Qué es el cinturón de Van Allen, el supuesto origen de la nieve tóxica en la serie El Eternauta

“¿Vos escuchaste hablar del cinturón de Van Allen?”, le dice el Tano, personaje de El Eternauta, al protagonista Juan Salvo, que responde como lo haría la gran mayoría: “No”. Obviamente pronuncia un “no” bien actuado, a lo Ricardo Darín, quien protagoniza esta superproducción de Netflix.
De hecho fue en esta adaptación de la icónica historieta argentina que se sumó al origen de la misteriosa nieve que mata al contacto, una hipótesis que en el original no existe. ¿De dónde sacó la idea del cinturón su guionista y director, Bruno Stagnaro? “Lo leí en una nota, se hablaba del tema de la anomalía del Atlántico Sur, creo que fue en LA NACION”.
Pero, ¿qué anomalía es esa? ¿Qué es el cinturón de Van Allen? ¿Qué tiene que ver con la banda de hard rock Van Halen? ¿Por qué sin ese cinturón la Tierra terminaría como el planeta Marte? ¿Y por qué la nieve?
“Todo surge del núcleo de metal fundido de la Tierra”, explica desde Córdoba Carlos Bornancini, doctor en astronomía. “El núcleo externo de nuestro planeta es una capa de hierro y níquel fundidos que se encuentra a gran profundidad. La convección térmica y el movimiento de la Tierra generan corrientes eléctricas que forman un campo magnético que se extiende por todo el planeta”, explica el profesor en la Universidad Nacional de Córdoba. “Ese campo magnético hace funcionar, por ejemplo, las brújulas”.
Y continúa Carlos para conectar los fenómenos: “La interacción entre el campo magnético de la Tierra y el viento solar forma lo que llamamos magnetosfera. Esta capa protege a la Tierra de la llegada de radiación, especialmente del viento solar, y también de una parte de los rayos cósmicos, desviando las partículas cargadas hacia los polos magnéticos a través de mecanismos de reconexión electromagnética, lo que causa las auroras australes y boreales. Si no fuese por esta capa, la vida en la Tierra probablemente no sería posible, o sería de forma muy diferente a como la conocemos”.
Por último, llegamos al eslabón final: “Los cinturones de Van Allen son dos zonas de la magnetosfera terrestre donde se concentran grandes cantidades de partículas cargadas de alta energía. El nombre proviene de su descubridor, el norteamericano James Van Allen. Esto se pudo confirmar gracias al lanzamiento del satélite estadounidense Explorer 1 en 1958”.
Para empezar a conectar, El Eternauta se publicó entre 1957 y 1959. Mientras se leía cada nueva entrega de la historieta, el primer satélite norteamericano corría tras sus rivales rusos que lideraban la carrera espacial.
¿Y si los polos se apagan?
“Si los polos se apagan… si los polos se apagan, las partículas radiactivas caen sobre nosotros”, le explica el Tano a Juan en el capítulo 4 de la serie de Netflix mientras viajan rumbo a la ciudad de Buenos Aires a buscar a la hija de Salvo. Alejado de la ficción y apegado a la astronomía, Carlos Bornancini explica qué pasaría: “Si el campo magnético desaparece, el viento solar castigaría la atmósfera terrestre sin protección, debilitando la capa de ozono, evaporando los océanos, y finalmente barriendo la atmósfera. Podríamos quedar como Marte”.
“Suponemos que es lo que le pasó a Marte, se teoriza que al tener poca masa no pudo mantener un núcleo activo tanto tiempo como la Tierra y hace unos 4100 millones de años perdió su atmósfera y quedó como el desierto hostil y helado que es hoy”.
En Marte hay abundante evidencia de una época en que ríos y lagunas, canales y lagos cruzaban el planeta. De hecho el planeta rojo y Venus son los únicos en el sistema solar sin magnetosfera. ¿Podría ocurrirle a la Tierra?
“Cada 200 o 300.000 años ocurre una inversión en los polos magnéticos por cambios en el dínamo terrestre, debido a que el núcleo se vuelve más caótico”, explica Carlos. Y agrega: “Pero lo extraño es que la última inversión fue hace 780.000 años”. Es decir, no debería faltar mucho para la próxima.
