Es guatemalteco, EE.UU. lo rechazó por un tatuaje y ahora su esposa demanda a Trump: “No es pandillero”

Santos Maudilio Saucedo Rivas, un migrante de Guatemala que vivía con su pareja en Tennessee, salió de Estados Unidos con un objetivo claro: completar un trámite migratorio para conseguir la residencia permanente. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (Uscis por sus siglas en inglés) había aprobado su viaje, pero cuando intentó regresar, le cerraron las puertas por un tatuaje que vincularon con una organización criminal. Su esposa, ciudadana de EE.UU., ahora demanda al gobierno y asegura: “No es pandillero”.
Un viaje legal, una acusación sin pruebas y una pareja separada
Saucedo Rivas, de Guatemala, llegó a Estados Unidos en 2006. Se instaló en Tennessee, donde 11 años después se casó con Daisy Rodríguez, una ciudadana estadounidense con quien abrió un restaurante familiar, según indica American Inmigration Council. En 2022, viajó a su país de origen para avanzar con su trámite de residencia permanente. En lugar de avanzar, todo se vino abajo.
Durante una serie de entrevistas en la Embajada estadounidense en Ciudad de Guatemala, funcionarios de Uscis lo interrogaron sobre un tatuaje. Se enfocaron en las letras “BA” que llevaba grabadas en su piel, que de acuerdo a su esposa tenían relación con un apodo personal “Bau”, pero que los agentes relacionaron con la pandilla Barrio Azteca, una organización criminal vinculada al narcotráfico en la frontera con México.
Por este motivo, le negaron la residencia en EE.UU. y el derecho a regresar a su casa en Tennessee. Quedó varado en Guatemala, lejos de su esposa, su trabajo y la vida que construyó durante años.
“La Embajada de Estados Unidos intimidó y prejuzgó al Sr. Saucedo Rivas, diciéndole que parecía un delincuente y negándose a considerar seriamente las pruebas que demostraban su inocencia”, declaró Eric Lee, presidente y director ejecutivo del Proyecto de Responsabilidad Consular y asesor legal del migrante.
Varado en Guatemala: la demanda contra el gobierno de EE.UU. que le impidió regresar
Saucedo Rivas quedó varado en Guatemala, sospechoso de pertenecer a una organización criminal. Su esposa, Daisy Rodríguez, presentó una demanda contra el gobierno de Estados Unidos en la que lo acusa de violar su derecho a mantener contacto con su marido y de destrozar su familia sin una justificación válida.
“Mi esposo, Santos, mi compañero de vida durante más de 14 años, ha sido acusado injustamente de ser ‘miembro de una organización criminal’“, expresó la mujer, quien remarcó que sus asesores legales presentaron, a su criterio, ”pruebas contundentes” que “demuestran” que la acusación contra el migrante no tiene sustento. “No es pandillero”, afirmó la demandante, quien agregó que Santos “es un buen hombre, un excelente esposo y el alma de nuestro restaurante familiar”.
“El pueblo estadounidense quiere la migración legal, pero seguimos el proceso legal y nunca tuvimos una oportunidad justa”, se quejó.
La demanda que presentó en Tennessee describe un proceso tenso y agresivo. Según la causa, los funcionarios consulares no solo acusaron a Saucedo Rivas sin pruebas, también lo trataron como si fuera un delincuente.
De acuerdo con los documentos judiciales, los agentes consulares le dijeron que parecía un convicto, lo acusaron de mentir y rechazaron sus explicaciones. “No le brindaron el debido proceso desde el inicio”, denunció su abogado.
Según la presentación judicial, el gobierno violó sus propias reglas al ignorar pruebas nuevas presentadas dentro del plazo que establece la ley.
Santos Maudilio Saucedo Rivas, un migrante de Guatemala que vivía con su pareja en Tennessee, salió de Estados Unidos con un objetivo claro: completar un trámite migratorio para conseguir la residencia permanente. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (Uscis por sus siglas en inglés) había aprobado su viaje, pero cuando intentó regresar, le cerraron las puertas por un tatuaje que vincularon con una organización criminal. Su esposa, ciudadana de EE.UU., ahora demanda al gobierno y asegura: “No es pandillero”.
Un viaje legal, una acusación sin pruebas y una pareja separada
Saucedo Rivas, de Guatemala, llegó a Estados Unidos en 2006. Se instaló en Tennessee, donde 11 años después se casó con Daisy Rodríguez, una ciudadana estadounidense con quien abrió un restaurante familiar, según indica American Inmigration Council. En 2022, viajó a su país de origen para avanzar con su trámite de residencia permanente. En lugar de avanzar, todo se vino abajo.
Durante una serie de entrevistas en la Embajada estadounidense en Ciudad de Guatemala, funcionarios de Uscis lo interrogaron sobre un tatuaje. Se enfocaron en las letras “BA” que llevaba grabadas en su piel, que de acuerdo a su esposa tenían relación con un apodo personal “Bau”, pero que los agentes relacionaron con la pandilla Barrio Azteca, una organización criminal vinculada al narcotráfico en la frontera con México.
Por este motivo, le negaron la residencia en EE.UU. y el derecho a regresar a su casa en Tennessee. Quedó varado en Guatemala, lejos de su esposa, su trabajo y la vida que construyó durante años.
“La Embajada de Estados Unidos intimidó y prejuzgó al Sr. Saucedo Rivas, diciéndole que parecía un delincuente y negándose a considerar seriamente las pruebas que demostraban su inocencia”, declaró Eric Lee, presidente y director ejecutivo del Proyecto de Responsabilidad Consular y asesor legal del migrante.
Varado en Guatemala: la demanda contra el gobierno de EE.UU. que le impidió regresar
Saucedo Rivas quedó varado en Guatemala, sospechoso de pertenecer a una organización criminal. Su esposa, Daisy Rodríguez, presentó una demanda contra el gobierno de Estados Unidos en la que lo acusa de violar su derecho a mantener contacto con su marido y de destrozar su familia sin una justificación válida.
“Mi esposo, Santos, mi compañero de vida durante más de 14 años, ha sido acusado injustamente de ser ‘miembro de una organización criminal’“, expresó la mujer, quien remarcó que sus asesores legales presentaron, a su criterio, ”pruebas contundentes” que “demuestran” que la acusación contra el migrante no tiene sustento. “No es pandillero”, afirmó la demandante, quien agregó que Santos “es un buen hombre, un excelente esposo y el alma de nuestro restaurante familiar”.
“El pueblo estadounidense quiere la migración legal, pero seguimos el proceso legal y nunca tuvimos una oportunidad justa”, se quejó.
La demanda que presentó en Tennessee describe un proceso tenso y agresivo. Según la causa, los funcionarios consulares no solo acusaron a Saucedo Rivas sin pruebas, también lo trataron como si fuera un delincuente.
De acuerdo con los documentos judiciales, los agentes consulares le dijeron que parecía un convicto, lo acusaron de mentir y rechazaron sus explicaciones. “No le brindaron el debido proceso desde el inicio”, denunció su abogado.
Según la presentación judicial, el gobierno violó sus propias reglas al ignorar pruebas nuevas presentadas dentro del plazo que establece la ley.
Su esposa asegura que fue acusado injustamente y que los agentes de migración ignoraron las pruebas que presentaron en su favor; su caso LA NACION