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De Manuel Adorni a lo desconocido: el partido decisivo del “apóstol” de Milei que marcará un antes y un después

En la intimidad del Gobierno, muy pocos funcionarios pueden jactarse de ser “karinos”. Es decir, de tener la plena confianza, la cercanía y hasta el cariño de Karina Milei; incluso la chance de compartir con ella alguna situación social fuera del trabajo. Manuel Adorni es uno de ellos. Podría mencionarse en este grupo a figuras variopintas como el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli; la legisladora porteña Pilar Ramírez; la asesora en la Secretaría General de la Presidencia, Mara Gorini o la diputada nacional Romina Diez.

El vínculo que Adorni forjó con Karina explica, en buena parte, el lugar que él ocupa en el Gobierno y el rol protagónico que adquirió en las elecciones de medio término. El resto se explica por el papel que asumió como apóstol de Javier Milei. Un perfil que construyó desde que era un tuitero llamativo y un polemista contra los “zurdos” en televisión -igual que el Presidente- y que consolidó dentro del Gobierno, sumando cada vez más influencia en la Casa Rosada.

Las elecciones porteñas, que tienen al vocero presidencial como primer candidato a legislador, son cruciales para los Milei. Desde que Karina optó por competir contra Pro en la Ciudad, los hermanos pusieron en juego su plan para encoger al macrismo en la escena política. Mañana, en las urnas, los hermanos necesitan posicionarse como únicos líderes del antikirchnerismo de cara a los comicios nacionales. “Nos tiene que ir muy bien ahora y en octubre. Sino todo lo que hicimos no sirve de nada”, reflexionó esta semana un cuadro importante del esquema libertario.

El presidente Javier Milei asistió al cierre de Manuel Adorni

Al inicio de la veda, la expectativa en Casa Rosada estaba alta. Pese a que el grueso de las encuestas que se difundieron no exhibió ese diagnóstico (y mostraron al peronismo primero), los números que manejan en Balcarce 50 son de “paridad entre Adorni y Leandro Santoro” con Silvia Lospennato, la candidata de Pro, “debajo de 15 puntos”. La medida de éxito del Gobierno será la distancia con los amarillos. Les irá bien si pueden demostrar una ventaja considerable. Darán el batacazo si salen primeros. Un cabeza a cabeza en el segundo y tercer puesto, en cambio, sería más problemático: en ese caso, el macrismo demostrará su vitalidad.

Prueba del optimismo que se respira en la Casa Rosada fue la decisión de Milei de quedarse en Buenos Aires y de no viajar al Vaticano a la asunción del Papa León XIV como se había anunciado en un primer momento. El Presidente prefirió estar con Adorni en su histórico búnker en el Hotel Libertador. “Se queda para apoyar a Manuel y porque es su amigo”, dijeron muy cerca del vocero presidencial.

La historia

Milei y Adorni se conocieron, irónicamente, en el piso de C5N en el programa de Gustavo Sylvestre durante la última etapa del kirchnerismo. Adorni se lo contó al periodista Lautaro Maislin de ese mismo canal. “Yo siempre estuve agradecido con el Gato (Sylvestre) porque cuando yo empezaba a pulular por los medios, él me dio espacio. En ese contexto lo conocí a Javier”, relató el vocero. “Nos pusieron a batallar con los piqueteros, -siguió- pero Javier se fue un bloque antes. Le escribí un mensaje en Twitter, él tuvo la deferencia de llamarme y nos hicimos amigos”.

Adorni forjó, además, un vínculo personal con Karina, por entonces la “mánager” de su hermano. LA NACION contó que en febrero de 2022, Adorni y Milei fueron invitados a Punta del Este a dar una charla y que a ese viaje, el futuro presidente fue con su hermana y quien devendría en su vocero, con su esposa.

Karina Milei y Martín Menem también impulsaron la candidatura de Adorni

Hijo de una familia de clase media, el candidato porteño de La Libertad Avanza (LLA) estudió Economía en la Universidad de La Plata, pero finalmente se graduó de contador en la UADE, con estudios universitarios de posgrado en la misma casa de estudios. Como contó LA NACION, Adorni trabajaba en una empresa del rubro automotriz, hasta que su vida dio un vuelco en 2014 gracias a un blog que abrió en donde descargaba ácidas críticas al kirchnerismo. A partir de ahí comenzaron a invitarlo a programas de televisión.

