Minutos antes de un temblor, buscó refugio y, al sentirse seguro, tomó una decisión instintiva: “Nunca lo reclamaron”

Aunque durante algunos años de su vida supo tener un techo donde refugiarse, esa tarde, minutos antes de que ocurriera lo inesperado, buscó refugio en un local comercial de la plaza Echaurren ubicada en el Barrio Puerto de la ciudad de Valparaíso, Chile.
“Carolo apareció minutos antes de un temblor que hubo acá en Valparaíso”, cuenta Cecilia Hernández, que trabaja en el negocio. “Por supuesto, cuando lo vimos entrar al local, dejamos que se escondiera porque estaba muy asustado”.
El gato había sido adoptado por el sindicato de trabajadores del puerto de esa ciudad y debía su nombre a una mujer llamada Carola. Pero, cuando ocurrió el temblor, huyó del lugar. Horas más tarde, pasado el episodio y la aparición del animal de pelaje atigrado, se dio aviso de su presencia. Sin embargo, “nunca lo reclamaron”, relata Cecilia. Fue entonces cuando la jefa del local decidió que Sr. Carolo, como empezaron a llamarlo desde ese momento, había tomado una decisión sobre su futuro.
Hasta ese momento, no había gatos en el negocio que ofrece una amplia variedad de artículos, desde ropa hasta ítems de juguetería. Pero el carisma de Carolo fue inmediato y se decidió que pasaría a formar parte oficial de la familia del comercio y le abrirían las puertas a una vida de comodidades y atenciones.
Luego de la correspondiente visita al veterinario, desparasitación y esterilización, la popularidad del Sr. Carolo no tardó en crecer. Su encantadora presencia peluda pronto se convirtió en un auténtico imán. Actualmente es tal su fama que incluso forma parte del itinerario de algunos tours turísticos de Valparaíso, donde visitantes de todo el mundo se detienen para saludarlo y tomarse fotos con él.
En redes es toda una celebridad (@sr.carolo). Y su rostro inspiró incluso un mural frente al local. Además, Sr. Carolo cuenta con su propio dibujante particular, quien prefiere mantenerse en el anonimato y se encarga de retratarlo con frecuencia para promocionar diferentes fechas especiales: Navidad, vuelta a clases, Halloween, comienzo del invierno, entre otras.
“Pero el Sr. Carolo no es solo una cara bonita; es también un astuto microempresario. Acaba de lanzar nuevos calendarios y tazas con su imagen, una iniciativa que le permite financiar su lujosa vida de rico y famoso y pagar su comida, gastos veterinarios -tiene su médica de cabecera que lo atiende a domicilio- y algún que otro gustito”, cuenta entre risas Cecilia, una de sus cuidadoras, que lleva su nombre y las rayitas de su cabeza tatuadas en la piel.
Como ocurre con todo buen influencer, las marcas no escatiman en agasajarlo: sus elegantes trajes, accesorios y hasta su impresionante árbol rascador ubicado estratégicamente en la entrada del negocio, son obsequios de sus auspiciantes.
La historia del Sr. Carolo es una fuente de inspiración que resuena en Valparaíso y más allá: la empatía y la capacidad de ver el potencial en cada ser vivo tienen el poder de transformar por completo una existencia.
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Si tenés una historia de adopción, rescate, rehabilitación o ayudaste a algún animal en situación de riesgo y querés contar su historia, escribinos a bestiariolanacion@gmail.com
Aunque durante algunos años de su vida supo tener un techo donde refugiarse, esa tarde, minutos antes de que ocurriera lo inesperado, buscó refugio en un local comercial de la plaza Echaurren ubicada en el Barrio Puerto de la ciudad de Valparaíso, Chile.
“Carolo apareció minutos antes de un temblor que hubo acá en Valparaíso”, cuenta Cecilia Hernández, que trabaja en el negocio. “Por supuesto, cuando lo vimos entrar al local, dejamos que se escondiera porque estaba muy asustado”.
El gato había sido adoptado por el sindicato de trabajadores del puerto de esa ciudad y debía su nombre a una mujer llamada Carola. Pero, cuando ocurrió el temblor, huyó del lugar. Horas más tarde, pasado el episodio y la aparición del animal de pelaje atigrado, se dio aviso de su presencia. Sin embargo, “nunca lo reclamaron”, relata Cecilia. Fue entonces cuando la jefa del local decidió que Sr. Carolo, como empezaron a llamarlo desde ese momento, había tomado una decisión sobre su futuro.
Hasta ese momento, no había gatos en el negocio que ofrece una amplia variedad de artículos, desde ropa hasta ítems de juguetería. Pero el carisma de Carolo fue inmediato y se decidió que pasaría a formar parte oficial de la familia del comercio y le abrirían las puertas a una vida de comodidades y atenciones.
Luego de la correspondiente visita al veterinario, desparasitación y esterilización, la popularidad del Sr. Carolo no tardó en crecer. Su encantadora presencia peluda pronto se convirtió en un auténtico imán. Actualmente es tal su fama que incluso forma parte del itinerario de algunos tours turísticos de Valparaíso, donde visitantes de todo el mundo se detienen para saludarlo y tomarse fotos con él.
