Las empanadas favoritas del papa Francisco eran argentinas

Las empanadas preferidas del papa Francisco las hacía un argentino y se las enviaba en cajas de cartón blancas al Vaticano, en un operativo casi secreto. Cuando en su celular aparecía la llamada de un número desconocido, Eugenio Chavarría, porteño del barrio de La Boca, sabía que le iban a pedir las favoritas de Francisco: las de carne.
Eran las épocas en que todavía cocinaba en su casa, con su esposa, Marina Ciufoli, italiana, que aprendió la técnica del repulgue y hoy comparte con Eugenio el trabajo en el local número 12 del Mercato de Calvi, a 15 minutos del Vaticano, en el distrito de Monteverde.
Al pedido lo retiraban colaboradores del Vaticano que llegaban vestidos de trajes oscuros, intercambiaban pocas palabras y se llevaban las empanadas humeantes que llegaban calentitas a la Santa Sede.
La relación de Eugenio (67) con el “Papa del fin del mundo” arrancó a través de otro argentino célebre, el padre Carlos Trovarelli, sucesor 120ª de San Francisco de Asís, quien ofició de “puente”. El fraile fue uno de los primeros fanáticos de las empanadas de Eugenio, el emprendedor de Empanadas Roma, que llegó a Italia como exiliado de la dictadura militar y nunca más volvió a la Argentina.
Además de las de carne que pedía Francisco, también elaboran de otros gustos: humita, pollo, verdura, jamón y queso y atún. “Fuimos variando las recetas originales para adaptarlas al gusto italiano. Las de carne llevan menos cebolla; las de pollo las sazonamos con pepperoni, sumamos zanahoria y una salsa agridulce. Y además, ofrecemos de chorizo y brócoli, una combinación muy exitosa por acá”, apunta Eugenio en comunicación telefónica con LA NACION. “Italianizamos las empanadas argentinas”, agrega entre risas.
A su vez, con carne picada que llega desde la zona de la Toscana y queso que contiene mezcla de bechamel casera y espesa, Eugenio y Marina sumaron variantes vegetarianas a la pizarra del mercado, donde también se ofrecen otros clásicos argentinos, como choripán y panchos.
A más de 11.000 kilómetros de Buenos Aires, Empanadas Roma ya se ganó un lugar entre los romanos, que también encuentran yerba, dulce de leche, dulce de batata y variedades de Malbec en el mercado, eje de una movida gastronómica que pica en punta.
Buenos recuerdos
A la hora de buscar anécdotas con el papa Francisco, Eugenio recuerda que durante un encuentro realizado en la plaza del Vaticano para conmemorar un aniversario del golpe militar fue cuando más cerca estuvo de él. “Fue muy emocionante ese homenaje, pero no me animé a contarle que yo era el de las empanadas”, recuerda este exestudiante de Filosofía y Letras y exproductor de TV de la cadena RAI.
Ese día, también compartió el encuentro con Genevieve Jeanningros, la monja amiga del papa que el miércoles de su funeral saltó el protocolo para despedirlo y viralizó su imagen por el mundo. La postal que la muestra junto al féretro de Francisco fue conmovedora.
Si bien los pedidos del Vaticano fueron asiduos, Eugenio siempre cumplió con el requerimiento especial que llegaba desde el corazón de la Capilla Sixtina: “No publicar las fotos del Papa y su caja de empanadas en redes sociales”.
¿Qué hizo entonces? Enmarcó la imagen que todavía lo llena de orgullo y buscó un lugar bien visible en el local del mercado para exhibirla. Según Eugenio, hace un tiempo que los pedidos empezaron a disminuir. Supone que la salud de Francisco, al deteriorarse, exigía dietas especiales.
Sin embargo, la noticia se filtró y empezó a correr de boca en boca. Hoy, además de su propio local, Chavarría provee empanadas a más de 15 bistró romanos. Y esta es la primera vez que publica la foto de sus delicias en manos del Papa, a modo de homenaje.
