Benjamín Araya tuvo su primer día como presidente de la AAP y un alivio: “Hay caja hasta la Triple Corona”

La 102ª asamblea general ordinaria de la Asociación Argentina de Polo (AAP), convocada para las 18 de este miércoles, aprobó en primera instancia el balance y de inmediato comenzó la votación entre las nóminas encabezadas por Marcos Di Paola, la “oficialista”, y Benjamín Araya, la “opositora”, para la conducción de la entidad. A punto de cumplirse una hora de reunión, la institución ya tenía nuevo presidente, sucesor de Delfín Uranga: Araya, de 62 años y tricampeón del Abierto de Palermo. La formalidad indica que ejercerá por dos años, pero los usos y costumbres anticipan que lo hará por cuatro: la reelección es prácticamente automática.
Al ser el polo una industria sin chimeneas, faltó la fumata blanca. En su lugar hubo aplausos, felicitaciones, festejos medidos y sonrisas. Por apenas dos votos de diferencia, 58 a 56, el hombre de raíces rosarinas y criado y formado en Coronel Suárez Polo Club se impuso a Di Paola. Que no estuvo presente: el candidato de la lista A se ausentó con aviso. Su trabajo como manager de la organización King Power, animadora de la temporada del alto handicap de Inglaterra, le impidió viajar a Buenos Aires y estar en la asamblea en que podía ser ungido presidente. “Creo que el hecho de haber faltado a la cita, por más comprensible que fuera la justificación esgrimida, terminó jugándole en contra a Di Paola”, arriesgó un conocedor del tema.
El triunfo de Araya, aquel prodigioso jugador que en 1981 conquistó la gloria de Palermo con apenas 17 años, aceleró los tiempos de la asamblea y precipitó el final de la contienda. Al ser derrotado, Di Paola tomó una determinación que había anticipado durante la campaña: si se daba el resultado contrario a sus aspiraciones, retiraría la lista y le dejaría las manos libres al ganador para que pudiera armar completo el Consejo Directivo con su propia gente. Es lo que ocurrió. Esa situación se había dado en la votación de 2017, cuando Eduardo Novillo Astrada (h.) resultó electo y Guillermo Álvarez Fourcade actuó de igual manera que Di Paola ahora.
En consecuencia, el resto del Consejo Directivo quedó íntegramente compuesto por gente de la lista B. Y como este jueves tuvo lugar la primera reunión entre sus integrantes, fueron distribuidos los cargos, a saber:
- vicepresidente: Federico G. Virasoro
- secretario: Javier A. Pasman
- prosecretario: Jorge A. Laplacette
- tesorero: Franco Gai (h.)
- protesorero: Santiago J. Olivera
- vocales titulares: Martín Sirvent y José M. Ortiz Masllorens
- vocales suplentes: John Peter Duncan Dub, Lucía Giraudo, Edgar Echezarreta y Ernesto Lalor
- síndico titular: Federico Fleitas
- síndico suplente: Juan B. Lastra
“Gané por medio gol“, rió Araya en un comentario para LA NACION. Y sí: pasado a porcentajes, ese 58 a 56 se convierte en 50,8% contra 49,1%. Medio gol, en efecto, pero sin handicap. La elección no tuvo ventajas para nadie. Sí, una presunción del lado del arayismo que no se cumplió en los hechos: más preferencias. Sucede que varios clubes habían comprometido su apoyo a la lista B y terminaron eligiendo a la A.
“Cuando se presentan dos listas, como en este caso, a veces uno tiende a pensar que es complicado, pero eso nos obligó a todos a ser mejores y a diseñar una estrategia de trabajo mucho más profunda”, celebró Araya. A ese “medio gol” de diferencia el hoy presidente lo sacó en buena medida gracias al apoyo de muchos clubes militares y clubes del interior del país. “Siento que en esos sectores tuve un gran respaldo. Otros clubes, que en principio nos apoyaban, se dieron vuelta, y no sé por qué. Pero ya está. Acá estoy, contento por haber ganado y absolutamente consciente de la responsabilidad que ello implica”, aseguró el primer Araya de la familia que ocupa el cargo, pero no el primero en ser tentado. “A papá [Horacio] le ofrecieron postularse pero dijo que no, ya que vivía en Suárez y estaba muy lejos como para venir acá y ocuparse”, expresó Benjamín sobre Horacio, también campeón de Palermo y referente del club al que pertenecían los Harriott y los Garrós.
