Carlos III defendió la soberanía de Canadá ante las amenazas expansionistas de Trump
OTTAWA.- Después de destacar la orgullosa independencia de Canadá, el rey Carlos III afirmó que la nación enfrenta desafíos sin precedentes en un mundo que nunca ha sido más peligroso, al inaugurar el Parlamento canadiense este martes. Este primer “discurso del trono” pronunciado por un monarca en medio siglo fue ampliamente interpretado como un gesto de apoyo ante las amenazas de anexión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
“La democracia, el pluralismo, el Estado de derecho, la autodeterminación y la libertad son valores que los canadienses aprecian profundamente y que el Gobierno está decidido a proteger”, declaró el monarca británico, jefe de Estado de Canadá.
Las amenazas anexionistas de Trump llevaron al primer ministro Mark Carney a invitar a Carlos III a pronunciar el discurso desde el trono, en el que se delinearon las prioridades del gobierno para la nueva sesión del Parlamento. Como jefe de Estado de Canadá, país miembro de la Commonwealth de antiguas colonias, el rey nunca se ha pronunciado públicamente sobre el plan del “estado 51” de Trump, ya que está obligado a mantener una estricta neutralidad política.
“Debemos enfrentar la realidad: desde la Segunda Guerra Mundial, nuestro mundo nunca ha sido más peligroso e inestable. Canadá enfrenta desafíos que, en nuestras vidas, no tienen precedentes”, dijo Carlos en francés.
Agregó que “muchos canadienses se sienten nerviosos y preocupados por el mundo que cambia drásticamente a su alrededor”.
Además de su retórica expansionista, Trump lanzó una guerra comercial que afecta a países aliados y a rivales, y que golpeó con mucha intensidad a Canadá.
Es raro que el monarca pronuncie el denominado discurso desde el trono en Canadá. La madre de Carlos, la reina Isabel II, lo hizo dos veces antes, en 1957 y 1977.
“Siempre he tenido la mayor admiración por la identidad única de Canadá, que es reconocida en todo el mundo por su valentía y sacrificio en defensa de los valores nacionales, y por la diversidad y amabilidad de los canadienses”, afirmó.
Carlos, en su vigésima visita a Canadá, señaló que han pasado casi 70 años desde que su madre inauguró el Parlamento por primera vez. “Desde entonces, Canadá cambió drásticamente: repatriando su Constitución, logrando plena independencia y presenciando un inmenso crecimiento. Canadá ha abrazado sus raíces británicas, francesas e indígenas, y se ha convertido en un país audaz, ambicioso e innovador que es bilingüe y verdaderamente multicultural”, dijo el monarca.
Libertad y democracia
Señaló que, cuando su difunta madre inauguró una nueva sesión del Parlamento canadiense en 1957, la Segunda Guerra Mundial seguía siendo un recuerdo fresco y doloroso mientras que la Guerra Fría se intensificaba. “La libertad y la democracia estaban bajo amenaza”, expresó. “Hoy, Canadá enfrenta otro momento crítico”.
Carlos también dijo que el gobierno canadiense “protegerá la soberanía de Canadá reconstruyendo, rearmando y reinvirtiendo en las Fuerzas Armadas Canadienses”.
“Estimulará la industria militar canadiense al participar en el plan ‘ReArm Europe’ y así contribuirá, junto con socios europeos, a la seguridad transatlántica. También invertirá para fortalecer su presencia en el Norte, ya que esta región, que es parte integral de la nación canadiense, enfrenta nuevas amenazas”, insistió el monarca.
Entre los asistentes se encontraban los ex primeros ministros canadienses Justin Trudeau y Stephen Harper.
El discurso del rey
El discurso no fue redactado por el rey ni por sus asesores en Gran Bretaña, ya que Carlos actúa como jefe de Estado no partidista. Él simplemente leyó el texto preparado por el gobierno de Canadá, aunque añadió algunos comentarios propios.
El lunes, Carlos se reunió con el primer ministro Mark Carney —exjefe del Banco de Inglaterra— y con Mary Simon, la primera gobernadora general indígena de Canadá y representante del rey en el país.
Aunque los canadienses suelen ser bastante indiferentes hacia la monarquía, Carney está decidido a enfatizar las diferencias entre Canadá y Estados Unidos. En ese sentido, la visita del rey subraya de manera clara la soberanía canadiense, según sus palabras.
En su discurso, el rey afirmó que Canadá tiene la capacidad de construir nuevas alianzas y una economía renovada que beneficie a todos sus ciudadanos. Dado que más del 75% de las exportaciones canadienses se destinan a Estados Unidos, Carney busca diversificar los mercados comerciales para reducir esa dependencia.
El nuevo embajador estadounidense en Canadá, Pete Hoekstra, afirmó que no es necesario enviar mensajes a Estados Unidos y que los canadienses deberían dejar de lado la discusión sobre el “estado 51”. En declaraciones a la Canadian Broadcasting Corporation, señaló que, si realmente hay algo que comunicar, existen formas más directas y sencillas, como llamarlo a él o al presidente estadounidense.
Por su parte, el rey destacó que una de las prioridades del gobierno canadiense es la protección del idioma francés y la cultura quebequense, elementos centrales de la identidad nacional. “Definen el país que los canadienses, y yo, amamos tanto. Canadá es un país donde se respetan y celebran los idiomas oficiales e indígenas”, afirmó. Además, subrayó el compromiso del gobierno con la defensa de las instituciones que promueven estas culturas e identidades a nivel nacional e internacional, como CBC/Radio-Canada.
El monarca también enfatizó la importancia de proteger la industria láctea gestionada bajo el sistema de cuotas de Quebec, que fue uno de los sectores atacados por Trump durante las negociaciones comerciales.
