La trama política para las nueve finales en cuatro años en Santiago del Estero

La final del torneo Apertura se jugó en Santiago del Estero, a 1050 kilómetros del AMBA, la región geográfica de sus finalistas. Pero, ¿tenía sentido que Platense, Huracán y sus hinchas se trasladasen hasta el norte para definir un título? Sí, porque así estaba establecido, así lo aprobaron los dirigentes. Todos estaban advertidos. Esa no es la discusión. Como atinadamente señaló Claudio Tapia, el presidente de la AFA, “es una falta de respeto cambiar algo que ya estaba programado”. Lo refractario de estas palabras es quién las pronunció, el hombre que se ha encargado de borronear reglamentos para cambiar desde el sistema de los descensos hasta los formatos de los certámenes. Y todo en plena competencia. Con chispazos de esa coherencia, el fútbol argentino sería algo menos grotesco y disparatado.
En un fútbol desquiciado, especialista en burlarse de sus normas, no se puede alentar ningún atropello extra. En Santiago del Estero debía jugarse porque nadie lo cuestionó. El debate es otro. El estadio Único Madre de Ciudades de Santiago del Estero recibió 9 finales del fútbol argentino entre marzo de 2021 y ayer con la consagración de Platense. Nueve, en apenas algo más de cuatro años. Una preferencia que derrumba el argumento de federalizar el fútbol. Mentira. Una elección orientada, ninguna otra sede tuvo tanta fortuna. Hay un interés evidente que involucra a la política provincial del gobernador Gerardo Zamora. Con la AFA como socia y sus brazos operativos, Tapia y Pablo Toviggino, el tesorero de la AFA y soldado incondicional del presidente, rosarino de nacimiento… pero santiagueño por adopción. El hombre que maneja una caja de $220.000 millones y preside el Consejo Federal, el voto del interior del país que con 223 ligas y 3500 clubes puede ser decisivo en una elección.
Intercambio de plaquetas entre el presidente de la @afa, @tapiachiqui; el gobernador de Santiago del Estero, @GZamoraSDE; y dirigentes de@CAHuracan y @caplatense. pic.twitter.com/V6GT8SmkJy
— Liga Profesional de Fútbol (@LigaAFA) June 1, 2025
Antes de avanzar, vale el repaso por las finales en suelo santiagueño: dos Supercopas (2019 –se disputo el 4 de marzo de 2021- y 2022), la Copa Argentina 20/21, en tres ocasiones el Trofeo de Campeones (2021, 2023 y 2024), dos veces la Copa de la Liga Profesional (2023 y 2024) y el Apertura 2025. ¿Quiénes fueron los campeones? Tres títulos para River, dos para Boca y Estudiantes, y una consagración de Rosario Central y Platense. Por cierto, la selección argentina también jugó allí un partido contra Chile por las eliminatorias a Qatar, recibió aun amistoso de celebración ante Curazao luego del título en Doha y albergó juegos del Mundial Sub 20 en 2023.
¿Cuál es la razón de esta debilidad, de estos privilegios? Hace diez días Zamora inauguró el nuevo edificio de la Secretaría de Deportes y Recreación de Santiago del Estero y el Centro de Alto Rendimiento Regional de la AFA, una flamante construcción de dos cuerpos que se encuentra frente al Estadio Único, en el lado oeste del Puente Carretero, junto al Hipódromo 27 de Abril. “Hay una palabra fundamental que atraviesa todo. Primero, nuestros corazones patriotas, las políticas públicas, el deporte, el fútbol, y se llama ‘federalismo’, y este federalismo, gracias a esta decisión de la AFA, está presente en nuestra provincia”, destacó Zamora. Y Tapia, acompañado por Bernardo Romeo y Diego Placente, elogió al primer mandatario provincial y agregó: “Quiero destacar su política de Estado en materia de deporte, que impacta en los chicos que tienen una calidad de vida diferente (…) Nos sentimos orgullosos de que la AFA tenga su segunda casa aquí, en Santiago del Estero”.
Toda una comunión, y la sucesión de finales valida el acuerdo político. Las quejas de los hinchas por la distancia, las dificultades del viaje y la capacidad del estadio quedan postergadas en otro plano. Ahora, ¿alguna vez los dirigentes de los clubes alzan la voz para proteger a sus socios y simpatizantes? Nunca. Todos están cómodos. ¿Los acuerdos de la AFA con la gobernación quizás se anteponen al sentido común y, especialmente, al esgrimido federalismo? Sí, porque no hay criterio de rotación. Pero todos callan.
El gobernador Zamora –en el cargo desde 2017, el mismo año de arribo de Tapia a la presidencia de AFA- posicionó a la provincia a través del deporte y no solo con el Madre de Ciudades, sino con el veloz (no exento de polémicas) ascenso de sus clubes, Central Córdoba a Primera, y Mitre y Güemes a la Primera Nacional, y también con la fecha en el calendario del MotoGP en Termas de Río Hondo. Zamora tiene un estrecho aliado en Toviggino, el hijo santiagueño adoptivo que empezó a crecer desde la vicepresidencia del pequeño club Comercio Central Unidos, continuó por la conducción de la Liga Santiagueña y dio el salto grande a la AFA -apadrinado por Guillermo Raed, un empresario de bebidas también santiagueño, mandamás del club Mitre- para tejer una poderosa red de influencias. Santiago del Estero está ‘bendecida’, la segunda casa del “Comandante” Tapia.
