Se conocieron en un partido de tenis, compraron un proyecto quebrado con salida al río y con US$20 millones lo levantaron

Las grandes amistades a veces nacen en medio de los encuentros más fortuitos. Este fue el caso de dos jugadores del mundo de los negocios de la Argentina, que venían de rubros distintos, pero que un partido de tenis dio un giro rotundo en sus vidas.
La industria textil y del calzado siguió siempre de cerca a Martín Gándara. De niño, su familia era dueña de la marca Marcel, empresa que resuena en los oídos de muchos, ya que era conocida por vender zapatos colegiales. En sus años universitarios, estudió contador público y, al poco tiempo, decidió seguir el rumbo que había tomado su familia: se involucró de lleno en el rubro textil. Compró Atomik, la firma de indumentaria y de calzado deportivo desde la que hoy distribuye otras 14 marcas. Además, se convirtió en dueño de Vizzano, Beira Rio, Moleca, Modare, entre otras marcas, e incluso vendedor de Montagne y 47 Street.
En enero de 2008, mientras miraba un partido de tenis de la ATP, la liga profesional de este deporte, conoció a Juan Ignacio Abuchdid, actual presidente de Grupo IEB, conocido entre muchos como el gurú de las finanzas. “Él quería que yo invirtiera en una empresa suya. No invertí nada, pero nos convertimos en grandes amigos”, revela divertido Gándara, que cuenta que, al poco tiempo, viajaron juntos a Miami con un fin: comprar inmuebles en plena crisis de las hipotecas en el año 2008. “Sabíamos que existían oportunidades y compramos tres o cuatro propiedades, para las que gastamos entre US$1.000.000 y US$2.500.000 cada uno, que luego vendimos entre cuatro y cinco veces más caras”, recuerda.
La amistad fue creciendo y la confianza también, al punto de que un día, cuando Abuchdid todavía trabajaba para el agente de inversiones Raymond James y había decidido hacer su propio proyecto, le preguntó a Gándara si lo acompañaría con sus fondos, y le confesó que sabía que aún no tenía tanto respaldo ni camino recorrido. Este le respondió: “Nacho, yo te voy a acompañar, no necesito nada que respalde esto, porque para mí la garantía sos vos, tu honestidad, tu forma de proceder y tu expertise en la bolsa”. Ese fue el puntapié para que Abuchdid creara Grupo Invertir en Bolsa, mejor conocido como IEB, un holding de empresas financieras con presencia en la bolsa local y en mercados internacionales.
Y una dinámica parecida se repitió más adelante, cuando Gándara quiso hacer su debut en el real estate. Buscaba crear un mega emprendimiento inmobiliario, del estilo de Nordelta, pero en el sur de Buenos Aires y Abuchdid lo acompañó. “Nos metimos en el mercado de las propiedades, pero no desarrollando una manzana, sino 540 hectáreas”, recuerda Gándara, aún sin poder creerlo.
Dos emprendedores en una zona impensada
El terreno que tenían en la mira contaba con una particularidad: estaba ubicado en la localidad de Hudson, a pocos kilómetros de la casa donde Gándara pasó su infancia. “De chico, siempre me llamó la atención, porque era un espacio que tenía salida al Río de La Plata y posibilidad de construir casas con esa vista, en medio de un paisaje natural muy singular”, asegura el desarrollador.
Pero el terreno también representaba un desafío complejo: había sido parte de un proyecto inmobiliario previo que no se terminó, por lo que, cuando Gándara y Abuchdid quisieron comprarlo, estaba al borde de la quiebra. Para salvarlo y rescatarlo de la quiebra, “invertimos cerca de US$20 millones entre los dos, a lo largo de cuatro años; finalmente, el juez levantó el advenimiento”, recuerda Gándara aliviado y agrega: “Se trataba de un terreno con una ubicación única, por lo que valía la pena pelearlo. Además, había mucha gente que había comprado su terreno con el anterior proyecto y se quedó sin nada, pero que gracias a nuestro emprendimiento pudo recuperarlo”.
