El Gobierno generó en marzo $5 billones de deuda que quedaron “bajo la alfombra”

El Gobierno generó en marzo poco más de $5 billones de nueva deuda que, se podría decir, quedaron “bajo la alfombra”.
Lo hizo a través del esquema de capitalización de intereses que diseñó para poder mostrar números fiscales superavitarios plenos, tras varios años de millonarios déficits, en un razonable intento por recuperar la credibilidad crediticia que el país perdió, alejándose del acceso a los mercados globales de financiamiento voluntario.
El dato surge del informe sobre las operaciones de deuda pública que mes a mes publica la Oficina de Presupuesto del Congreso. Allí figura que, por primera vez en la gestión Milei, los intereses incorporados a la deuda emitida en Letras y Bonos Capitalizables (Lecap y Boncap) superaron esa frontera, al alcanzar ese costo acumulado los $5.086.983 millones durante el mes anterior.
“Dicho monto es el que figura en el sistema de Gestión y Análisis de la Deuda, que incluye la capitalización de los títulos colocados en marzo desde la fecha de emisión del instrumento hasta la fecha de colocación. Por esta razón, el monto de las colocaciones de títulos que capitalizan refleja únicamente los vencimientos nominales”, aclara el estudio oficial.
“Hoy, por cada $1 de intereses de la deuda en pesos que se paga (y se refleja en el cálculo del resultado fiscal) hay $147 que se capitalizan y pasan por `debajo de la línea`”, hizo notar al respecto el economista Nicolás Gadano, mediante un posteo en la red X.
“Quedan fuera del cálculo fiscal porque no se pagan en efectivo, pero no quedan fuera del cálculo total dado que se suman al cálculo de la deuda”, explicó al respecto en su momento al contestar por esa misma vía preguntas de usuarios sobre este tipo de contabilidad el Secretario de Finanzas, Pablo Quirno.
Dicho seguimiento destaca que, en marzo, el stock de la deuda pública pagadera en pesos ascendió a $234.269.655 millones, “lo que representó un aumento de 1,8% con respecto al cierre de febrero”, aun cuando el Tesoro canceló intereses de deuda en pesos por $34.612 millones y pagó amortizaciones de capital por $14.974.703 millones en total.
Eso lo hizo -en parte- con nuevo endeudamiento por $9.624.406 millones, de los cuales $8.242.506 millones fueron captados mediante licitaciones.
De esta manera, los servicios de deuda para el período abril a diciembre de 2025 en moneda local se estiman en $110.784.073 millones, con fuerte concentración en el bimestre mayo-junio (casi $30 billones) y en diciembre (18,5 billones). Parte de ese murallón más inmediato se creó porque, en los últimos dos meses, en medio de la incertidumbre cambiaria, bajó sensiblemente el plazo promedio de los títulos colocados.
De hecho, en marzo el plazo promedio fue de apenas 81 días, cuando había llegado, por caso, a 518 días a comienzos del presente año.
Hay que recordar que los intereses de deuda “capitalizados” representan un gasto comprometido que no figura en el resultado financiero reportado, que en marzo fue positivo en $398.909 millones, “producto de un resultado primario de $745.339 millones, y de un pago de intereses de deuda pública neto de los intra-sector público por $346.430 millones”, según lo detallado oportunamente semanas atrás por el Ministerio de Economía.
Por eso, para el analista financiero Cristhian Buteler, es importante seguir la evolución que va tomando la capitalización de intereses “por la magnitud que estos compromisos asumidos han tomado en este último año”.
“La capitalización de intereses no desaparece; simplemente cambia su ubicación contable, pasando a engrosar el stock de deuda pública. Esto no quiere decir que el Gobierno, al presentar sus resultados financieros, incurra en una distorsión deliberada ni invalida sus logros fiscales, pero debe ser tomado en cuenta por los analistas e inversores que evalúan la salud fiscal del país“, sostuvo en una nota que publicó al respecto ya meses atrás.
En la evaluación oficial, la dimensión que ha tomado esta deuda acumulada por la capitalización de una parte de la deuda en pesos no inquieta.
