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EE.UU. pierde su última máxima calificación crediticia: por qué Moody’s le rebajó la nota

WASHINGTON.- Estados Unidos perdió este viernes su última calificación crediticia de triple A, la máxima que otorgan las agencias. Moody’s rebajó la nota del país a AA1 por el aumento de la deuda y de los intereses, “significativamente superiores a los de emisores soberanos con calificaciones similares”, justificó.

Los crecientes déficits presupuestarios significan que el endeudamiento del gobierno de Estados Unidos aumentará a un ritmo acelerado, presionando al alza las tasas de interés a largo plazo, explicó Moody’s. La firma -que mantenía una calificación crediticia perfecta para Estados Unidos desde 1917– señaló que no creía que ninguna de las actuales propuestas presupuestarias que están considerando los congresistas hiciera algo significativo para reducir la persistente brecha entre el gasto público y los ingresos.

“Las sucesivas administraciones y el Congreso de Estados Unidos no han logrado un acuerdo sobre medidas para revertir la tendencia de grandes déficits fiscales anuales y los crecientes costos de los intereses”, desarrolló Moody’s en un comunicado.

“Esperamos que los déficits federales aumenten, alcanzando casi el 9% [de la economía estadounidense] en 2035, frente al 6,4% en 2024, impulsados principalmente por el aumento de los pagos de intereses de la deuda, el incremento del gasto en derechos y la relativamente baja generación de ingresos”, añadió la nota.

La rebaja de Moody’s significa que ninguna de las tres principales agencias de calificación crediticia otorga a Estados Unidos su mejor nota. Fitch rebajó la calificación del país en 2023, citando preocupaciones fiscales, y Standard & Poor’s lo había hecho en 2011.

Moody’s había advertido inicialmente a Estados Unidos de una posible rebaja de la calificación en noviembre pasado, al citar entonces acontecimientos recientes que ejemplificaban la extraordinaria división política de Estados Unidos, en medio del proceso electoral que terminó con el triunfo del republicano Donald Trump -para un segundo mandato- sobre la candidata demócrata, Kamala Harris.

Entre ellos se incluía una situación límite de posible default de Estados Unidos el verano pasado y la consiguiente destitución del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, la primera vez en la historia que un líder era destituido durante una sesión legislativa, y la incapacidad del Congreso para encontrar un sustituto durante semanas.

El presidente Donald Trump, en el Air Force One.

Moody’s señaló que extender los recortes de impuestos de 2017 de Trump -en su primera presidencia-, una prioridad del Congreso controlado por los republicanos, añadiría 4 billones de dólares en la próxima década al déficit primario federal (que no incluye el pago de intereses).

Un sistema político bloqueado ha sido incapaz de hacer frente a los enormes déficits de Estados Unidos. Hay sectores republicanos que rechazan las subas de impuestos y los demócratas son reacios a recortar el gasto.

El viernes, los republicanos de la Cámara de Representantes no lograron que el Comité Presupuestario aprobara un gran paquete de recortes fiscales y de gastos. Un pequeño grupo de legisladores republicanos de extrema derecha, que insisten en mayores recortes a Medicaid y en las exenciones fiscales a la energía verde del expresidente Joe Biden, se unieron a todos los demócratas para oponerse.

WASHINGTON.- Estados Unidos perdió este viernes su última calificación crediticia de triple A, la máxima que otorgan las agencias. Moody’s rebajó la nota del país a AA1 por el aumento de la deuda y de los intereses, “significativamente superiores a los de emisores soberanos con calificaciones similares”, justificó.

Los crecientes déficits presupuestarios significan que el endeudamiento del gobierno de Estados Unidos aumentará a un ritmo acelerado, presionando al alza las tasas de interés a largo plazo, explicó Moody’s. La firma -que mantenía una calificación crediticia perfecta para Estados Unidos desde 1917– señaló que no creía que ninguna de las actuales propuestas presupuestarias que están considerando los congresistas hiciera algo significativo para reducir la persistente brecha entre el gasto público y los ingresos.

“Las sucesivas administraciones y el Congreso de Estados Unidos no han logrado un acuerdo sobre medidas para revertir la tendencia de grandes déficits fiscales anuales y los crecientes costos de los intereses”, desarrolló Moody’s en un comunicado.

“Esperamos que los déficits federales aumenten, alcanzando casi el 9% [de la economía estadounidense] en 2035, frente al 6,4% en 2024, impulsados principalmente por el aumento de los pagos de intereses de la deuda, el incremento del gasto en derechos y la relativamente baja generación de ingresos”, añadió la nota.

La rebaja de Moody’s significa que ninguna de las tres principales agencias de calificación crediticia otorga a Estados Unidos su mejor nota. Fitch rebajó la calificación del país en 2023, citando preocupaciones fiscales, y Standard & Poor’s lo había hecho en 2011.

Moody’s había advertido inicialmente a Estados Unidos de una posible rebaja de la calificación en noviembre pasado, al citar entonces acontecimientos recientes que ejemplificaban la extraordinaria división política de Estados Unidos, en medio del proceso electoral que terminó con el triunfo del republicano Donald Trump -para un segundo mandato- sobre la candidata demócrata, Kamala Harris.

Entre ellos se incluía una situación límite de posible default de Estados Unidos el verano pasado y la consiguiente destitución del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, la primera vez en la historia que un líder era destituido durante una sesión legislativa, y la incapacidad del Congreso para encontrar un sustituto durante semanas.

El presidente Donald Trump, en el Air Force One.

Moody’s señaló que extender los recortes de impuestos de 2017 de Trump -en su primera presidencia-, una prioridad del Congreso controlado por los republicanos, añadiría 4 billones de dólares en la próxima década al déficit primario federal (que no incluye el pago de intereses).

Un sistema político bloqueado ha sido incapaz de hacer frente a los enormes déficits de Estados Unidos. Hay sectores republicanos que rechazan las subas de impuestos y los demócratas son reacios a recortar el gasto.

El viernes, los republicanos de la Cámara de Representantes no lograron que el Comité Presupuestario aprobara un gran paquete de recortes fiscales y de gastos. Un pequeño grupo de legisladores republicanos de extrema derecha, que insisten en mayores recortes a Medicaid y en las exenciones fiscales a la energía verde del expresidente Joe Biden, se unieron a todos los demócratas para oponerse.

 La agencia remarcó en un comunicado el aumento de la deuda y de los intereses  LA NACION

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