NacionalesUltimas Noticias

Jugar la Copa Davis por primera vez: la premonición de la “raqueta sonajero” y un debut con almohadonazos de un público enojado

auspicia

Javier Frana dice acordarse de pocas fechas, pero hay una en particular que tiene marcada a fuego: el 4 octubre de 1986. El rafaelino tenía solo 19 años, y Modesto “Tito” Vázquez, capitán del equipo argentino de Copa Davis, decidió apostar por él y por Christian Miniussi (18) para que hicieran juntos su debut oficial en el torneo. El contexto era todo un desafío: se jugaba la final de la Zona Americana frente a Chile, en Santiago, y debían enfrentarse a Hans Gildemeister y Ricardo Acuña, una de las mejores parejas del mundo: la Argentina ganaba la serie por 2-0 tras una excelente primera jornada. En medio de un clima hostil, Frana vivió un momento que jamás olvidará. En un punto del partido, conectó un smash que impactó de lleno en el cuello de Acuña. El chileno se desplomó, con los ojos hacia atrás, y debió ser atendido de urgencia por los médicos. Desde las tribunas los insultos llovían junto con almohadones que arrojaban los hinchas, enfurecidos. Después de unos minutos que parecieron eternos, Acuña se recuperó y volvió al juego, que luego terminó ganando Chile por 9-7 en el quinto set.

Ahora, a casi 30 años de ese debut, Frana vivirá nuevamente su “primera vez” en la Copa Davis, en este caso como capitán del equipo argentino. Este jueves y viernes, el equipo nacional se medirá como visitante ante la difícil Noruega de Casper Ruud (6°) para disputar la primera ronda de los Qualifiers. Pero el rafaelino no será el único que vivirá su “primera vez” dentro de la delegación que buscará el pase a la segunda ronda. Además de él, Mariano Navone y Facundo Díaz Acosta tendrán su debut en la competencia. De esta forma, de la delegación completa -conformada por Tomás Etcheverry (42°), Navone (49°), Díaz Acosta (69°), Horacio Zeballos (7° en dobles), Andrés Molteni (22° en dobles), más la capitanía de Frana-, solo tres de los seis cuentan con experiencia en Copa Davis.

Antes de que el equipo emprendiera el viaje a Fjellhamar -una localidad ubicada a pocos minutos de Oslo- LA NACION dialogó con Frana, Navone y Molteni en torno a “la primera vez” de cada uno en el tenis, ahora que, además, tendrán su experiencia debut en esa ciudad y ante ese rival: los espera una superficie rápida y un territorio que, fuera del estadio, es una postal nevada. Argentina y Noruega no registran antecedentes entre sí en la Davis.

La historia de vida de Mariano Navone (9 de Julio, provincia de Buenos Aires) no se puede comprender sin una raqueta de tenis en la mano. El 27 de febrero de 2001, día de su nacimiento, su abuela le hizo un regalo al azar que, tiempo después, terminaría siendo premonitorio: un sonajero con forma de raqueta de tenis.

“Técnicamente mi primera vez jugando al tenis no fue esa, porque imaginate que recién había nacido, así que mucho no podía hacer más que llorar y comer. Pero sí, nací con un sonajero de raqueta en la mano”, cuenta, entre risas. Luego, ese sonajero pasaría a ser una raqueta de verdad, ya que a los dos años comenzaría a “pelotear” en el Club Atlético 9 de Julio, el segundo hogar de su familia. “No recuerdo un Mariano sin jugar al tenis. Para mí, desde que tengo uso de razón soy tenista”, afirma.

Javier Frana también recuerda con nitidez sus inicios en el Jockey Club de Rafaela, su ciudad natal, lugar donde tuvo sus primeros momentos jugando al tenis. “La primera vez que tuve una raqueta en la mano, me acuerdo que la arrastraba. En esa época no había raquetas chiquitas, eran las de madera que les cortaban un pedacito atrás para que fuera más liviana. La usaba como bastoncito. Me pasaba horas en el frontón, era mi lugar preferido”, recuerda, con una sonrisa indisimulable.

