Sarampión: cómo avanza la campaña de vacunación para controlar el brote

La campaña de vacunación contra el sarampión para controlar el brote en curso en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) avanza demasiado lento para una infección que se disemina tan rápidamente. En un mes, esa cobertura alcanzó recién al 16,3% de los grupos en los que hay que reforzar la inmunidad contra ese virus altamente contagioso.
Eran, a la semana pasada, unas 101.001 dosis de las casi 620.000 por completar en menores de entre 6 meses y 5 años en la ciudad y el conurbano bonaerense.
El brote, que acumula ya 29 casos confirmados, de entre 9 meses y 38 años de edad, comenzó en febrero en el barrio porteño de Palermo con dos infecciones en una familia que había regresado de viaje de Rusia y se extendió a través de contactos, sobre todo, a siete municipios de la provincia, junto con el ingreso al país de dos casos que volvieron de viaje de Tailandia y México, entre otros en investigación. Uno reside, también, en la provincia de Buenos Aires y, el otro, más reciente, en San Luis.
Alerta
Desde que se emitió la alerta epidemiológica por la detección de los primeros casos que informó el Ministerio de Salud porteño en los primeros días de febrero pasado, sin embargo, se notificaron 1810 casos que, por los síntomas, hicieron sospechar que podrían tratarse de sarampión.
“Se pudo constatar que entre los números que surgen del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentina (Siisa), el Registro Federal de Vacunación Nominalizado (Nomivac) y las dosis aplicadas hay una diferencia del 0,5%, lo que da la pauta de que los datos de notificación son fieles, por lo que es importante seguir fortaleciendo la vacunación”, aclaró el Ministerio de Salud de la Nación a través de un comunicado al término de la última reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa).
En ese encuentro, el bajo ritmo de la campaña focalizada para poner al día la protección con una vacuna de calendario que está tan rezagada como el resto fue parte de la agenda. También lo fue, finalmente, relevar qué es lo que está frenando la vacunación infantil. La Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) avanzaría en ese sentido con un relevamiento por distritos, según se informó en la reunión.
A medida que avanzaba el brote en marzo pasado, con la detección de nuevos casos, esa comisión recomendó iniciar una vacunación focalizada en el AMBA para interrumpir la transmisión de un virus que se propaga a través de las microgotas de saliva o las secreciones respiratorias cuando la persona enferma tose, estornuda o habla. Esas secreciones que quedan en el aire o sobre superficies mantienen su capacidad de infectar entre dos y tres horas en el ambiente de viviendas, transporte, salas de espera, baños, aulas u oficinas, solo por poner algunos ejemplos.
El período de contagio se da entre cuatro días antes y cuatro días después de que aparece en la piel la erupción característica del sarampión, que, a diferencia del de la varicela (causada por un virus distinto), no pica. Los primeros síntomas incluyen fiebre, enrojecimiento de los ojos, malestar general y goteo nasal como durante un resfrío, tos seca y dolor de garganta, entre otros.
“Este brote de sarampión comienza a partir de dos casos importados provenientes de Rusia; inclusive, hemos tenido en el país otras importaciones provenientes de una comunidad menonita de México, en la zona de Chihuahua u otros dos casos provenientes de Londres. El mundo se encuentra con brotes de sarampión, no solo en el sudeste asiático, sino también en Europa. Por eso, es fundamental para poder enfrentar la situación tener altas coberturas de vacunación”, dijo a este medio Ángela Gentile, presidenta de la Comisión Nacional para la Eliminación de Sarampión y Rubeola y jefa del Departamento de Epidemiologia del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. “Las dosis de calendario, que son al año y a los 5 años, no presenta coberturas óptimas [en el país], sino subóptimas, lo que nos tiene que hacer reflexionar sobre la importancia de elevarlas y aprovechar cada oportunidad para vacunar en forma oportuna. También, es clave esta campaña porque entre el año y los 5 años tenemos una brecha que hay que cubrir.”
