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Horacio Pagani contó que fue estafado y le robaron $1.850.000: “No pude dormir esa noche, fue mucha plata”

En febrero, el periodista Horacio Pagani protagonizó un divertido momento televisivo cuando se enteró en vivo que había ganado $240.000 en la lotería. Sin embargo, este lunes, en radio, contó una fea experiencia que vivió en la calle el fin de semana: fue estafado por un grupo de personas que se hicieron pasar por mecánicos y que le sacaron $1.850.000. “No pude dormir esa noche, fue mucha plata”, reconoció.

Me estafaron”, reconoció Pagani tras una pregunta del periodista Marcelo Bonelli en Radio Mitre. “Fue una ‘pyme’ de estafadores”, ironizó y señaló que eran al menos nueve personas. “Me fui de acá de forma urgente por la calle Jean Jaurès y cuando llegué a Bartolomé Mitre, un tipo que cruzaba la calle me señaló y me dijo: ‘Guarda la rueda derecha’. Entonces, seguí una cuadra más, no le di bola. Pero cuando llegué a la esquina de Rivadavia, otra persona me dijo: ‘La rueda derecha’. Y cuando le pregunté qué le pasaba, me dijo que se movía”.

El periodista deportivo de 81 años aseguró que no había sentido ningún movimiento extraño en su vehículo, pero que tras la sucesión de advertencias de extraños, decidió parar y orillarse. “Me asusté un poco”, confesó y detalló que en ese instante se le acercó un mecánico para ayudarlo: “Yo no entendía qué tenía la rueda. Metió la mano por atrás de la rueda y sacó un bulón lleno de grasa. ‘Uhhh’, dijo, y yo también. Después vino otro, eran de nacionalidad boliviana, y empezaron a laburar ahí abajo”.

Horacio Pagani:

En ese momento, Pagani cuenta que veía que se “movía el volante para un lado y para el otro” y que entonces le dijeron que a la vuelta había una casa de repuestos y que ellos trabajaban en un taller a una cuadra. “Podemos ir a ver”, le dijeron. Unos minutos después “uno de los dos se fue, y llamó por teléfono diciendo que venía con el dueño de la casa de repuestos”.

A plena luz del día y en mitad de la calle las opciones parecían pocas, a sabiendas de que Pagani insistió en que estaba apurado y quería solucionar rápido el problema. “Vinieron dos más y me recomendaron que tenía que decir que yo me atendía en el taller de ellos, ‘en el taller de los bolivianos’. Yo como un boludo empecé a decir todo lo que me decían, ¿qué voy a hacer?”, se lamentó.

Tras ello, le trajeron un repuesto “flamante y envuelto”. “¿Cuánto vale todo esto?”, preguntó. “Dos millones y medio de pesos”, le respondieron. Según recordó, su primera reacción fue pensar en dejar el auto allí y seguir su camino o pedir un taxi. Pero se quedó. “Como lo había dejado justo en una salida de un auto, empecé a dudar porque capaz que justo venía el dueño y quería meter el auto. Mientras, ya habían empezado a moverse y a laburar”, narró.

Sin mucho margen, los supuestos mecánicos le instalaron el repuesto nuevo, pero Pagani les advirtió que no contaba con esa suma de dinero y recordó que les pidió que le hicieran factura A. Ante esto, los estafadores bajaron el precio a $2.000.000. “Ahí justo apareció uno de los de adelante, con un caño todo reventado, sucio y lleno de grasa, que supuestamente era lo que sacaron y me dijo que si le dejaba las partes viejas me bajaba a $1.700.00. Vivo, porteño, le dije ‘te doy un palo y seis’”, dijo entre risas con sus compañeros en el estudio de radio.

Horacio Pagani en la redacción de LA NACION

Pero por si no fuera poco, el supuesto mecánico que le instaló el repuesto le insistió en que le pague la mano de obra. “250.00 mangos me pidió”, criticó y siguió: “Me pasó un alias y el banco, más vivos que yo, rebotó la transferencia. Y como este se demoraba mucho, los compañeros lo empezaron a llamar”.

