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Después de los triunfos internacionales, Racing sufre en el ámbito local y aparecen chispazos

Racing se subió a una montaña rusa, pero no está en un parque de diversiones. De la alegría y euforia por las gestas internacionales, pasa a derrotas con muchas connotaciones altamente negativas en el plano doméstico, en el que este jueves -ante Independiente Rivadavia– acumuló su sexta caída en 11 fechas del Torneo Apertura, en el que está afuera de la zona de clasificación a octavos de final, con cinco fechas por delante y cuatro puntos de distancia respecto a Barracas Central, uno de los conjuntos a los que persigue.

Gustavo Costas, el ídolo que encabezó anímicamente las obtenciones de la Copa Sudamericana 2024 y de la Recopa 2025, también transita emociones totalmente contrapuestas. De las lágrimas y la admiración de ver feliz a su gente, el entrenador cambió al despecho contra los hinchas que critican el errático andar en el torneo local. “En Conmebol fui feliz porque todo el mundo hablaba de Racing. Y nosotros no nos damos cuenta, mucha gente no se da cuenta. Hay mucho pel… también que no se da cuenta”, atacó en una cena de la Agrupación Cruzada Renovadora Académica.

Facundo Cambeses, Santiago Sosa, Juan Nardoni y una crisis inesperada en la Academia.

En la misma sintonía, el técnico también se ofuscó luego de la caída con la Lepra de Mendoza, donde la Academia desperdició la ventaja parcial y pagó otra vez errores que valieron puntos: Colombo perdió la marca en el empate y Cambeses, héroe en la inmerecida victoria ante Unión, le sirvió el gol del triunfo a Barbieri. Este nuevo cachetazo dejó a Racing complicado para clasificarse a octavos de final. Cuando le plantearon en conferencia qué significaría no estar entre los ocho que pasen en la zona, Costas redobló la apuesta: “Cómo están con los ocho ¿Qué significaría perder la Copa Libertadores? Venimos de hacer tantas cosas hermosas, de regalarle a Racing cosas hermosas después de 36 años cosas que no vivía desde el 67. ¿A vos te parece que vamos a pensar eso? Seguro que nos va a doler (una eliminación). A este equipo se lo dio por muerto muchas veces, pero a este equipo cuando se lo da por muerto sale de abajo de la tierra”.

Compacto de Independiente Rivadavia 2 vs. Racing 1

Las esquirlas de tantas decepciones en el grupo A del Apertura también le llegan a Diego Milito, el presidente, debido a que la falta de respuestas futbolísticas del equipo también se conjuga con el reclamo por un mercado de pases sin grandes figuras, lo que deriva en que haya un claro contraste entre algunos titulares y sus relevos. Según se confirmó para LA NACION, el diálogo entre Costas y el presidente Diego Milito es casi nulo. Más allá de que no hubo cortocircuitos entre ambos, la relación no es fluida en lo que refiere al primer equipo, ya que el flamante mandatario e ídolo considera que esas cuestiones deben charlarse entre el entrenador y Sebastián Saja, el director deportivo. Pese a que el Chino aseguró en diciembre pasado que Costas era “el único plan” para dirigir a Racing en 2025, tanto él como Milito tuvieron que dejar a un lado el acuerdo avanzado con Guillermo Barros Schelotto, quien entendió la situación y finalmente firmó con Vélez el 18 de marzo de este año.

Costas y el presidente Diego Milito no tienen una relación de cercanía; durante la campaña proselitista se tardó en confirmar que el director técnico seguiría siendo el hincha fanático.

El respaldo inicial de Milito hacia Costas fue una muestra de pragmatismo en una de sus primeras decisiones como dirigente. A sabiendas de que Costas contaba con un rotundo apoyo popular, lo ratificó y se evitó una decisión que hubiera significado un cimbronazo: sacar del banco de suplentes a un emblema. Sin embargo, durante los festejos por el título internacional de 2024, en el Cilindro, un spot en el que Costas emulaba a Mario Santos, cerebro de Los Simuladores, tuvo un final que causó ruido en el entorno del Príncipe: “Después te paso la lista de refuerzos para ganar la Libertadores”, le decía al entonces mandamás del club, Víctor Blanco, tras encender un habano como el icónico personaje de la serie.