¿Alcanzaría la realidad a la ficción y seríamos como Juan Salvo y el Tano luchando contra cascarudos gigantes? ¿O nos tocaría el papel de extras y estaríamos toda la serie tirados en la nieve? Bornancini nos baja a la Tierra: “Si sucediera, más que caerse las partículas, nos pegaría el viento solar. No generaría ninguna nieve. No mataría en el acto a nadie, sería un paulatino incremento de la temperatura hasta transformar el clima en inviable con la vida actual. Y veríamos las auroras en todo el planeta”. No es un spoiler porque sucede al inicio de la serie; para quienes no la vieron, aún, la hija de Juan y sus amigas, desde el barco, ven auroras boreales, en plena Buenos Aires.
Ya con la explicación científica, ¿qué llevó a Bruno Stagnaro a agregar la explicación del cinturón de Van Allen cuando no existía en la historieta? “La verdad que pasó muchísimo tiempo, ya no sé exactamente cómo fue el proceso, pero te digo lo que recuerdo”, se sincera ante LA NACION por un proceso de escritura que ocurrió hace unos cinco años. “Sí recuerdo estar buscando la manera de justificar el tema de que ocurra un pulso electromagnético para, de alguna manera, anular toda la tecnología moderna y de ese modo bloquear los celulares y demás y recuperar en términos atmosféricos y visuales los elementos de la década del 50, del cómic, trasladados al tiempo presente. En ese contexto me acuerdo que leí una nota, creo que fue en LA NACION, donde se hablaba del tema de la anomalía del Atlántico Sur”.
La nota puede haber sido esta y contaba: “Un grupo de científicos europeos hizo un descubrimiento sorprendente. Según sus estudios, el campo magnético de la Tierra, esa forma de protección natural de la radiación cósmica, se está debilitando. El fenómeno fue llamado “Anomalía del Atlántico Sur” e implica una reducción de la intensidad magnética entre África y América del Sur”.
Stagnaro agrega que le pareció muy interesante: “Que fuera algo que ocurriera específicamente arriba de nuestro país, como también en Uruguay y el sur de Brasil, algo que le da una especificidad. Y empezando a jugar con esta idea, finalmente cuando me enteré que cada tanto ocurren inversiones en el campo magnético de la Tierra y que eso se establece a partir de los restos que quedan, creo que, de ferritas en las piedras. En aquel momento había leído que de hecho había cierta preocupación por cierta fluctuación que se venía dando en las mediciones de polaridad del campo magnético”.
Así es, los cambios en la magnetosfera terrestre dejan “secuelas” en las piedras que sirven para datar el suceso. De esta forma fue conectando con la historia original: “Esta cuestión me permitía justificar el tema del apagón de la tecnología a través de los vientos solares, y por otro lado, una vez que nos metimos en indagar esta cuestión, llegué al tema este de los cinturones de Van Allen. Me resultó simpático el nombre en sí, de hecho en algunas de las versiones anteriores del guión se jugaba con la proximidad de Van Allen con Van Halen”.
Al final la mítica banda de hard rock fundada por Eddie Van Halen, Alex Van Halen y Mark Stone no coló ninguno de sus hits en la banda sonora de la serie, ni tampoco descubrió ningún cinturón de alta energía rodeando a la Tierra. Pero aún sin rock pesado, desde su estreno el 30 de abril, a El Eternauta le alcanzó para ingresar al primer puesto de series de habla no inglesa de Netflix, con 10,8 millones de visualizaciones en todo el mundo. A su vez, se ubicó en el top 10 semanal de series en 87 países como Brasil, Francia, India, Estados Unidos, Italia, México, Alemania y España.
¿Pero por qué Bruno Stagnaro quiso vincular el cinturón de Van Allen y la Buenos Aires nevada? “Me parecía que estaba bueno, porque permitía que el Tano despliegue una hipótesis respecto del origen de la nieve… una hipótesis que posiblemente no tenga mucho pie ni cabeza en la realidad, pero me resultaba simpático anclarlo como una hipótesis más de la que podrían estar circulando, en el marco de la desesperación que están viviendo y la pulsión del Tano por encontrarle una explicación racional”.