Al final le mandó la plata al mismo que había transferido previamente, para que luego el mecánico le reclame el cobro. “Le sacó una foto a mi teléfono para reclamarle al otro de la plata. Después, cuando fui a un mecánico amigo, me dijo que no me hicieron nada. ‘Te pusieron grasa en el que tenías y no te hicieron nada. Esto no se rompe nunca’, me explicó. No pude dormir esa noche, fue mucha plata”, se lamentó.

A pesar del mal trago, Pagani aseguró que realizó la denuncia pertinente y que presentó toda la información que tenía sobre estas personas, entre ellas, un número de teléfono del cual le atendieron al menos dos veces.

La estafa que sufrió Guillermo Salatino

El pasado 25 de febrero, otro reconocido periodista deportivo también fue víctima de una estafa aunque con otra modalidad. Se trata de Guillermo Salatino, a quien le hackearon las cuentas de sus bancos por medio de una llamada. Sin embargo, al cabo de dos semanas pudo recuperar la totalidad de lo perdido.

“Caí como un gil. Estoy indignado”, se lamentó en ese momento. El periodista deportivo de 79 años había contado que le robaron todo el dinero de su cuenta de jubilado y que los estafadores pidieron a su nombre un crédito en el Banco Nación por $4.000.000, luego de que les diera información que les permitió entrar en sus cuentas bancarias.

“Hoy caí yo. Me creía un vivo, que no soy un nene de departamento, que soy un tipo que anduvo por la calle, que jugó a la pelota y que cree que se las sabe todas. Caí como un chorlito. Lamentablemente”, relató indignado Salata sobre el caso que lo tuvo a mal traer.

Vi un aviso en Instagram donde decía que la petrolera argentina (YPF) iba a hacer un descuento del 30% para los jubilados que fueran a cargar nafta, y había un teléfono… Llamé por teléfono y empecé a dar datos que uno normalmente da: el DNI, el CUIL, la edad. Y de pronto me di cuenta de que me hacían preguntas que me llamaron la atención”, recordó el periodista especializado en tenis.

Guillermo Salatino en el Buenos Aires Lawn Tennis Club

Según narró Salatino, habrían accedido a su smartphone y así consiguieron entrar en tres de sus cuatro cuentas bancarias. “El tipo como que sabía demasiado, porque me consultó sobre una cuenta de banco, y fui dándome cuenta de que me estaba sacando información”, dijo y añadió: “Caí yo solito, me metí solo en la trampa”.

“Tengo cuatro cuentas: una de jubilado, una de la facultad donde doy clases y dos de toda la vida, que por una cuestión de fiaca uno no las cierra. En la de jubilado, que antes de ayer me fijé, tenía $500.000 pesos, que es lo normal, pero resulta que cobré el doble y me di cuenta sin querer de que tenía muchísima plata para esa cuenta de jubilado: $1.800.000. No suelo tener esa plata, salvo a principio o fin de mes, cuando llegan las tarjetas”, comentó Salatino, analizando que ese dinero podía haberse juntado con el aumento de las jubilaciones y el aguinaldo.

“Creo que me pincharon el teléfono, porque el tipo tenía las cuatro cuentas. En una no pudieron entrar porque no me acuerdo la contraseña porque la desbloqueo con la huella dactilar, pero en las otras sí. Me indigna la impotencia de haber entrado en esa trampa y ser tan gil. Estoy indignado”, dijo sobre lo sucedido.

Tiempo después realizó un posteo en redes en donde contó que pudo recuperar el dinero robado: “Así como me lamenté porque me estafaron casi 2 millones de pesos, debo agradecer a Horacio Muñiz especialmente, ejecutivo del ICBC, uno de los bancos de dónde me sacaron la plata. Realizó la gestión ante Mercado Libre, que fue a dónde había sido depositada la totalidad del ICBC, y los 1.800.000 del Banco Nación, y recuperó la totalidad del dinero”.