Cuando Costas remarca que los refuerzos que llegaron y brillaron el año pasado “valieron dos pesos”, desde la nueva dirigencia de Racing entienden que hay –en parte- un pase de factura por las situaciones contractuales de algunos de los jugadores en los que el técnico confió. Uno de los casos más salientes es el de Maximiliano Salas. “Pedí un aumento cuando estaba Víctor (Blanco), él me dijo que sí. Después él se fue, vino Milito y me dijeron que no. Ahora vamos a ver que pasa”, aseguró el delantero –en TyC Sports- horas después de ser la figura en la consagración en la Recopa, en Brasil, ante Botafogo.

No puede creerlo: Costas se tapa la cara; los disgustos domésticos vienen apilándose en su Racing.

Richard Sánchez, mediocampista paraguayo que llegó desde el América e ilusiona tanto a la secretaría técnica de Saja como al cuerpo técnico de Costas, firmó con la Academia en los días previos al Clásico de Avellaneda, por la décima fecha del Apertura, en una negociación que se extendió durante un par de meses. En esas circunstancias, el jugador fue exigido físicamente y se resintió de una lesión, más allá de que la versión oficial dio cuenta de un “reacondicionamiento físico”. Recuperado, estuvo entre los suplentes en la derrota en Mendoza y no entró, pero barajan que su estreno sea ante Fortaleza, este martes 1° de abril, en Brasil, por la Copa Libertadores.

Síntesis de Racing 0 vs. Huracán 1

“¿En qué están pensando?”, la pregunta de Costas que motivó al plantel antes de obtener la Recopa, también se extiende al máximo sueño del entrenador y el plantel: ganar la Copa Libertadores. La obsesión internacional, con su correlato negativo en una versión en caída libre a nivel local, se hizo carne en los jugadores, quienes en el vestuario y en las concentraciones palpitan desde hace muchas semanas el objetivo internacional. Para que ese anhelo no quede sólo en un pensamiento, el equipo deberá recuperar la memoria y parecerse al que abrumó en fila a los brasileños Paranaense, Corinthians, Cruzeiro (todos en la Sudamericana) y Botafogo (en la Recopa). “Me chupa un huevo que me puteen”, había advertido Costas, en Río de Janeiro, cuando comparó a su Racing con el River copero de Marcelo Gallardo.

Racing ganaba en Mendoza pero Independiente Rivadavia, que está lejos de estar entre los mejores, le dio vuelta el resultado, por la 11ª fecha del Apertura.

En ese sentido, la Academia revirtió una tendencia a la que se había acostumbrado en la última década: dejó de ser un equipo confiable a nivel doméstico, con la particular pérdida de su fuerza en el Cilindro (donde antes era casi invencible), pero en contrapartida cruzó el Rubicón de los cuartos de final internacionales tras 27 años y alzó una Copa luego de 36. En este presente de dudas crecientes desde el rendimiento colectivo y también individual, ausencias importantes por lesiones y poca oferta en el banco de suplentes, Costas se aferra a la fe de emular la campaña del Equipo de José en 1967, año en el que sufrió un declive a nivel local y conquistó tanto América como el mundo.

Si de fe se trata, cuenta con Adrián “Maravilla” Martínez, probablemente uno de los mejores centrodelanteros del continente, quien impactó al haber jugado el clásico pese a una pequeña fisura en la rodilla, la cual –según él consideró- fue “curada por Dios”. Aunque adentro del área se transformó en una figura inmaculada para los hinchas de la Academia, Maravilla es en varias ocasiones el destinatario de pelotazos sin destino, a los cuáles su potencia, confianza y lectura de juego a veces lleva a que sean situaciones de gol. Para que los fantasmas de la posible eliminación a nivel local no se trasladen a la ansiada Libertadores, Racing necesitará más en la zona que comparte con Fortaleza, Colo Colo y Bucaramanga.

