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León XIV fue elegido papa en un cónclave sorpresivo que da continuidad al legado de Francisco

ROMA.- Habemus papam. En total continuidad con el impulso misionero de Francisco, en una elección secreta corta -apenas cuatro escrutinios-, el cónclave más internacional de la historia, con cardenales de 70 países y muchos de las periferias del planeta, dio este jueves una sorpresa. Y eligió sucesor del primer papa argentino a Francis Robert Prevost, otro pastor del continente americano –el primer estadounidense-, que decidió llamarse León XIV por León XIII, el papa de la encíclica Rerum Novarum, que dio a luz la moderna doctrina social de la Iglesia, todo un mensaje. León, además, fue el nombre del mejor amigo de san Francisco de Asís.

En lo que significó un duro golpe para ese lobby de cardenales italianos que soñaba con reconquistar el papado y ponerle un freno al viento de novedad traído por Francisco, tal como anunció en medio de un clima de euforia, ante cientos de miles de personas expectantes, el cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, el cónclave se atrevió a romper el tabú de que no podía haber pontífices de Estados Unidos, una de las superpotencias del mundo. Y con esa audacia de la que siempre hablaba Francisco, eligió a Francis Robert Prevost, el primer papa estadounidense, pero con corazón latinoamericano y, especialmente peruano -como él mismo dejó en claro al presentarse ante el mundo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, cuando al final también habló español, al cabo de una jornada electrizante.

La primera aparición de León XIV

En medio de un clima de júbilo en una Plaza de San Pedro atestada de gente que agitaba banderas de diversos países y con el celular para registrar el momento histórico, el nuevo papa no sólo le dijo enseguida “gracias” a Francisco -frase que hizo estallar un aplauso lleno de emoción entre la multitud-, sino que dejó en claro que va a seguir su huella en favor de una Iglesia abierta a todos, misionera, que trabaja por la paz.

Y también dejó en claro que lo hará con su estilo, sin ser una fotocopia de Francisco. De hecho, se presentó en el balcón central de la Basílica de San Pedro, evidentemente emocionado, vestido con el hábito talar blanco papal, pero arriba con esa muceta roja que Jorge Bergoglio, su antecesor, prefirió no ponerse cuando se presentó como el primer papa del fin del mundo, el 13 de marzo de 2013.

El mensaje

“La paz esté con todos ustedes”, fueron sus primeras palabras, que hicieron estallar de júbilo a la Plaza de San Pedro, que ya se había comenzado a llenar horas antes, a la espera de la segunda fumata del día, que fue a las 18.07. Es decir, mucho más temprano de lo que se esperaba. Esto significó que León XIV logró reunir en la cuarta votación, la primera de la sesión de la tarde, los 89 votos necesarios para ser ungido Papa. El último papa que fue elegido en cuatro votaciones fue Benedicto XVI, en 2005. Francisco fue electo en 2013 a la quinta votación.

León XIV en el balcón

“Queridos hermanas y hermanos, este es el primer saludo del Cristo resucitado, el buen pastor que ha dado la vida por la grey de Dios”, se presentó Prevost, hablando en italiano correctamente, con un tímido acento sudamericano y para nada norteamericano.

“Yo también quisiera que este saludo de paz entre en vuestro corazón, llegue a sus familias, a todas las personas, donde quiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra”, agregó.

La reacción de los fieles

“La paz esté con ustedes”, insistió. “Esta es la paz del Cristo Resuscitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante”, siguió, utilizando las mismas palabras de Jesús después de la Pascua, como explicó más tarde el director de la Sala de Prensa, Matteo Bruni.

“[Eso] Viene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente”, añadió, haciendo recordar palabras que solía repetir su antecesor argentino, a quien, enseguida, mencionó. “¡Aún conservamos en nuestros oídos esa voz débil pero siempre valiente del papa Francisco que bendecía Roma!”, clamó, al aludir a ese esfuerzo sobrehumano que hizo su antecesor en su última salida, el domingo 20 de abril, domingo de Pascuas, el día anterior a su muerte.

“El Papa que bendecía a Roma le daba su bendición al mundo, al mundo entero, esa mañana del día de Pascua”, recordó. “Permítanme continuar esa misma bendición: Dios nos quiere, Dios los ama a todos y el mal no prevalecerá”, aseguró, dando el mismo mensaje de esperanza de Francisco.