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Finalmente, en 2014 pudieron continuar con su objetivo y hoy avanzan en el desarrollo de Puerto Nizuc, un barrio cerrado ubicado a 20 minutos de la ciudad de Buenos Aires, en el que viven 55 familias y cuenta con 270 casas en ejecución.
El emprendimiento requirió US$45 millones más de inversión (que se suman a los US$20 millones iniciales), que se fue fondeando con las ventas. Y todavía resta invertir entre US$80 y US$100 millones más, para completar las últimas etapas del desarrollo.
Parte del crecimiento se explica por la “fórmula” que Gándara y Abuchdid idearon: “Decidimos desarrollar todos los amenities fuera del barrio para generar vida en la zona y para evitar, por ejemplo, que tenga que pagar el gimnasio el propietario que no lo usa”, explica. Así fue como destinaron 38 hectáreas a las zonas comunes y, entre otras cosas, generaron un polo gastronómico sobre una laguna, con 17 locales entre restaurantes, cafeterías y heladerías, para el que “llevamos marcas a zona sur como Starbucks, Le Pain Quotidien, entre otros”.
También proyectan un centro de salud, un edificio de oficinas de 5600 m² que se entregará en seis meses, un salón de fiestas, una sede del colegio North Hills y un gimnasio de la cadena SportClub para el que destinaron 16 hectáreas. “La gente mira mucho las expensas, que en algunos countries de la zona ascienden al millón de pesos mensual. Al asociarnos con otras cadenas y generar este espacio de servicios fuera del barrio, reducimos en un 70% las expensas (alrededor de $280.000) y logramos que sean amenities que se actualizan y no quedan viejos”, detalla Gándara.
El emprendimiento se levanta en el km 31,5 de la Autopista La Plata- Buenos Aires. Cuenta con 1950 lotes de 1000 m², que arrancan en los US$110.000 y llegan a US$370.000 los más caros. El desarrollo, dividido en cuatro etapas, contó con 600 lotes en la primera, que ya están totalmente vendidos, y 650 en la segunda, que está comercializada al 80%. Por su parte, la tercera y cuarta etapa están en pleno desarrollo.
Además, levantarán ocho edificios de 50 unidades cada uno, de los cuales tres se están lanzando ahora y para los que proyectan 36 meses de ejecución. Para construirlos, crearon un fondo de inversión propio, en el que cualquiera puede invertir desde $15.000, con el que acceden a una cuotaparte del edificio.
Cómo invertir en el proyecto
El Grupo Invertir en Bolsa abre un nuevo periodo de licitación para el Fondo Común de Inversión Cerrado de Puerto Nizuc por un monto de $20.000 millones. Esta ampliación del fondo permitirá la incorporación de un tercer edificio residencial, además de un edificio de oficinas,
Con una capitalización de $10.000 millones, la primera etapa del proyecto abarca la construcción de dos edificios residenciales con 102 unidades funcionales y 150 cocheras, con áreas diferenciadas para vivienda unifamiliar y desarrollos multifamiliares. Los espacios comunes incluyen locales gastronómicos, juegos infantiles, lagunas artificiales y áreas verdes, fomentando la conexión con la naturaleza.
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En esta segunda edición, el Grupo IEB, se enfoca en ampliar la infraestructura a partir de una propuesta de inversión con un atractivo tangible y con cobertura cambiaria. “El cliente compra metros cuadrados a precio de desarrollador y gana con el precio de venta”, explicaron desde Grupo IEB.
Las condiciones para ingresar al Fondo Común de Inversión son a partir de un monto mínimo de $1000 y sin monto máximo, sujeto a las normativas de dispersión establecidas por la Comisión Nacional de Valores (CNV). No se cobran comisiones ni impuestos inmobiliarios. Una vez iniciada la liquidación del Fondo y, luego de cancelados los pasivos, el remanente, si lo hubiere, se distribuirá a los cuotapartistas en concepto de amortización o utilidades, según la fecha que disponga la gerente.
Las grandes amistades a veces nacen en medio de los encuentros más fortuitos. Este fue el caso de dos jugadores del mundo de los negocios de la Argentina, que venían de rubros distintos, pero que un partido de tenis dio un giro rotundo en sus vidas.
