Opinión. Vacas más bosques: una oportunidad crucial para alinear la producción con la sostenibilidad
En un contexto global donde la sostenibilidad ambiental se ha convertido en una prioridad, el manejo de bosques con ganadería integrada (MBGI) se presenta como un modelo innovador y necesario para el futuro de la producción agropecuaria en el país. La cría de animales de manera sustentable no solo busca la conservación de los bosques nativos, sino también el fortalecimiento de la productividad ganadera a través de prácticas sostenibles.
La Regulación UE 1115, adoptada en 2023, establece nuevos protocolos ambientales para el comercio, y obliga a países como el nuestro a adaptarse a sus normas para sostener y expandir la exportación de carne, soja, madera y otros bienes primarios a la Unión Europea.
En ese contexto, y a pedido de la Argentina, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) impulsó la incorporación de nuestro país en el Programa Integrado de Sistemas Alimentarios a través de un proyecto que está dando sus primeros pasos en el diseño y busca transformar la ganadería en una actividad más sostenible mediante la adopción de tecnologías de bajo impacto ambiental.
El MBGI es un concepto que tomó el proyecto argentino, y que se inscribe dentro del mencionado programa global, financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (FMAM o GEF, por sus siglas en inglés). Este fondo busca implementar soluciones prácticas para mejorar la sostenibilidad de las cadenas agropecuarias, abordando las principales causas de la degradación ambiental. En el caso de la Argentina, el mismo se centra en el norte del país, particularmente en las provincias de Formosa, Santiago del Estero, Chaco y Salta, donde los niveles de deforestación son más altos que en otras zonas del país.
Sin embargo, la iniciativa no está exenta de desafíos. Para lograr una transición efectiva del sistema pastoril tradicional en bosques nativos al MBGI, se requiere la colaboración tanto del sector público como privado. Entidades como INTA, Senasa, gobiernos nacional, provinciales y municipales juegan un papel crucial para poner en marcha el proyecto, sumado al impulso de la inversión privada.
Este modelo no solo responde a la creciente demanda de mercados internacionales, como el de la Unión Europea, por productos más sostenibles, sino que también ofrece beneficios tangibles. Al reducir la deforestación y mejorar la eficiencia en la producción ganadera, el MBGI contribuirá a la disminución de gases de efecto invernadero y al mejoramiento de la calidad ambiental.
En otras palabras, se busca diversificar las áreas de alimento del ganado para mejorar su calidad de vida, y promover buenas prácticas ambientales que minimicen el impacto ambiental y la conservación de los bosques y su biodiversidad. El beneficio es para todos.
Implementar el MBGI en la Argentina significa una mejor posición para acceder a mercados exigentes desde el punto de vista ambiental, un paso hacia la conservación de los bosques nativos y un avance significativo en la lucha contra el cambio climático. Este enfoque integral no solo protege el medioambiente, sino que también fortalece la competitividad de la ganadería argentina en el ámbito internacional.
La ganadería integrada con manejo de bosques representa una oportunidad crucial para alinear la producción ganadera con la sostenibilidad con foco en el mantenimiento de la biodiversidad del bosque, y así también cumplir las demandas ambientales globales. Al adoptar prácticas sostenibles y eficientes, podremos proteger nuestros valiosos recursos naturales mientras aseguramos un futuro próspero para su sector agropecuario. El desafío está lanzado.
La autora es Responsable del área de Ambiente y Recursos Naturales Representación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Argentina
En un contexto global donde la sostenibilidad ambiental se ha convertido en una prioridad, el manejo de bosques con ganadería integrada (MBGI) se presenta como un modelo innovador y necesario para el futuro de la producción agropecuaria en el país. La cría de animales de manera sustentable no solo busca la conservación de los bosques nativos, sino también el fortalecimiento de la productividad ganadera a través de prácticas sostenibles.
La Regulación UE 1115, adoptada en 2023, establece nuevos protocolos ambientales para el comercio, y obliga a países como el nuestro a adaptarse a sus normas para sostener y expandir la exportación de carne, soja, madera y otros bienes primarios a la Unión Europea.
En ese contexto, y a pedido de la Argentina, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) impulsó la incorporación de nuestro país en el Programa Integrado de Sistemas Alimentarios a través de un proyecto que está dando sus primeros pasos en el diseño y busca transformar la ganadería en una actividad más sostenible mediante la adopción de tecnologías de bajo impacto ambiental.
El MBGI es un concepto que tomó el proyecto argentino, y que se inscribe dentro del mencionado programa global, financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (FMAM o GEF, por sus siglas en inglés). Este fondo busca implementar soluciones prácticas para mejorar la sostenibilidad de las cadenas agropecuarias, abordando las principales causas de la degradación ambiental. En el caso de la Argentina, el mismo se centra en el norte del país, particularmente en las provincias de Formosa, Santiago del Estero, Chaco y Salta, donde los niveles de deforestación son más altos que en otras zonas del país.
Sin embargo, la iniciativa no está exenta de desafíos. Para lograr una transición efectiva del sistema pastoril tradicional en bosques nativos al MBGI, se requiere la colaboración tanto del sector público como privado. Entidades como INTA, Senasa, gobiernos nacional, provinciales y municipales juegan un papel crucial para poner en marcha el proyecto, sumado al impulso de la inversión privada.
Este modelo no solo responde a la creciente demanda de mercados internacionales, como el de la Unión Europea, por productos más sostenibles, sino que también ofrece beneficios tangibles. Al reducir la deforestación y mejorar la eficiencia en la producción ganadera, el MBGI contribuirá a la disminución de gases de efecto invernadero y al mejoramiento de la calidad ambiental.
En otras palabras, se busca diversificar las áreas de alimento del ganado para mejorar su calidad de vida, y promover buenas prácticas ambientales que minimicen el impacto ambiental y la conservación de los bosques y su biodiversidad. El beneficio es para todos.
Implementar el MBGI en la Argentina significa una mejor posición para acceder a mercados exigentes desde el punto de vista ambiental, un paso hacia la conservación de los bosques nativos y un avance significativo en la lucha contra el cambio climático. Este enfoque integral no solo protege el medioambiente, sino que también fortalece la competitividad de la ganadería argentina en el ámbito internacional.
La ganadería integrada con manejo de bosques representa una oportunidad crucial para alinear la producción ganadera con la sostenibilidad con foco en el mantenimiento de la biodiversidad del bosque, y así también cumplir las demandas ambientales globales. Al adoptar prácticas sostenibles y eficientes, podremos proteger nuestros valiosos recursos naturales mientras aseguramos un futuro próspero para su sector agropecuario. El desafío está lanzado.
La autora es Responsable del área de Ambiente y Recursos Naturales Representación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Argentina
A partir de 2026, la Argentina debe hacer frente a una serie de requisitos para venderle a Europa carne bovina y otros productos primarios; el rol del manejo de bosques con ganadería integrada (MBGI) LA NACION