León XIV mira a la multitud en San Pedro

“Estamos todos en las manos de Dios. Por lo tanto, sin miedo, unidos mano con mano con Dios y entre nosotros, seguimos adelante. Somos discípulos de Cristo con Dios y entre nosotros seguimos adelante. Cristo nos precede. El mundo necesita de su luz. La humanidad necesita de Él como el puente por para ser alcanzada por Dios y por su amor”, afirmó, mostrándose muy espiritual, pero a la vez, concreto.

“Ayudennos también ustedes, los unos y los otros, a construir puentes, con el diálogo, el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz”, añadió, reflejando, una vez más, otro punto en común con su antecesor, que no se cansaba de llamar a una cultura del diálogo y del encuentro.

Y, a diferencia del decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, que sorprendió al no mencionar jamás a Francisco en la misa “pro-eligendo Pontífice”, de apertura del cónclave, volvió a mencionar a su predecesor.

“¡Gracias a papa Francisco!”, reiteró, al agradecer, también, a todos “los hermanos cardenales que me han elegido para ser el Sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes, como una Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, buscando siempre trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio, para ser misioneros”, sentenció, leyendo un texto.

En una plaza en la que pocos sabían quién era Prevost -la mayoría se esperaba a un papa italiano, pero no al cardenal Parolin, sino al arzobispo de Bologna, Matteo Zuppi, el nuevo Papa hizo saber que es un agustino, “hijo de San Agustín”, que dijo, recordó: “con ustedes soy cristiano y para ustedes obispo”. “En este sentido podemos todos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado”, siguió.

El recién elegido Papa León XIV, el estadounidense Robert Prevost, aparece en el balcón de la Basílica de San Pedro del Vaticano tras el Cónclave Papal, el 8 de mayo de 2025

Como nuevo obispo de Roma, Prevost saludó luego especialmente a la Iglesia de la ciudad eterna. “Tenemos que buscar juntos ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes, el diálogo, siempre abierta a recibir como esta plaza, con los brazos abiertos”, clamó. “Todos, todos aquellos que necesitan de nuestra caridad, de nuestra presencia, el diálogo y el amor”, agregó.

Acto seguido y encendiendo aún más la plaza, el nuevo Papa, que tiene pasaporte peruano porque no sólo fue allí misionero, sino también obispo, durante veinte años, siguió hablando español, su segunda lengua.

“Y si me permiten también, una palabra, un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo”, dijo, enloqueciendo a los miles de latinoamericanos presentes, entre los cuales muchísimos argentinos con banderas.

El recién elegido Papa León XIV, el estadounidense Robert Prevost, aparece en el balcón de la Basílica de San Pedro del Vaticano tras el Cónclave Papal, el 8 de mayo de 2025

“A todos ustedes, hermanos y hermanas de Roma, de Italia y de todo el mundo, queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cerca especialmente de aquellos que sufren”, continuó, sin dejar duda alguna que su elección fue la gran apuesta de aquellos cardenales que buscaban a alguien que siguiera los pasos de Francisco.

León XIV, que demostró ser otro devoto de la Virgen, terminó recordando que “hoy es el día de la Virgen de Pompeya”. “Nuestra Madre María quiere siempre caminar con nosotros, estar cerca, ayudarnos con su intercesión y su amor. Entonces quisiera rezar junto a ustedes. Recemos juntos por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz en el mundo y le pedimos esta gracia especial a María, nuestra Madre”, dijo, al pronunciar luego, junto a las miles de personas de la Plaza, el Ave María.

Entonces la plaza volvió a vibrar y muchos sintieron un escalofrío similar a cuando el 13 de marzo de 2013 Francisco, junto miles de personas, hizo rezar un Padre Nuestro.

Finalmente, impartió su primera bendición “urbi et orbi”, a la ciudad y al mundo, visiblemente emocionado, pero sin quebrarse.

Primera fumata negra

La jornada, la segunda del cónclave que comenzó el miércoles por la tarde, había comenzado con una fumata negra, que salió de la chimenea de la Capilla Sixtina, bajo los reflectores de todo el mundo, a las 11.51 locales. Se trataba de la segunda fumata negra, después de la salida poco después de las nueve de la noche del miércoles, tras el primer escrutinio.