La industria textil y del calzado siguió siempre de cerca a Martín Gándara. De niño, su familia era dueña de la marca Marcel, empresa que resuena en los oídos de muchos, ya que era conocida por vender zapatos colegiales. En sus años universitarios, estudió contador público y, al poco tiempo, decidió seguir el rumbo que había tomado su familia: se involucró de lleno en el rubro textil. Compró Atomik, la firma de indumentaria y de calzado deportivo desde la que hoy distribuye otras 14 marcas. Además, se convirtió en dueño de Vizzano, Beira Rio, Moleca, Modare, entre otras marcas, e incluso vendedor de Montagne y 47 Street.
En enero de 2008, mientras miraba un partido de tenis de la ATP, la liga profesional de este deporte, conoció a Juan Ignacio Abuchdid, actual presidente de Grupo IEB, conocido entre muchos como el gurú de las finanzas. “Él quería que yo invirtiera en una empresa suya. No invertí nada, pero nos convertimos en grandes amigos”, revela divertido Gándara, que cuenta que, al poco tiempo, viajaron juntos a Miami con un fin: comprar inmuebles en plena crisis de las hipotecas en el año 2008. “Sabíamos que existían oportunidades y compramos tres o cuatro propiedades, para las que gastamos entre US$1.000.000 y US$2.500.000 cada uno, que luego vendimos entre cuatro y cinco veces más caras”, recuerda.
La amistad fue creciendo y la confianza también, al punto de que un día, cuando Abuchdid todavía trabajaba para el agente de inversiones Raymond James y había decidido hacer su propio proyecto, le preguntó a Gándara si lo acompañaría con sus fondos, y le confesó que sabía que aún no tenía tanto respaldo ni camino recorrido. Este le respondió: “Nacho, yo te voy a acompañar, no necesito nada que respalde esto, porque para mí la garantía sos vos, tu honestidad, tu forma de proceder y tu expertise en la bolsa”. Ese fue el puntapié para que Abuchdid creara Grupo Invertir en Bolsa, mejor conocido como IEB, un holding de empresas financieras con presencia en la bolsa local y en mercados internacionales.
Y una dinámica parecida se repitió más adelante, cuando Gándara quiso hacer su debut en el real estate. Buscaba crear un mega emprendimiento inmobiliario, del estilo de Nordelta, pero en el sur de Buenos Aires y Abuchdid lo acompañó. “Nos metimos en el mercado de las propiedades, pero no desarrollando una manzana, sino 540 hectáreas”, recuerda Gándara, aún sin poder creerlo.
Dos emprendedores en una zona impensada
El terreno que tenían en la mira contaba con una particularidad: estaba ubicado en la localidad de Hudson, a pocos kilómetros de la casa donde Gándara pasó su infancia. “De chico, siempre me llamó la atención, porque era un espacio que tenía salida al Río de La Plata y posibilidad de construir casas con esa vista, en medio de un paisaje natural muy singular”, asegura el desarrollador.
Pero el terreno también representaba un desafío complejo: había sido parte de un proyecto inmobiliario previo que no se terminó, por lo que, cuando Gándara y Abuchdid quisieron comprarlo, estaba al borde de la quiebra. Para salvarlo y rescatarlo de la quiebra, “invertimos cerca de US$20 millones entre los dos, a lo largo de cuatro años; finalmente, el juez levantó el advenimiento”, recuerda Gándara aliviado y agrega: “Se trataba de un terreno con una ubicación única, por lo que valía la pena pelearlo. Además, había mucha gente que había comprado su terreno con el anterior proyecto y se quedó sin nada, pero que gracias a nuestro emprendimiento pudo recuperarlo”.
Esto es lo que hay que aclarar en los contratos de alquiler para evitar problemas
Finalmente, en 2014 pudieron continuar con su objetivo y hoy avanzan en el desarrollo de Puerto Nizuc, un barrio cerrado ubicado a 20 minutos de la ciudad de Buenos Aires, en el que viven 55 familias y cuenta con 270 casas en ejecución.
