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La conexión entre Riquelme y Roberto Mancini, el técnico italiano que suena para dirigir a Boca

La noticia sacudió el Mundo Boca: tras la dura elimi­na­ción ante Independiente por los cuartos de final del Apertura, la dirigencia xeneize reanudó la búsqueda de un entrenador de renombre de cara al inicio del Mun­dial de Clubes. Y uno de los nombres que salieron a la luz fue el del italiano Roberto Mancini, exentrenador de Inter, Manchester City y la Azzurra, que se encuen­tra sin trabajo tras dirigir 18 partidos al seleccionado de Arabia Saudita. El exdelantero de 60 años no tiene ex­periencia en el fútbol argentino, aunque tiene una his­toria poco conocida que lo vincula fuertemente con la figura de Juan Román Riquelme.

Mancini no es el único candidato a suceder a Maria­no Herrón. Gustavo Quinteros, Gerardo Martino y Miguel Ángel Russo son otras de las opciones que ba­raja por esta horas la directiva azul y oro. Con el plantel licenciado hasta el próximo martes, la intención del presi­dente es que el plantel tenga nuevo entrenador al mo­mento de volver a las prácticas. El exFiorentina, Lazio e Inter se encuentra en estos momentos en Europa y desde su entorno no descartan la posibili­dad de que a­cepte trabajar en el país.

Tras la eliminación con Independiente, Riquelme acelera en la búsqueda de un DT.

Lo cierto es que Mancini y Román se conocen ha­ce tiempo. En 2006, el Villarreal de Riquelme, Juan Pa­blo Sorin, Rodolfo Arruabarrena y Guillermo Fran­co enfrentó al Inter de Walter Samuel, Javier Za­netti, Esteban Cambiasso y Juan Sebastián Verón por los cuartos de final de la UEFA Champions League. El conjunto milanés, que contaba además con el colom­biano Iván Cór­doba, el portugués Luis Figo, el uru­guayo Álvaro Recoba y el brasileño Adriano, llegaba como favorito ante el sorprendente Submarino Ama­rillo de Manuel Pellegrini, que ha­bía superado con lo justo al Rangers de Escocia, al que había eliminado en El Madrigal gracias al plus del gol de visitante.

El equi­po de Mancini, en cambio, venía de dejar en el cami­no al Ajax y tenía uno de los planteles más cotizados de todo el Viejo Continente. Sin embargo, tras el 0 a 0 en el Giuseppe Meazza, Riquelme fue el maestro de orquesta de un Villarreal que sellaría su clasificación a semis gracias un tanto de cabeza del Vasco Arruaba­rrena, tras genial asistencia de Román. Fue, para mu­chos, una de las mejores actuaciones del 10 en su paso por el fútbol europeo. Y la que despertó el interés del propio Mancini para intentar sumarlo a su Inter.

Aquel partido en España quedó en la memoria de los hinchas argentinos por el duro cruce entre Verón y So­rin, excompañeros en la selección argentina que inter­cambiaron golpes e insultos delante de todo el mun­do. Pero Mancini, quien continuaría dos temporadas más al mando del Nerazzurri, solo tuvo ojos para Ri­quelme, a quien pidió como refuerzo para el siguiente mercado de pases.

Ante la insistencia del DT, Inter fue a la carga por Ro­mán, que luego falló un penal clave en la semifinal ante Ar­senal y pronto entraría en conflicto con Manuel Pelle­grini, quien ya no lo tendría en cuenta. Verón había de­jado Italia al final de la temporada y Man­cini no titu­beó a la hora de escoger un reemplazante.

El club i­ni­ció gestiones por el nacido en Don Torcuato, pero Vi­llarreal lo declaró prácticamente intransferible. “Sobre ese tema, lo único que sé es que el Inter es un gran club y Román, un gran jugador”, explicó Fernando Roig, presidente del conjunto español. Y lanzó un mensaje claro para su par del Inter, Máximo Moratti: “Para eso están las cláusulas de rescisión. Román tiene una cláusula de entre 35 y 40 millones de euros”. Final­mente, quien llegó al Inter fue el fran­cés Patrick Vieira, proveniente de la Juventus, a cambio de 12 millones.

Mancini y Tevez no terminaron bien en el Manchester City.

Años más tarde, Mancini protagonizaría otra historia de desencuentros con otro ídolo de Boca. En 2011, el entonces DT del Manchester United resolvió margi­nar a Carlos Tevez del equipo, luego de que el Apache abandonara la entrada en calor en un partido con Bayern Munich. Tevez ya había calentado en el cierre del pri­mer tiempo y, al observar que Mancini demoraba en hacerlo ingre­sar, decidió volver a sentarse en el banco. Su experiencia con Carlitos no fue del todo buena, aunque si con otros argentinos como Sergio Agüero, Pablo Zabaleta, Nicolás Burdisso y Leandro Paredes, a quien dirigió en el Zenit de Rusia.

Mancini no pudo disfrutar de Riquelme y ahora es el ídolo xeneize quien desearía contar con el DT. Tal vez sus caminos vuelvan a cruzarse en Boca.

