Así es el nuevo crucero de 20 pisos, con una montaña rusa acuática y tecnología de punta

Ni bien pongo un pie en el barco, me hundo en una alfombra mullida, impecable, de uno de los salones, mientras me recibe un empleado filipino con una sonrisa de oreja a oreja que me indica el camino a mi camarote. Un laberinto de pasillos, escaleras y ascensores se abren a mi paso.
En el camino se ven bares, restaurantes de diferentes especialidades, tiendas con relojes, joyas y perfumes, un estudio de fotografía y un poco más lejos un teatro en tres niveles, que ofrecerá como espectáculo destacado un musical en tributo a Prince de primer nivel. Esto es solo un primer pantallazo. Descubrir un crucero, orientarse, encontrar cada lugar que se promociona en los folletos y en las guías que dejan en las cabinas a modo de brújula, lleva su tiempo, casi tanto como el viaje en algunos casos.
Estoy en el puerto de Miami, uno de los más importantes y transitados del mundo, donde los cruceros se suman a la postal clásica de mar y palmeras: siempre se ve alguno cuando se cruza desde el continente hacia South Beach por el puente. Así como salir de shopping y caminar por la famosa Ocean Drive, tomar un crucero hacia el Caribe y las Bahamas se volvió una experiencia imperdible, que los viajeros deberían sumar a sus itinerarios de viaje: hay salidas de un par de días hasta de una semana.
El pueblo escondido en un bosque con un río increíble ideal para unos días de descanso
El Norwegian Aqua, el nuevo barco de Norwegian Cruise Line, está a punto de comenzar su viaje inaugural. Como las tradiciones de los marineros se mantienen inquebrantables, la ocasión requiere de un padrino, en este caso el actor Eric Stonestreet, conocido por su personaje en Modern family, una enorme botella de champagne que se estrelle contra el colorido casco como signo de buen augurio y una cena de gala con toda la pompa, tal como se ve en las películas.
El crucero comienza a navegar de madrugada. En lo profundo de la noche apenas se siente el movimiento, que mece los sueños y despierta la fascinación de estar en medio de la nada, dejándose llevar plácidamente bajo una luna llena cautivante.
Me asomo por el balcón del camarote y veo a lo lejos las luces de otros cruceros que recorren las islas caribeñas y regresan a Miami; siento el murmullo del mar, el viento fresco en la cara y una sensación de desconexión del mundo real, aunque el wifi a bordo funciona a la perfección.
En este caso, por ser un viaje inaugural, el itinerario es reducido, apenas una muestra de lo que son las salidas regulares, pero suficiente para dejarse enamorar por este tipo de vacaciones que cada vez tienen más seguidores. En 2023, últimos datos disponibles, se embarcaron en cruceros marítimos 31 millones de personas en todo el mundo, un 7 por ciento más que en 2019, el mejor año en cantidad de viajeros.
El flamante Aqua ostenta 322 metros de eslora, 20 pisos y capacidad para 3500 pasajeros en cabinas internas, externas y con balcón.
Diversión asegurada
¿Qué hacer a bordo mientras el barco navega? Simplemente de todo. No alcanza el día en alta mar para probar las múltiples actividades que ofrece.
Los cruceros cada vez tienen más piletas, espacios de relax y áreas de entretenimiento, algunas excéntricas, por cierto, que los diferencian del resto.
Para algunos bastará con tirarse en una reposera con un buen libro, relajarse en uno de los múltiples jacuzzis o tomarse un trago mientras se disfruta del sol caribeño.
Pero para los que buscan entretenimiento, pueden sentirse como en un parque de diversiones. En las últimas cubiertas hay mucho para hacer, solo hay que animarse. El nuevo barco tiene la primera aqua slidecoaster del mar, un híbrido entre tobogán de agua y montaña rusa que, a bordo de unos carritos individuales tipo gomones y propulsados por una grúa, permite deslizarse en un recorrido por tubos.
Los secretos para descubrir un destino imperdible en Brasil
Para sumarle un poco más de emoción al viaje se puede probar The Drop, un tobogán para descender a toda velocidad, después de varias vueltas, de la cubierta 18 a la 6 en apenas unos segundos. Un plus divertido que los más chicos se encargan de sacarle el jugo. También hay minigolf, glow court, un complejo deportivo digital, con paredes y suelo interactivos para diferentes juegos (de noche se transforma en discoteca), cancha de pickleball, el deporte de moda similar al pádel y una pileta para chicos con juegos de agua. Además, un área de videojuegos clásicos y de realidad virtual que se pagan aparte.