El emprendimiento requirió US$45 millones más de inversión (que se suman a los US$20 millones iniciales), que se fue fondeando con las ventas. Y todavía resta invertir entre US$80 y US$100 millones más, para completar las últimas etapas del desarrollo.
Parte del crecimiento se explica por la “fórmula” que Gándara y Abuchdid idearon: “Decidimos desarrollar todos los amenities fuera del barrio para generar vida en la zona y para evitar, por ejemplo, que tenga que pagar el gimnasio el propietario que no lo usa”, explica. Así fue como destinaron 38 hectáreas a las zonas comunes y, entre otras cosas, generaron un polo gastronómico sobre una laguna, con 17 locales entre restaurantes, cafeterías y heladerías, para el que “llevamos marcas a zona sur como Starbucks, Le Pain Quotidien, entre otros”.
También proyectan un centro de salud, un edificio de oficinas de 5600 m² que se entregará en seis meses, un salón de fiestas, una sede del colegio North Hills y un gimnasio de la cadena SportClub para el que destinaron 16 hectáreas. “La gente mira mucho las expensas, que en algunos countries de la zona ascienden al millón de pesos mensual. Al asociarnos con otras cadenas y generar este espacio de servicios fuera del barrio, reducimos en un 70% las expensas (alrededor de $280.000) y logramos que sean amenities que se actualizan y no quedan viejos”, detalla Gándara.
El emprendimiento se levanta en el km 31,5 de la Autopista La Plata- Buenos Aires. Cuenta con 1950 lotes de 1000 m², que arrancan en los US$110.000 y llegan a US$370.000 los más caros. El desarrollo, dividido en cuatro etapas, contó con 600 lotes en la primera, que ya están totalmente vendidos, y 650 en la segunda, que está comercializada al 80%. Por su parte, la tercera y cuarta etapa están en pleno desarrollo.
Además, levantarán ocho edificios de 50 unidades cada uno, de los cuales tres se están lanzando ahora y para los que proyectan 36 meses de ejecución. Para construirlos, crearon un fondo de inversión propio, en el que cualquiera puede invertir desde $15.000, con el que acceden a una cuotaparte del edificio.
Cómo invertir en el proyecto
El Grupo Invertir en Bolsa abre un nuevo periodo de licitación para el Fondo Común de Inversión Cerrado de Puerto Nizuc por un monto de $20.000 millones. Esta ampliación del fondo permitirá la incorporación de un tercer edificio residencial, además de un edificio de oficinas,
Con una capitalización de $10.000 millones, la primera etapa del proyecto abarca la construcción de dos edificios residenciales con 102 unidades funcionales y 150 cocheras, con áreas diferenciadas para vivienda unifamiliar y desarrollos multifamiliares. Los espacios comunes incluyen locales gastronómicos, juegos infantiles, lagunas artificiales y áreas verdes, fomentando la conexión con la naturaleza.
Jeff Bezos se casa en Venecia: así son los cinco hoteles que cerrará en exclusiva para sus invitados
En esta segunda edición, el Grupo IEB, se enfoca en ampliar la infraestructura a partir de una propuesta de inversión con un atractivo tangible y con cobertura cambiaria. “El cliente compra metros cuadrados a precio de desarrollador y gana con el precio de venta”, explicaron desde Grupo IEB.
Las condiciones para ingresar al Fondo Común de Inversión son a partir de un monto mínimo de $1000 y sin monto máximo, sujeto a las normativas de dispersión establecidas por la Comisión Nacional de Valores (CNV). No se cobran comisiones ni impuestos inmobiliarios. Una vez iniciada la liquidación del Fondo y, luego de cancelados los pasivos, el remanente, si lo hubiere, se distribuirá a los cuotapartistas en concepto de amortización o utilidades, según la fecha que disponga la gerente.
Emprendedores de pura cepa, avanzan con un emprendimiento de más de 500 hectáreas en un lugar impensado de Buenos Aires en el que ya desembolsaron otros US$45 millones LA NACION