Al respecto, refirió que la aplicación al año de vida va dejando alrededor de un 10% de chicos susceptibles a contraer la enfermedad. Con coberturas tan bajas, eso hace que la Argentina tenga “un grupo muy importante de niños susceptibles que es clave que alcancemos en esta campaña”.
Calendario
El mes pasado, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) dio a conocer en rueda de prensa, de la que participó LA NACIÓN, que los casos en la región a esa altura del año ya eran más de diez veces la cantidad de positivos que en 2024. “El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas del mundo –remarcó, entonces, Jarbas Barbosa, director de la OPS–. Y los países tuvieron dificultades para mantener la cobertura recomendada del 95% de la vacuna triple viral, lo que nos deja susceptibles a casos importados”.
Ese es el caso de la Argentina. Por calendario, los chicos deben recibir dos dosis de la vacuna triple viral (contra sarampión, rubeola y paperas): la primera al año de vida y la segunda, a los 5 años para el ingreso escolar. Es decir que la población de seis años en adelante hoy tiene que tener –y poder acreditar– dos dosis de la vacuna triple o doble viral (contra sarampión y rubeola). Pero la cobertura local para la primera dosis está en un 78,5% y, para la segunda, se desploma al 46,2%, de acuerdo con estimaciones nacionales.
En ese contexto, el brote activó alarmas y la Conain recomendó iniciar una campaña de vacunación focalizada en el AMBA para interrumpir la transmisión viral comunitaria, dado cómo se iban registrando los contagios. Había que alcanzar a unos 620.000 chicos en la Capital y 40 municipios del conurbano, con la siguiente indicación, según la edad:
- Una dosis de la vacuna doble viral (dosis cero) a los bebés de entre 6 y 11 meses
- Primera dosis de triple viral de calendario a los chicos de 1 año con una cita al mes siguiente para recibir la dosis de campaña para control del brote en curso. Lo mismo se aplica para los chicos de 13 meses o más que nunca recibieron la primera dosis de calendario.
- Una dosis de doble viral (dosis adicional) a los chicos de entre 13 meses y 4 años y 11 meses.
- Segunda dosis de calendario a los chicos de 5 años (nacidos en 2020)
- No tienen que recibir la dosis extra de esta campaña los chicos que hayan nacido en 2021 y 2022 que puedan acreditar con el carnet de vacunación o por el registro jurisdiccional que recibieron la dosis extra de la campaña anterior (2022).
Pero los datos que se mostraron en el Cofesa dan cuenta de que la mayoría de los distritos que integran el AMBA están por debajo del 26% de su población de entre 6 meses y 5 años, en cada caso, excepto por Brandsen que con 411 dosis alcanzó un 34,4% o General Las Heras, que con 207 dosis llegó al 44,3%.
Entre los más rezagados, de acuerdo con los datos cargados en el Nomivac, están Almirante Brown, Moreno y Merlo, que no alcanzan el 10% de cobertura de campaña.
El dato para la ciudad, donde hay un operativo en escuelas, es un 19,3% con 19.378 aplicaciones registradas por la Nación a la semana pasada. Entre los obstáculos aparece la baja concurrencia de los padres o adultos a cargo y las autorizaciones para vacunar a los menores.
Gentile consideró, por lo tanto, que aumentar las aplicaciones “es fundamental para poder cortar este brote epidémico y eso exige, obviamente, el compromiso de todos: trabajar juntos Salud y Educación, con la vacunación en cada escuela y jardín maternal, con capacitación constante al personal de salud de parte de las sociedades científicas “no perder oportunidades” y una comunicación robusta para que la sociedad “entienda la importancia de vacunarse según las recomendaciones que se han impartido –enumeró–. Así que queda trabajo para hacer”.
Acá se puede consultar la información sobre la vacunación en la ciudad y, acá, para los distritos de la provincia de Buenos Aires.