En febrero, el periodista Horacio Pagani protagonizó un divertido momento televisivo cuando se enteró en vivo que había ganado $240.000 en la lotería. Sin embargo, este lunes, en radio, contó una fea experiencia que vivió en la calle el fin de semana: fue estafado por un grupo de personas que se hicieron pasar por mecánicos y que le sacaron $1.850.000. “No pude dormir esa noche, fue mucha plata”, reconoció.

Me estafaron”, reconoció Pagani tras una pregunta del periodista Marcelo Bonelli en Radio Mitre. “Fue una ‘pyme’ de estafadores”, ironizó y señaló que eran al menos nueve personas. “Me fui de acá de forma urgente por la calle Jean Jaurès y cuando llegué a Bartolomé Mitre, un tipo que cruzaba la calle me señaló y me dijo: ‘Guarda la rueda derecha’. Entonces, seguí una cuadra más, no le di bola. Pero cuando llegué a la esquina de Rivadavia, otra persona me dijo: ‘La rueda derecha’. Y cuando le pregunté qué le pasaba, me dijo que se movía”.

El periodista deportivo de 81 años aseguró que no había sentido ningún movimiento extraño en su vehículo, pero que tras la sucesión de advertencias de extraños, decidió parar y orillarse. “Me asusté un poco”, confesó y detalló que en ese instante se le acercó un mecánico para ayudarlo: “Yo no entendía qué tenía la rueda. Metió la mano por atrás de la rueda y sacó un bulón lleno de grasa. ‘Uhhh’, dijo, y yo también. Después vino otro, eran de nacionalidad boliviana, y empezaron a laburar ahí abajo”.

Horacio Pagani:

En ese momento, Pagani cuenta que veía que se “movía el volante para un lado y para el otro” y que entonces le dijeron que a la vuelta había una casa de repuestos y que ellos trabajaban en un taller a una cuadra. “Podemos ir a ver”, le dijeron. Unos minutos después “uno de los dos se fue, y llamó por teléfono diciendo que venía con el dueño de la casa de repuestos”.

A plena luz del día y en mitad de la calle las opciones parecían pocas, a sabiendas de que Pagani insistió en que estaba apurado y quería solucionar rápido el problema. “Vinieron dos más y me recomendaron que tenía que decir que yo me atendía en el taller de ellos, ‘en el taller de los bolivianos’. Yo como un boludo empecé a decir todo lo que me decían, ¿qué voy a hacer?”, se lamentó.

Tras ello, le trajeron un repuesto “flamante y envuelto”. “¿Cuánto vale todo esto?”, preguntó. “Dos millones y medio de pesos”, le respondieron. Según recordó, su primera reacción fue pensar en dejar el auto allí y seguir su camino o pedir un taxi. Pero se quedó. “Como lo había dejado justo en una salida de un auto, empecé a dudar porque capaz que justo venía el dueño y quería meter el auto. Mientras, ya habían empezado a moverse y a laburar”, narró.

Sin mucho margen, los supuestos mecánicos le instalaron el repuesto nuevo, pero Pagani les advirtió que no contaba con esa suma de dinero y recordó que les pidió que le hicieran factura A. Ante esto, los estafadores bajaron el precio a $2.000.000. “Ahí justo apareció uno de los de adelante, con un caño todo reventado, sucio y lleno de grasa, que supuestamente era lo que sacaron y me dijo que si le dejaba las partes viejas me bajaba a $1.700.00. Vivo, porteño, le dije ‘te doy un palo y seis’”, dijo entre risas con sus compañeros en el estudio de radio.

Horacio Pagani en la redacción de LA NACION

Pero por si no fuera poco, el supuesto mecánico que le instaló el repuesto le insistió en que le pague la mano de obra. “250.00 mangos me pidió”, criticó y siguió: “Me pasó un alias y el banco, más vivos que yo, rebotó la transferencia. Y como este se demoraba mucho, los compañeros lo empezaron a llamar”.