Racing se subió a una montaña rusa, pero no está en un parque de diversiones. De la alegría y euforia por las gestas internacionales, pasa a derrotas con muchas connotaciones altamente negativas en el plano doméstico, en el que este jueves -ante Independiente Rivadavia– acumuló su sexta caída en 11 fechas del Torneo Apertura, en el que está afuera de la zona de clasificación a octavos de final, con cinco fechas por delante y cuatro puntos de distancia respecto a Barracas Central, uno de los conjuntos a los que persigue.

Gustavo Costas, el ídolo que encabezó anímicamente las obtenciones de la Copa Sudamericana 2024 y de la Recopa 2025, también transita emociones totalmente contrapuestas. De las lágrimas y la admiración de ver feliz a su gente, el entrenador cambió al despecho contra los hinchas que critican el errático andar en el torneo local. “En Conmebol fui feliz porque todo el mundo hablaba de Racing. Y nosotros no nos damos cuenta, mucha gente no se da cuenta. Hay mucho pel… también que no se da cuenta”, atacó en una cena de la Agrupación Cruzada Renovadora Académica.

Facundo Cambeses, Santiago Sosa, Juan Nardoni y una crisis inesperada en la Academia.

En la misma sintonía, el técnico también se ofuscó luego de la caída con la Lepra de Mendoza, donde la Academia desperdició la ventaja parcial y pagó otra vez errores que valieron puntos: Colombo perdió la marca en el empate y Cambeses, héroe en la inmerecida victoria ante Unión, le sirvió el gol del triunfo a Barbieri. Este nuevo cachetazo dejó a Racing complicado para clasificarse a octavos de final. Cuando le plantearon en conferencia qué significaría no estar entre los ocho que pasen en la zona, Costas redobló la apuesta: “Cómo están con los ocho ¿Qué significaría perder la Copa Libertadores? Venimos de hacer tantas cosas hermosas, de regalarle a Racing cosas hermosas después de 36 años cosas que no vivía desde el 67. ¿A vos te parece que vamos a pensar eso? Seguro que nos va a doler (una eliminación). A este equipo se lo dio por muerto muchas veces, pero a este equipo cuando se lo da por muerto sale de abajo de la tierra”.

Compacto de Independiente Rivadavia 2 vs. Racing 1

Las esquirlas de tantas decepciones en el grupo A del Apertura también le llegan a Diego Milito, el presidente, debido a que la falta de respuestas futbolísticas del equipo también se conjuga con el reclamo por un mercado de pases sin grandes figuras, lo que deriva en que haya un claro contraste entre algunos titulares y sus relevos. Según se confirmó para LA NACION, el diálogo entre Costas y el presidente Diego Milito es casi nulo. Más allá de que no hubo cortocircuitos entre ambos, la relación no es fluida en lo que refiere al primer equipo, ya que el flamante mandatario e ídolo considera que esas cuestiones deben charlarse entre el entrenador y Sebastián Saja, el director deportivo. Pese a que el Chino aseguró en diciembre pasado que Costas era “el único plan” para dirigir a Racing en 2025, tanto él como Milito tuvieron que dejar a un lado el acuerdo avanzado con Guillermo Barros Schelotto, quien entendió la situación y finalmente firmó con Vélez el 18 de marzo de este año.

Costas y el presidente Diego Milito no tienen una relación de cercanía; durante la campaña proselitista se tardó en confirmar que el director técnico seguiría siendo el hincha fanático.

El respaldo inicial de Milito hacia Costas fue una muestra de pragmatismo en una de sus primeras decisiones como dirigente. A sabiendas de que Costas contaba con un rotundo apoyo popular, lo ratificó y se evitó una decisión que hubiera significado un cimbronazo: sacar del banco de suplentes a un emblema. Sin embargo, durante los festejos por el título internacional de 2024, en el Cilindro, un spot en el que Costas emulaba a Mario Santos, cerebro de Los Simuladores, tuvo un final que causó ruido en el entorno del Príncipe: “Después te paso la lista de refuerzos para ganar la Libertadores”, le decía al entonces mandamás del club, Víctor Blanco, tras encender un habano como el icónico personaje de la serie.

