Andrey Rublev: el ataque de furia en la derrota ante Francisco Cerúndolo en el Masters 1000 de París
Andrey Rublev es quizás el jugador que más profundamente expresa su sufrimiento dentro de una cancha de tenis. En su condición de 6° preclasificado para el Masters 1000 de París, sus ataques de ira volvieron con fuerza este martes, durante su partido ante Francisco Cerúndolo, que terminó en derrota por 7-6 (8-6) y 7-6 (7-5). Después de perder un punto en el tie-break del primer set contra el argentino, el tenista de 27 años se autoflageló al darse repetidamente raquetazos en una de sus rodillas. Fueron siete en total, y lo peor es que le provocó un corte. Rápidamente, la cámara tomó los rastros de sangre en la zona afectada. Una situación que reflejó el nerviosismo de Rublev en el Palais Omnisports de Paris-Bercy.
Pero la bronca del N° 7 del mundo no terminó allí: después de castigarse con la raqueta, mostró su frustración por la caída parcial durante el descanso entre games, al arrojar contra el piso las botellas hidratantes. Pero no es la primera vez que Rublev protagoniza este tipo de incidentes; sus antecedentes son numerosos. Por ejemplo, durante su partido de los octavos de final del US Open 2024 frente al búlgaro Grigor Dimitrov, golpeó con fuerza la raqueta contra una mano y terminó lastimado por el impacto de las cuerdas contra su piel. Es más: el propio ruso tuvo que pedir una asistencia médica en el cambio de lado del 3-2 del primer set para que un médico lo revisara y le curara las heridas que se había autoinfligido con el encordado.
Rublev
Otro antecedente cercano de agresión contra sí mismo se dio este año en la cita de Wimbledon, ante Francisco Comesaña (87º entonces). Luego de que el argentino tomara ventaja de 4-1 en el tercer set (1-1 en parciales), el moscovita, que venía masticando bronca e insultando al aire en repetidas ocasiones, no soportó la ira y comenzó a golpearse una y otra vez su rodilla izquierda con la raqueta, similar a lo que ocurrió esta vez en París.
En esta interminable saga de furia, Rublev también protagonizó un hecho bochornoso cuando tiró raquetas por doquier en la cancha Suzanne Lenglen de Roland Garros, sobre todo en el segundo set de su duelo de tercera ronda, ante el italiano Matteo Arnaldi. El ruso hizo rebotar la raqueta tres veces en el suelo y la tribuna lo festejó irónicamente. Su lamentable show de aquel día en el polvo parisino incluyó gritos desgarradores, que hasta asustaron al rival. Y cuando quedó 2-5, le pegó unas patadas al banco que lo llevó a la sanción de la umpire por conducta antideportiva.
Diseño Sin Título (6)
Al menos aquella vez, hizo una autocrítica: “Estoy completamente decepcionado por mi forma de jugar, mi comportamiento y mis resultados. En términos de comportamiento, no creo que lo haya hecho peor en un Grand Slam. Esta es la primera vez que realmente tengo una actitud tan mala. ¿Qué más puedo decir?”. Y agregó, tras la derrota ante Arnaldi: “Creo que mi juego es bueno, estoy mejorando. El problema es la cabeza. Hoy me suicidé y punto”.
Más atrás en el tiempo, en Roland Garros 2022, Andrey Rublev fue el protagonista de un incidente que pudo haberle costado la eliminación en el duelo de la primera ronda. Luego de caer en el tie break del primer set ante el surcoreano Soonwoo Kwon por 7-5, el tenista ruso perdió la razón por algunos segundos y se llevó los abucheos del público presente en la cancha 14. A pesar de su momento de bronca, luego ganó el partido cuatro sets. Aquella vez, Rublev le pegó mal a la pelota que le dio el punto del tie break a su rival y de inmediato comenzó con su ataque de furia. Primero, amagó a tirar una de las pelotas para la tribuna, pero se contuvo. Cuando se dirigía hacia su sitio de descanso no llegó a sentarse y le pegó con furia a una pelota contra el cartel de publicidad ubicado debajo del banco. Incluso, luego de rebotar la pelota casi impacta en uno de los colaboradores encargados de barrer el court. Sin darse cuenta de que pudo lastimar al joven, el número 7 del ranking continuó con su enojo una vez sentado en el banco. Tras recibir una advertencia de parte del juez por conducta antideportiva partió una botella con agua contra el piso y allí el público comenzó a abuchearlo por su actitud.
Mientras tanto, Francisco Cerúndolo vuela alto en París. En el último Masters 1000 de la temporada, sobre la superficie dura y bajo el techo del Bercy Arena avanzó a los octavos de final del torneo parisino, no es uno más en su carrera: se trata del número 100 en el circuito. El porteño de 26 años llega a ese número redondo tres años y ocho meses después de su primera victoria en el tour, cuando era 135°, ante el italiano Gianluca Mager, en la primera ronda del ATP de Córdoba (certamen que ya no se jugará desde 2025). Con los 100 triunfos (87 derrotas), Cerúndolo se unió a Diego Schwartzman (250) como los únicos jugadores argentinos activos con ese logro.
