Una cámara submarina filmó a un extraño tiburón que vive en el fondo del océano

Un tiburón casi desconocido para la ciencia fue captado por primera vez en su hábitat natural, a más de 500 metros de profundidad. La criatura en cuestión no es un depredador de grandes dimensiones, sino un escurridizo tiburón de oleaje pintado (Cephaloscyllium pictum), perteneciente al grupo de los tiburones gato.
El registro fue realizado gracias a cámaras submarinas de bajo costo, diseñadas para soportar la presión de las profundidades oceánicas y captar imágenes en alta resolución. El hallazgo ocurrió en Timor-Leste, un país insular ubicado en el sudeste asiático, durante una expedición que tenía como objetivo estudiar los ecosistemas marinos profundos de la región.
Hasta ahora, la existencia de este tiburón solo se conocía gracias a ejemplares aislados que habían aparecido en mercados de pescado en Lombok y Bali, Indonesia. Sin embargo, nunca antes se había logrado observarlo en vivo en su ambiente natural. Según los investigadores, este descubrimiento no solo representa un avance en el conocimiento científico, sino que también amplía el área de distribución conocida de la especie en aproximadamente 1100 kilómetros.
El tiburón de oleaje pintado debe su curioso nombre a su particular capacidad defensiva, ya que cuando se siente amenazado puede tragar agua y expandirse hasta duplicar su tamaño, una estrategia que le permite disuadir a posibles depredadores en las profundidades, donde las opciones de escape son limitadas.
El video fue grabado a profundidades de entre 536 y 570 metros y mostró a una hembra interactuando con el cebo dispuesto por los investigadores. De acuerdo a los reportes científicos, el tiburón regresó varias veces a la cámara, permitiendo obtener registros únicos de su comportamiento, del cual hasta ahora se conocía muy poco.
El estudio, publicado recientemente, destaca la importancia de las nuevas tecnologías en la exploración de los océanos. Las cámaras utilizadas, desarrolladas en el Laboratorio de Tecnología de Exploración de la National Geographic Society, ofrecen video 4K de alta resolución y son capaces de operar hasta a 6.000 metros de profundidad. Esto representa una revolución en términos de costos y posibilidades de investigación, facilitando el estudio de especies poco accesibles antes de que puedan extinguirse sin siquiera haber sido documentadas.
“La aparición de estos tiburones en mercados de pescado nos daba muy poca información ecológica”, explicó el biólogo marino Louw Claassens en declaraciones al medio Mongabay. “Este tipo de grabaciones son vitales para entender sus comportamientos y necesidades”, agregó.
Este hallazgo ganó gran popularidad en redes sociales al ser compartido por los científicos a cargo de la investigación, quienes esperan que las autoridades locales les permitan seguir conociendo más detalles de la fauna marina. “Este primer vistazo nos permite despertar el interés y, con suerte, argumentar que se necesita más investigación y exploración. Aún queda mucho por aprender sobre el océano”, afirmó Claassens.
Por último, el investigador remarcó que estos estudios pudieron realizarse a bajo costo y sin intervenir de una forma dañina el fondo marino. “Lo que me gusta de este proyecto es que pudimos llevarlo a cabo con un presupuesto muy reducido. ¡Y nos sumergimos en las profundidades de Timor por primera vez! Para un país menos desarrollado, uno de los países más jóvenes del mundo, esto es bastante grande“, cerró el científico.
Un tiburón casi desconocido para la ciencia fue captado por primera vez en su hábitat natural, a más de 500 metros de profundidad. La criatura en cuestión no es un depredador de grandes dimensiones, sino un escurridizo tiburón de oleaje pintado (Cephaloscyllium pictum), perteneciente al grupo de los tiburones gato.
El registro fue realizado gracias a cámaras submarinas de bajo costo, diseñadas para soportar la presión de las profundidades oceánicas y captar imágenes en alta resolución. El hallazgo ocurrió en Timor-Leste, un país insular ubicado en el sudeste asiático, durante una expedición que tenía como objetivo estudiar los ecosistemas marinos profundos de la región.
Hasta ahora, la existencia de este tiburón solo se conocía gracias a ejemplares aislados que habían aparecido en mercados de pescado en Lombok y Bali, Indonesia. Sin embargo, nunca antes se había logrado observarlo en vivo en su ambiente natural. Según los investigadores, este descubrimiento no solo representa un avance en el conocimiento científico, sino que también amplía el área de distribución conocida de la especie en aproximadamente 1100 kilómetros.
El tiburón de oleaje pintado debe su curioso nombre a su particular capacidad defensiva, ya que cuando se siente amenazado puede tragar agua y expandirse hasta duplicar su tamaño, una estrategia que le permite disuadir a posibles depredadores en las profundidades, donde las opciones de escape son limitadas.
El video fue grabado a profundidades de entre 536 y 570 metros y mostró a una hembra interactuando con el cebo dispuesto por los investigadores. De acuerdo a los reportes científicos, el tiburón regresó varias veces a la cámara, permitiendo obtener registros únicos de su comportamiento, del cual hasta ahora se conocía muy poco.
El estudio, publicado recientemente, destaca la importancia de las nuevas tecnologías en la exploración de los océanos. Las cámaras utilizadas, desarrolladas en el Laboratorio de Tecnología de Exploración de la National Geographic Society, ofrecen video 4K de alta resolución y son capaces de operar hasta a 6.000 metros de profundidad. Esto representa una revolución en términos de costos y posibilidades de investigación, facilitando el estudio de especies poco accesibles antes de que puedan extinguirse sin siquiera haber sido documentadas.
“La aparición de estos tiburones en mercados de pescado nos daba muy poca información ecológica”, explicó el biólogo marino Louw Claassens en declaraciones al medio Mongabay. “Este tipo de grabaciones son vitales para entender sus comportamientos y necesidades”, agregó.
Este hallazgo ganó gran popularidad en redes sociales al ser compartido por los científicos a cargo de la investigación, quienes esperan que las autoridades locales les permitan seguir conociendo más detalles de la fauna marina. “Este primer vistazo nos permite despertar el interés y, con suerte, argumentar que se necesita más investigación y exploración. Aún queda mucho por aprender sobre el océano”, afirmó Claassens.
Por último, el investigador remarcó que estos estudios pudieron realizarse a bajo costo y sin intervenir de una forma dañina el fondo marino. “Lo que me gusta de este proyecto es que pudimos llevarlo a cabo con un presupuesto muy reducido. ¡Y nos sumergimos en las profundidades de Timor por primera vez! Para un país menos desarrollado, uno de los países más jóvenes del mundo, esto es bastante grande“, cerró el científico.
El hallazgo fue posible gracias a nuevas tecnologías de exploración marina; el espécimen hasta el momento no había podido ser captado en su hábitat natural LA NACION