Talleres venció a Unión en Santa Fe, trepa en la Liga Profesional y se acerca a la Copa Libertadores
Que Vélez. Que, quizás esta vez sí, Huracán. Que este Racing atronador en ataque, y más con ese envión que implica ganar una copa internacional después de 36 años. Hasta hace poco, que River, el River de Marcelo Gallardo, con una atropellada. ¿Y el quinto en cuestión? Casi nadie hablaba de él, pero van a tener que empezar a mencionarlo: Talleres, de Córdoba, venció como visitante en la fecha 24 y está ahí, cerca, de la delantera de la Liga Profesional. A 3 puntos y a falta de tres jornadas. Nada imposible.
La T, ese club que nunca dio una vuelta olímpica en la categoría máxima del fútbol nacional pero que desde hace unos cuantos años merodea una consagración, se impuso a uno de los encumbrados, Unión, que marcha sexto, por 3 a 2 en Santa Fe, donde el equipo tatengue venía siendo fuerte. Y entonces el cuadro cordobés saltó al tercer puesto. A 3 unidades de Vélez, a 1 de Huracán. Y en la próxima jornada, recibirá al propio Globo, en un estadio Mario Kempes que desbordará de gente y entusiasmo.
Buen partido el que Talleres ganó en el 15 de Abril. Se repuso de una macana madrugadora: su arquero y capitán, Guido Herrera, nada menos, dudó en una salida, aceleró tarde, se llevó por delante al chico Jerónimo Domina (19 años) y sonó el silbato de Carlos Gariano para sancionar penal. A los 34 segundos. Del saque inicial, sí. A los 3 minutos, eso ya era un gol, de penal de Adrián Balboa.
A una macana, la T opuso una genialidad: el talento de Rubén Botta retuvo la pelota entre dos oponentes con una delicatesen y su visión de juego dejó mano a mano a Matías Galarza con Thiago Cardozo en el área. El arquero uruguayo cometió el mismo error que su colega argentino y el derribo al mediocampista paraguayo derivó en otro penal, que el propio Botta transformó en empate. En seguida, lo peor de la noche: un festejo desmedido del anotador, casi provocativo, de frente a hinchas de Unión. Su pasado, breve (cinco meses el año pasado) en Colón condenó a Botta y la bronca de los futbolistas tatengues provocó uno de esos disturbios propios del fútbol local, entre empujones, alguna corrida y algún golpe. No hubo tarjetas rojas, eso sí.
Ya desde un rato antes Talleres era mejor, como se notó con un espléndido remate de Cristian Tarragona a un palo. Y lo sería después, también, con un centro que por un leve desvío terminó siendo tiro al arco sorpresivo y peligrosísimo de Miguel Navarro, que Cardozo resolvió cuando parecía que la pelota entraba. Pero la resistencia de Unión duraría unos pocos segundos más, porque también a los 46 minutos, en un córner, entre Gastón Benavídez y Galarza refrendaron un lugar común del fútbol: dos cabezazos en el área son gol. El del paraguayo hizo que antes del descanso el visitante consiguiera el 2-1.
Ya en la segunda etapa, a los 14, más productividad de Galarza: una trepada por la izquierda y un centro fuerte, a la carrera y bajo, fue alimento saludable para Tarragona, que con maestría tocó de aire al primer palo, dejando inmóvil al arquero Cardozo. Gran acción para el 3-1 de la T. Que al minuto siguiente sufrió por un remate del ingresado Enzo Roldán al arco casi libre, con Herrera vencido; providencialmente la pelota fue a la cabeza del venezolano Navarro, que apareció salvador. Además, dos minutos después, Herrera se tiró para resolver un remate largo del propio Roldán.
Compacto de Unión 2 vs. Talleres 3
Pero el padecimiento grande empezó tarde para el cuadro cordobés. Recién a los 43 minutos, cuando otro suplente, Lucas Gamba, sorprendió con un derechazo bajo esquinado y puso al anfitrión a tiro de un empate in extremis. Dos minutos luego, un tiro de otro delantero juveni, el ingresado Lionel Verde (20 años), encontró bien ubicado al capitán Herrera. Y entonces no hubo más: Talleres, con menos posesión (46%), disparos (10 vs. 17), disparos efectivos (4 vs. 6) y saques de esquina (4 vs. 5), se llevó de Santa Fe una victoria que le abre más la esperanza de la Liga.
Y no sólo eso: quedó muy cerca de acceder a disputar la Copa Libertadores en 2025. El objetivo que obsesiona a Boca, que no tiene cumplido por ahora River, está muy a mano para la T, que acumula 66 puntos en la temporada y aventaja por 3 al conjunto millonario, al que, por cierto, le falta un partido, y por 6 al xeneize, que está al día. Quedan tres lugares y 9 unidades en juego salvo para, entre los que corren en esa carrera, River (Racing se aseguró un espacio al obtener la Sudamericana). Claro que si sale campeón Vélez, incluso crecerán las chances de que ese cupo sea de la T, si es que no lo tuviere asegurado ya a esa altura.
Pero para Talleres, mejor garantizárselo siendo el que dará la vuelta olímpica. Y más en este contexto de enfrentamiento con la conducción de AFA, la propia organizadora de la Liga Profesional.
