NacionalesUltimas Noticias

Casi todas las provincias mejoraron sus números por la baja del gasto

La baja de impuestos marcó los primeros pasos del Ministerio de Economía en este 2025. Las retenciones al agro y los gravámenes a vehículos son muestra de ello. Pero al efecto económico, Luis Caputo le agregó otra puja: señalar a las provincias y municipios que no reducen su carga fiscal sobre los contribuyentes.

“Quiero remarcar la importancia de reducir el déficit vía reducción de gastos, y no vía aumento de impuestos como están haciendo algunas provincias y municipios (tasas en este caso) de manera injustificada, ya que todos están recibiendo mayores ingresos por el aumento en la recaudación”, escribió el ministro en redes sociales.

Parte de lo que Caputo expresó se encuentra reflejado en las cuentas provinciales. De acuerdo con un relevamiento del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, a cargo de Nadin Argañaraz, todas las provincias obtuvieron un superávit primario hasta el tercer trimestre del año pasado, con excepción de La Pampa, cuyos datos no estaban disponibles.

“Dada una baja real del gasto público mayor al descenso de los ingresos durante los primeros 9 meses del 2024 en comparación con el mismo periodo de 2023, el resultado primario y fiscal de las 23 jurisdicciones mejoró”, analizó el estudio del Iaraf. En números, esto se traduce como una reducción de los ingresos del 15,6% en términos reales, pero una contracción del gasto que fue mayor, ya que alcanzó un ajuste del 21,8%.

Dentro de las que dejaron atrás el déficit primario se encuentran la provincia de Buenos Aires, Tucumán, San Luis, Entre Ríos, Tierra del Fuego, Chaco y Catamarca. Las que lograron mejorar su superávit son Córdoba, Neuquén, Mendoza, Jujuy, Santa Fe, San Juan, Formosa, Salta, Santiago del Estero, Chubut, Corrientes, Río Negro, Santa Cruz y Misiones. Y la Ciudad de Buenos Aires y La Rioja continuaron con superávit hasta el tercer trimestre del año pasado, aunque con un resultado peor que en 2023.

Si bien los números del Iaraf no reflejan los resultados de final de año, Argañaraz estimó que no deberían diferir demasiado con la tendencia que mantuvieron hasta el tercer trimestre. “Con el excedente fiscal generado durante el año 2024, las provincias y CABA encaran este 2025 y habrá que ver qué decisiones toman en relación con gastos e ingresos. Pueden destinar parte de ese excedente a la baja de los impuestos que consideren apropiados, entre otra opciones de subir gastos o cancelar deudas”, comentó.

Por su parte, el exsecretario de Finanzas y miembro de la consultora Econviews, Miguel Kiguel, sostuvo que estos números muestran “una oportunidad, si tienen superávit, deberían bajar impuestos”. También para el economista de Outlier, Gabriel Caamaño, esta situación “puede dar espacio para que esa baja se produzca”.

Incluso, Caamaño aportó una mirada que profundizó sobre la matriz tributaria del país. Dijo que “las provincias que dependen más de lo que ellas mismas recaudan son las que mejor alienados tienen los incentivos para bajar el gasto y ser fiscalmente responsables”.

En consecuencia, indicó que deberían premiarse a las más austeras y “redefinir la coparticipación y distribución de potestades impositivas y de gasto entre Nación y provincias, porque si no es más buscar hechos políticos que reales soluciones”.

A propósito de los impuestos, la recaudación provincial representa el 30% de sus ingresos, sólo las transferencias automáticas nacionales (coparticipación) la superan con un 45%, según el trabajo del Iaraf. En consecuencia, la mirada se posa sobre los tributos. Y la discusión que planteó el Ministerio de Economía la lleva a concentrarse en aquellos que dependen de los gobernadores.

En ese sentido, lo que las provincias absorbieron por impuestos locales cayó 9,6% en términos reales. Dentro de la lista de tributos cuya recaudación se resintió se destaca el gravamen a los sellos (-13,4%) y a los automotores (-12,4%). Sin embargo, el que mayor impacto tuvo fue Ingresos Brutos. Pese a que su caída fue menor que los anteriores, del 9,5%, su peso en las arcas provincias es mucho mayor.

“El peor es Ingresos Brutos”, afirmó Kiguel, a la hora de responder por dónde podría comenzar la baja de impuestos. Su efecto cascada en cada actividad económica hace que hasta incluso contadores tributaristas lo señalen como un tributo “nocivo”.

En el apartado de los gastos, el informe del Iaraf destacó la caída de las erogaciones en obra pública y en personal, cuya contracción redondeó un 19,2% en términos reales. Esta baja no es un dato menor, ya que representa el 46% del dinero que, en promedio, gastaron las provincias.