“¿Vos escuchaste hablar del cinturón de Van Allen?”, le dice el Tano, personaje de El Eternauta, al protagonista Juan Salvo, que responde como lo haría la gran mayoría: “No”. Obviamente pronuncia un “no” bien actuado, a lo Ricardo Darín, quien protagoniza esta superproducción de Netflix.
De hecho fue en esta adaptación de la icónica historieta argentina que se sumó al origen de la misteriosa nieve que mata al contacto, una hipótesis que en el original no existe. ¿De dónde sacó la idea del cinturón su guionista y director, Bruno Stagnaro? “Lo leí en una nota, se hablaba del tema de la anomalía del Atlántico Sur, creo que fue en LA NACION”.
Pero, ¿qué anomalía es esa? ¿Qué es el cinturón de Van Allen? ¿Qué tiene que ver con la banda de hard rock Van Halen? ¿Por qué sin ese cinturón la Tierra terminaría como el planeta Marte? ¿Y por qué la nieve?
“Todo surge del núcleo de metal fundido de la Tierra”, explica desde Córdoba Carlos Bornancini, doctor en astronomía. “El núcleo externo de nuestro planeta es una capa de hierro y níquel fundidos que se encuentra a gran profundidad. La convección térmica y el movimiento de la Tierra generan corrientes eléctricas que forman un campo magnético que se extiende por todo el planeta”, explica el profesor en la Universidad Nacional de Córdoba. “Ese campo magnético hace funcionar, por ejemplo, las brújulas”.
Y continúa Carlos para conectar los fenómenos: “La interacción entre el campo magnético de la Tierra y el viento solar forma lo que llamamos magnetosfera. Esta capa protege a la Tierra de la llegada de radiación, especialmente del viento solar, y también de una parte de los rayos cósmicos, desviando las partículas cargadas hacia los polos magnéticos a través de mecanismos de reconexión electromagnética, lo que causa las auroras australes y boreales. Si no fuese por esta capa, la vida en la Tierra probablemente no sería posible, o sería de forma muy diferente a como la conocemos”.
Por último, llegamos al eslabón final: “Los cinturones de Van Allen son dos zonas de la magnetosfera terrestre donde se concentran grandes cantidades de partículas cargadas de alta energía. El nombre proviene de su descubridor, el norteamericano James Van Allen. Esto se pudo confirmar gracias al lanzamiento del satélite estadounidense Explorer 1 en 1958”.
Para empezar a conectar, El Eternauta se publicó entre 1957 y 1959. Mientras se leía cada nueva entrega de la historieta, el primer satélite norteamericano corría tras sus rivales rusos que lideraban la carrera espacial.
¿Y si los polos se apagan?
“Si los polos se apagan… si los polos se apagan, las partículas radiactivas caen sobre nosotros”, le explica el Tano a Juan en el capítulo 4 de la serie de Netflix mientras viajan rumbo a la ciudad de Buenos Aires a buscar a la hija de Salvo. Alejado de la ficción y apegado a la astronomía, Carlos Bornancini explica qué pasaría: “Si el campo magnético desaparece, el viento solar castigaría la atmósfera terrestre sin protección, debilitando la capa de ozono, evaporando los océanos, y finalmente barriendo la atmósfera. Podríamos quedar como Marte”.
“Suponemos que es lo que le pasó a Marte, se teoriza que al tener poca masa no pudo mantener un núcleo activo tanto tiempo como la Tierra y hace unos 4100 millones de años perdió su atmósfera y quedó como el desierto hostil y helado que es hoy”.
En Marte hay abundante evidencia de una época en que ríos y lagunas, canales y lagos cruzaban el planeta. De hecho el planeta rojo y Venus son los únicos en el sistema solar sin magnetosfera. ¿Podría ocurrirle a la Tierra?
“Cada 200 o 300.000 años ocurre una inversión en los polos magnéticos por cambios en el dínamo terrestre, debido a que el núcleo se vuelve más caótico”, explica Carlos. Y agrega: “Pero lo extraño es que la última inversión fue hace 780.000 años”. Es decir, no debería faltar mucho para la próxima.