El presidente número 26 de la historia
El sistema de votación admitió modalidad presencial y la remota. Mediante los presidentes o delegados nombrados especialmente para la ocasión, las instituciones deportivas y militares habilitadas por el estatuto seleccionaron un candidato para la presidencia. Solamente un club faltó a la convocatoria. “Por tratarse de un sistema en el cual se preserva el secreto del votante, no podemos saber exactamente qué club no votó, pero sí podemos dilucidar que fue un club cuyo voto vale uno, es decir, uno militar o uno de los incorporados”, deslizó una fuente de la Asociación.
Este jueves Araya vivió una intensa y extensa jornada inicial en el cargo. Conoció a los empleados, firmó papeles, atendió al periodismo. “Muchas gracias a todos los que nos apoyaron y a los clubes que confiaron en nosotros para esta etapa. Hubo un montón de gente que trabajó en las sombras; también a ella mi gratitud. Al staff completo de la Asociación de Polo, que hizo un trabajo impresionante para que al momento de la elección estuviese todo en orden. Y, obviamente, quiero darle las gracias a la gestión anterior, encabezada por Delfín Uranga, por todos estos años de trabajo”, destacó.
Más allá de que en la asamblea de la noche anterior se aprobó el balance, este jueves Araya recibió una noticia tranquilizadora para el amanecer de su mandato. “Me puse a ver algunos papeles y, por lo que observé, hay caja hasta la Triple Corona”, contó el presidente número 26 de la institución creada en 1922 y dirigida en aquel período inaugural (1922-1923) por Joseph Monroe Hinds. “El teléfono me explotó de mensajes. No tuve tiempo de leer todos, pero los agradezco mucho”, afirmó quien llegó a hablar con su vencido luego de la elección. “Sí, hablé. Y también con Delfín Uranga, pero personalmente”, detalló.
Mensaje público de Benjamín Araya en su primer día
Con la poca voz que le quedaba, ya por las 7 de la tarde y delante de la sede de la entidad, Araya lanzó un mensaje público en un video que fue difundido en las cuentas de redes sociales de la AAP. Constituyó un anticipo del rumbo de su gestión: “Que quede claro: la Asociación es de los clubes y de los socios de los clubes. Los teléfonos y las puertas están abiertos para todos aquellos que quieran colaborar y ayudarnos a hacer un polo mucho mejor que el que tenemos”.
La 102ª asamblea general ordinaria de la Asociación Argentina de Polo (AAP), convocada para las 18 de este miércoles, aprobó en primera instancia el balance y de inmediato comenzó la votación entre las nóminas encabezadas por Marcos Di Paola, la “oficialista”, y Benjamín Araya, la “opositora”, para la conducción de la entidad. A punto de cumplirse una hora de reunión, la institución ya tenía nuevo presidente, sucesor de Delfín Uranga: Araya, de 62 años y tricampeón del Abierto de Palermo. La formalidad indica que ejercerá por dos años, pero los usos y costumbres anticipan que lo hará por cuatro: la reelección es prácticamente automática.
Al ser el polo una industria sin chimeneas, faltó la fumata blanca. En su lugar hubo aplausos, felicitaciones, festejos medidos y sonrisas. Por apenas dos votos de diferencia, 58 a 56, el hombre de raíces rosarinas y criado y formado en Coronel Suárez Polo Club se impuso a Di Paola. Que no estuvo presente: el candidato de la lista A se ausentó con aviso. Su trabajo como manager de la organización King Power, animadora de la temporada del alto handicap de Inglaterra, le impidió viajar a Buenos Aires y estar en la asamblea en que podía ser ungido presidente. “Creo que el hecho de haber faltado a la cita, por más comprensible que fuera la justificación esgrimida, terminó jugándole en contra a Di Paola”, arriesgó un conocedor del tema.
El triunfo de Araya, aquel prodigioso jugador que en 1981 conquistó la gloria de Palermo con apenas 17 años, aceleró los tiempos de la asamblea y precipitó el final de la contienda. Al ser derrotado, Di Paola tomó una determinación que había anticipado durante la campaña: si se daba el resultado contrario a sus aspiraciones, retiraría la lista y le dejaría las manos libres al ganador para que pudiera armar completo el Consejo Directivo con su propia gente. Es lo que ocurrió. Esa situación se había dado en la votación de 2017, cuando Eduardo Novillo Astrada (h.) resultó electo y Guillermo Álvarez Fourcade actuó de igual manera que Di Paola ahora.