La baja de impuestos marcó los primeros pasos del Ministerio de Economía en este 2025. Las retenciones al agro y los gravámenes a vehículos son muestra de ello. Pero al efecto económico, Luis Caputo le agregó otra puja: señalar a las provincias y municipios que no reducen su carga fiscal sobre los contribuyentes.

“Quiero remarcar la importancia de reducir el déficit vía reducción de gastos, y no vía aumento de impuestos como están haciendo algunas provincias y municipios (tasas en este caso) de manera injustificada, ya que todos están recibiendo mayores ingresos por el aumento en la recaudación”, escribió el ministro en redes sociales.

Parte de lo que Caputo expresó se encuentra reflejado en las cuentas provinciales. De acuerdo con un relevamiento del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, a cargo de Nadin Argañaraz, todas las provincias obtuvieron un superávit primario hasta el tercer trimestre del año pasado, con excepción de La Pampa, cuyos datos no estaban disponibles.

“Dada una baja real del gasto público mayor al descenso de los ingresos durante los primeros 9 meses del 2024 en comparación con el mismo periodo de 2023, el resultado primario y fiscal de las 23 jurisdicciones mejoró”, analizó el estudio del Iaraf. En números, esto se traduce como una reducción de los ingresos del 15,6% en términos reales, pero una contracción del gasto que fue mayor, ya que alcanzó un ajuste del 21,8%.

Dentro de las que dejaron atrás el déficit primario se encuentran la provincia de Buenos Aires, Tucumán, San Luis, Entre Ríos, Tierra del Fuego, Chaco y Catamarca. Las que lograron mejorar su superávit son Córdoba, Neuquén, Mendoza, Jujuy, Santa Fe, San Juan, Formosa, Salta, Santiago del Estero, Chubut, Corrientes, Río Negro, Santa Cruz y Misiones. Y la Ciudad de Buenos Aires y La Rioja continuaron con superávit hasta el tercer trimestre del año pasado, aunque con un resultado peor que en 2023.

Si bien los números del Iaraf no reflejan los resultados de final de año, Argañaraz estimó que no deberían diferir demasiado con la tendencia que mantuvieron hasta el tercer trimestre. “Con el excedente fiscal generado durante el año 2024, las provincias y CABA encaran este 2025 y habrá que ver qué decisiones toman en relación con gastos e ingresos. Pueden destinar parte de ese excedente a la baja de los impuestos que consideren apropiados, entre otra opciones de subir gastos o cancelar deudas”, comentó.

Por su parte, el exsecretario de Finanzas y miembro de la consultora Econviews, Miguel Kiguel, sostuvo que estos números muestran “una oportunidad, si tienen superávit, deberían bajar impuestos”. También para el economista de Outlier, Gabriel Caamaño, esta situación “puede dar espacio para que esa baja se produzca”.

Incluso, Caamaño aportó una mirada que profundizó sobre la matriz tributaria del país. Dijo que “las provincias que dependen más de lo que ellas mismas recaudan son las que mejor alienados tienen los incentivos para bajar el gasto y ser fiscalmente responsables”.

En consecuencia, indicó que deberían premiarse a las más austeras y “redefinir la coparticipación y distribución de potestades impositivas y de gasto entre Nación y provincias, porque si no es más buscar hechos políticos que reales soluciones”.

A propósito de los impuestos, la recaudación provincial representa el 30% de sus ingresos, sólo las transferencias automáticas nacionales (coparticipación) la superan con un 45%, según el trabajo del Iaraf. En consecuencia, la mirada se posa sobre los tributos. Y la discusión que planteó el Ministerio de Economía la lleva a concentrarse en aquellos que dependen de los gobernadores.

En ese sentido, lo que las provincias absorbieron por impuestos locales cayó 9,6% en términos reales. Dentro de la lista de tributos cuya recaudación se resintió se destaca el gravamen a los sellos (-13,4%) y a los automotores (-12,4%). Sin embargo, el que mayor impacto tuvo fue Ingresos Brutos. Pese a que su caída fue menor que los anteriores, del 9,5%, su peso en las arcas provincias es mucho mayor.

“El peor es Ingresos Brutos”, afirmó Kiguel, a la hora de responder por dónde podría comenzar la baja de impuestos. Su efecto cascada en cada actividad económica hace que hasta incluso contadores tributaristas lo señalen como un tributo “nocivo”.

En el apartado de los gastos, el informe del Iaraf destacó la caída de las erogaciones en obra pública y en personal, cuya contracción redondeó un 19,2% en términos reales. Esta baja no es un dato menor, ya que representa el 46% del dinero que, en promedio, gastaron las provincias.

 Según un relevamiento del Iaraf hasta el tercer trimestre del año pasado, el ajuste fue mayor que la caída de la recaudación; en paralelo, especialistas señalan que esta situación fiscal puede abrir el camino hacia la reducción de la carga tributaria  LA NACION

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Cerrar