Las empanadas preferidas del papa Francisco las hacía un argentino y se las enviaba en cajas de cartón blancas al Vaticano, en un operativo casi secreto. Cuando en su celular aparecía la llamada de un número desconocido, Eugenio Chavarría, porteño del barrio de La Boca, sabía que le iban a pedir las favoritas de Francisco: las de carne.
Eran las épocas en que todavía cocinaba en su casa, con su esposa, Marina Ciufoli, italiana, que aprendió la técnica del repulgue y hoy comparte con Eugenio el trabajo en el local número 12 del Mercato de Calvi, a 15 minutos del Vaticano, en el distrito de Monteverde.
Al pedido lo retiraban colaboradores del Vaticano que llegaban vestidos de trajes oscuros, intercambiaban pocas palabras y se llevaban las empanadas humeantes que llegaban calentitas a la Santa Sede.
La relación de Eugenio (67) con el “Papa del fin del mundo” arrancó a través de otro argentino célebre, el padre Carlos Trovarelli, sucesor 120ª de San Francisco de Asís, quien ofició de “puente”. El fraile fue uno de los primeros fanáticos de las empanadas de Eugenio, el emprendedor de Empanadas Roma, que llegó a Italia como exiliado de la dictadura militar y nunca más volvió a la Argentina.
Además de las de carne que pedía Francisco, también elaboran de otros gustos: humita, pollo, verdura, jamón y queso y atún. “Fuimos variando las recetas originales para adaptarlas al gusto italiano. Las de carne llevan menos cebolla; las de pollo las sazonamos con pepperoni, sumamos zanahoria y una salsa agridulce. Y además, ofrecemos de chorizo y brócoli, una combinación muy exitosa por acá”, apunta Eugenio en comunicación telefónica con LA NACION. “Italianizamos las empanadas argentinas”, agrega entre risas.
A su vez, con carne picada que llega desde la zona de la Toscana y queso que contiene mezcla de bechamel casera y espesa, Eugenio y Marina sumaron variantes vegetarianas a la pizarra del mercado, donde también se ofrecen otros clásicos argentinos, como choripán y panchos.
A más de 11.000 kilómetros de Buenos Aires, Empanadas Roma ya se ganó un lugar entre los romanos, que también encuentran yerba, dulce de leche, dulce de batata y variedades de Malbec en el mercado, eje de una movida gastronómica que pica en punta.
Buenos recuerdos
A la hora de buscar anécdotas con el papa Francisco, Eugenio recuerda que durante un encuentro realizado en la plaza del Vaticano para conmemorar un aniversario del golpe militar fue cuando más cerca estuvo de él. “Fue muy emocionante ese homenaje, pero no me animé a contarle que yo era el de las empanadas”, recuerda este exestudiante de Filosofía y Letras y exproductor de TV de la cadena RAI.
Ese día, también compartió el encuentro con Genevieve Jeanningros, la monja amiga del papa que el miércoles de su funeral saltó el protocolo para despedirlo y viralizó su imagen por el mundo. La postal que la muestra junto al féretro de Francisco fue conmovedora.
Si bien los pedidos del Vaticano fueron asiduos, Eugenio siempre cumplió con el requerimiento especial que llegaba desde el corazón de la Capilla Sixtina: “No publicar las fotos del Papa y su caja de empanadas en redes sociales”.
¿Qué hizo entonces? Enmarcó la imagen que todavía lo llena de orgullo y buscó un lugar bien visible en el local del mercado para exhibirla. Según Eugenio, hace un tiempo que los pedidos empezaron a disminuir. Supone que la salud de Francisco, al deteriorarse, exigía dietas especiales.
Sin embargo, la noticia se filtró y empezó a correr de boca en boca. Hoy, además de su propio local, Chavarría provee empanadas a más de 15 bistró romanos. Y esta es la primera vez que publica la foto de sus delicias en manos del Papa, a modo de homenaje.
Eugenio Chavarría, porteño de La Boca radicado en Italia, mandaba una docena de carne en cajas de cartón LA NACION