La final del torneo Apertura se jugó en Santiago del Estero, a 1050 kilómetros del AMBA, la región geográfica de sus finalistas. Pero, ¿tenía sentido que Platense, Huracán y sus hinchas se trasladasen hasta el norte para definir un título? Sí, porque así estaba establecido, así lo aprobaron los dirigentes. Todos estaban advertidos. Esa no es la discusión. Como atinadamente señaló Claudio Tapia, el presidente de la AFA, “es una falta de respeto cambiar algo que ya estaba programado”. Lo refractario de estas palabras es quién las pronunció, el hombre que se ha encargado de borronear reglamentos para cambiar desde el sistema de los descensos hasta los formatos de los certámenes. Y todo en plena competencia. Con chispazos de esa coherencia, el fútbol argentino sería algo menos grotesco y disparatado.
En un fútbol desquiciado, especialista en burlarse de sus normas, no se puede alentar ningún atropello extra. En Santiago del Estero debía jugarse porque nadie lo cuestionó. El debate es otro. El estadio Único Madre de Ciudades de Santiago del Estero recibió 9 finales del fútbol argentino entre marzo de 2021 y ayer con la consagración de Platense. Nueve, en apenas algo más de cuatro años. Una preferencia que derrumba el argumento de federalizar el fútbol. Mentira. Una elección orientada, ninguna otra sede tuvo tanta fortuna. Hay un interés evidente que involucra a la política provincial del gobernador Gerardo Zamora. Con la AFA como socia y sus brazos operativos, Tapia y Pablo Toviggino, el tesorero de la AFA y soldado incondicional del presidente, rosarino de nacimiento… pero santiagueño por adopción. El hombre que maneja una caja de $220.000 millones y preside el Consejo Federal, el voto del interior del país que con 223 ligas y 3500 clubes puede ser decisivo en una elección.
Intercambio de plaquetas entre el presidente de la @afa, @tapiachiqui; el gobernador de Santiago del Estero, @GZamoraSDE; y dirigentes de@CAHuracan y @caplatense. pic.twitter.com/V6GT8SmkJy
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Antes de avanzar, vale el repaso por las finales en suelo santiagueño: dos Supercopas (2019 –se disputo el 4 de marzo de 2021- y 2022), la Copa Argentina 20/21, en tres ocasiones el Trofeo de Campeones (2021, 2023 y 2024), dos veces la Copa de la Liga Profesional (2023 y 2024) y el Apertura 2025. ¿Quiénes fueron los campeones? Tres títulos para River, dos para Boca y Estudiantes, y una consagración de Rosario Central y Platense. Por cierto, la selección argentina también jugó allí un partido contra Chile por las eliminatorias a Qatar, recibió aun amistoso de celebración ante Curazao luego del título en Doha y albergó juegos del Mundial Sub 20 en 2023.
¿Cuál es la razón de esta debilidad, de estos privilegios? Hace diez días Zamora inauguró el nuevo edificio de la Secretaría de Deportes y Recreación de Santiago del Estero y el Centro de Alto Rendimiento Regional de la AFA, una flamante construcción de dos cuerpos que se encuentra frente al Estadio Único, en el lado oeste del Puente Carretero, junto al Hipódromo 27 de Abril. “Hay una palabra fundamental que atraviesa todo. Primero, nuestros corazones patriotas, las políticas públicas, el deporte, el fútbol, y se llama ‘federalismo’, y este federalismo, gracias a esta decisión de la AFA, está presente en nuestra provincia”, destacó Zamora. Y Tapia, acompañado por Bernardo Romeo y Diego Placente, elogió al primer mandatario provincial y agregó: “Quiero destacar su política de Estado en materia de deporte, que impacta en los chicos que tienen una calidad de vida diferente (…) Nos sentimos orgullosos de que la AFA tenga su segunda casa aquí, en Santiago del Estero”.
Toda una comunión, y la sucesión de finales valida el acuerdo político. Las quejas de los hinchas por la distancia, las dificultades del viaje y la capacidad del estadio quedan postergadas en otro plano. Ahora, ¿alguna vez los dirigentes de los clubes alzan la voz para proteger a sus socios y simpatizantes? Nunca. Todos están cómodos. ¿Los acuerdos de la AFA con la gobernación quizás se anteponen al sentido común y, especialmente, al esgrimido federalismo? Sí, porque no hay criterio de rotación. Pero todos callan.
El gobernador Zamora –en el cargo desde 2017, el mismo año de arribo de Tapia a la presidencia de AFA- posicionó a la provincia a través del deporte y no solo con el Madre de Ciudades, sino con el veloz (no exento de polémicas) ascenso de sus clubes, Central Córdoba a Primera, y Mitre y Güemes a la Primera Nacional, y también con la fecha en el calendario del MotoGP en Termas de Río Hondo. Zamora tiene un estrecho aliado en Toviggino, el hijo santiagueño adoptivo que empezó a crecer desde la vicepresidencia del pequeño club Comercio Central Unidos, continuó por la conducción de la Liga Santiagueña y dio el salto grande a la AFA -apadrinado por Guillermo Raed, un empresario de bebidas también santiagueño, mandamás del club Mitre- para tejer una poderosa red de influencias. Santiago del Estero está ‘bendecida’, la segunda casa del “Comandante” Tapia.
Los nexos del gobernador Gerardo Zamora con Tapia y la mentira de la federalización del fútbol LA NACION