Andrey Rublev es quizás el jugador que más profundamente expresa su sufrimiento dentro de una cancha de tenis. En su condición de 6° preclasificado para el Masters 1000 de París, sus ataques de ira volvieron con fuerza este martes, durante su partido ante Francisco Cerúndolo, que terminó en derrota por 7-6 (8-6) y 7-6 (7-5). Después de perder un punto en el tie-break del primer set contra el argentino, el tenista de 27 años se autoflageló al darse repetidamente raquetazos en una de sus rodillas. Fueron siete en total, y lo peor es que le provocó un corte. Rápidamente, la cámara tomó los rastros de sangre en la zona afectada. Una situación que reflejó el nerviosismo de Rublev en el Palais Omnisports de Paris-Bercy.
Pero la bronca del N° 7 del mundo no terminó allí: después de castigarse con la raqueta, mostró su frustración por la caída parcial durante el descanso entre games, al arrojar contra el piso las botellas hidratantes. Pero no es la primera vez que Rublev protagoniza este tipo de incidentes; sus antecedentes son numerosos. Por ejemplo, durante su partido de los octavos de final del US Open 2024 frente al búlgaro Grigor Dimitrov, golpeó con fuerza la raqueta contra una mano y terminó lastimado por el impacto de las cuerdas contra su piel. Es más: el propio ruso tuvo que pedir una asistencia médica en el cambio de lado del 3-2 del primer set para que un médico lo revisara y le curara las heridas que se había autoinfligido con el encordado.
Rublev
Otro antecedente cercano de agresión contra sí mismo se dio este año en la cita de Wimbledon, ante Francisco Comesaña (87º entonces). Luego de que el argentino tomara ventaja de 4-1 en el tercer set (1-1 en parciales), el moscovita, que venía masticando bronca e insultando al aire en repetidas ocasiones, no soportó la ira y comenzó a golpearse una y otra vez su rodilla izquierda con la raqueta, similar a lo que ocurrió esta vez en París.
En esta interminable saga de furia, Rublev también protagonizó un hecho bochornoso cuando tiró raquetas por doquier en la cancha Suzanne Lenglen de Roland Garros, sobre todo en el segundo set de su duelo de tercera ronda, ante el italiano Matteo Arnaldi. El ruso hizo rebotar la raqueta tres veces en el suelo y la tribuna lo festejó irónicamente. Su lamentable show de aquel día en el polvo parisino incluyó gritos desgarradores, que hasta asustaron al rival. Y cuando quedó 2-5, le pegó unas patadas al banco que lo llevó a la sanción de la umpire por conducta antideportiva.
Diseño Sin Título (6)
Al menos aquella vez, hizo una autocrítica: “Estoy completamente decepcionado por mi forma de jugar, mi comportamiento y mis resultados. En términos de comportamiento, no creo que lo haya hecho peor en un Grand Slam. Esta es la primera vez que realmente tengo una actitud tan mala. ¿Qué más puedo decir?”. Y agregó, tras la derrota ante Arnaldi: “Creo que mi juego es bueno, estoy mejorando. El problema es la cabeza. Hoy me suicidé y punto”.
Más atrás en el tiempo, en Roland Garros 2022, Andrey Rublev fue el protagonista de un incidente que pudo haberle costado la eliminación en el duelo de la primera ronda. Luego de caer en el tie break del primer set ante el surcoreano Soonwoo Kwon por 7-5, el tenista ruso perdió la razón por algunos segundos y se llevó los abucheos del público presente en la cancha 14. A pesar de su momento de bronca, luego ganó el partido cuatro sets. Aquella vez, Rublev le pegó mal a la pelota que le dio el punto del tie break a su rival y de inmediato comenzó con su ataque de furia. Primero, amagó a tirar una de las pelotas para la tribuna, pero se contuvo. Cuando se dirigía hacia su sitio de descanso no llegó a sentarse y le pegó con furia a una pelota contra el cartel de publicidad ubicado debajo del banco. Incluso, luego de rebotar la pelota casi impacta en uno de los colaboradores encargados de barrer el court. Sin darse cuenta de que pudo lastimar al joven, el número 7 del ranking continuó con su enojo una vez sentado en el banco. Tras recibir una advertencia de parte del juez por conducta antideportiva partió una botella con agua contra el piso y allí el público comenzó a abuchearlo por su actitud.
Mientras tanto, Francisco Cerúndolo vuela alto en París. En el último Masters 1000 de la temporada, sobre la superficie dura y bajo el techo del Bercy Arena avanzó a los octavos de final del torneo parisino, no es uno más en su carrera: se trata del número 100 en el circuito. El porteño de 26 años llega a ese número redondo tres años y ocho meses después de su primera victoria en el tour, cuando era 135°, ante el italiano Gianluca Mager, en la primera ronda del ATP de Córdoba (certamen que ya no se jugará desde 2025). Con los 100 triunfos (87 derrotas), Cerúndolo se unió a Diego Schwartzman (250) como los únicos jugadores argentinos activos con ese logro.
El ruso tiene una larga lista de incidentes y no logra equilibrar su comportamiento dentro de una cancha LA NACION