A la hora del almuerzo una de las propuestas más convocantes es el Indulge Food Hall, un restaurante que parece un patio de comidas, con estaciones que ofrecen menú de diferentes sitios del mundo, como chino, tailandés, español y más y diferentes especialidades, como comida vegetariana. El pedido se hace mediante una tablet instalada en cada mesa: se seleccionan los platos, porciones pequeñas que invitan a probar varias, y en pocos minutos los mozos las acercan. Imperdible: la sopa de lentejas con limón.
Los cruceros ofrecen servicio all inclusive, con todas las comidas incluidas a toda hora, también de madrugada queda algún bar abierto por si los aires marinos despiertan el apetito. Los horarios de las comidas no están establecidos. Cada pasajero puede decidir a qué restaurante y en qué momento ir, aunque hay que tener en cuenta que los servicios de cena finalizan temprano, adaptados al horario norteamericano.
Además de los restaurantes incluidos en la tarifa hay otros opcionales por los que se paga extra: en el Aqua se destacan uno especializado en carne, un bistró francés, uno italiano, las propuestas mexicana y japonesa y la gran estrella Sukhothai, el restaurante tailandés que hace su debut en altamar.
Después se podrá pasar por el gimnasio y correr en la cinta con vista al mar y para relajarse en el spa, con el circuito que incluye pileta climatizada con hidromasaje, diferentes saunas húmedos y secos, en este caso con costo extra. Los chicos pueden jugar en el kids club y participar de actividades.
La isla privada
Bien temprano amanecemos en una isla privada de la naviera en las Bahamas, para un día de playa y excursiones. La mayoría de las compañías de cruceros tienen su idílica porción de tierra en el Caribe o en otros sitios de la Tierra, casi como una extensión de la vida a bordo, con las comidas en tierra incluidas y la invitación a un sitio cuidado al detalle.
Para llegar es necesario primero hacer una breve navegación en un catamarán, porque el crucero no puede acceder a Great Stirrup Cay, la isla de Norwegian. Al menos en estos meses, porque el presidente de la compañía David Herrera anunció importantes obras que llegarán a finales de año: un nuevo muelle y una piscina climatizada de gran tamaño con espacios de juegos para chicos.
Cuando no hay muelles, los descensos en lanchas llevan más tiempo y requieren cierta organización, como esperar turno y estar atentos a la hora de la última lancha de regreso. Los cruceros son muy estrictos con los horarios.
Entre las excursiones que se ofrecen se puede elegir una salida en kayak, una vuelta en moto de agua o nadar con mantarrayas y chanchitos (sí, los de la granja, que se sumergen y chapotean con la gente).
Elijo la salida en kayak de dos horas de plácida remada que lleva a bordear una parte de la isla. El agua transparente permite ver cada detalle del fondo cercano a la costa. Así, con un sol tibio y una brisa suave que acompañan, se descubren peces de colores, mantarrayas que se acercan al kayak y hasta una estrella de mar naranja, perfecta, que podría pensarse que es una artesanía. Es una salida tranquila, sin prisa y con una pausa en una playa solitaria para darse un chapuzón reconfortante.
Cuando se regresa queda tiempo para almorzar con servicio self service organizado por el crucero y disfrutar de la playa hasta volver a embarcar. La escala en la isla está incluida en todas las salidas por el Caribe que ofrece la naviera.
El crucero tiene espacios pequeños, más íntimos para disfrutar, por ejemplo, de la puesta del sol sobre el horizonte infinito, el regalo de despedida antes de desembarcar a la mañana siguiente.
Datos útiles
- El Aqua realizará hasta agosto itinerarios de una semana desde Puerto Cañaveral, cerca de Orlando, con diferentes escalas en el Caribe. Una nueva opción para combinar con las visitas a los parques temáticos. Las escalas son en Puerto Plata (República Dominicana); Santo Tomás, (Islas Vírgenes de EE.UU.); Tórtola, (Islas Vírgenes Británicas); y la isla privada Great Stirrup Cay.
- Desde agosto hasta octubre ofrecerá una serie de viajes de cinco y siete días a las Bermudas desde Nueva York.
- Luego regresará a Miami para una temporada de cruceros de siete días por el Caribe Oriental entre octubre de 2025 y abril de 2026, con escalas de nuevo en Great Stirrup Cay.