En consecuencia, el resto del Consejo Directivo quedó íntegramente compuesto por gente de la lista B. Y como este jueves tuvo lugar la primera reunión entre sus integrantes, fueron distribuidos los cargos, a saber:
- vicepresidente: Federico G. Virasoro
- secretario: Javier A. Pasman
- prosecretario: Jorge A. Laplacette
- tesorero: Franco Gai (h.)
- protesorero: Santiago J. Olivera
- vocales titulares: Martín Sirvent y José M. Ortiz Masllorens
- vocales suplentes: John Peter Duncan Dub, Lucía Giraudo, Edgar Echezarreta y Ernesto Lalor
- síndico titular: Federico Fleitas
- síndico suplente: Juan B. Lastra
“Gané por medio gol“, rió Araya en un comentario para LA NACION. Y sí: pasado a porcentajes, ese 58 a 56 se convierte en 50,8% contra 49,1%. Medio gol, en efecto, pero sin handicap. La elección no tuvo ventajas para nadie. Sí, una presunción del lado del arayismo que no se cumplió en los hechos: más preferencias. Sucede que varios clubes habían comprometido su apoyo a la lista B y terminaron eligiendo a la A.
“Cuando se presentan dos listas, como en este caso, a veces uno tiende a pensar que es complicado, pero eso nos obligó a todos a ser mejores y a diseñar una estrategia de trabajo mucho más profunda”, celebró Araya. A ese “medio gol” de diferencia el hoy presidente lo sacó en buena medida gracias al apoyo de muchos clubes militares y clubes del interior del país. “Siento que en esos sectores tuve un gran respaldo. Otros clubes, que en principio nos apoyaban, se dieron vuelta, y no sé por qué. Pero ya está. Acá estoy, contento por haber ganado y absolutamente consciente de la responsabilidad que ello implica”, aseguró el primer Araya de la familia que ocupa el cargo, pero no el primero en ser tentado. “A papá [Horacio] le ofrecieron postularse pero dijo que no, ya que vivía en Suárez y estaba muy lejos como para venir acá y ocuparse”, expresó Benjamín sobre Horacio, también campeón de Palermo y referente del club al que pertenecían los Harriott y los Garrós.
El presidente número 26 de la historia
El sistema de votación admitió modalidad presencial y la remota. Mediante los presidentes o delegados nombrados especialmente para la ocasión, las instituciones deportivas y militares habilitadas por el estatuto seleccionaron un candidato para la presidencia. Solamente un club faltó a la convocatoria. “Por tratarse de un sistema en el cual se preserva el secreto del votante, no podemos saber exactamente qué club no votó, pero sí podemos dilucidar que fue un club cuyo voto vale uno, es decir, uno militar o uno de los incorporados”, deslizó una fuente de la Asociación.
Este jueves Araya vivió una intensa y extensa jornada inicial en el cargo. Conoció a los empleados, firmó papeles, atendió al periodismo. “Muchas gracias a todos los que nos apoyaron y a los clubes que confiaron en nosotros para esta etapa. Hubo un montón de gente que trabajó en las sombras; también a ella mi gratitud. Al staff completo de la Asociación de Polo, que hizo un trabajo impresionante para que al momento de la elección estuviese todo en orden. Y, obviamente, quiero darle las gracias a la gestión anterior, encabezada por Delfín Uranga, por todos estos años de trabajo”, destacó.
Más allá de que en la asamblea de la noche anterior se aprobó el balance, este jueves Araya recibió una noticia tranquilizadora para el amanecer de su mandato. “Me puse a ver algunos papeles y, por lo que observé, hay caja hasta la Triple Corona”, contó el presidente número 26 de la institución creada en 1922 y dirigida en aquel período inaugural (1922-1923) por Joseph Monroe Hinds. “El teléfono me explotó de mensajes. No tuve tiempo de leer todos, pero los agradezco mucho”, afirmó quien llegó a hablar con su vencido luego de la elección. “Sí, hablé. Y también con Delfín Uranga, pero personalmente”, detalló.
Mensaje público de Benjamín Araya en su primer día
Con la poca voz que le quedaba, ya por las 7 de la tarde y delante de la sede de la entidad, Araya lanzó un mensaje público en un video que fue difundido en las cuentas de redes sociales de la AAP. Constituyó un anticipo del rumbo de su gestión: “Que quede claro: la Asociación es de los clubes y de los socios de los clubes. Los teléfonos y las puertas están abiertos para todos aquellos que quieran colaborar y ayudarnos a hacer un polo mucho mejor que el que tenemos”.
El ganador de la elección asumió su cargo y asignó otros del Consejo Directivo; entretelones de una votación reñida y peculiar LA NACION