La campaña de vacunación contra el sarampión para controlar el brote en curso en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) avanza demasiado lento para una infección que se disemina tan rápidamente. En un mes, esa cobertura alcanzó recién al 16,3% de los grupos en los que hay que reforzar la inmunidad contra ese virus altamente contagioso.
Eran, a la semana pasada, unas 101.001 dosis de las casi 620.000 por completar en menores de entre 6 meses y 5 años en la ciudad y el conurbano bonaerense.
El brote, que acumula ya 29 casos confirmados, de entre 9 meses y 38 años de edad, comenzó en febrero en el barrio porteño de Palermo con dos infecciones en una familia que había regresado de viaje de Rusia y se extendió a través de contactos, sobre todo, a siete municipios de la provincia, junto con el ingreso al país de dos casos que volvieron de viaje de Tailandia y México, entre otros en investigación. Uno reside, también, en la provincia de Buenos Aires y, el otro, más reciente, en San Luis.
Alerta
Desde que se emitió la alerta epidemiológica por la detección de los primeros casos que informó el Ministerio de Salud porteño en los primeros días de febrero pasado, sin embargo, se notificaron 1810 casos que, por los síntomas, hicieron sospechar que podrían tratarse de sarampión.
“Se pudo constatar que entre los números que surgen del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentina (Siisa), el Registro Federal de Vacunación Nominalizado (Nomivac) y las dosis aplicadas hay una diferencia del 0,5%, lo que da la pauta de que los datos de notificación son fieles, por lo que es importante seguir fortaleciendo la vacunación”, aclaró el Ministerio de Salud de la Nación a través de un comunicado al término de la última reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa).
En ese encuentro, el bajo ritmo de la campaña focalizada para poner al día la protección con una vacuna de calendario que está tan rezagada como el resto fue parte de la agenda. También lo fue, finalmente, relevar qué es lo que está frenando la vacunación infantil. La Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) avanzaría en ese sentido con un relevamiento por distritos, según se informó en la reunión.
A medida que avanzaba el brote en marzo pasado, con la detección de nuevos casos, esa comisión recomendó iniciar una vacunación focalizada en el AMBA para interrumpir la transmisión de un virus que se propaga a través de las microgotas de saliva o las secreciones respiratorias cuando la persona enferma tose, estornuda o habla. Esas secreciones que quedan en el aire o sobre superficies mantienen su capacidad de infectar entre dos y tres horas en el ambiente de viviendas, transporte, salas de espera, baños, aulas u oficinas, solo por poner algunos ejemplos.
El período de contagio se da entre cuatro días antes y cuatro días después de que aparece en la piel la erupción característica del sarampión, que, a diferencia del de la varicela (causada por un virus distinto), no pica. Los primeros síntomas incluyen fiebre, enrojecimiento de los ojos, malestar general y goteo nasal como durante un resfrío, tos seca y dolor de garganta, entre otros.
“Este brote de sarampión comienza a partir de dos casos importados provenientes de Rusia; inclusive, hemos tenido en el país otras importaciones provenientes de una comunidad menonita de México, en la zona de Chihuahua u otros dos casos provenientes de Londres. El mundo se encuentra con brotes de sarampión, no solo en el sudeste asiático, sino también en Europa. Por eso, es fundamental para poder enfrentar la situación tener altas coberturas de vacunación”, dijo a este medio Ángela Gentile, presidenta de la Comisión Nacional para la Eliminación de Sarampión y Rubeola y jefa del Departamento de Epidemiologia del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. “Las dosis de calendario, que son al año y a los 5 años, no presenta coberturas óptimas [en el país], sino subóptimas, lo que nos tiene que hacer reflexionar sobre la importancia de elevarlas y aprovechar cada oportunidad para vacunar en forma oportuna. También, es clave esta campaña porque entre el año y los 5 años tenemos una brecha que hay que cubrir.”