La fumata blanca

Aunque habrá tiempo para tratar de saber qué pasó ya que se trata de una votación secreta, evidentemente después del primer escrutinio, el miércoles a la noche, los cardenales se dieron cuenta de que el gran favorito, el cardenal Parolin, secretario de Estado de Francisco, no tenía ese paquete de voto tan consistente, como decía la prensa italiana, que también en 2013 había hecho campaña y operado en favor del cardenal Angelo Scola, que, como Parolin, “entró papa y salió cardenal”.

El nombre

Parolin, como cardenal-obispo de mayor rango, fue quien dirigió las votaciones y quien apareció en el balcón central de la Basílica de San Pedro, acompañando al nuevo papa. También le tocó a él preguntarle si aceptaba la elección y qué nombre iba tomar. Un nombre León XIV, que es todo un programa.

“La elección del nombre León XIV es una referencia clara a la moderna Doctrina Social de la Iglesia, que comenzó con la Rerum Novarum, la encíclica de León XIII de papa (Gioacchino Vincenzo Raffaele Luigi) Pecci”, explicó minutos antes de las 21 Matteo Bruni, que apareció en la Sala de Prensa para felicitar al nuevo Pontífice. “Es también claramente una referencia no casual a los hombres y a las mujeres y a su trabajo en un tiempo de Inteligencia artificial”, añadió.

Los fieles en San Pedro

En lo que será su debut oficial, este vienes a las 11 locales (6 de la Argentina), el nuevo Papa celebrará su primera misa junto a los cardenales en la Capilla Sixtina. El domingo, en cambio, volverá a aparecer en el balcón central de la Basílica de San Pedro para la oración mariana del Regina Coeli. Y el lunes, en línea también con su antecesor, tendrá una audiencia en el Aula Pablo VI con los 4000 periodistas llegados desde todo el mundo para cubrir un cónclave que resultó, al final, una sorpresa, la última de Francisco.

ROMA.- Habemus papam. En total continuidad con el impulso misionero de Francisco, en una elección secreta corta -apenas cuatro escrutinios-, el cónclave más internacional de la historia, con cardenales de 70 países y muchos de las periferias del planeta, dio este jueves una sorpresa. Y eligió sucesor del primer papa argentino a Francis Robert Prevost, otro pastor del continente americano –el primer estadounidense-, que decidió llamarse León XIV por León XIII, el papa de la encíclica Rerum Novarum, que dio a luz la moderna doctrina social de la Iglesia, todo un mensaje. León, además, fue el nombre del mejor amigo de san Francisco de Asís.

En lo que significó un duro golpe para ese lobby de cardenales italianos que soñaba con reconquistar el papado y ponerle un freno al viento de novedad traído por Francisco, tal como anunció en medio de un clima de euforia, ante cientos de miles de personas expectantes, el cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, el cónclave se atrevió a romper el tabú de que no podía haber pontífices de Estados Unidos, una de las superpotencias del mundo. Y con esa audacia de la que siempre hablaba Francisco, eligió a Francis Robert Prevost, el primer papa estadounidense, pero con corazón latinoamericano y, especialmente peruano -como él mismo dejó en claro al presentarse ante el mundo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, cuando al final también habló español, al cabo de una jornada electrizante.

La primera aparición de León XIV

En medio de un clima de júbilo en una Plaza de San Pedro atestada de gente que agitaba banderas de diversos países y con el celular para registrar el momento histórico, el nuevo papa no sólo le dijo enseguida “gracias” a Francisco -frase que hizo estallar un aplauso lleno de emoción entre la multitud-, sino que dejó en claro que va a seguir su huella en favor de una Iglesia abierta a todos, misionera, que trabaja por la paz.

Y también dejó en claro que lo hará con su estilo, sin ser una fotocopia de Francisco. De hecho, se presentó en el balcón central de la Basílica de San Pedro, evidentemente emocionado, vestido con el hábito talar blanco papal, pero arriba con esa muceta roja que Jorge Bergoglio, su antecesor, prefirió no ponerse cuando se presentó como el primer papa del fin del mundo, el 13 de marzo de 2013.

