Encontraron una botella incrustada en un faro con una carta de hace 132 años: “Es un hallazgo único en la vida”
Durante el fin de semana pasado, un grupo de ingenieros halló incrustada en un faro una botella de 132 años con un mensaje dentro. Esto sucedió en el punto más al norte de Rhins of Galloway, Escocia, y sacudió a su población, ya que se cree sería el primero de su tipo en todo el país.
El descubrimiento de botellas de vidrio o frascos con cartas dentro es un hecho común que ya se repitió en diferentes oportunidades a lo largo y ancho de Europa. Algunos de ellos hablaban sobre cómo pensaban que sería el futuro y otros tantos solo describían situaciones del momento.
El recipiente que se halló recientemente estaba dentro del faro Corsewall y se definió como un hecho “único en la vida”. La carta que contenía fue escrita el 4 de septiembre de 1892 y revelaba los nombres de los tres ingenieros que instalaron un nuevo tipo de luz en la torre de 30 metros. Incluso se identificaron a los tres fareros que colaboraron allí.
La botella de 20 centímetros fue encontrada por Ross Russell, un mecánico de Northern Lighthouse Board, luego de quitar los paneles de un armario en medio de una inspección de rutina. Según explicó el medio británico BBC, la retiraron con una cuerda y el palo de una escoba.
A pesar de esta sorpresa, esperaron a que llegara el farero Barry Miller. Los expertos tuvieron que cortar el corcho para retirar el papel del interior. En un principio parecía demasiado grande para extraerlo por el cuello, por lo que idearon una herramienta con dos trozos de cable para girarlo a través de la estrecha abertura. Lo cierto es que se trató de una gran hazaña, en particular para no dañar la hoja.
Miller dijo al medio citado anteriormente: “Fue muy emocionante, fue como encontrarnos con nuestros colegas del pasado. Fue como si estuvieran allí. Fue como tocarlos. Como si fueran parte de nuestro equipo en lugar de que estuviéramos solo cuatro allí, todos estábamos compartiendo lo que habían escrito porque era tangible y se podía ver el estilo de su letra. Sabías lo que habían hecho. Sabías que lo habían escondido en un lugar donde no lo encontrarían durante mucho, mucho tiempo”.
El mensaje que contenía la carta
Al retirar el papel, los ingenieros y el farero se encontraron con un extenso texto que los conmovió por su vínculo directo con el faro. La misma decía: “Estación de señales de luz y niebla de Corsewall, 4 de septiembre de 1892. Esta linterna fue erigida por James Wells Engineer, John Westwood Millwright, James Brodie Engineer, David Scott Labourer, de la firma James Milne & Son Engineers, Milton House Works, Edimburgo, durante los meses de mayo a septiembre y volvió a encenderse la noche del jueves 15 de septiembre de 1892″.
Y concluyó: “Los siguientes son los encargados de la estación en ese momento: John Wilson, director, John B Henderson, primer asistente, John Lockhart, segundo asistente. La lente y la máquina fueron suministradas por James Dove & Co Engineers Greenside Edinburgh y montadas por William Burness, John Harrower y James Dods, ingenieros de la firma antes mencionada”.
Las características de la botella son inusuales, según explicaron, ya que tiene una base convexa diferente a otras de su época, lo que significa que no puede mantenerse de forma vertical. En tanto, fue hecha con un vidrio grueso y tiene pequeñas burbujas de aire. Se especuló que antes de la carta allí hubo petróleo.
El faro tiene 209 años y los ingenieros que viajaron hasta allí lo hicieron para corroborar que el suelo que sostiene el lente sea capaz de resistir el peso. Lo cierto es que hace 132 años, sus colegas partieron desde Edimburgo con una misión similar, ya que cambiaron la linterna y el vidrio de la parte superior.
Ross Russell, quien descubrió la botella, sostuvo: “Ser la primera persona en tocar la botella después de 132 años fue simplemente alucinante. Es un hallazgo único en la vida. Fue simplemente una extraña coincidencia encontrar la nota mientras trabajaba en el equipo descrito en ella”.
