Cuál es el secreto para mantener los jazmines blancos y perfumados por más tiempo
Los jazmines, también conocidos como gardenias, son auténticos emblemas de la elegancia natural. Estas joyas florales no solo destacan por su apariencia, sino que también tienen el poder de transformar cualquier ambiente con su dulce y envolvente aroma, lo que crea una atmósfera mágica y relajante.
Incluso después de ser recolectados, estos delicados ejemplares pueden mantener su fragancia por un tiempo considerable. Sin embargo, con el paso del tiempo, aproximadamente entre cinco y siete días, los jazmines comienzan a oxidarse y a perder su color blanco característico para pasar al amarillo.
Aunque el proceso de oxidación es inevitable, existen formas de retrasar este momento y disfrutar de su frescura por un periodo más prolongado. El primer paso es cortar la parte inferior del tallo en diagonal, como muestra el canal de YouTube eHow To Garden, lo cual facilita la absorción de agua. Este corte debe hacerse con una herramienta afilada para evitar dañar los conductos del tallo.
Luego, se deben colocar los jazmines en un recipiente con agua tibia o a temperatura ambiente. A la vez, es fundamental mantener las flores en un lugar fresco y alejado de la luz solar directa, ya que el calor excesivo puede acelerar el proceso de oxidación. También es importante evitar colocarlas cerca de frutas maduras ya que emiten etileno, un gas que acelera el envejecimiento de las flores. En lo que respecta al recambio del agua, es fundamental renovarla cada dos o tres días, ya que de esta manera se evita el crecimiento de bacterias que aceleran la descomposición.
Además, se puede agregar una cucharadita de sal o azúcar al agua, lo cual ayuda a mantenerlas frescas por más tiempo, cada dos o tres días o cuando se observa que el agua empieza a verse turbia. Cuando el azúcar se disuelve en el agua, las flores absorben una solución que imita los nutrientes que obtendrían si estuvieran en la planta. Este “alimento” extra ayuda a que las células de los pétalos se mantengan hidratadas y turgentes. La sal, en cambio, contribuye a controlar el crecimiento microbiano en el agua, lo cual es esencial para evitar que los tallos se obstruyan y las flores se marchiten prematuramente.
Cómo plantar y cuidar los jazmines
Entonces, para tener jazmines cortados no hace falta comprarlos en ramos en la florería. Los jazmines son una excelente opción para embellecer el jardín o el hogar y son relativamente fáciles de plantar y cuidar, siempre y cuando se les brinden las condiciones adecuadas.
Necesitan un lugar con buena luz, preferentemente sol directo durante algunas horas al día, pero también toleran espacios de semisombra. En cuanto a la tierra, requieren de un sustrato bien drenado y rico en materia orgánica.
Si se decide plantar jazmines en el suelo, es fundamental asegurarse de que el espacio tenga buen drenaje para evitar el encharcamiento, ya que el exceso de agua puede afectar las raíces. Se puede, por ejemplo, mejorar el drenaje del suelo al añadir un poco de arena, según informa el medio especializado Seasol.
En cambio, si se prefiere plantarlos en una maceta, es importante elegir una suficientemente grande para permitir el crecimiento de las raíces y utilizar un sustrato de calidad, de acuerdo a la revista Love The Garden. En ambos casos, es importante regar regularmente, especialmente en épocas de calor, pero siempre con cuidado de no excederse con el agua. Un buen truco es asegurarse de que la capa superior del sustrato esté seca antes de volver a regar.
Además del riego, los jazmines se benefician de una fertilización mensual durante la primavera y el verano, que es su época de crecimiento activo. Un fertilizante rico en potasio ayuda a promover una floración abundante. También se pueden podar las ramas una vez que hayan florecido, lo cual estimulará un crecimiento más vigoroso en la próxima temporada.
Para aquellos que viven en zonas con inviernos fríos, es importante proteger a los jazmines del frío intenso. Si están plantados en el suelo, se puede cubrir la base con mantillo o paja para proteger las raíces. Si están en macetas, lo ideal es trasladarlas a un lugar protegido durante los meses más fríos.