Andrés Molteni también guarda los mejores recuerdos de sus inicios en el tenis, en su caso en el club CUBA Villa de Mayo. “Me la pasaba jugando todo el fin de semana en el frontón. Mi familia me iba a buscar al club porque no volvía a la casa por quedarme jugando”, relata.

Como todos, ellos empezaron a jugar al tenis de chicos sin siquiera imaginarse que algún día serían profesionales, por lo que también tuvieron esa “primera vez” en la que se dieron cuenta de que este deporte podía ser más que un hobby. “Creo que eso ocurrió con el correr de los torneos. Cuando estaba en los primeros puestos del ranking de las categorías, me daba cuenta de que tenía chances de jugar y dedicarme a esto”, afirma Molteni.

Navone tiene claro que el momento de quiebre se dio cuando tenía 17 años. “No tuve esa sensación de ‘puedo ser bueno’, pero sí tuve la certeza de que el tenis era lo que quería hacer”, recuerda. En ese sentido, cuenta que fue una gira exitosa por el país lo que lo hizo definirse: “Ahí fue cuando di el envión, me fui muy convencido, y empecé a entrenarme más. A los 18 me fui a vivir a Buenos Aires y empecé a meterle a full”.

Por su parte, Frana, al contrario de sus dos tenistas, sí recuerda con exactitud ese momento bisagra: “Fue en mi último año de secundario, que era mi último año de la categoría de juveniles. Había tenido muy buenos resultados, ganando un sudamericano y un par de campeonatos nacionales. Ahí fue cuando dije: ´Creo que me gustaría probar´. Fue todo muy de golpe. Eso se dio, y a menos de dos años ya estaba jugando Copa Davis”, recuerda.

Frana rememora con exactitud las vivencias de aquel día del debut como jugador en la Davis, la de smash y la caída de Acuña contada al inicio de este artículo… “Por mi cabeza pasó todo lo que te puedas imaginar, desde “¿Para qué me pusieron?” a “¡Qué bueno!”. No tenía recorrido en el circuito, y una parte de la inconsciencia me ayudó. Me tocó llevarla, dentro de todo y visto después, bastante bien. Sentí que era intimidante el entorno, en un estadio grande, lleno y algo hostil. Entonces entré en una situación de lucha. Me acuerdo de que jugué como diciendo: ‘Les voy a pelear a todos’. Había dos opciones: o me intimidaban y me achicaban, o salía a ‘romper todo’. Y más o menos lo pude lograr”, cuenta.

Al igual que Frana, a Molteni también le tocó debutar en Copa Davis como visitante, aunque no en un clima tan adverso como el de Chile. “A mí me tocó representar a Argentina por primera vez cuando fuimos a Kazajistán, en 2017. Fue una serie muy dura. Terminamos perdiendo y bajando de categoría. Me acuerdo que fue un viaje eterno hasta llegar hasta allá, y volvimos todos bastante bajoneados por haber perdido”, se lamenta.

El recuerdo de Javier Frana de su debut en Copa Davis

Ahora, en cambio, ante Noruega -en caso de que el capitán así lo decida- llegará la “primera vez” de Navone en Copa Davis, un sueño que tiene desde que empezó a pelotear en las canchas del Club Atlético 9 de Julio. “Va a ser un montón… Si me toca debutar, creo que va a ser una sensación hermosa, creo que de las mejores desde que juego al tenis, o la mejor. Ya debutar en unos Juegos Olímpicos fue una mariposa especial, y creo que esta es la mejor de todas. Es la sensación más linda del mundo sentir que jugás representando a tu país. No se compara con nada”, afirma, emocionado.