El Gobierno generó en marzo poco más de $5 billones de nueva deuda que, se podría decir, quedaron “bajo la alfombra”.
Lo hizo a través del esquema de capitalización de intereses que diseñó para poder mostrar números fiscales superavitarios plenos, tras varios años de millonarios déficits, en un razonable intento por recuperar la credibilidad crediticia que el país perdió, alejándose del acceso a los mercados globales de financiamiento voluntario.
El dato surge del informe sobre las operaciones de deuda pública que mes a mes publica la Oficina de Presupuesto del Congreso. Allí figura que, por primera vez en la gestión Milei, los intereses incorporados a la deuda emitida en Letras y Bonos Capitalizables (Lecap y Boncap) superaron esa frontera, al alcanzar ese costo acumulado los $5.086.983 millones durante el mes anterior.
“Dicho monto es el que figura en el sistema de Gestión y Análisis de la Deuda, que incluye la capitalización de los títulos colocados en marzo desde la fecha de emisión del instrumento hasta la fecha de colocación. Por esta razón, el monto de las colocaciones de títulos que capitalizan refleja únicamente los vencimientos nominales”, aclara el estudio oficial.
“Hoy, por cada $1 de intereses de la deuda en pesos que se paga (y se refleja en el cálculo del resultado fiscal) hay $147 que se capitalizan y pasan por `debajo de la línea`”, hizo notar al respecto el economista Nicolás Gadano, mediante un posteo en la red X.
“Quedan fuera del cálculo fiscal porque no se pagan en efectivo, pero no quedan fuera del cálculo total dado que se suman al cálculo de la deuda”, explicó al respecto en su momento al contestar por esa misma vía preguntas de usuarios sobre este tipo de contabilidad el Secretario de Finanzas, Pablo Quirno.
Dicho seguimiento destaca que, en marzo, el stock de la deuda pública pagadera en pesos ascendió a $234.269.655 millones, “lo que representó un aumento de 1,8% con respecto al cierre de febrero”, aun cuando el Tesoro canceló intereses de deuda en pesos por $34.612 millones y pagó amortizaciones de capital por $14.974.703 millones en total.
Eso lo hizo -en parte- con nuevo endeudamiento por $9.624.406 millones, de los cuales $8.242.506 millones fueron captados mediante licitaciones.
De esta manera, los servicios de deuda para el período abril a diciembre de 2025 en moneda local se estiman en $110.784.073 millones, con fuerte concentración en el bimestre mayo-junio (casi $30 billones) y en diciembre (18,5 billones). Parte de ese murallón más inmediato se creó porque, en los últimos dos meses, en medio de la incertidumbre cambiaria, bajó sensiblemente el plazo promedio de los títulos colocados.
De hecho, en marzo el plazo promedio fue de apenas 81 días, cuando había llegado, por caso, a 518 días a comienzos del presente año.
Hay que recordar que los intereses de deuda “capitalizados” representan un gasto comprometido que no figura en el resultado financiero reportado, que en marzo fue positivo en $398.909 millones, “producto de un resultado primario de $745.339 millones, y de un pago de intereses de deuda pública neto de los intra-sector público por $346.430 millones”, según lo detallado oportunamente semanas atrás por el Ministerio de Economía.
Por eso, para el analista financiero Cristhian Buteler, es importante seguir la evolución que va tomando la capitalización de intereses “por la magnitud que estos compromisos asumidos han tomado en este último año”.
“La capitalización de intereses no desaparece; simplemente cambia su ubicación contable, pasando a engrosar el stock de deuda pública. Esto no quiere decir que el Gobierno, al presentar sus resultados financieros, incurra en una distorsión deliberada ni invalida sus logros fiscales, pero debe ser tomado en cuenta por los analistas e inversores que evalúan la salud fiscal del país“, sostuvo en una nota que publicó al respecto ya meses atrás.
En la evaluación oficial, la dimensión que ha tomado esta deuda acumulada por la capitalización de una parte de la deuda en pesos no inquieta.
Es por el esquema de capitalización de intereses al que recurrió desde el comienzo de su gestión para poder mostrar resultados fiscales netos superavitarios LA NACION