En redes es toda una celebridad (@sr.carolo). Y su rostro inspiró incluso un mural frente al local. Además, Sr. Carolo cuenta con su propio dibujante particular, quien prefiere mantenerse en el anonimato y se encarga de retratarlo con frecuencia para promocionar diferentes fechas especiales: Navidad, vuelta a clases, Halloween, comienzo del invierno, entre otras.
“Pero el Sr. Carolo no es solo una cara bonita; es también un astuto microempresario. Acaba de lanzar nuevos calendarios y tazas con su imagen, una iniciativa que le permite financiar su lujosa vida de rico y famoso y pagar su comida, gastos veterinarios -tiene su médica de cabecera que lo atiende a domicilio- y algún que otro gustito”, cuenta entre risas Cecilia, una de sus cuidadoras, que lleva su nombre y las rayitas de su cabeza tatuadas en la piel.
Como ocurre con todo buen influencer, las marcas no escatiman en agasajarlo: sus elegantes trajes, accesorios y hasta su impresionante árbol rascador ubicado estratégicamente en la entrada del negocio, son obsequios de sus auspiciantes.
La historia del Sr. Carolo es una fuente de inspiración que resuena en Valparaíso y más allá: la empatía y la capacidad de ver el potencial en cada ser vivo tienen el poder de transformar por completo una existencia.
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Si tenés una historia de adopción, rescate, rehabilitación o ayudaste a algún animal en situación de riesgo y querés contar su historia, escribinos a bestiariolanacion@gmail.com
Aunque durante algunos años de su vida supo tener un techo donde refugiarse, esa tarde, minutos antes de que ocurriera lo inesperado, buscó refugio en un local comercial de la plaza Echaurren ubicada en el Barrio Puerto de la ciudad de Valparaíso, Chile.“Carolo apareció minutos antes de un temblor que hubo acá en Valparaíso”, cuenta Cecilia Hernández, que trabaja en el negocio. “Por supuesto, cuando lo vimos entrar al local, dejamos que se escondiera porque estaba muy asustado”.Lo tiraron en una bolsa de basura; su estado era tan grave que la eutanasia parecía la mejor forma de ayudarlo: “Esperemos un día más”El gato había sido adoptado por el sindicato de trabajadores del puerto de esa ciudad y debía su nombre a una mujer llamada Carola. Pero, cuando ocurrió el temblor, huyó del lugar. Horas más tarde, pasado el episodio y la aparición del animal de pelaje atigrado, se dio aviso de su presencia. Sin embargo, “nunca lo reclamaron”, relata Cecilia. Fue entonces cuando la jefa del local decidió que Sr. Carolo, como empezaron a llamarlo desde ese momento, había tomado una decisión sobre su futuro. Hasta ese momento, no había gatos en el negocio que ofrece una amplia variedad de artículos, desde ropa hasta ítems de juguetería. Pero el carisma de Carolo fue inmediato y se decidió que pasaría a formar parte oficial de la familia del comercio y le abrirían las puertas a una vida de comodidades y atenciones.Luego de la correspondiente visita al veterinario, desparasitación y esterilización, la popularidad del Sr. Carolo no tardó en crecer. Su encantadora presencia peluda pronto se convirtió en un auténtico imán. Actualmente es tal su fama que incluso forma parte del itinerario de algunos tours turísticos de Valparaíso, donde visitantes de todo el mundo se detienen para saludarlo y tomarse fotos con él. En redes es toda una celebridad (@sr.carolo). Y su rostro inspiró incluso un mural frente al local. Además, Sr. Carolo cuenta con su propio dibujante particular, quien prefiere mantenerse en el anonimato y se encarga de retratarlo con frecuencia para promocionar diferentes fechas especiales: Navidad, vuelta a clases, Halloween, comienzo del invierno, entre otras. “Pero el Sr. Carolo no es solo una cara bonita; es también un astuto microempresario. Acaba de lanzar nuevos calendarios y tazas con su imagen, una iniciativa que le permite financiar su lujosa vida de rico y famoso y pagar su comida, gastos veterinarios -tiene su médica de cabecera que lo atiende a domicilio- y algún que otro gustito”, cuenta entre risas Cecilia, una de sus cuidadoras, que lleva su nombre y las rayitas de su cabeza tatuadas en la piel. Como ocurre con todo buen influencer, las marcas no escatiman en agasajarlo: sus elegantes trajes, accesorios y hasta su impresionante árbol rascador ubicado estratégicamente en la entrada del negocio, son obsequios de sus auspiciantes.La historia del Sr. Carolo es una fuente de inspiración que resuena en Valparaíso y más allá: la empatía y la capacidad de ver el potencial en cada ser vivo tienen el poder de transformar por completo una existencia. Compartí una historiaSi tenés una historia de adopción, rescate, rehabilitación o ayudaste a algún animal en situación de riesgo y querés contar su historia, escribinos a bestiariolanacion@gmail.com LA NACION