¿Alcanzaría la realidad a la ficción y seríamos como Juan Salvo y el Tano luchando contra cascarudos gigantes? ¿O nos tocaría el papel de extras y estaríamos toda la serie tirados en la nieve? Bornancini nos baja a la Tierra: “Si sucediera, más que caerse las partículas, nos pegaría el viento solar. No generaría ninguna nieve. No mataría en el acto a nadie, sería un paulatino incremento de la temperatura hasta transformar el clima en inviable con la vida actual. Y veríamos las auroras en todo el planeta”. No es un spoiler porque sucede al inicio de la serie; para quienes no la vieron, aún, la hija de Juan y sus amigas, desde el barco, ven auroras boreales, en plena Buenos Aires.
Ya con la explicación científica, ¿qué llevó a Bruno Stagnaro a agregar la explicación del cinturón de Van Allen cuando no existía en la historieta? “La verdad que pasó muchísimo tiempo, ya no sé exactamente cómo fue el proceso, pero te digo lo que recuerdo”, se sincera ante LA NACION por un proceso de escritura que ocurrió hace unos cinco años. “Sí recuerdo estar buscando la manera de justificar el tema de que ocurra un pulso electromagnético para, de alguna manera, anular toda la tecnología moderna y de ese modo bloquear los celulares y demás y recuperar en términos atmosféricos y visuales los elementos de la década del 50, del cómic, trasladados al tiempo presente. En ese contexto me acuerdo que leí una nota, creo que fue en LA NACION, donde se hablaba del tema de la anomalía del Atlántico Sur”.
La nota puede haber sido esta y contaba: “Un grupo de científicos europeos hizo un descubrimiento sorprendente. Según sus estudios, el campo magnético de la Tierra, esa forma de protección natural de la radiación cósmica, se está debilitando. El fenómeno fue llamado “Anomalía del Atlántico Sur” e implica una reducción de la intensidad magnética entre África y América del Sur”.
Stagnaro agrega que le pareció muy interesante: “Que fuera algo que ocurriera específicamente arriba de nuestro país, como también en Uruguay y el sur de Brasil, algo que le da una especificidad. Y empezando a jugar con esta idea, finalmente cuando me enteré que cada tanto ocurren inversiones en el campo magnético de la Tierra y que eso se establece a partir de los restos que quedan, creo que, de ferritas en las piedras. En aquel momento había leído que de hecho había cierta preocupación por cierta fluctuación que se venía dando en las mediciones de polaridad del campo magnético”.
Así es, los cambios en la magnetosfera terrestre dejan “secuelas” en las piedras que sirven para datar el suceso. De esta forma fue conectando con la historia original: “Esta cuestión me permitía justificar el tema del apagón de la tecnología a través de los vientos solares, y por otro lado, una vez que nos metimos en indagar esta cuestión, llegué al tema este de los cinturones de Van Allen. Me resultó simpático el nombre en sí, de hecho en algunas de las versiones anteriores del guión se jugaba con la proximidad de Van Allen con Van Halen”.
Al final la mítica banda de hard rock fundada por Eddie Van Halen, Alex Van Halen y Mark Stone no coló ninguno de sus hits en la banda sonora de la serie, ni tampoco descubrió ningún cinturón de alta energía rodeando a la Tierra. Pero aún sin rock pesado, desde su estreno el 30 de abril, a El Eternauta le alcanzó para ingresar al primer puesto de series de habla no inglesa de Netflix, con 10,8 millones de visualizaciones en todo el mundo. A su vez, se ubicó en el top 10 semanal de series en 87 países como Brasil, Francia, India, Estados Unidos, Italia, México, Alemania y España.
¿Pero por qué Bruno Stagnaro quiso vincular el cinturón de Van Allen y la Buenos Aires nevada? “Me parecía que estaba bueno, porque permitía que el Tano despliegue una hipótesis respecto del origen de la nieve… una hipótesis que posiblemente no tenga mucho pie ni cabeza en la realidad, pero me resultaba simpático anclarlo como una hipótesis más de la que podrían estar circulando, en el marco de la desesperación que están viviendo y la pulsión del Tano por encontrarle una explicación racional”.
Según el director Bruno Stagnaro, un artículo de LA NACION fue la inspiración para sumarlo en el guion LA NACION