saben que hacerlo de manera descuidada puede ser muy perjudicial. Esto se debe a que el cabello mojado es mucho más vulnerable que el seco y, si no se toman ciertos recaudos, el daño puede volverse evidente con el paso del tiempo a través del frizz, las puntas abiertas y un color opaco.
Esto se produce por la estructura interna del cabello. Cada hebra se compone de tres capas: la cutícula (la más externa), la corteza (la capa intermedia) y la médula (la más interna y frágil, que no siempre está presente). Al mojarse, el pelo absorbe agua, se hincha y la cutícula se eleva, lo que deja expuesta la corteza. Esa alteración momentánea hace que el cabello se vuelva más elástico, pero también más débil.
“El pelo mojado se estira más fácilmente, pero esa elasticidad no implica resistencia”, asegura el portal especializado en cuidado capital Hair Health Essentials. Al cepillar en ese estado, las fibras pueden sobrepasar su límite natural y romperse. Además, la fricción generada por los cepillos puede desgastar la cutícula y aumentar la aparición de puntas abiertas.
Los errores más comunes de cepillar el pelo mojado que lo dañan
Uno de los errores más frecuentes es desenredar el cabello con fuerza desde la raíz hasta las puntas. Esta técnica no solo genera tirones dolorosos, sino que también puede provocar quiebres. Por eso, los profesionales aconsejan empezar siempre desde las puntas y avanzar gradualmente hacia la raíz con un peine de dientes anchos o un cepillo específico para cabello húmedo.
Otra recomendación clave es no peinar el pelo apenas salimos de la ducha. En el caso del cabello liso, lo ideal es dejarlo secar al aire unos minutos o retirar el exceso de agua con una toalla de microfibra, que ayuda a reducir el frizz y la fricción sin dañar la estructura. Si se va a usar secador, se recomienda que sea a temperatura baja o media, y con un protector térmico. Para quienes no pueden evitar desenredar su melena mientras aún está húmeda, los expertos sugieren aplicar una crema de peinar. Estos cosméticos suavizan el cabello y facilitan el peinado, reduciendo el riesgo de rotura.
En el caso de las personas con rulos, la recomendación es exactamente la contraria. Cepillar el cabello rizado cuando está seco puede ser contraproducente, ya que rompe el patrón natural del rizo, genera frizz y daña las puntas. En estos casos, lo ideal es desenredar cuidadosamente cuando el pelo esté bien húmedo, incluso mientras se aplica el acondicionador en la ducha, con los dedos o un peine específico.
Consejos para minimizar los daños de cepillar el pelo mojado
- Secar con toques suaves: usar una toalla de microfibra o una remera vieja, sin frotar el cabello.
- Elegir las herramientas adecuadas: usar un peine de dientes anchos o un cepillo diseñado para pelo mojado.
- Aplicar un producto sin enjuague: los acondicionadores o sprays desenredantes facilitan el peinado y protegen la fibra capilar.
- Evitar el calor: no usar planchita ni secador sobre el cabello mojado; dejarlo secar al aire o usar temperatura baja.
- Esperar antes de cepillar: dejar que el pelo se seque parcialmente para reducir el riesgo de rotura.
- Optar por peinados protectores: trenzas o moños suaves ayudan a evitar el frizz y los enredos.
Cepillarse el pelo después de la ducha es un acto automático para muchas personas, pero pocos saben que hacerlo de manera descuidada puede ser muy perjudicial. Esto se debe a que el cabello mojado es mucho más vulnerable que el seco y, si no se toman ciertos recaudos, el daño puede volverse evidente con el paso del tiempo a través del frizz, las puntas abiertas y un color opaco.
Esto se produce por la estructura interna del cabello. Cada hebra se compone de tres capas: la cutícula (la más externa), la corteza (la capa intermedia) y la médula (la más interna y frágil, que no siempre está presente). Al mojarse, el pelo absorbe agua, se hincha y la cutícula se eleva, lo que deja expuesta la corteza. Esa alteración momentánea hace que el cabello se vuelva más elástico, pero también más débil.
“El pelo mojado se estira más fácilmente, pero esa elasticidad no implica resistencia”, asegura el portal especializado en cuidado capital Hair Health Essentials. Al cepillar en ese estado, las fibras pueden sobrepasar su límite natural y romperse. Además, la fricción generada por los cepillos puede desgastar la cutícula y aumentar la aparición de puntas abiertas.
Los errores más comunes de cepillar el pelo mojado que lo dañan
Uno de los errores más frecuentes es desenredar el cabello con fuerza desde la raíz hasta las puntas. Esta técnica no solo genera tirones dolorosos, sino que también puede provocar quiebres. Por eso, los profesionales aconsejan empezar siempre desde las puntas y avanzar gradualmente hacia la raíz con un peine de dientes anchos o un cepillo específico para cabello húmedo.
Otra recomendación clave es no peinar el pelo apenas salimos de la ducha. En el caso del cabello liso, lo ideal es dejarlo secar al aire unos minutos o retirar el exceso de agua con una toalla de microfibra, que ayuda a reducir el frizz y la fricción sin dañar la estructura. Si se va a usar secador, se recomienda que sea a temperatura baja o media, y con un protector térmico. Para quienes no pueden evitar desenredar su melena mientras aún está húmeda, los expertos sugieren aplicar una crema de peinar. Estos cosméticos suavizan el cabello y facilitan el peinado, reduciendo el riesgo de rotura.
En el caso de las personas con rulos, la recomendación es exactamente la contraria. Cepillar el cabello rizado cuando está seco puede ser contraproducente, ya que rompe el patrón natural del rizo, genera frizz y daña las puntas. En estos casos, lo ideal es desenredar cuidadosamente cuando el pelo esté bien húmedo, incluso mientras se aplica el acondicionador en la ducha, con los dedos o un peine específico.
Consejos para minimizar los daños de cepillar el pelo mojado
- Secar con toques suaves: usar una toalla de microfibra o una remera vieja, sin frotar el cabello.
- Elegir las herramientas adecuadas: usar un peine de dientes anchos o un cepillo diseñado para pelo mojado.
- Aplicar un producto sin enjuague: los acondicionadores o sprays desenredantes facilitan el peinado y protegen la fibra capilar.
- Evitar el calor: no usar planchita ni secador sobre el cabello mojado; dejarlo secar al aire o usar temperatura baja.
- Esperar antes de cepillar: dejar que el pelo se seque parcialmente para reducir el riesgo de rotura.
- Optar por peinados protectores: trenzas o moños suaves ayudan a evitar el frizz y los enredos.
Aunque es un hábito cotidiano, peinarse el cabello tras la ducha puede debilitar la fibra capilar y generar daños a largo plazo si no se hace correctamente; qué recomiendan los expertos para evitarlo LA NACION