Agencias AP y AFP
OTTAWA.- Después de destacar la orgullosa independencia de Canadá, el rey Carlos III afirmó que la nación enfrenta desafíos sin precedentes en un mundo que nunca ha sido más peligroso, al inaugurar el Parlamento canadiense este martes. Este primer “discurso del trono” pronunciado por un monarca en medio siglo fue ampliamente interpretado como un gesto de apoyo ante las amenazas de anexión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
“La democracia, el pluralismo, el Estado de derecho, la autodeterminación y la libertad son valores que los canadienses aprecian profundamente y que el Gobierno está decidido a proteger”, declaró el monarca británico, jefe de Estado de Canadá.
Las amenazas anexionistas de Trump llevaron al primer ministro Mark Carney a invitar a Carlos III a pronunciar el discurso desde el trono, en el que se delinearon las prioridades del gobierno para la nueva sesión del Parlamento. Como jefe de Estado de Canadá, país miembro de la Commonwealth de antiguas colonias, el rey nunca se ha pronunciado públicamente sobre el plan del “estado 51” de Trump, ya que está obligado a mantener una estricta neutralidad política.
“Debemos enfrentar la realidad: desde la Segunda Guerra Mundial, nuestro mundo nunca ha sido más peligroso e inestable. Canadá enfrenta desafíos que, en nuestras vidas, no tienen precedentes”, dijo Carlos en francés.
Agregó que “muchos canadienses se sienten nerviosos y preocupados por el mundo que cambia drásticamente a su alrededor”.
Además de su retórica expansionista, Trump lanzó una guerra comercial que afecta a países aliados y a rivales, y que golpeó con mucha intensidad a Canadá.
Es raro que el monarca pronuncie el denominado discurso desde el trono en Canadá. La madre de Carlos, la reina Isabel II, lo hizo dos veces antes, en 1957 y 1977.
“Siempre he tenido la mayor admiración por la identidad única de Canadá, que es reconocida en todo el mundo por su valentía y sacrificio en defensa de los valores nacionales, y por la diversidad y amabilidad de los canadienses”, afirmó.
Carlos, en su vigésima visita a Canadá, señaló que han pasado casi 70 años desde que su madre inauguró el Parlamento por primera vez. “Desde entonces, Canadá cambió drásticamente: repatriando su Constitución, logrando plena independencia y presenciando un inmenso crecimiento. Canadá ha abrazado sus raíces británicas, francesas e indígenas, y se ha convertido en un país audaz, ambicioso e innovador que es bilingüe y verdaderamente multicultural”, dijo el monarca.
Libertad y democracia
Señaló que, cuando su difunta madre inauguró una nueva sesión del Parlamento canadiense en 1957, la Segunda Guerra Mundial seguía siendo un recuerdo fresco y doloroso mientras que la Guerra Fría se intensificaba. “La libertad y la democracia estaban bajo amenaza”, expresó. “Hoy, Canadá enfrenta otro momento crítico”.
Carlos también dijo que el gobierno canadiense “protegerá la soberanía de Canadá reconstruyendo, rearmando y reinvirtiendo en las Fuerzas Armadas Canadienses”.
“Estimulará la industria militar canadiense al participar en el plan ‘ReArm Europe’ y así contribuirá, junto con socios europeos, a la seguridad transatlántica. También invertirá para fortalecer su presencia en el Norte, ya que esta región, que es parte integral de la nación canadiense, enfrenta nuevas amenazas”, insistió el monarca.
Entre los asistentes se encontraban los ex primeros ministros canadienses Justin Trudeau y Stephen Harper.
El discurso del rey
El discurso no fue redactado por el rey ni por sus asesores en Gran Bretaña, ya que Carlos actúa como jefe de Estado no partidista. Él simplemente leyó el texto preparado por el gobierno de Canadá, aunque añadió algunos comentarios propios.
El lunes, Carlos se reunió con el primer ministro Mark Carney —exjefe del Banco de Inglaterra— y con Mary Simon, la primera gobernadora general indígena de Canadá y representante del rey en el país.
Aunque los canadienses suelen ser bastante indiferentes hacia la monarquía, Carney está decidido a enfatizar las diferencias entre Canadá y Estados Unidos. En ese sentido, la visita del rey subraya de manera clara la soberanía canadiense, según sus palabras.
En su discurso, el rey afirmó que Canadá tiene la capacidad de construir nuevas alianzas y una economía renovada que beneficie a todos sus ciudadanos. Dado que más del 75% de las exportaciones canadienses se destinan a Estados Unidos, Carney busca diversificar los mercados comerciales para reducir esa dependencia.
El nuevo embajador estadounidense en Canadá, Pete Hoekstra, afirmó que no es necesario enviar mensajes a Estados Unidos y que los canadienses deberían dejar de lado la discusión sobre el “estado 51”. En declaraciones a la Canadian Broadcasting Corporation, señaló que, si realmente hay algo que comunicar, existen formas más directas y sencillas, como llamarlo a él o al presidente estadounidense.
Por su parte, el rey destacó que una de las prioridades del gobierno canadiense es la protección del idioma francés y la cultura quebequense, elementos centrales de la identidad nacional. “Definen el país que los canadienses, y yo, amamos tanto. Canadá es un país donde se respetan y celebran los idiomas oficiales e indígenas”, afirmó. Además, subrayó el compromiso del gobierno con la defensa de las instituciones que promueven estas culturas e identidades a nivel nacional e internacional, como CBC/Radio-Canada.
El monarca también enfatizó la importancia de proteger la industria láctea gestionada bajo el sistema de cuotas de Quebec, que fue uno de los sectores atacados por Trump durante las negociaciones comerciales.
Agencias AP y AFP
El monarca afirmó que el país enfrenta desafíos sin precedentes LA NACION