También se hizo conocido por su costado gamer. “Gran noche para un Counter Strike 1.6. Fin”, solía convocar en Twitter (a veces aún lo hace). “Son como los piqueteros de la 9 de Julio, tendríamos que ir a reprimirlos y hacerlos mierda a estos daneses”, comentaba mientras se filmaba jugando al Age of Empires IV en un subforo de Reddit.

Pero en ninguna otra arena Adorni creció como en la red social X. En 2023 ganó el Martín Fierro digital a “Mejor Tuitero”. Trabajó, en tanto, como columnista económico, en Intratables y junto a Baby Etchecopar en Radio Rivadavia, donde luego tuvo un programa propio junto a Javier Lanari, su número dos hoy en la secretaría de Comunicación y Medios. Era habitual que ellos entrevistaran a Milei en 2022.

Cuando Milei ganó el balotaje en 2023, Adorni le hizo la primera entrevista en la habitación del hotel Libertador. Adorni recordó: “Yo nunca quise hacer política, no me gusta la política. Pero ese día al salir le dije a Karina que quedaba a disposición”. El clima era de vértigo aquel diciembre mientras los libertarios armaban un gabinete desde cero y a contrarreloj. “Si necesitan un vocero me avisan”, le soltó Adorni a Karina. La hermana del presidente electo y el gurú Santiago Caputo no dudaron en proponérselo en serio.

Santiago Caputo en la previa del debate de los candidatos porteños en el Canal de la Ciudad

Adorni se convirtió primero en vocero presidencial y luego en vocero de todo el Gobierno. Hacia afuera, creció como el principal intérprete de Milei y promotor de su gestión, con las conferencias de prensa de la Casa Rosada como vidriera principal. Frente al atril, hilvanó discursos autocelebratorios y potenció con narrativa cada medida de gestión. Altivo, por momentos pedante, fue eficaz para bajarle el precio a las preguntas incómodas y no dudó en subir a los periodistas acreditados al ring de la confrontación política. Así, Adorni ganó un capital político fundamental: se hizo conocido para la opinión pública.

Hacia adentro del Gobierno, Adorni fue creciendo en poder e influencia. Para él, no hubo motosierra. En junio de 2024, su secretaría pasó a controlar los medios públicos. En septiembre, ascendió de subsecretario a secretario con rango de ministro. Su crecimiento contrastó siempre con quien era su par, el secretario de Prensa, Eduardo Serenellini. Con él, Karina y Adorni mantuvieron una larga y secreta guerrilla interna. Finalmente, en enero de este año, Javier Milei echó a Serenellini y Adorni heredó su estructura.

Por esa acumulación de funciones y dependencias, Adorni pasó de controlar a 208 empleados públicos a tener 248 agentes a su cargo. Allí trabajan -según un informe de gestión presentado en el Congreso- diseñadores, camarógrafos, redactores, fotógrafos, asesores y consultores, además de lo que en el Gobierno llaman la “usina”, el área que se ocupa del clipping (un resumen de publicaciones en medios de interés para la Casa Rosada). Durante el último verano, la hermana del Presidente mudó a varios funcionarios y le asignó a Adorni nuevos despachos en el edificio.

Macarena Rodríguez y Manuel Adorni; ella es subsecretaria de prensa e integró la comitiva al Vaticano

Por eso, cuando llegó la hora de pensar en el mejor candidato para la Ciudad, Karina se mostró reticente a postular a Adorni. Ni ella ni el propio vocero querían desarmar de un plumazo el esquema de poder que él fue construyó al calor de la hermana presidencial. Varios ministros y referentes libertarios fueron medidos en las encuestas. Finalmente, cuando se vio que la contienda porteña tendría contrincantes de peso (y que jugaba Ramiro Marra), Karina aceptó candidatear a su mejor alumno.

A partir de allí, Adorni conformó una mesa de campaña con Karina, Pilar Ramírez y “Meme” Vázquez, la mano derecha del vocero en las sombras. El equipo se completó con consultores del riñón de Santiago Caputo, como Belén Stettler y Tomás Vidal.

Caputo también empujaba el nombre de Adorni. A diferencia del resto de los armados electorales del país, en donde entra en colisión con los Menem, el asesor presidencial dejó saber que en la elección porteña era clave un candidato sinónimo de Milei y que no cometiera errores en la campaña. Caputo impulsó el slogan “libertad o kirchnerismo” para polarizar con Santoro y Adorni le pidió que lo acompañara al debate en el Canal de la Ciudad, que terminó en polémica por la intimidación al fotorreportero.