Que Vélez. Que, quizás esta vez sí, Huracán. Que este Racing atronador en ataque, y más con ese envión que implica ganar una copa internacional después de 36 años. Hasta hace poco, que River, el River de Marcelo Gallardo, con una atropellada. ¿Y el quinto en cuestión? Casi nadie hablaba de él, pero van a tener que empezar a mencionarlo: Talleres, de Córdoba, venció como visitante en la fecha 24 y está ahí, cerca, de la delantera de la Liga Profesional. A 3 puntos y a falta de tres jornadas. Nada imposible.
La T, ese club que nunca dio una vuelta olímpica en la categoría máxima del fútbol nacional pero que desde hace unos cuantos años merodea una consagración, se impuso a uno de los encumbrados, Unión, que marcha sexto, por 3 a 2 en Santa Fe, donde el equipo tatengue venía siendo fuerte. Y entonces el cuadro cordobés saltó al tercer puesto. A 3 unidades de Vélez, a 1 de Huracán. Y en la próxima jornada, recibirá al propio Globo, en un estadio Mario Kempes que desbordará de gente y entusiasmo.
Buen partido el que Talleres ganó en el 15 de Abril. Se repuso de una macana madrugadora: su arquero y capitán, Guido Herrera, nada menos, dudó en una salida, aceleró tarde, se llevó por delante al chico Jerónimo Domina (19 años) y sonó el silbato de Carlos Gariano para sancionar penal. A los 34 segundos. Del saque inicial, sí. A los 3 minutos, eso ya era un gol, de penal de Adrián Balboa.
A una macana, la T opuso una genialidad: el talento de Rubén Botta retuvo la pelota entre dos oponentes con una delicatesen y su visión de juego dejó mano a mano a Matías Galarza con Thiago Cardozo en el área. El arquero uruguayo cometió el mismo error que su colega argentino y el derribo al mediocampista paraguayo derivó en otro penal, que el propio Botta transformó en empate. En seguida, lo peor de la noche: un festejo desmedido del anotador, casi provocativo, de frente a hinchas de Unión. Su pasado, breve (cinco meses el año pasado) en Colón condenó a Botta y la bronca de los futbolistas tatengues provocó uno de esos disturbios propios del fútbol local, entre empujones, alguna corrida y algún golpe. No hubo tarjetas rojas, eso sí.
Ya desde un rato antes Talleres era mejor, como se notó con un espléndido remate de Cristian Tarragona a un palo. Y lo sería después, también, con un centro que por un leve desvío terminó siendo tiro al arco sorpresivo y peligrosísimo de Miguel Navarro, que Cardozo resolvió cuando parecía que la pelota entraba. Pero la resistencia de Unión duraría unos pocos segundos más, porque también a los 46 minutos, en un córner, entre Gastón Benavídez y Galarza refrendaron un lugar común del fútbol: dos cabezazos en el área son gol. El del paraguayo hizo que antes del descanso el visitante consiguiera el 2-1.
Ya en la segunda etapa, a los 14, más productividad de Galarza: una trepada por la izquierda y un centro fuerte, a la carrera y bajo, fue alimento saludable para Tarragona, que con maestría tocó de aire al primer palo, dejando inmóvil al arquero Cardozo. Gran acción para el 3-1 de la T. Que al minuto siguiente sufrió por un remate del ingresado Enzo Roldán al arco casi libre, con Herrera vencido; providencialmente la pelota fue a la cabeza del venezolano Navarro, que apareció salvador. Además, dos minutos después, Herrera se tiró para resolver un remate largo del propio Roldán.
Compacto de Unión 2 vs. Talleres 3
Pero el padecimiento grande empezó tarde para el cuadro cordobés. Recién a los 43 minutos, cuando otro suplente, Lucas Gamba, sorprendió con un derechazo bajo esquinado y puso al anfitrión a tiro de un empate in extremis. Dos minutos luego, un tiro de otro delantero juveni, el ingresado Lionel Verde (20 años), encontró bien ubicado al capitán Herrera. Y entonces no hubo más: Talleres, con menos posesión (46%), disparos (10 vs. 17), disparos efectivos (4 vs. 6) y saques de esquina (4 vs. 5), se llevó de Santa Fe una victoria que le abre más la esperanza de la Liga.
Y no sólo eso: quedó muy cerca de acceder a disputar la Copa Libertadores en 2025. El objetivo que obsesiona a Boca, que no tiene cumplido por ahora River, está muy a mano para la T, que acumula 66 puntos en la temporada y aventaja por 3 al conjunto millonario, al que, por cierto, le falta un partido, y por 6 al xeneize, que está al día. Quedan tres lugares y 9 unidades en juego salvo para, entre los que corren en esa carrera, River (Racing se aseguró un espacio al obtener la Sudamericana). Claro que si sale campeón Vélez, incluso crecerán las chances de que ese cupo sea de la T, si es que no lo tuviere asegurado ya a esa altura.
Pero para Talleres, mejor garantizárselo siendo el que dará la vuelta olímpica. Y más en este contexto de enfrentamiento con la conducción de AFA, la propia organizadora de la Liga Profesional.
Lejos de darse de baja de la carrera, tiene a tiro ambos objetivos, y en la próxima fecha recibirá a Huracán LA NACION