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Se reducen las posibilidades de desarrollo de un evento La Niña

Los últimos pronósticos de los meteorólogos incluyen un mensaje más positivo para los productores agrícolas. Leonardo de Benedictis recuerda que, a lo largo de todo 2024. se habló de la ocurrencia de un fenómeno La Niña, pero al avanzar la primavera ese pronóstico fue perdiendo fuerza y las últimas actualizaciones de modelos predictivos indican que la chance de ese evento es cada vez menor. Por el contrario, se fortalecen las predicciones de circulación Neutral Fría, un fenómeno con características relativamente similares a una Niña débil.

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El eventual efecto restrictivo sobre las lluvias de este evento es limitado, del orden de un mes a un mes y medio. No obstante, de Benedictis aclara que este cambio de patrón no significará estar holgados de precipitaciones. “Hay que ser conscientes de que enero y febrero son críticos de lluvias, aún en años Neutrales o de El Niño. En ese período no se pueden descartar registros de lluvias inferiores a los promedios”, alerta. En síntesis: en octubre y noviembre mejoraron las lluvias respecto de septiembre, aunque hacia adelante no vamos a estar sobrados de agua, pero con un pronóstico mejor que el que se barajaba hace tres meses, explica.

Por su parte, el consultor Eduardo Sierra no descarta el desarrollo de una Niña débil más adelante. Explica que este evento tiene un proceso y su efecto fuerte es en verano. En años Niña, normalmente alcanza a llover lo suficiente en primavera como para sembrar los granos gruesos, aunque sea en fecha tardía, pero luego el clima se complica en verano. “Generalmente no llueve mucho en enero y los productores esperan los chaparrones de febrero para impulsar la evolución de los cultivos. Pero en años con evento La Niña no se reanudan las lluvias en los primeros días de febrero y son escasas luego, y eso es lo que obstaculiza la evolución del maíz y de la soja”, describe.

Con ese panorama futuro, el presente está caracterizado por lluvias justas, que no permiten acumular mucha humedad en el perfil del suelo; es decir, no se desató del todo el nudo climático. “Si sobrevienen cinco o seis días de altas temperaturas en las próximas semanas vamos a enfrentar problemas, por lo cual habría que entender que todavía seguiremos dependiendo de lluvias regulares, sobre todo en las áreas marginales y del centro del territorio a donde cuesta más que ingrese la humedad”, anticipa Sierra.

Los últimos pronósticos de los meteorólogos incluyen un mensaje más positivo para los productores agrícolas. Leonardo de Benedictis recuerda que, a lo largo de todo 2024. se habló de la ocurrencia de un fenómeno La Niña, pero al avanzar la primavera ese pronóstico fue perdiendo fuerza y las últimas actualizaciones de modelos predictivos indican que la chance de ese evento es cada vez menor. Por el contrario, se fortalecen las predicciones de circulación Neutral Fría, un fenómeno con características relativamente similares a una Niña débil.

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El eventual efecto restrictivo sobre las lluvias de este evento es limitado, del orden de un mes a un mes y medio. No obstante, de Benedictis aclara que este cambio de patrón no significará estar holgados de precipitaciones. “Hay que ser conscientes de que enero y febrero son críticos de lluvias, aún en años Neutrales o de El Niño. En ese período no se pueden descartar registros de lluvias inferiores a los promedios”, alerta. En síntesis: en octubre y noviembre mejoraron las lluvias respecto de septiembre, aunque hacia adelante no vamos a estar sobrados de agua, pero con un pronóstico mejor que el que se barajaba hace tres meses, explica.

Por su parte, el consultor Eduardo Sierra no descarta el desarrollo de una Niña débil más adelante. Explica que este evento tiene un proceso y su efecto fuerte es en verano. En años Niña, normalmente alcanza a llover lo suficiente en primavera como para sembrar los granos gruesos, aunque sea en fecha tardía, pero luego el clima se complica en verano. “Generalmente no llueve mucho en enero y los productores esperan los chaparrones de febrero para impulsar la evolución de los cultivos. Pero en años con evento La Niña no se reanudan las lluvias en los primeros días de febrero y son escasas luego, y eso es lo que obstaculiza la evolución del maíz y de la soja”, describe.

Con ese panorama futuro, el presente está caracterizado por lluvias justas, que no permiten acumular mucha humedad en el perfil del suelo; es decir, no se desató del todo el nudo climático. “Si sobrevienen cinco o seis días de altas temperaturas en las próximas semanas vamos a enfrentar problemas, por lo cual habría que entender que todavía seguiremos dependiendo de lluvias regulares, sobre todo en las áreas marginales y del centro del territorio a donde cuesta más que ingrese la humedad”, anticipa Sierra.

 Las predicciones de circulación Neutral fría, de similares características a una Niña débil, se fortalecen  LA NACION

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