Con poca alusión a los problemas locales y escasas propuestas, Adorni nacionalizó la campaña porteña. El vocero evitó las actividades proselitistas “antinaturales” y se concentró en dar entrevistas y hacer caminatas. La decisión de confrontar a Pro en Capital Federal fue de la hermana del Presidente -alguna Milei dijo que pretendía un acuerdo con sus aliados “en todo el país”- pero finalmente el Presidente se involucró de lleno en la aventura política. Y cerró la campaña de Adorni hablando de los “fracasados amarillos que pelean el cuarto lugar” frente a la Floralis Genérica en Recoleta.

En ese acto, mientras Milei estaba en plena euforia, debajo del escenario se plasmó la pelea intestina que se viene a partir del lunes. De un lado, los jóvenes de “Las Fuerzas del Cielo” con sus estandartes escarlata, lideradas por Daniel Parisini (Gordo Dan) y por el jefe del bloque de LLA en la Legislatura bonaerense, Agustín Romo. Del otro, las masas movilizadas por los armadores territoriales de los Menem y del bonaerense Sebastián Pareja. La disputa entre bandos por la confección de las listas bonaerenses está en su peor momento. No hay entendimiento puertas adentro (hubo mucho ruido por la elección en Salta) y se nota hacia afuera.

El jueves, Pareja reunió a la “mesa política” de la provincia para sacarse una foto en la puerta de la Casa Rosada y lo sumó a la postal al diputado José Luis Espert, el preferido de Milei para encabezar la boleta. Gordo Dan le replicó en X “¿Y Romo?”. El Presidente y Romo habían estado conversando la noche previa y luego Milei le hizo varios guiños al joven en clave tuitera.

Un bullrichista lo resumió así: “Unos son Las Fuerzas del Cielo. Otros son las fuerzas de la tierra. El sector de Patricia (Bullrich) pasó a ser el Purgatorio. Hay que resolver esto”.

La elección de mañana será, así, un antes y un después. Porque va a definir cómo sale la apuesta electoral más fuerte que hizo el Gobierno. Porque va a determinar si los libertarios pueden “domar” a Pro como pretenden. Porque va a profundizar la interna entre los jóvenes “celestiales” y los armadores “terrenales”. Se inaugurarán dos meses (hasta el cierre de listas en la provincia, el 19 de julio) de altísima intensidad. Del otro lado de la General Paz hay demasiados que pretenden ser el “Adorni” de Milei.

En la intimidad del Gobierno, muy pocos funcionarios pueden jactarse de ser “karinos”. Es decir, de tener la plena confianza, la cercanía y hasta el cariño de Karina Milei; incluso la chance de compartir con ella alguna situación social fuera del trabajo. Manuel Adorni es uno de ellos. Podría mencionarse en este grupo a figuras variopintas como el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli; la legisladora porteña Pilar Ramírez; la asesora en la Secretaría General de la Presidencia, Mara Gorini o la diputada nacional Romina Diez.

El vínculo que Adorni forjó con Karina explica, en buena parte, el lugar que él ocupa en el Gobierno y el rol protagónico que adquirió en las elecciones de medio término. El resto se explica por el papel que asumió como apóstol de Javier Milei. Un perfil que construyó desde que era un tuitero llamativo y un polemista contra los “zurdos” en televisión -igual que el Presidente- y que consolidó dentro del Gobierno, sumando cada vez más influencia en la Casa Rosada.

Las elecciones porteñas, que tienen al vocero presidencial como primer candidato a legislador, son cruciales para los Milei. Desde que Karina optó por competir contra Pro en la Ciudad, los hermanos pusieron en juego su plan para encoger al macrismo en la escena política. Mañana, en las urnas, los hermanos necesitan posicionarse como únicos líderes del antikirchnerismo de cara a los comicios nacionales. “Nos tiene que ir muy bien ahora y en octubre. Sino todo lo que hicimos no sirve de nada”, reflexionó esta semana un cuadro importante del esquema libertario.

El presidente Javier Milei asistió al cierre de Manuel Adorni

Al inicio de la veda, la expectativa en Casa Rosada estaba alta. Pese a que el grueso de las encuestas que se difundieron no exhibió ese diagnóstico (y mostraron al peronismo primero), los números que manejan en Balcarce 50 son de “paridad entre Adorni y Leandro Santoro” con Silvia Lospennato, la candidata de Pro, “debajo de 15 puntos”. La medida de éxito del Gobierno será la distancia con los amarillos. Les irá bien si pueden demostrar una ventaja considerable. Darán el batacazo si salen primeros. Un cabeza a cabeza en el segundo y tercer puesto, en cambio, sería más problemático: en ese caso, el macrismo demostrará su vitalidad.

