Este sábado 12 de abril hay Luna llena, la fase lunar por la cual se ve por completo el satélite natural. En lo esotérico, se considera que es un tiempo ideal para hacer rituales que permitan cerrar ciclos, soltar lo que ya no sirve y recargar energías.
Esta ocasión es especial porque se trata de la “Luna Rosa”. Aunque el astro no tome esta tonalidad peculiar, se la conoce de esa forma por las costumbres de las tribus norteamericanas, que median el tiempo según los ciclos lunares. En el caso de plenilunio de abril, su nombre hace referencia a la aparición de flores silvestre llamadas phlox, las cuales se caracterizan por su tonalidad rosada. Estas florecen durante esta época del año, que coincide con el comienzo de la primavera en el hemisferio norte. Energéticamente, se cree que la Luna está cargada de fuerza transformadora y de apertura emocional.
A continuación, algunos rituales para aprovechar la energía de la Luna Rosa.
Ritual de liberación con fuego
Como ya se mencionó, la Luna llena sirve para soltar lo que ya no le sirve, ya sean miedos, enojos, bloqueos, hábitos repetitivos o vínculos que ya cumplieron su función. El fuego simboliza la transformación de la energía, por que se considera que lo que se quema no se destruye, se transmuta. Este rito es un acto poderoso de cierre de ciclo.
Para este rito, se necesita papel, algo para escribir, un recipiente resistente al fuego y fósforos o un encendedor. Este es el procedimiento que se debe seguir para hacer un ritual de liberación con fuego:
- Buscar un lugar tranquilo y tener un momento de silencio. Respirar profundo.
- Escribir en un papel todo lo que se desea dejar atrás. Pueden ser nombres, emociones, situaciones o frases.
- Salir al exterior o acercarse a una ventana y, bajo la Luna llena, leer el papel en voz alta. Poner intención y emoción en cada una de ellas.
- Encender el papel en un recipiente resistente al fuego.
- Mirar cómo se consume e imaginar que esa energía se libera.
- Agradecer con una frase breve. Por ejemplo: “Gracias por lo vivido. Elijo soltarlo con amor”.
- Cuando las cenizas estén frías, devuélvalas a la tierra o al viento.
Baño de purificación con sal y lavanda
El plenilunio es un buen momento para hacer una limpieza energética profunda. El baño permite limpiar la mente y el cuerpo, además de renovar el aura después de haber atravesado situaciones densas o muy emocionales. Se recomienda esta práctica para combatir el agotamiento, eliminar energías ajenas y empezar un nuevo ciclo con su energía en orden.
Hace falta sal gruesa ―actúa como purificador―, flores secas de lavanda o aceite esencial ―aporta calma, equilibrio y claridad mental― y agua tibia. Así se hace un baño de purificación:
- Llenar la bañera o un recipiente con agua tibia.
- Agregar un puñado de sal y algunas flores secas o unas gotas de lavanda.
- Sumergirse en el agua, respirar profundo y visualizar cómo todas las tensiones se disuelven.
- Mientras se baña, se puede repetir una frase como: “Limpio mi cuerpo, mi mente y mi espíritu de toda energía que no es mía”.
- Al salir, no se enjuague; dejar que la sal actúe un rato más. Luego, secarse suavemente.
Carga de cristales y objetos energéticos
Las piedras, amuletos, cartas y péndulos pueden acumular energía. Esta fase lunar se puede aprovechar para limpiar este tipo de elementos y recargarlos. Además, este ritual permite entrar de nuevo en sintonía con uno mismo y sus objetivos. Es un proceso muy simple, puesto que solo hace falta una bandeja o un paño blanco.
A continuación, el paso a paso para hacer una carga de cristales y objetos energéticos:
- Lavar los elemento con agua y un poco de sal.
- Colocar los objetos sobre la bandeja o el paño. Mientras tanto, pensar en lo que se desea sostener con estos objetos, que puede ser protección, claridad, energía, amor, entre otras cosas.
- Dejarlos toda la noche a la luz de la Luna, sea en el balcón, jardín o cerca de una ventana.
- Al día siguiente, agradecer por la renovación y guardarlos en un lugar donde se puedan tener cerca a diario.