¿Y el nuevo debut de Frana, ahora como capitán? “Lo voy a ir viviendo día a día. A esta edad, creo que lo importante es seguir sorprendiéndome y agradeciendo vivir este momento. Lo hago con mucho optimismo, y me genera una motivación muy grande. Es lindo el entusiasmo de estar desafiándote a hacer cosas nuevas, que pueden salir bien o que pueden salir… no tan bien. Vivir cosas nuevas es lo que te terminás llevando al final de tu camino”.

auspicia

Javier Frana dice acordarse de pocas fechas, pero hay una en particular que tiene marcada a fuego: el 4 octubre de 1986. El rafaelino tenía solo 19 años, y Modesto “Tito” Vázquez, capitán del equipo argentino de Copa Davis, decidió apostar por él y por Christian Miniussi (18) para que hicieran juntos su debut oficial en el torneo. El contexto era todo un desafío: se jugaba la final de la Zona Americana frente a Chile, en Santiago, y debían enfrentarse a Hans Gildemeister y Ricardo Acuña, una de las mejores parejas del mundo: la Argentina ganaba la serie por 2-0 tras una excelente primera jornada. En medio de un clima hostil, Frana vivió un momento que jamás olvidará. En un punto del partido, conectó un smash que impactó de lleno en el cuello de Acuña. El chileno se desplomó, con los ojos hacia atrás, y debió ser atendido de urgencia por los médicos. Desde las tribunas los insultos llovían junto con almohadones que arrojaban los hinchas, enfurecidos. Después de unos minutos que parecieron eternos, Acuña se recuperó y volvió al juego, que luego terminó ganando Chile por 9-7 en el quinto set.

Ahora, a casi 30 años de ese debut, Frana vivirá nuevamente su “primera vez” en la Copa Davis, en este caso como capitán del equipo argentino. Este jueves y viernes, el equipo nacional se medirá como visitante ante la difícil Noruega de Casper Ruud (6°) para disputar la primera ronda de los Qualifiers. Pero el rafaelino no será el único que vivirá su “primera vez” dentro de la delegación que buscará el pase a la segunda ronda. Además de él, Mariano Navone y Facundo Díaz Acosta tendrán su debut en la competencia. De esta forma, de la delegación completa -conformada por Tomás Etcheverry (42°), Navone (49°), Díaz Acosta (69°), Horacio Zeballos (7° en dobles), Andrés Molteni (22° en dobles), más la capitanía de Frana-, solo tres de los seis cuentan con experiencia en Copa Davis.

Antes de que el equipo emprendiera el viaje a Fjellhamar -una localidad ubicada a pocos minutos de Oslo- LA NACION dialogó con Frana, Navone y Molteni en torno a “la primera vez” de cada uno en el tenis, ahora que, además, tendrán su experiencia debut en esa ciudad y ante ese rival: los espera una superficie rápida y un territorio que, fuera del estadio, es una postal nevada. Argentina y Noruega no registran antecedentes entre sí en la Davis.

La historia de vida de Mariano Navone (9 de Julio, provincia de Buenos Aires) no se puede comprender sin una raqueta de tenis en la mano. El 27 de febrero de 2001, día de su nacimiento, su abuela le hizo un regalo al azar que, tiempo después, terminaría siendo premonitorio: un sonajero con forma de raqueta de tenis.

“Técnicamente mi primera vez jugando al tenis no fue esa, porque imaginate que recién había nacido, así que mucho no podía hacer más que llorar y comer. Pero sí, nací con un sonajero de raqueta en la mano”, cuenta, entre risas. Luego, ese sonajero pasaría a ser una raqueta de verdad, ya que a los dos años comenzaría a “pelotear” en el Club Atlético 9 de Julio, el segundo hogar de su familia. “No recuerdo un Mariano sin jugar al tenis. Para mí, desde que tengo uso de razón soy tenista”, afirma.

Javier Frana también recuerda con nitidez sus inicios en el Jockey Club de Rafaela, su ciudad natal, lugar donde tuvo sus primeros momentos jugando al tenis. “La primera vez que tuve una raqueta en la mano, me acuerdo que la arrastraba. En esa época no había raquetas chiquitas, eran las de madera que les cortaban un pedacito atrás para que fuera más liviana. La usaba como bastoncito. Me pasaba horas en el frontón, era mi lugar preferido”, recuerda, con una sonrisa indisimulable.

Andrés Molteni también guarda los mejores recuerdos de sus inicios en el tenis, en su caso en el club CUBA Villa de Mayo. “Me la pasaba jugando todo el fin de semana en el frontón. Mi familia me iba a buscar al club porque no volvía a la casa por quedarme jugando”, relata.

