Para el Gobierno, Milei encontró “el momento justo” para embestir contra Villarruel
“Estaba buscando el momento. Y lo encontró”, sostuvieron cerca del presidente Javier Milei, quien anoche, en una entrevista con LN+, fustigó duramente a la vicepresidenta Victoria Villarruel, la consideró cercana a “la casta” y el “círculo rojo” y afirmó que no tiene “ninguna injerencia” en las principales decisiones del Gobierno.
Al día siguiente de la nueva embestida presidencial contra su compañera de fórmula, soldados del Presidente coincidieron en diálogo con LA NACION en que el momento favorable para el Gobierno en lo económico, con el control de la inflación y demás variables marcoeconómicas, y la semana de encuentros de alto nivel que sostuvo Milei en materia internacional, más los “errores” que adjudican a Villarruel, conformaron un combo que aceleró lo que podría leerse como la ruptura definitiva de los lazos políticos entre presidente y vice, más allá de que el vocero Manuel Adorni afirmó después que la vicepresidenta “forma parte del Gobierno” desde su rol en el Senado.
“Estamos en una nueva etapa, la imagen positiva del Presidente es muy alta, y tenemos muchas buenas noticias por delante, estamos más en el piso que en el techo. Y Victoria va en caída, cometió muchos errores”, lo describió sin tapujos un dirigente libertario que conoce de memoria el pensamiento del Presidente y su “círculo de hierro”, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el asesor presidencial, Santiago Caputo.
Las recientes declaraciones de la vicepresidenta durante la Noche de los Museos, cuando se refirió al Senado como el espacio de la “alta política”, detonó el enojo presidencial y de su entorno más cercano. “En la pelea con Francia (el entredicho por los cánticos de miembros del seleccionado contra el seleccionado francés), se equivocó, pero estuvo dentro de nuestra narrativa. Acá no, para nosotros el Senado es una máquina de impedir, es como si hubiese dicho que un poquito de inflación no es malo”, sentenciaron desde el Gobierno. Justamente Milei había expresado, en su entrevista con LN+, que la vicepresidenta “está mucho más cerca del círculo rojo y de lo que ella llama la alta política, que es lo que nosotros llamamos la casta”.
Intentos de relativizar el quiebre
En su conferencia de prensa, Adorni intentó relativizar las declaraciones de su jefe político. Rechazó de modo terminante cualquier pedido de renuncia, y hasta dijo que “a pesar de tener una misión compleja”, por la minoría libertaria en la Cámara alta, Villarruel había “logrado la aprobación de muchas leyes”. También afirmó que, por su rol de titular del Senado, la vicepresidenta “está cerca de varios senadores casta”, aunque cerca del Presidente habían estimado, un rato antes, que el futuro del vínculo será “institucional, sólo lo justo y necesario”.
En el mismo sentido que Adorni, el jefe de gabinete Guillermo Francos sostuvo en declaraciones radiales: “Ha habido desacuerdos, como siempre pasa, no es una cuestión que sea disímil a lo que ha pasado en tantas oportunidades entre el presidente y el vicepresidente. Son roles diferentes”.
Desde el Gobierno creen que, al igual que en el caso de Villarruel, el Presidente no permitirá “desviaciones” o “errores”, y que la larga lista de funcionarios expulsados de la gestión desde diciembre pasado “podría continuar” en las próximas semanas. “Todos saben que no tienen permitido un milímetro de error. De hecho fue (Luis) Petri al programa de Luis Majul y le dijo: “Acá no hay lugar para el error; te equivocás y te echa”. Y sí, claro, a ver: eché un amigo de 18 años”, dijo ayer Milei, en referencia al despido del entonces jefe de gabinete y amigo del Presidente, Nicolás Posse, a fines de mayo pasado.
Al igual que lo expresara el Presidente en la entrevista televisiva, en el Gobierno coinciden en que Villarruel “no va a las reuniones de gabinete porque ella así lo decidió”, obviando distintos desplantes sufridos por Villarruel, que comenzaron el mismo día de su asunción como vicepresidenta, cuando no encontró asiento asignado para seguir el discurso del Presidente, en las escalinatas del Congreso.
“Ella tiene buena imagen, pero porque está dentro del Gobierno”, afirmaron desde Balcarce 50. Desde el oficialismo agregaron que “ella se apuró y se mareó, para el 2027 falta mucho”. Y por si hacía falta, descartaron cualquier fuga de votos en caso de divorcio explícito entre la vice y el espacio libertario. “No nos puede correr por derecha, esa agenda la tenemos nosotros”, sentenciaron.