Ni bien pongo un pie en el barco, me hundo en una alfombra mullida, impecable, de uno de los salones, mientras me recibe un empleado filipino con una sonrisa de oreja a oreja que me indica el camino a mi camarote. Un laberinto de pasillos, escaleras y ascensores se abren a mi paso.
En el camino se ven bares, restaurantes de diferentes especialidades, tiendas con relojes, joyas y perfumes, un estudio de fotografía y un poco más lejos un teatro en tres niveles, que ofrecerá como espectáculo destacado un musical en tributo a Prince de primer nivel. Esto es solo un primer pantallazo. Descubrir un crucero, orientarse, encontrar cada lugar que se promociona en los folletos y en las guías que dejan en las cabinas a modo de brújula, lleva su tiempo, casi tanto como el viaje en algunos casos.
Estoy en el puerto de Miami, uno de los más importantes y transitados del mundo, donde los cruceros se suman a la postal clásica de mar y palmeras: siempre se ve alguno cuando se cruza desde el continente hacia South Beach por el puente. Así como salir de shopping y caminar por la famosa Ocean Drive, tomar un crucero hacia el Caribe y las Bahamas se volvió una experiencia imperdible, que los viajeros deberían sumar a sus itinerarios de viaje: hay salidas de un par de días hasta de una semana.
El pueblo escondido en un bosque con un río increíble ideal para unos días de descanso
El Norwegian Aqua, el nuevo barco de Norwegian Cruise Line, está a punto de comenzar su viaje inaugural. Como las tradiciones de los marineros se mantienen inquebrantables, la ocasión requiere de un padrino, en este caso el actor Eric Stonestreet, conocido por su personaje en Modern family, una enorme botella de champagne que se estrelle contra el colorido casco como signo de buen augurio y una cena de gala con toda la pompa, tal como se ve en las películas.
El crucero comienza a navegar de madrugada. En lo profundo de la noche apenas se siente el movimiento, que mece los sueños y despierta la fascinación de estar en medio de la nada, dejándose llevar plácidamente bajo una luna llena cautivante.
Me asomo por el balcón del camarote y veo a lo lejos las luces de otros cruceros que recorren las islas caribeñas y regresan a Miami; siento el murmullo del mar, el viento fresco en la cara y una sensación de desconexión del mundo real, aunque el wifi a bordo funciona a la perfección.
En este caso, por ser un viaje inaugural, el itinerario es reducido, apenas una muestra de lo que son las salidas regulares, pero suficiente para dejarse enamorar por este tipo de vacaciones que cada vez tienen más seguidores. En 2023, últimos datos disponibles, se embarcaron en cruceros marítimos 31 millones de personas en todo el mundo, un 7 por ciento más que en 2019, el mejor año en cantidad de viajeros.
El flamante Aqua ostenta 322 metros de eslora, 20 pisos y capacidad para 3500 pasajeros en cabinas internas, externas y con balcón.
Diversión asegurada
¿Qué hacer a bordo mientras el barco navega? Simplemente de todo. No alcanza el día en alta mar para probar las múltiples actividades que ofrece.
Los cruceros cada vez tienen más piletas, espacios de relax y áreas de entretenimiento, algunas excéntricas, por cierto, que los diferencian del resto.
Para algunos bastará con tirarse en una reposera con un buen libro, relajarse en uno de los múltiples jacuzzis o tomarse un trago mientras se disfruta del sol caribeño.
Pero para los que buscan entretenimiento, pueden sentirse como en un parque de diversiones. En las últimas cubiertas hay mucho para hacer, solo hay que animarse. El nuevo barco tiene la primera aqua slidecoaster del mar, un híbrido entre tobogán de agua y montaña rusa que, a bordo de unos carritos individuales tipo gomones y propulsados por una grúa, permite deslizarse en un recorrido por tubos.
Los secretos para descubrir un destino imperdible en Brasil
Para sumarle un poco más de emoción al viaje se puede probar The Drop, un tobogán para descender a toda velocidad, después de varias vueltas, de la cubierta 18 a la 6 en apenas unos segundos. Un plus divertido que los más chicos se encargan de sacarle el jugo. También hay minigolf, glow court, un complejo deportivo digital, con paredes y suelo interactivos para diferentes juegos (de noche se transforma en discoteca), cancha de pickleball, el deporte de moda similar al pádel y una pileta para chicos con juegos de agua. Además, un área de videojuegos clásicos y de realidad virtual que se pagan aparte.
