Microbióloga responde: ¿es mejor para la salud y la higiene bañarse por la mañana o por la noche?

Para muchas personas, ducharse representa un momento esencial de su rutina diaria, ya sea para iniciar el día con energía o para relajarse antes de dormir. Sin embargo, más allá de las costumbres individuales, el momento en que se toma una ducha puede tener implicaciones en la salud e higiene personal.
Una encuesta realizada por la Sleep Foundation en 2022 mostró que el 42% de los adultos en Estados Unidos prefiere ducharse al empezar la jornada, mientras que el 25% opta por hacerlo en la noche. Esta diferencia refleja hábitos arraigados, pero desde el punto de vista médico, hay factores importantes que vale la pena considerar.
Los beneficios de la ducha van más allá de la limpieza física
El acto de ducharse permite remover el sudor, la suciedad y las células muertas que se acumulan en el cuerpo. Esta limpieza no solo contribuye a prevenir malos olores y mantener la piel saludable, sino que también ayuda a conservar los poros despejados y a evitar brotes de acné o irritaciones.
No obstante, sus efectos positivos también se extienden al bienestar mental. Las duchas pueden reducir niveles de estrés y ansiedad, y en algunos casos, aliviar síntomas de depresión.
Esta práctica contribuye a relajar los músculos y calmar el sistema nervioso, además de brindar una sensación general de frescura y confianza.
¿Mañana o noche?
La microbióloga clínica Primrose Freestone, de la Universidad de Leicester, plantea una reflexión importante en torno al mejor momento del día para bañarse.
Si bien una ducha nocturna permite eliminar los residuos acumulados en el cuerpo durante el día, existen otros elementos a tener en cuenta. “Tus microbios de la piel se alimentarán de los nutrientes de ese sudor”, escribió Freestone en The Conversation.
“Esto significa que por la mañana habrás dejado microbios en las sábanas y probablemente te despiertes con algo de mal olor corporal”, contó.
De acuerdo con Freestone, durante el día el cuerpo y el cabello recogen contaminantes, alérgenos y aceites que alteran el equilibrio de la piel y sirven de alimento a bacterias. Aunque ducharse antes de dormir remueve gran parte de estas impurezas, el sudor producido durante la noche alimenta los microorganismos que quedan en la cama.
Lo que ocurre mientras duerme también importa
La pérdida de piel durante el sueño es otro aspecto relevante. Según explicó el dermatólogo Alok Vij en conversación con Cleveland Clinic Health Essentials, “cada persona pierde al día alrededor de un gramo y medio de piel (casi media cucharadita)”, y una parte importante de esa descamación termina en la cama.
Esas partículas se convierten en alimento para los ácaros del polvo, los cuales pueden agravar síntomas de asma, provocar irritaciones o intensificar reacciones alérgicas.
Con esto en mente, Freestone concluye que ducharse por la mañana puede ser más efectivo, ya que permite comenzar el día con una sensación de limpieza y reduce el riesgo de mal olor corporal.
No obstante, también señala que lo fundamental es mantener buenos hábitos de higiene en general, especialmente en lo que respecta al lavado frecuente de las sábanas.
La frecuencia del lavado de sábanas, un aspecto crucial
La Sleep Foundation recomienda cambiar las sábanas al menos una vez por semana. Este consejo adquiere aún más importancia si usted tiene mascotas que duermen con usted o padece alguna condición alérgica.
¿Agua fría o caliente? Cada temperatura tiene sus efectos
Además del horario, otro aspecto que genera debate es la temperatura del agua.
Las duchas frías ofrecen beneficios como mejorar la circulación sanguínea y aumentar el estado de alerta. Según Cleveland Clinic Health Essentials, el agua fría puede estimular la liberación de norepinefrina, una hormona relacionada con el aumento de la energía. También se ha observado que puede ayudar a reducir la inflamación muscular tras realizar ejercicio.
Sin embargo, no todos los organismos toleran igual este tipo de duchas. Las personas con enfermedades cardíacas u otras condiciones deben tener precaución, y en todo caso, es aconsejable comenzar de manera progresiva y consultar con un médico si se tienen dudas.
Por otro lado, el agua caliente tiene efectos relajantes. Mayo Clinic indica que puede aliviar el dolor muscular, la rigidez y la congestión nasal gracias al vapor.
No obstante, también advierte que duchas muy largas o frecuentes con agua caliente podrían resecar la piel, provocar picazón o agravar enfermedades cutáneas como el eczema. Además, en personas con presión arterial baja, el calor podría causar mareos o desmayos.
La recomendación de esta institución es utilizar agua tibia y limitar el tiempo de exposición para evitar efectos negativos.