“Estaba buscando el momento. Y lo encontró”, sostuvieron cerca del presidente Javier Milei, quien anoche, en una entrevista con LN+, fustigó duramente a la vicepresidenta Victoria Villarruel, la consideró cercana a “la casta” y el “círculo rojo” y afirmó que no tiene “ninguna injerencia” en las principales decisiones del Gobierno.
Al día siguiente de la nueva embestida presidencial contra su compañera de fórmula, soldados del Presidente coincidieron en diálogo con LA NACION en que el momento favorable para el Gobierno en lo económico, con el control de la inflación y demás variables marcoeconómicas, y la semana de encuentros de alto nivel que sostuvo Milei en materia internacional, más los “errores” que adjudican a Villarruel, conformaron un combo que aceleró lo que podría leerse como la ruptura definitiva de los lazos políticos entre presidente y vice, más allá de que el vocero Manuel Adorni afirmó después que la vicepresidenta “forma parte del Gobierno” desde su rol en el Senado.
“Estamos en una nueva etapa, la imagen positiva del Presidente es muy alta, y tenemos muchas buenas noticias por delante, estamos más en el piso que en el techo. Y Victoria va en caída, cometió muchos errores”, lo describió sin tapujos un dirigente libertario que conoce de memoria el pensamiento del Presidente y su “círculo de hierro”, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el asesor presidencial, Santiago Caputo.
Las recientes declaraciones de la vicepresidenta durante la Noche de los Museos, cuando se refirió al Senado como el espacio de la “alta política”, detonó el enojo presidencial y de su entorno más cercano. “En la pelea con Francia (el entredicho por los cánticos de miembros del seleccionado contra el seleccionado francés), se equivocó, pero estuvo dentro de nuestra narrativa. Acá no, para nosotros el Senado es una máquina de impedir, es como si hubiese dicho que un poquito de inflación no es malo”, sentenciaron desde el Gobierno. Justamente Milei había expresado, en su entrevista con LN+, que la vicepresidenta “está mucho más cerca del círculo rojo y de lo que ella llama la alta política, que es lo que nosotros llamamos la casta”.
Intentos de relativizar el quiebre
En su conferencia de prensa, Adorni intentó relativizar las declaraciones de su jefe político. Rechazó de modo terminante cualquier pedido de renuncia, y hasta dijo que “a pesar de tener una misión compleja”, por la minoría libertaria en la Cámara alta, Villarruel había “logrado la aprobación de muchas leyes”. También afirmó que, por su rol de titular del Senado, la vicepresidenta “está cerca de varios senadores casta”, aunque cerca del Presidente habían estimado, un rato antes, que el futuro del vínculo será “institucional, sólo lo justo y necesario”.
En el mismo sentido que Adorni, el jefe de gabinete Guillermo Francos sostuvo en declaraciones radiales: “Ha habido desacuerdos, como siempre pasa, no es una cuestión que sea disímil a lo que ha pasado en tantas oportunidades entre el presidente y el vicepresidente. Son roles diferentes”.
Desde el Gobierno creen que, al igual que en el caso de Villarruel, el Presidente no permitirá “desviaciones” o “errores”, y que la larga lista de funcionarios expulsados de la gestión desde diciembre pasado “podría continuar” en las próximas semanas. “Todos saben que no tienen permitido un milímetro de error. De hecho fue (Luis) Petri al programa de Luis Majul y le dijo: “Acá no hay lugar para el error; te equivocás y te echa”. Y sí, claro, a ver: eché un amigo de 18 años”, dijo ayer Milei, en referencia al despido del entonces jefe de gabinete y amigo del Presidente, Nicolás Posse, a fines de mayo pasado.
Al igual que lo expresara el Presidente en la entrevista televisiva, en el Gobierno coinciden en que Villarruel “no va a las reuniones de gabinete porque ella así lo decidió”, obviando distintos desplantes sufridos por Villarruel, que comenzaron el mismo día de su asunción como vicepresidenta, cuando no encontró asiento asignado para seguir el discurso del Presidente, en las escalinatas del Congreso.
“Ella tiene buena imagen, pero porque está dentro del Gobierno”, afirmaron desde Balcarce 50. Desde el oficialismo agregaron que “ella se apuró y se mareó, para el 2027 falta mucho”. Y por si hacía falta, descartaron cualquier fuga de votos en caso de divorcio explícito entre la vice y el espacio libertario. “No nos puede correr por derecha, esa agenda la tenemos nosotros”, sentenciaron.
Con alta imagen pública y luego de sus encuentros con líderes internacionales, el Presidente consideró oportuno acusar a su compañera de fórmula de “estar cerca de la casta”; descartan pedirle la renuncia LA NACION