Este sábado 12 de abril hay Luna llena, la fase lunar por la cual se ve por completo el satélite natural. En lo esotérico, se considera que es un tiempo ideal para hacer rituales que permitan cerrar ciclos, soltar lo que ya no sirve y recargar energías.
Esta ocasión es especial porque se trata de la “Luna Rosa”. Aunque el astro no tome esta tonalidad peculiar, se la conoce de esa forma por las costumbres de las tribus norteamericanas, que median el tiempo según los ciclos lunares. En el caso de plenilunio de abril, su nombre hace referencia a la aparición de flores silvestre llamadas phlox, las cuales se caracterizan por su tonalidad rosada. Estas florecen durante esta época del año, que coincide con el comienzo de la primavera en el hemisferio norte. Energéticamente, se cree que la Luna está cargada de fuerza transformadora y de apertura emocional.
A continuación, algunos rituales para aprovechar la energía de la Luna Rosa.
Ritual de liberación con fuego
Como ya se mencionó, la Luna llena sirve para soltar lo que ya no le sirve, ya sean miedos, enojos, bloqueos, hábitos repetitivos o vínculos que ya cumplieron su función. El fuego simboliza la transformación de la energía, por que se considera que lo que se quema no se destruye, se transmuta. Este rito es un acto poderoso de cierre de ciclo.
Para este rito, se necesita papel, algo para escribir, un recipiente resistente al fuego y fósforos o un encendedor. Este es el procedimiento que se debe seguir para hacer un ritual de liberación con fuego:
- Buscar un lugar tranquilo y tener un momento de silencio. Respirar profundo.
- Escribir en un papel todo lo que se desea dejar atrás. Pueden ser nombres, emociones, situaciones o frases.
- Salir al exterior o acercarse a una ventana y, bajo la Luna llena, leer el papel en voz alta. Poner intención y emoción en cada una de ellas.
- Encender el papel en un recipiente resistente al fuego.
- Mirar cómo se consume e imaginar que esa energía se libera.
- Agradecer con una frase breve. Por ejemplo: “Gracias por lo vivido. Elijo soltarlo con amor”.
- Cuando las cenizas estén frías, devuélvalas a la tierra o al viento.
Baño de purificación con sal y lavanda
El plenilunio es un buen momento para hacer una limpieza energética profunda. El baño permite limpiar la mente y el cuerpo, además de renovar el aura después de haber atravesado situaciones densas o muy emocionales. Se recomienda esta práctica para combatir el agotamiento, eliminar energías ajenas y empezar un nuevo ciclo con su energía en orden.
Hace falta sal gruesa ―actúa como purificador―, flores secas de lavanda o aceite esencial ―aporta calma, equilibrio y claridad mental― y agua tibia. Así se hace un baño de purificación:
- Llenar la bañera o un recipiente con agua tibia.
- Agregar un puñado de sal y algunas flores secas o unas gotas de lavanda.
- Sumergirse en el agua, respirar profundo y visualizar cómo todas las tensiones se disuelven.
- Mientras se baña, se puede repetir una frase como: “Limpio mi cuerpo, mi mente y mi espíritu de toda energía que no es mía”.
- Al salir, no se enjuague; dejar que la sal actúe un rato más. Luego, secarse suavemente.
Carga de cristales y objetos energéticos
Las piedras, amuletos, cartas y péndulos pueden acumular energía. Esta fase lunar se puede aprovechar para limpiar este tipo de elementos y recargarlos. Además, este ritual permite entrar de nuevo en sintonía con uno mismo y sus objetivos. Es un proceso muy simple, puesto que solo hace falta una bandeja o un paño blanco.
A continuación, el paso a paso para hacer una carga de cristales y objetos energéticos:
- Lavar los elemento con agua y un poco de sal.
- Colocar los objetos sobre la bandeja o el paño. Mientras tanto, pensar en lo que se desea sostener con estos objetos, que puede ser protección, claridad, energía, amor, entre otras cosas.
- Dejarlos toda la noche a la luz de la Luna, sea en el balcón, jardín o cerca de una ventana.
- Al día siguiente, agradecer por la renovación y guardarlos en un lugar donde se puedan tener cerca a diario.
La fase llena que ocurre en el cuarto mes del año está cargada de fuerza transformadora y de apertura emocional que se puede aprovechar con algunos ritos LA NACION