Prueba del optimismo que se respira en la Casa Rosada fue la decisión de Milei de quedarse en Buenos Aires y de no viajar al Vaticano a la asunción del Papa León XIV como se había anunciado en un primer momento. El Presidente prefirió estar con Adorni en su histórico búnker en el Hotel Libertador. “Se queda para apoyar a Manuel y porque es su amigo”, dijeron muy cerca del vocero presidencial.

La historia

Milei y Adorni se conocieron, irónicamente, en el piso de C5N en el programa de Gustavo Sylvestre durante la última etapa del kirchnerismo. Adorni se lo contó al periodista Lautaro Maislin de ese mismo canal. “Yo siempre estuve agradecido con el Gato (Sylvestre) porque cuando yo empezaba a pulular por los medios, él me dio espacio. En ese contexto lo conocí a Javier”, relató el vocero. “Nos pusieron a batallar con los piqueteros, -siguió- pero Javier se fue un bloque antes. Le escribí un mensaje en Twitter, él tuvo la deferencia de llamarme y nos hicimos amigos”.

Adorni forjó, además, un vínculo personal con Karina, por entonces la “mánager” de su hermano. LA NACION contó que en febrero de 2022, Adorni y Milei fueron invitados a Punta del Este a dar una charla y que a ese viaje, el futuro presidente fue con su hermana y quien devendría en su vocero, con su esposa.

Karina Milei y Martín Menem también impulsaron la candidatura de Adorni

Hijo de una familia de clase media, el candidato porteño de La Libertad Avanza (LLA) estudió Economía en la Universidad de La Plata, pero finalmente se graduó de contador en la UADE, con estudios universitarios de posgrado en la misma casa de estudios. Como contó LA NACION, Adorni trabajaba en una empresa del rubro automotriz, hasta que su vida dio un vuelco en 2014 gracias a un blog que abrió en donde descargaba ácidas críticas al kirchnerismo. A partir de ahí comenzaron a invitarlo a programas de televisión.

También se hizo conocido por su costado gamer. “Gran noche para un Counter Strike 1.6. Fin”, solía convocar en Twitter (a veces aún lo hace). “Son como los piqueteros de la 9 de Julio, tendríamos que ir a reprimirlos y hacerlos mierda a estos daneses”, comentaba mientras se filmaba jugando al Age of Empires IV en un subforo de Reddit.

Pero en ninguna otra arena Adorni creció como en la red social X. En 2023 ganó el Martín Fierro digital a “Mejor Tuitero”. Trabajó, en tanto, como columnista económico, en Intratables y junto a Baby Etchecopar en Radio Rivadavia, donde luego tuvo un programa propio junto a Javier Lanari, su número dos hoy en la secretaría de Comunicación y Medios. Era habitual que ellos entrevistaran a Milei en 2022.

Cuando Milei ganó el balotaje en 2023, Adorni le hizo la primera entrevista en la habitación del hotel Libertador. Adorni recordó: “Yo nunca quise hacer política, no me gusta la política. Pero ese día al salir le dije a Karina que quedaba a disposición”. El clima era de vértigo aquel diciembre mientras los libertarios armaban un gabinete desde cero y a contrarreloj. “Si necesitan un vocero me avisan”, le soltó Adorni a Karina. La hermana del presidente electo y el gurú Santiago Caputo no dudaron en proponérselo en serio.

Santiago Caputo en la previa del debate de los candidatos porteños en el Canal de la Ciudad

Adorni se convirtió primero en vocero presidencial y luego en vocero de todo el Gobierno. Hacia afuera, creció como el principal intérprete de Milei y promotor de su gestión, con las conferencias de prensa de la Casa Rosada como vidriera principal. Frente al atril, hilvanó discursos autocelebratorios y potenció con narrativa cada medida de gestión. Altivo, por momentos pedante, fue eficaz para bajarle el precio a las preguntas incómodas y no dudó en subir a los periodistas acreditados al ring de la confrontación política. Así, Adorni ganó un capital político fundamental: se hizo conocido para la opinión pública.

Hacia adentro del Gobierno, Adorni fue creciendo en poder e influencia. Para él, no hubo motosierra. En junio de 2024, su secretaría pasó a controlar los medios públicos. En septiembre, ascendió de subsecretario a secretario con rango de ministro. Su crecimiento contrastó siempre con quien era su par, el secretario de Prensa, Eduardo Serenellini. Con él, Karina y Adorni mantuvieron una larga y secreta guerrilla interna. Finalmente, en enero de este año, Javier Milei echó a Serenellini y Adorni heredó su estructura.