A la hora del almuerzo una de las propuestas más convocantes es el Indulge Food Hall, un restaurante que parece un patio de comidas, con estaciones que ofrecen menú de diferentes sitios del mundo, como chino, tailandés, español y más y diferentes especialidades, como comida vegetariana. El pedido se hace mediante una tablet instalada en cada mesa: se seleccionan los platos, porciones pequeñas que invitan a probar varias, y en pocos minutos los mozos las acercan. Imperdible: la sopa de lentejas con limón.
Los cruceros ofrecen servicio all inclusive, con todas las comidas incluidas a toda hora, también de madrugada queda algún bar abierto por si los aires marinos despiertan el apetito. Los horarios de las comidas no están establecidos. Cada pasajero puede decidir a qué restaurante y en qué momento ir, aunque hay que tener en cuenta que los servicios de cena finalizan temprano, adaptados al horario norteamericano.
Además de los restaurantes incluidos en la tarifa hay otros opcionales por los que se paga extra: en el Aqua se destacan uno especializado en carne, un bistró francés, uno italiano, las propuestas mexicana y japonesa y la gran estrella Sukhothai, el restaurante tailandés que hace su debut en altamar.
Después se podrá pasar por el gimnasio y correr en la cinta con vista al mar y para relajarse en el spa, con el circuito que incluye pileta climatizada con hidromasaje, diferentes saunas húmedos y secos, en este caso con costo extra. Los chicos pueden jugar en el kids club y participar de actividades.
La isla privada
Bien temprano amanecemos en una isla privada de la naviera en las Bahamas, para un día de playa y excursiones. La mayoría de las compañías de cruceros tienen su idílica porción de tierra en el Caribe o en otros sitios de la Tierra, casi como una extensión de la vida a bordo, con las comidas en tierra incluidas y la invitación a un sitio cuidado al detalle.
Para llegar es necesario primero hacer una breve navegación en un catamarán, porque el crucero no puede acceder a Great Stirrup Cay, la isla de Norwegian. Al menos en estos meses, porque el presidente de la compañía David Herrera anunció importantes obras que llegarán a finales de año: un nuevo muelle y una piscina climatizada de gran tamaño con espacios de juegos para chicos.
Cuando no hay muelles, los descensos en lanchas llevan más tiempo y requieren cierta organización, como esperar turno y estar atentos a la hora de la última lancha de regreso. Los cruceros son muy estrictos con los horarios.
Entre las excursiones que se ofrecen se puede elegir una salida en kayak, una vuelta en moto de agua o nadar con mantarrayas y chanchitos (sí, los de la granja, que se sumergen y chapotean con la gente).
Elijo la salida en kayak de dos horas de plácida remada que lleva a bordear una parte de la isla. El agua transparente permite ver cada detalle del fondo cercano a la costa. Así, con un sol tibio y una brisa suave que acompañan, se descubren peces de colores, mantarrayas que se acercan al kayak y hasta una estrella de mar naranja, perfecta, que podría pensarse que es una artesanía. Es una salida tranquila, sin prisa y con una pausa en una playa solitaria para darse un chapuzón reconfortante.
Cuando se regresa queda tiempo para almorzar con servicio self service organizado por el crucero y disfrutar de la playa hasta volver a embarcar. La escala en la isla está incluida en todas las salidas por el Caribe que ofrece la naviera.
El crucero tiene espacios pequeños, más íntimos para disfrutar, por ejemplo, de la puesta del sol sobre el horizonte infinito, el regalo de despedida antes de desembarcar a la mañana siguiente.
Datos útiles
- El Aqua realizará hasta agosto itinerarios de una semana desde Puerto Cañaveral, cerca de Orlando, con diferentes escalas en el Caribe. Una nueva opción para combinar con las visitas a los parques temáticos. Las escalas son en Puerto Plata (República Dominicana); Santo Tomás, (Islas Vírgenes de EE.UU.); Tórtola, (Islas Vírgenes Británicas); y la isla privada Great Stirrup Cay.
- Desde agosto hasta octubre ofrecerá una serie de viajes de cinco y siete días a las Bermudas desde Nueva York.
- Luego regresará a Miami para una temporada de cruceros de siete días por el Caribe Oriental entre octubre de 2025 y abril de 2026, con escalas de nuevo en Great Stirrup Cay.
Recién inaugurado, el Norwegian Aqua pone el foco en el entretenimiento familiar, la gastronomía étnica y las innovaciones LA NACION