Durante el fin de semana pasado, un grupo de ingenieros halló incrustada en un faro una botella de 132 años con un mensaje dentro. Esto sucedió en el punto más al norte de Rhins of Galloway, Escocia, y sacudió a su población, ya que se cree sería el primero de su tipo en todo el país.
El descubrimiento de botellas de vidrio o frascos con cartas dentro es un hecho común que ya se repitió en diferentes oportunidades a lo largo y ancho de Europa. Algunos de ellos hablaban sobre cómo pensaban que sería el futuro y otros tantos solo describían situaciones del momento.
El recipiente que se halló recientemente estaba dentro del faro Corsewall y se definió como un hecho “único en la vida”. La carta que contenía fue escrita el 4 de septiembre de 1892 y revelaba los nombres de los tres ingenieros que instalaron un nuevo tipo de luz en la torre de 30 metros. Incluso se identificaron a los tres fareros que colaboraron allí.
La botella de 20 centímetros fue encontrada por Ross Russell, un mecánico de Northern Lighthouse Board, luego de quitar los paneles de un armario en medio de una inspección de rutina. Según explicó el medio británico BBC, la retiraron con una cuerda y el palo de una escoba.
A pesar de esta sorpresa, esperaron a que llegara el farero Barry Miller. Los expertos tuvieron que cortar el corcho para retirar el papel del interior. En un principio parecía demasiado grande para extraerlo por el cuello, por lo que idearon una herramienta con dos trozos de cable para girarlo a través de la estrecha abertura. Lo cierto es que se trató de una gran hazaña, en particular para no dañar la hoja.
Miller dijo al medio citado anteriormente: “Fue muy emocionante, fue como encontrarnos con nuestros colegas del pasado. Fue como si estuvieran allí. Fue como tocarlos. Como si fueran parte de nuestro equipo en lugar de que estuviéramos solo cuatro allí, todos estábamos compartiendo lo que habían escrito porque era tangible y se podía ver el estilo de su letra. Sabías lo que habían hecho. Sabías que lo habían escondido en un lugar donde no lo encontrarían durante mucho, mucho tiempo”.
El mensaje que contenía la carta
Al retirar el papel, los ingenieros y el farero se encontraron con un extenso texto que los conmovió por su vínculo directo con el faro. La misma decía: “Estación de señales de luz y niebla de Corsewall, 4 de septiembre de 1892. Esta linterna fue erigida por James Wells Engineer, John Westwood Millwright, James Brodie Engineer, David Scott Labourer, de la firma James Milne & Son Engineers, Milton House Works, Edimburgo, durante los meses de mayo a septiembre y volvió a encenderse la noche del jueves 15 de septiembre de 1892″.
Y concluyó: “Los siguientes son los encargados de la estación en ese momento: John Wilson, director, John B Henderson, primer asistente, John Lockhart, segundo asistente. La lente y la máquina fueron suministradas por James Dove & Co Engineers Greenside Edinburgh y montadas por William Burness, John Harrower y James Dods, ingenieros de la firma antes mencionada”.
Las características de la botella son inusuales, según explicaron, ya que tiene una base convexa diferente a otras de su época, lo que significa que no puede mantenerse de forma vertical. En tanto, fue hecha con un vidrio grueso y tiene pequeñas burbujas de aire. Se especuló que antes de la carta allí hubo petróleo.
El faro tiene 209 años y los ingenieros que viajaron hasta allí lo hicieron para corroborar que el suelo que sostiene el lente sea capaz de resistir el peso. Lo cierto es que hace 132 años, sus colegas partieron desde Edimburgo con una misión similar, ya que cambiaron la linterna y el vidrio de la parte superior.
Ross Russell, quien descubrió la botella, sostuvo: “Ser la primera persona en tocar la botella después de 132 años fue simplemente alucinante. Es un hallazgo único en la vida. Fue simplemente una extraña coincidencia encontrar la nota mientras trabajaba en el equipo descrito en ella”.
El hecho revolucionó a un pueblo de Escocia, tras considerarse extraño en su tipo; qué decía el mensaje y cómo lograron extraerla sin que se rompa LA NACION