Cuando Costas remarca que los refuerzos que llegaron y brillaron el año pasado “valieron dos pesos”, desde la nueva dirigencia de Racing entienden que hay –en parte- un pase de factura por las situaciones contractuales de algunos de los jugadores en los que el técnico confió. Uno de los casos más salientes es el de Maximiliano Salas. “Pedí un aumento cuando estaba Víctor (Blanco), él me dijo que sí. Después él se fue, vino Milito y me dijeron que no. Ahora vamos a ver que pasa”, aseguró el delantero –en TyC Sports- horas después de ser la figura en la consagración en la Recopa, en Brasil, ante Botafogo.

No puede creerlo: Costas se tapa la cara; los disgustos domésticos vienen apilándose en su Racing.

Richard Sánchez, mediocampista paraguayo que llegó desde el América e ilusiona tanto a la secretaría técnica de Saja como al cuerpo técnico de Costas, firmó con la Academia en los días previos al Clásico de Avellaneda, por la décima fecha del Apertura, en una negociación que se extendió durante un par de meses. En esas circunstancias, el jugador fue exigido físicamente y se resintió de una lesión, más allá de que la versión oficial dio cuenta de un “reacondicionamiento físico”. Recuperado, estuvo entre los suplentes en la derrota en Mendoza y no entró, pero barajan que su estreno sea ante Fortaleza, este martes 1° de abril, en Brasil, por la Copa Libertadores.

Síntesis de Racing 0 vs. Huracán 1

“¿En qué están pensando?”, la pregunta de Costas que motivó al plantel antes de obtener la Recopa, también se extiende al máximo sueño del entrenador y el plantel: ganar la Copa Libertadores. La obsesión internacional, con su correlato negativo en una versión en caída libre a nivel local, se hizo carne en los jugadores, quienes en el vestuario y en las concentraciones palpitan desde hace muchas semanas el objetivo internacional. Para que ese anhelo no quede sólo en un pensamiento, el equipo deberá recuperar la memoria y parecerse al que abrumó en fila a los brasileños Paranaense, Corinthians, Cruzeiro (todos en la Sudamericana) y Botafogo (en la Recopa). “Me chupa un huevo que me puteen”, había advertido Costas, en Río de Janeiro, cuando comparó a su Racing con el River copero de Marcelo Gallardo.

Racing ganaba en Mendoza pero Independiente Rivadavia, que está lejos de estar entre los mejores, le dio vuelta el resultado, por la 11ª fecha del Apertura.

En ese sentido, la Academia revirtió una tendencia a la que se había acostumbrado en la última década: dejó de ser un equipo confiable a nivel doméstico, con la particular pérdida de su fuerza en el Cilindro (donde antes era casi invencible), pero en contrapartida cruzó el Rubicón de los cuartos de final internacionales tras 27 años y alzó una Copa luego de 36. En este presente de dudas crecientes desde el rendimiento colectivo y también individual, ausencias importantes por lesiones y poca oferta en el banco de suplentes, Costas se aferra a la fe de emular la campaña del Equipo de José en 1967, año en el que sufrió un declive a nivel local y conquistó tanto América como el mundo.

Si de fe se trata, cuenta con Adrián “Maravilla” Martínez, probablemente uno de los mejores centrodelanteros del continente, quien impactó al haber jugado el clásico pese a una pequeña fisura en la rodilla, la cual –según él consideró- fue “curada por Dios”. Aunque adentro del área se transformó en una figura inmaculada para los hinchas de la Academia, Maravilla es en varias ocasiones el destinatario de pelotazos sin destino, a los cuáles su potencia, confianza y lectura de juego a veces lleva a que sean situaciones de gol. Para que los fantasmas de la posible eliminación a nivel local no se trasladen a la ansiada Libertadores, Racing necesitará más en la zona que comparte con Fortaleza, Colo Colo y Bucaramanga.

 Antes del debut por la Copa Libertadores, Gustavo Costas pasó de la euforia copera al enojo en el Apertura: 6 derrotas y riesgo de eliminación  LA NACION

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