Por esa acumulación de funciones y dependencias, Adorni pasó de controlar a 208 empleados públicos a tener 248 agentes a su cargo. Allí trabajan -según un informe de gestión presentado en el Congreso- diseñadores, camarógrafos, redactores, fotógrafos, asesores y consultores, además de lo que en el Gobierno llaman la “usina”, el área que se ocupa del clipping (un resumen de publicaciones en medios de interés para la Casa Rosada). Durante el último verano, la hermana del Presidente mudó a varios funcionarios y le asignó a Adorni nuevos despachos en el edificio.

Macarena Rodríguez y Manuel Adorni; ella es subsecretaria de prensa e integró la comitiva al Vaticano

Por eso, cuando llegó la hora de pensar en el mejor candidato para la Ciudad, Karina se mostró reticente a postular a Adorni. Ni ella ni el propio vocero querían desarmar de un plumazo el esquema de poder que él fue construyó al calor de la hermana presidencial. Varios ministros y referentes libertarios fueron medidos en las encuestas. Finalmente, cuando se vio que la contienda porteña tendría contrincantes de peso (y que jugaba Ramiro Marra), Karina aceptó candidatear a su mejor alumno.

A partir de allí, Adorni conformó una mesa de campaña con Karina, Pilar Ramírez y “Meme” Vázquez, la mano derecha del vocero en las sombras. El equipo se completó con consultores del riñón de Santiago Caputo, como Belén Stettler y Tomás Vidal.

Caputo también empujaba el nombre de Adorni. A diferencia del resto de los armados electorales del país, en donde entra en colisión con los Menem, el asesor presidencial dejó saber que en la elección porteña era clave un candidato sinónimo de Milei y que no cometiera errores en la campaña. Caputo impulsó el slogan “libertad o kirchnerismo” para polarizar con Santoro y Adorni le pidió que lo acompañara al debate en el Canal de la Ciudad, que terminó en polémica por la intimidación al fotorreportero.

Con poca alusión a los problemas locales y escasas propuestas, Adorni nacionalizó la campaña porteña. El vocero evitó las actividades proselitistas “antinaturales” y se concentró en dar entrevistas y hacer caminatas. La decisión de confrontar a Pro en Capital Federal fue de la hermana del Presidente -alguna Milei dijo que pretendía un acuerdo con sus aliados “en todo el país”- pero finalmente el Presidente se involucró de lleno en la aventura política. Y cerró la campaña de Adorni hablando de los “fracasados amarillos que pelean el cuarto lugar” frente a la Floralis Genérica en Recoleta.

En ese acto, mientras Milei estaba en plena euforia, debajo del escenario se plasmó la pelea intestina que se viene a partir del lunes. De un lado, los jóvenes de “Las Fuerzas del Cielo” con sus estandartes escarlata, lideradas por Daniel Parisini (Gordo Dan) y por el jefe del bloque de LLA en la Legislatura bonaerense, Agustín Romo. Del otro, las masas movilizadas por los armadores territoriales de los Menem y del bonaerense Sebastián Pareja. La disputa entre bandos por la confección de las listas bonaerenses está en su peor momento. No hay entendimiento puertas adentro (hubo mucho ruido por la elección en Salta) y se nota hacia afuera.

El jueves, Pareja reunió a la “mesa política” de la provincia para sacarse una foto en la puerta de la Casa Rosada y lo sumó a la postal al diputado José Luis Espert, el preferido de Milei para encabezar la boleta. Gordo Dan le replicó en X “¿Y Romo?”. El Presidente y Romo habían estado conversando la noche previa y luego Milei le hizo varios guiños al joven en clave tuitera.

Un bullrichista lo resumió así: “Unos son Las Fuerzas del Cielo. Otros son las fuerzas de la tierra. El sector de Patricia (Bullrich) pasó a ser el Purgatorio. Hay que resolver esto”.

La elección de mañana será, así, un antes y un después. Porque va a definir cómo sale la apuesta electoral más fuerte que hizo el Gobierno. Porque va a determinar si los libertarios pueden “domar” a Pro como pretenden. Porque va a profundizar la interna entre los jóvenes “celestiales” y los armadores “terrenales”. Se inaugurarán dos meses (hasta el cierre de listas en la provincia, el 19 de julio) de altísima intensidad. Del otro lado de la General Paz hay demasiados que pretenden ser el “Adorni” de Milei.

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