El mensaje

“La paz esté con todos ustedes”, fueron sus primeras palabras, que hicieron estallar de júbilo a la Plaza de San Pedro, que ya se había comenzado a llenar horas antes, a la espera de la segunda fumata del día, que fue a las 18.07. Es decir, mucho más temprano de lo que se esperaba. Esto significó que León XIV logró reunir en la cuarta votación, la primera de la sesión de la tarde, los 89 votos necesarios para ser ungido Papa. El último papa que fue elegido en cuatro votaciones fue Benedicto XVI, en 2005. Francisco fue electo en 2013 a la quinta votación.

León XIV en el balcón

“Queridos hermanas y hermanos, este es el primer saludo del Cristo resucitado, el buen pastor que ha dado la vida por la grey de Dios”, se presentó Prevost, hablando en italiano correctamente, con un tímido acento sudamericano y para nada norteamericano.

“Yo también quisiera que este saludo de paz entre en vuestro corazón, llegue a sus familias, a todas las personas, donde quiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra”, agregó.

La reacción de los fieles

“La paz esté con ustedes”, insistió. “Esta es la paz del Cristo Resuscitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante”, siguió, utilizando las mismas palabras de Jesús después de la Pascua, como explicó más tarde el director de la Sala de Prensa, Matteo Bruni.

“[Eso] Viene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente”, añadió, haciendo recordar palabras que solía repetir su antecesor argentino, a quien, enseguida, mencionó. “¡Aún conservamos en nuestros oídos esa voz débil pero siempre valiente del papa Francisco que bendecía Roma!”, clamó, al aludir a ese esfuerzo sobrehumano que hizo su antecesor en su última salida, el domingo 20 de abril, domingo de Pascuas, el día anterior a su muerte.

“El Papa que bendecía a Roma le daba su bendición al mundo, al mundo entero, esa mañana del día de Pascua”, recordó. “Permítanme continuar esa misma bendición: Dios nos quiere, Dios los ama a todos y el mal no prevalecerá”, aseguró, dando el mismo mensaje de esperanza de Francisco.

León XIV mira a la multitud en San Pedro

“Estamos todos en las manos de Dios. Por lo tanto, sin miedo, unidos mano con mano con Dios y entre nosotros, seguimos adelante. Somos discípulos de Cristo con Dios y entre nosotros seguimos adelante. Cristo nos precede. El mundo necesita de su luz. La humanidad necesita de Él como el puente por para ser alcanzada por Dios y por su amor”, afirmó, mostrándose muy espiritual, pero a la vez, concreto.

“Ayudennos también ustedes, los unos y los otros, a construir puentes, con el diálogo, el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz”, añadió, reflejando, una vez más, otro punto en común con su antecesor, que no se cansaba de llamar a una cultura del diálogo y del encuentro.

Y, a diferencia del decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, que sorprendió al no mencionar jamás a Francisco en la misa “pro-eligendo Pontífice”, de apertura del cónclave, volvió a mencionar a su predecesor.

“¡Gracias a papa Francisco!”, reiteró, al agradecer, también, a todos “los hermanos cardenales que me han elegido para ser el Sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes, como una Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, buscando siempre trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio, para ser misioneros”, sentenció, leyendo un texto.

En una plaza en la que pocos sabían quién era Prevost -la mayoría se esperaba a un papa italiano, pero no al cardenal Parolin, sino al arzobispo de Bologna, Matteo Zuppi, el nuevo Papa hizo saber que es un agustino, “hijo de San Agustín”, que dijo, recordó: “con ustedes soy cristiano y para ustedes obispo”. “En este sentido podemos todos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado”, siguió.

El recién elegido Papa León XIV, el estadounidense Robert Prevost, aparece en el balcón de la Basílica de San Pedro del Vaticano tras el Cónclave Papal, el 8 de mayo de 2025

Como nuevo obispo de Roma, Prevost saludó luego especialmente a la Iglesia de la ciudad eterna. “Tenemos que buscar juntos ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes, el diálogo, siempre abierta a recibir como esta plaza, con los brazos abiertos”, clamó. “Todos, todos aquellos que necesitan de nuestra caridad, de nuestra presencia, el diálogo y el amor”, agregó.