La noticia sacudió el Mundo Boca: tras la dura elimi­na­ción ante Independiente por los cuartos de final del Apertura, la dirigencia xeneize reanudó la búsqueda de un entrenador de renombre de cara al inicio del Mun­dial de Clubes. Y uno de los nombres que salieron a la luz fue el del italiano Roberto Mancini, exentrenador de Inter, Manchester City y la Azzurra, que se encuen­tra sin trabajo tras dirigir 18 partidos al seleccionado de Arabia Saudita. El exdelantero de 60 años no tiene ex­periencia en el fútbol argentino, aunque tiene una his­toria poco conocida que lo vincula fuertemente con la figura de Juan Román Riquelme.

Mancini no es el único candidato a suceder a Maria­no Herrón. Gustavo Quinteros, Gerardo Martino y Miguel Ángel Russo son otras de las opciones que ba­raja por esta horas la directiva azul y oro. Con el plantel licenciado hasta el próximo martes, la intención del presi­dente es que el plantel tenga nuevo entrenador al mo­mento de volver a las prácticas. El exFiorentina, Lazio e Inter se encuentra en estos momentos en Europa y desde su entorno no descartan la posibili­dad de que a­cepte trabajar en el país.

Tras la eliminación con Independiente, Riquelme acelera en la búsqueda de un DT.

Lo cierto es que Mancini y Román se conocen ha­ce tiempo. En 2006, el Villarreal de Riquelme, Juan Pa­blo Sorin, Rodolfo Arruabarrena y Guillermo Fran­co enfrentó al Inter de Walter Samuel, Javier Za­netti, Esteban Cambiasso y Juan Sebastián Verón por los cuartos de final de la UEFA Champions League. El conjunto milanés, que contaba además con el colom­biano Iván Cór­doba, el portugués Luis Figo, el uru­guayo Álvaro Recoba y el brasileño Adriano, llegaba como favorito ante el sorprendente Submarino Ama­rillo de Manuel Pellegrini, que ha­bía superado con lo justo al Rangers de Escocia, al que había eliminado en El Madrigal gracias al plus del gol de visitante.

El equi­po de Mancini, en cambio, venía de dejar en el cami­no al Ajax y tenía uno de los planteles más cotizados de todo el Viejo Continente. Sin embargo, tras el 0 a 0 en el Giuseppe Meazza, Riquelme fue el maestro de orquesta de un Villarreal que sellaría su clasificación a semis gracias un tanto de cabeza del Vasco Arruaba­rrena, tras genial asistencia de Román. Fue, para mu­chos, una de las mejores actuaciones del 10 en su paso por el fútbol europeo. Y la que despertó el interés del propio Mancini para intentar sumarlo a su Inter.

Aquel partido en España quedó en la memoria de los hinchas argentinos por el duro cruce entre Verón y So­rin, excompañeros en la selección argentina que inter­cambiaron golpes e insultos delante de todo el mun­do. Pero Mancini, quien continuaría dos temporadas más al mando del Nerazzurri, solo tuvo ojos para Ri­quelme, a quien pidió como refuerzo para el siguiente mercado de pases.

Ante la insistencia del DT, Inter fue a la carga por Ro­mán, que luego falló un penal clave en la semifinal ante Ar­senal y pronto entraría en conflicto con Manuel Pelle­grini, quien ya no lo tendría en cuenta. Verón había de­jado Italia al final de la temporada y Man­cini no titu­beó a la hora de escoger un reemplazante.

El club i­ni­ció gestiones por el nacido en Don Torcuato, pero Vi­llarreal lo declaró prácticamente intransferible. “Sobre ese tema, lo único que sé es que el Inter es un gran club y Román, un gran jugador”, explicó Fernando Roig, presidente del conjunto español. Y lanzó un mensaje claro para su par del Inter, Máximo Moratti: “Para eso están las cláusulas de rescisión. Román tiene una cláusula de entre 35 y 40 millones de euros”. Final­mente, quien llegó al Inter fue el fran­cés Patrick Vieira, proveniente de la Juventus, a cambio de 12 millones.

Mancini y Tevez no terminaron bien en el Manchester City.

Años más tarde, Mancini protagonizaría otra historia de desencuentros con otro ídolo de Boca. En 2011, el entonces DT del Manchester United resolvió margi­nar a Carlos Tevez del equipo, luego de que el Apache abandonara la entrada en calor en un partido con Bayern Munich. Tevez ya había calentado en el cierre del pri­mer tiempo y, al observar que Mancini demoraba en hacerlo ingre­sar, decidió volver a sentarse en el banco. Su experiencia con Carlitos no fue del todo buena, aunque si con otros argentinos como Sergio Agüero, Pablo Zabaleta, Nicolás Burdisso y Leandro Paredes, a quien dirigió en el Zenit de Rusia.

Mancini no pudo disfrutar de Riquelme y ahora es el ídolo xeneize quien desearía contar con el DT. Tal vez sus caminos vuelvan a cruzarse en Boca.

 El Xeneize acelera la búsqueda de un entrenador de cara al inicio del Mundial de Clubes.  LA NACION

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