Los jazmines, también conocidos como gardenias, son auténticos emblemas de la elegancia natural. Estas joyas florales no solo destacan por su apariencia, sino que también tienen el poder de transformar cualquier ambiente con su dulce y envolvente aroma, lo que crea una atmósfera mágica y relajante.
Incluso después de ser recolectados, estos delicados ejemplares pueden mantener su fragancia por un tiempo considerable. Sin embargo, con el paso del tiempo, aproximadamente entre cinco y siete días, los jazmines comienzan a oxidarse y a perder su color blanco característico para pasar al amarillo.
Aunque el proceso de oxidación es inevitable, existen formas de retrasar este momento y disfrutar de su frescura por un periodo más prolongado. El primer paso es cortar la parte inferior del tallo en diagonal, como muestra el canal de YouTube eHow To Garden, lo cual facilita la absorción de agua. Este corte debe hacerse con una herramienta afilada para evitar dañar los conductos del tallo.
Luego, se deben colocar los jazmines en un recipiente con agua tibia o a temperatura ambiente. A la vez, es fundamental mantener las flores en un lugar fresco y alejado de la luz solar directa, ya que el calor excesivo puede acelerar el proceso de oxidación. También es importante evitar colocarlas cerca de frutas maduras ya que emiten etileno, un gas que acelera el envejecimiento de las flores. En lo que respecta al recambio del agua, es fundamental renovarla cada dos o tres días, ya que de esta manera se evita el crecimiento de bacterias que aceleran la descomposición.
Además, se puede agregar una cucharadita de sal o azúcar al agua, lo cual ayuda a mantenerlas frescas por más tiempo, cada dos o tres días o cuando se observa que el agua empieza a verse turbia. Cuando el azúcar se disuelve en el agua, las flores absorben una solución que imita los nutrientes que obtendrían si estuvieran en la planta. Este “alimento” extra ayuda a que las células de los pétalos se mantengan hidratadas y turgentes. La sal, en cambio, contribuye a controlar el crecimiento microbiano en el agua, lo cual es esencial para evitar que los tallos se obstruyan y las flores se marchiten prematuramente.
Cómo plantar y cuidar los jazmines
Entonces, para tener jazmines cortados no hace falta comprarlos en ramos en la florería. Los jazmines son una excelente opción para embellecer el jardín o el hogar y son relativamente fáciles de plantar y cuidar, siempre y cuando se les brinden las condiciones adecuadas.
Necesitan un lugar con buena luz, preferentemente sol directo durante algunas horas al día, pero también toleran espacios de semisombra. En cuanto a la tierra, requieren de un sustrato bien drenado y rico en materia orgánica.
Si se decide plantar jazmines en el suelo, es fundamental asegurarse de que el espacio tenga buen drenaje para evitar el encharcamiento, ya que el exceso de agua puede afectar las raíces. Se puede, por ejemplo, mejorar el drenaje del suelo al añadir un poco de arena, según informa el medio especializado Seasol.
En cambio, si se prefiere plantarlos en una maceta, es importante elegir una suficientemente grande para permitir el crecimiento de las raíces y utilizar un sustrato de calidad, de acuerdo a la revista Love The Garden. En ambos casos, es importante regar regularmente, especialmente en épocas de calor, pero siempre con cuidado de no excederse con el agua. Un buen truco es asegurarse de que la capa superior del sustrato esté seca antes de volver a regar.
Además del riego, los jazmines se benefician de una fertilización mensual durante la primavera y el verano, que es su época de crecimiento activo. Un fertilizante rico en potasio ayuda a promover una floración abundante. También se pueden podar las ramas una vez que hayan florecido, lo cual estimulará un crecimiento más vigoroso en la próxima temporada.
Para aquellos que viven en zonas con inviernos fríos, es importante proteger a los jazmines del frío intenso. Si están plantados en el suelo, se puede cubrir la base con mantillo o paja para proteger las raíces. Si están en macetas, lo ideal es trasladarlas a un lugar protegido durante los meses más fríos.
Esta flor puede ser recogida y puesta en agua; sin embargo, sin el cuidado adecuado puede oxidarse rápidamente y perder su fragancia; cuál es la recomendación de los expertos LA NACION