Para muchas personas, ducharse representa un momento esencial de su rutina diaria, ya sea para iniciar el día con energía o para relajarse antes de dormir. Sin embargo, más allá de las costumbres individuales, el momento en que se toma una ducha puede tener implicaciones en la salud e higiene personal.
Una encuesta realizada por la Sleep Foundation en 2022 mostró que el 42% de los adultos en Estados Unidos prefiere ducharse al empezar la jornada, mientras que el 25% opta por hacerlo en la noche. Esta diferencia refleja hábitos arraigados, pero desde el punto de vista médico, hay factores importantes que vale la pena considerar.
Los beneficios de la ducha van más allá de la limpieza física
El acto de ducharse permite remover el sudor, la suciedad y las células muertas que se acumulan en el cuerpo. Esta limpieza no solo contribuye a prevenir malos olores y mantener la piel saludable, sino que también ayuda a conservar los poros despejados y a evitar brotes de acné o irritaciones.
No obstante, sus efectos positivos también se extienden al bienestar mental. Las duchas pueden reducir niveles de estrés y ansiedad, y en algunos casos, aliviar síntomas de depresión.
Esta práctica contribuye a relajar los músculos y calmar el sistema nervioso, además de brindar una sensación general de frescura y confianza.
¿Mañana o noche?
La microbióloga clínica Primrose Freestone, de la Universidad de Leicester, plantea una reflexión importante en torno al mejor momento del día para bañarse.
Si bien una ducha nocturna permite eliminar los residuos acumulados en el cuerpo durante el día, existen otros elementos a tener en cuenta. “Tus microbios de la piel se alimentarán de los nutrientes de ese sudor”, escribió Freestone en The Conversation.
“Esto significa que por la mañana habrás dejado microbios en las sábanas y probablemente te despiertes con algo de mal olor corporal”, contó.
De acuerdo con Freestone, durante el día el cuerpo y el cabello recogen contaminantes, alérgenos y aceites que alteran el equilibrio de la piel y sirven de alimento a bacterias. Aunque ducharse antes de dormir remueve gran parte de estas impurezas, el sudor producido durante la noche alimenta los microorganismos que quedan en la cama.
Lo que ocurre mientras duerme también importa
La pérdida de piel durante el sueño es otro aspecto relevante. Según explicó el dermatólogo Alok Vij en conversación con Cleveland Clinic Health Essentials, “cada persona pierde al día alrededor de un gramo y medio de piel (casi media cucharadita)”, y una parte importante de esa descamación termina en la cama.
Esas partículas se convierten en alimento para los ácaros del polvo, los cuales pueden agravar síntomas de asma, provocar irritaciones o intensificar reacciones alérgicas.
Con esto en mente, Freestone concluye que ducharse por la mañana puede ser más efectivo, ya que permite comenzar el día con una sensación de limpieza y reduce el riesgo de mal olor corporal.
No obstante, también señala que lo fundamental es mantener buenos hábitos de higiene en general, especialmente en lo que respecta al lavado frecuente de las sábanas.
La frecuencia del lavado de sábanas, un aspecto crucial
La Sleep Foundation recomienda cambiar las sábanas al menos una vez por semana. Este consejo adquiere aún más importancia si usted tiene mascotas que duermen con usted o padece alguna condición alérgica.
¿Agua fría o caliente? Cada temperatura tiene sus efectos
Además del horario, otro aspecto que genera debate es la temperatura del agua.
Las duchas frías ofrecen beneficios como mejorar la circulación sanguínea y aumentar el estado de alerta. Según Cleveland Clinic Health Essentials, el agua fría puede estimular la liberación de norepinefrina, una hormona relacionada con el aumento de la energía. También se ha observado que puede ayudar a reducir la inflamación muscular tras realizar ejercicio.
Sin embargo, no todos los organismos toleran igual este tipo de duchas. Las personas con enfermedades cardíacas u otras condiciones deben tener precaución, y en todo caso, es aconsejable comenzar de manera progresiva y consultar con un médico si se tienen dudas.
Por otro lado, el agua caliente tiene efectos relajantes. Mayo Clinic indica que puede aliviar el dolor muscular, la rigidez y la congestión nasal gracias al vapor.
No obstante, también advierte que duchas muy largas o frecuentes con agua caliente podrían resecar la piel, provocar picazón o agravar enfermedades cutáneas como el eczema. Además, en personas con presión arterial baja, el calor podría causar mareos o desmayos.
La recomendación de esta institución es utilizar agua tibia y limitar el tiempo de exposición para evitar efectos negativos.
Primrose Freestone sugiere que, desde una perspectiva saludable, ducharse a cierta hora del día podría ser más beneficioso; esta práctica contribuye a relajar los músculos y calmar el sistema nervioso LA NACION