Como todos, ellos empezaron a jugar al tenis de chicos sin siquiera imaginarse que algún día serían profesionales, por lo que también tuvieron esa “primera vez” en la que se dieron cuenta de que este deporte podía ser más que un hobby. “Creo que eso ocurrió con el correr de los torneos. Cuando estaba en los primeros puestos del ranking de las categorías, me daba cuenta de que tenía chances de jugar y dedicarme a esto”, afirma Molteni.

Navone tiene claro que el momento de quiebre se dio cuando tenía 17 años. “No tuve esa sensación de ‘puedo ser bueno’, pero sí tuve la certeza de que el tenis era lo que quería hacer”, recuerda. En ese sentido, cuenta que fue una gira exitosa por el país lo que lo hizo definirse: “Ahí fue cuando di el envión, me fui muy convencido, y empecé a entrenarme más. A los 18 me fui a vivir a Buenos Aires y empecé a meterle a full”.

Por su parte, Frana, al contrario de sus dos tenistas, sí recuerda con exactitud ese momento bisagra: “Fue en mi último año de secundario, que era mi último año de la categoría de juveniles. Había tenido muy buenos resultados, ganando un sudamericano y un par de campeonatos nacionales. Ahí fue cuando dije: ´Creo que me gustaría probar´. Fue todo muy de golpe. Eso se dio, y a menos de dos años ya estaba jugando Copa Davis”, recuerda.

Frana rememora con exactitud las vivencias de aquel día del debut como jugador en la Davis, la de smash y la caída de Acuña contada al inicio de este artículo… “Por mi cabeza pasó todo lo que te puedas imaginar, desde “¿Para qué me pusieron?” a “¡Qué bueno!”. No tenía recorrido en el circuito, y una parte de la inconsciencia me ayudó. Me tocó llevarla, dentro de todo y visto después, bastante bien. Sentí que era intimidante el entorno, en un estadio grande, lleno y algo hostil. Entonces entré en una situación de lucha. Me acuerdo de que jugué como diciendo: ‘Les voy a pelear a todos’. Había dos opciones: o me intimidaban y me achicaban, o salía a ‘romper todo’. Y más o menos lo pude lograr”, cuenta.

Al igual que Frana, a Molteni también le tocó debutar en Copa Davis como visitante, aunque no en un clima tan adverso como el de Chile. “A mí me tocó representar a Argentina por primera vez cuando fuimos a Kazajistán, en 2017. Fue una serie muy dura. Terminamos perdiendo y bajando de categoría. Me acuerdo que fue un viaje eterno hasta llegar hasta allá, y volvimos todos bastante bajoneados por haber perdido”, se lamenta.

El recuerdo de Javier Frana de su debut en Copa Davis

Ahora, en cambio, ante Noruega -en caso de que el capitán así lo decida- llegará la “primera vez” de Navone en Copa Davis, un sueño que tiene desde que empezó a pelotear en las canchas del Club Atlético 9 de Julio. “Va a ser un montón… Si me toca debutar, creo que va a ser una sensación hermosa, creo que de las mejores desde que juego al tenis, o la mejor. Ya debutar en unos Juegos Olímpicos fue una mariposa especial, y creo que esta es la mejor de todas. Es la sensación más linda del mundo sentir que jugás representando a tu país. No se compara con nada”, afirma, emocionado.

¿Y el nuevo debut de Frana, ahora como capitán? “Lo voy a ir viviendo día a día. A esta edad, creo que lo importante es seguir sorprendiéndome y agradeciendo vivir este momento. Lo hago con mucho optimismo, y me genera una motivación muy grande. Es lindo el entusiasmo de estar desafiándote a hacer cosas nuevas, que pueden salir bien o que pueden salir… no tan bien. Vivir cosas nuevas es lo que te terminás llevando al final de tu camino”.

 La Argentina jugará desde el jueves ante Noruega, en un choque inédito en el torneo; la serie marcará el estreno de Javier Frana como capitán y también podría tener los debuts de Mariano Navone y Facundo Díaz Acosta  LA NACION

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Cerrar