Al final le mandó la plata al mismo que había transferido previamente, para que luego el mecánico le reclame el cobro. “Le sacó una foto a mi teléfono para reclamarle al otro de la plata. Después, cuando fui a un mecánico amigo, me dijo que no me hicieron nada. ‘Te pusieron grasa en el que tenías y no te hicieron nada. Esto no se rompe nunca’, me explicó. No pude dormir esa noche, fue mucha plata”, se lamentó.

A pesar del mal trago, Pagani aseguró que realizó la denuncia pertinente y que presentó toda la información que tenía sobre estas personas, entre ellas, un número de teléfono del cual le atendieron al menos dos veces.

La estafa que sufrió Guillermo Salatino

El pasado 25 de febrero, otro reconocido periodista deportivo también fue víctima de una estafa aunque con otra modalidad. Se trata de Guillermo Salatino, a quien le hackearon las cuentas de sus bancos por medio de una llamada. Sin embargo, al cabo de dos semanas pudo recuperar la totalidad de lo perdido.

“Caí como un gil. Estoy indignado”, se lamentó en ese momento. El periodista deportivo de 79 años había contado que le robaron todo el dinero de su cuenta de jubilado y que los estafadores pidieron a su nombre un crédito en el Banco Nación por $4.000.000, luego de que les diera información que les permitió entrar en sus cuentas bancarias.

“Hoy caí yo. Me creía un vivo, que no soy un nene de departamento, que soy un tipo que anduvo por la calle, que jugó a la pelota y que cree que se las sabe todas. Caí como un chorlito. Lamentablemente”, relató indignado Salata sobre el caso que lo tuvo a mal traer.

Vi un aviso en Instagram donde decía que la petrolera argentina (YPF) iba a hacer un descuento del 30% para los jubilados que fueran a cargar nafta, y había un teléfono… Llamé por teléfono y empecé a dar datos que uno normalmente da: el DNI, el CUIL, la edad. Y de pronto me di cuenta de que me hacían preguntas que me llamaron la atención”, recordó el periodista especializado en tenis.

Guillermo Salatino en el Buenos Aires Lawn Tennis Club

Según narró Salatino, habrían accedido a su smartphone y así consiguieron entrar en tres de sus cuatro cuentas bancarias. “El tipo como que sabía demasiado, porque me consultó sobre una cuenta de banco, y fui dándome cuenta de que me estaba sacando información”, dijo y añadió: “Caí yo solito, me metí solo en la trampa”.

“Tengo cuatro cuentas: una de jubilado, una de la facultad donde doy clases y dos de toda la vida, que por una cuestión de fiaca uno no las cierra. En la de jubilado, que antes de ayer me fijé, tenía $500.000 pesos, que es lo normal, pero resulta que cobré el doble y me di cuenta sin querer de que tenía muchísima plata para esa cuenta de jubilado: $1.800.000. No suelo tener esa plata, salvo a principio o fin de mes, cuando llegan las tarjetas”, comentó Salatino, analizando que ese dinero podía haberse juntado con el aumento de las jubilaciones y el aguinaldo.

“Creo que me pincharon el teléfono, porque el tipo tenía las cuatro cuentas. En una no pudieron entrar porque no me acuerdo la contraseña porque la desbloqueo con la huella dactilar, pero en las otras sí. Me indigna la impotencia de haber entrado en esa trampa y ser tan gil. Estoy indignado”, dijo sobre lo sucedido.

Tiempo después realizó un posteo en redes en donde contó que pudo recuperar el dinero robado: “Así como me lamenté porque me estafaron casi 2 millones de pesos, debo agradecer a Horacio Muñiz especialmente, ejecutivo del ICBC, uno de los bancos de dónde me sacaron la plata. Realizó la gestión ante Mercado Libre, que fue a dónde había sido depositada la totalidad del ICBC, y los 1.800.000 del Banco Nación, y recuperó la totalidad del dinero”.

 El periodista deportivo de 81 años narró cómo un grupo de falsos mecánicos lo pararon en la calle a plena luz del día con una mentira sobre un desperfecto en su auto, le vendieron repuestos falsos y le sacaron una suma millonaria  LA NACION

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