Acto seguido y encendiendo aún más la plaza, el nuevo Papa, que tiene pasaporte peruano porque no sólo fue allí misionero, sino también obispo, durante veinte años, siguió hablando español, su segunda lengua.

“Y si me permiten también, una palabra, un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo”, dijo, enloqueciendo a los miles de latinoamericanos presentes, entre los cuales muchísimos argentinos con banderas.

El recién elegido Papa León XIV, el estadounidense Robert Prevost, aparece en el balcón de la Basílica de San Pedro del Vaticano tras el Cónclave Papal, el 8 de mayo de 2025

“A todos ustedes, hermanos y hermanas de Roma, de Italia y de todo el mundo, queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cerca especialmente de aquellos que sufren”, continuó, sin dejar duda alguna que su elección fue la gran apuesta de aquellos cardenales que buscaban a alguien que siguiera los pasos de Francisco.

León XIV, que demostró ser otro devoto de la Virgen, terminó recordando que “hoy es el día de la Virgen de Pompeya”. “Nuestra Madre María quiere siempre caminar con nosotros, estar cerca, ayudarnos con su intercesión y su amor. Entonces quisiera rezar junto a ustedes. Recemos juntos por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz en el mundo y le pedimos esta gracia especial a María, nuestra Madre”, dijo, al pronunciar luego, junto a las miles de personas de la Plaza, el Ave María.

Entonces la plaza volvió a vibrar y muchos sintieron un escalofrío similar a cuando el 13 de marzo de 2013 Francisco, junto miles de personas, hizo rezar un Padre Nuestro.

Finalmente, impartió su primera bendición “urbi et orbi”, a la ciudad y al mundo, visiblemente emocionado, pero sin quebrarse.

Primera fumata negra

La jornada, la segunda del cónclave que comenzó el miércoles por la tarde, había comenzado con una fumata negra, que salió de la chimenea de la Capilla Sixtina, bajo los reflectores de todo el mundo, a las 11.51 locales. Se trataba de la segunda fumata negra, después de la salida poco después de las nueve de la noche del miércoles, tras el primer escrutinio.

La fumata blanca

Aunque habrá tiempo para tratar de saber qué pasó ya que se trata de una votación secreta, evidentemente después del primer escrutinio, el miércoles a la noche, los cardenales se dieron cuenta de que el gran favorito, el cardenal Parolin, secretario de Estado de Francisco, no tenía ese paquete de voto tan consistente, como decía la prensa italiana, que también en 2013 había hecho campaña y operado en favor del cardenal Angelo Scola, que, como Parolin, “entró papa y salió cardenal”.

El nombre

Parolin, como cardenal-obispo de mayor rango, fue quien dirigió las votaciones y quien apareció en el balcón central de la Basílica de San Pedro, acompañando al nuevo papa. También le tocó a él preguntarle si aceptaba la elección y qué nombre iba tomar. Un nombre León XIV, que es todo un programa.

“La elección del nombre León XIV es una referencia clara a la moderna Doctrina Social de la Iglesia, que comenzó con la Rerum Novarum, la encíclica de León XIII de papa (Gioacchino Vincenzo Raffaele Luigi) Pecci”, explicó minutos antes de las 21 Matteo Bruni, que apareció en la Sala de Prensa para felicitar al nuevo Pontífice. “Es también claramente una referencia no casual a los hombres y a las mujeres y a su trabajo en un tiempo de Inteligencia artificial”, añadió.

Los fieles en San Pedro

En lo que será su debut oficial, este vienes a las 11 locales (6 de la Argentina), el nuevo Papa celebrará su primera misa junto a los cardenales en la Capilla Sixtina. El domingo, en cambio, volverá a aparecer en el balcón central de la Basílica de San Pedro para la oración mariana del Regina Coeli. Y el lunes, en línea también con su antecesor, tendrá una audiencia en el Aula Pablo VI con los 4000 periodistas llegados desde todo el mundo para cubrir un cónclave que resultó, al final, una sorpresa, la última de Francisco.

 El cardenal norteamericano Robert Prevost fue elegido en la cuarta votación; habló en español en su anuncio; el mensaje que dio con la elección de su nombre  LA NACION

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