Al respecto, refirió que la aplicación al año de vida va dejando alrededor de un 10% de chicos susceptibles a contraer la enfermedad. Con coberturas tan bajas, eso hace que la Argentina tenga “un grupo muy importante de niños susceptibles que es clave que alcancemos en esta campaña”.
Calendario
El mes pasado, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) dio a conocer en rueda de prensa, de la que participó LA NACIÓN, que los casos en la región a esa altura del año ya eran más de diez veces la cantidad de positivos que en 2024. “El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas del mundo –remarcó, entonces, Jarbas Barbosa, director de la OPS–. Y los países tuvieron dificultades para mantener la cobertura recomendada del 95% de la vacuna triple viral, lo que nos deja susceptibles a casos importados”.
Ese es el caso de la Argentina. Por calendario, los chicos deben recibir dos dosis de la vacuna triple viral (contra sarampión, rubeola y paperas): la primera al año de vida y la segunda, a los 5 años para el ingreso escolar. Es decir que la población de seis años en adelante hoy tiene que tener –y poder acreditar– dos dosis de la vacuna triple o doble viral (contra sarampión y rubeola). Pero la cobertura local para la primera dosis está en un 78,5% y, para la segunda, se desploma al 46,2%, de acuerdo con estimaciones nacionales.
En ese contexto, el brote activó alarmas y la Conain recomendó iniciar una campaña de vacunación focalizada en el AMBA para interrumpir la transmisión viral comunitaria, dado cómo se iban registrando los contagios. Había que alcanzar a unos 620.000 chicos en la Capital y 40 municipios del conurbano, con la siguiente indicación, según la edad:
- Una dosis de la vacuna doble viral (dosis cero) a los bebés de entre 6 y 11 meses
- Primera dosis de triple viral de calendario a los chicos de 1 año con una cita al mes siguiente para recibir la dosis de campaña para control del brote en curso. Lo mismo se aplica para los chicos de 13 meses o más que nunca recibieron la primera dosis de calendario.
- Una dosis de doble viral (dosis adicional) a los chicos de entre 13 meses y 4 años y 11 meses.
- Segunda dosis de calendario a los chicos de 5 años (nacidos en 2020)
- No tienen que recibir la dosis extra de esta campaña los chicos que hayan nacido en 2021 y 2022 que puedan acreditar con el carnet de vacunación o por el registro jurisdiccional que recibieron la dosis extra de la campaña anterior (2022).
Pero los datos que se mostraron en el Cofesa dan cuenta de que la mayoría de los distritos que integran el AMBA están por debajo del 26% de su población de entre 6 meses y 5 años, en cada caso, excepto por Brandsen que con 411 dosis alcanzó un 34,4% o General Las Heras, que con 207 dosis llegó al 44,3%.
Entre los más rezagados, de acuerdo con los datos cargados en el Nomivac, están Almirante Brown, Moreno y Merlo, que no alcanzan el 10% de cobertura de campaña.
El dato para la ciudad, donde hay un operativo en escuelas, es un 19,3% con 19.378 aplicaciones registradas por la Nación a la semana pasada. Entre los obstáculos aparece la baja concurrencia de los padres o adultos a cargo y las autorizaciones para vacunar a los menores.
Gentile consideró, por lo tanto, que aumentar las aplicaciones “es fundamental para poder cortar este brote epidémico y eso exige, obviamente, el compromiso de todos: trabajar juntos Salud y Educación, con la vacunación en cada escuela y jardín maternal, con capacitación constante al personal de salud de parte de las sociedades científicas “no perder oportunidades” y una comunicación robusta para que la sociedad “entienda la importancia de vacunarse según las recomendaciones que se han impartido –enumeró–. Así que queda trabajo para hacer”.
Acá se puede consultar la información sobre la vacunación en la ciudad y, acá, para los distritos de la provincia de Buenos Aires.
Las aplicaciones no superan el 16,3% de la población de entre 6 meses y 5 años; desde febrero se notificaron más de 1800 casos y se confirmaron 29 LA NACION